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El silencio de Inditex

Por Jaime Martinez

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Moda |Opinión
Photo Credits: Pexels, por Katie Godowski.

Desde el mismo momento en el que las grandes compañías decidieron dar el paso y dejar de tratarnos como meros consumidores para entendernos como miembros de una “comunidad” de clientes, de su comunidad de clientes, todo no hay que olvidar que con vistas a poder aumentar eso que denominan “engagement” o compromiso del cliente hacia la marca, abrieron la puerta a que nosotros, como respuesta a ese mismo compromiso, les exijamos en consecuencia el que sean capaces de responder a una serie de determinados valores y compromisos. Un precio a pagar por nuestra fidelidad, que en muchas ocasiones las grandes multinacionales, y en especial las de la moda, se han mostrado cuidadosamente reticentes a afrontar.

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No podemos decir que esto sea ni mucho menos una cuestión sencilla, dado que cuanto mayor sea esa audiencia y ese público al que se dirige una marca o compañía, mayores serán las distintas sensibilidades a las que dará cobijo bajo sus siglas. De ahí el éxito de muchas multinacionales al lanzar esas diferentes marcas nicho con las que tratar de dar respuesta a diferentes necesidades de diferentes grupos más delimitados, y de ahí igualmente los riesgos a los que se enfrentan los Grupos propietarios de esas cada vez más amplias carteras de marcas, cuando la cuestión ya no está en los mensajes y en los artículos que lanzan y ponen al alcance de sus clientes, sino en la necesidad de responder a sus exigencias. Cuestión esta que está siendo la que está poniendo en estos momentos a la española Inditex, una de las mayores multinacionales a escala global de la industria de la moda, en una situación cada vez más insostenible, como consecuencia del firme silencio que guarda en relación a la actual guerra que está librándose en Ucrania. Conflicto frente al que ya se han posicionado con clara y meridiana contundencia otras grandes de la moda y competidoras directas de Inditex, como la danesa Bestseller, la multinacional de la moda sueca el Grupo H&M o la igualmente española Mango. Compañías todas ellas que ya han anunciado el cese por completo de todas sus operaciones en Rusia, como respuesta a la invasión de Ucrania y al ataque armado al que daba inicio el ejercito ruso este pasado 24 de febrero de 2022.

Liderazgo y responsabilidad

El ocupar una posición de liderazgo dentro de un sector como el de la moda, tal y como no hay duda que hace hoy la compañía española desde su condición de propietaria de un amplio portafolio de marcas integrado por cadenas, sobradamente conocidas en todas las partes del mundo, de la talla de Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home o Uterqüe, no puede darse al margen del tener que mantenerse igualmente en esa posición de liderazgo, pero frente a las necesidades tanto del propio sector, como frente a las de las personas que lo integran y a las del público al que se dirige, por incómodas o difíciles que puedan estas llegar a ser de adoptar.

Hablamos aquí de imponer valores, si es que se tienen, por encima de las cuentas de resultados. Algo nada fácil dependiendo de las circunstancias de cada Grupo, pero que es lo que en primera instancia precisamente ha permitido de un tiempo a esta parte, a las grandes multinacionales de la moda, y a todo el sector en general, avanzar sobre terrenos que hoy ya son sinónimo de la propia industria de la moda, por increíble que hubiera parecido hace escasamente unas décadas, como los de la sostenibilidad, la circularidad o la inclusión. Principios todos ellos que no han sido fáciles de introducir dentro de la industria, sobre los que comenzaron a adelantarse solamente unos pocos y en relación a los que todavía queda mucho por hacer.

En lo que atañe concretamente a la multinacional española, poniendo las cosas negro sobre blanco, Inditex llegó tarde a la lucha por la sostenibilidad. Por mucho que su actual presidente, Pablo Isla, haya llegado a asegurar que gracias a su posición de liderazgo Inditex ha impulsado la transformación del sector, lo cierto es que no se conoce que la compañía haya realizado inversiones o firmado acuerdos estratégicos con compañías de carácter disruptivo en la materia, como sí han hecho una amplia multitud de otras multinacionales, desde Nike a Adidas pasando por H&M o Hermès, más allá de esa colección cápsula desarrollada por Zara junto a LanzaTech presentada el pasado diciembre de 2021. Pudiendo encontrar sus principales avances a este respecto en la cada vez mayor presencia eso sí de artículos bajo su etiqueta sostenible “Join Life”, pero en lo que en suma no deja de percibirse como una postura de “sumarse” a los avances en sostenibilidad, en lugar de liderar los avances en sostenibilidad.

Del mismo modo, y a pesar de que la compañía ha asegurado por activa y por pasiva que en toda su cadena de valor se cumplen escrupulosamente los buenos términos de su código de conducta, trabajando activamente en el desarrollo de programas de sensibilización entre sus proveedores sobre temáticas como la igualdad de género o la libertad de asociación, sigue sin haberse terminado de aclarar la exposición de Inditex al denominado algodón chino de Xinjiang. Materia prima que se sitúa en el centro de un conflicto por los derechos humanos de la minoría étnica de los uigures, que terminaba dando alas a un boicot por parte del Gobierno chino contra la multinacional H&M —compañía que había participado precisamente de la redacción de la nueva normativa de diligencia debida de la Unión Europa en la que se apunta a las posibles violaciones de los derechos humanos practicadas en China contra los uigures—, y conflicto que terminaba salpicando a Inditex después de que la compañía eliminase una declaración de denuncia expresa contra los abusos a los uigures de su página online. Siendo esta todavía una cuestión abierta, por la que la Fiscalía francesa mantiene una investigación contra Inditex, en lo que ya llevó al Ayuntamiento de Burdeos a denegar la ampliación de la tienda Zara de la que dispone actualmente la compañía en la ciudad francesa.

Una posición insostenible: ¿hacia una crisis de credibilidad?

Partiendo de esta serie de antecedentes, en los que nos encontramos con esa lucha por la sostenibilidad que ha quedado claro que no ha llegado nunca, al menos por ahora, a liderar, y con esa exposición al algodón de Xinjiang que todavía muestra ciertas sombras, el silencio que guarda ahora Inditex en relación a la guerra abierta que se está librando ahora mismo en Ucrania, resuena y resonará cada vez con mayor fuerza, hasta que la compañía termine adoptando públicamente una postura clara frente al conflicto. Manteniéndose la multinacional en estos momentos en una posición insostenible, que faltaría por ver si no termina empujándola a una crisis de credibilidad difícil o imposible de superar.

Lo que está quedando claro por ahora, con la negativa de la compañía a emitir un comunicado oficial en el que muestre claramente su postura con respecto al conflicto, o a responder a las solicitudes de declaraciones que le han hecho llegar desde distintos medios de comunicación como FashionUnited, es que la estrategia de Inditex pasa en estos momentos por adoptar ese mismo silencio y esa misma estrategia del avestruz que, por increíble que parezca, la han permitido ya sortear otras amenazas de crisis. Unas crisis de una magnitud eso sí mucho menores, tanto en cuanto estamos tratando aquí ahora de una guerra armada que se está librando en el mismo continente europeo del que es originaria la compañía española, y frente al que son cada vez mayores las presiones que está recibiendo la compañía para que tome partido y se posicione públicamente. Unas presiones que vienen, ya no solamente de esos grupos y grandes compañías que han decidido y comunicado que cesan todas sus operaciones en Rusia, sino principal y mayormente de los propios consumidores y clientes. Un público que no ha cesado de inundar los perfiles en las redes sociales de las distintas cadenas del grupo de mensajes en los que reclaman a la compañía española para que rompa su silencio.

“¡Ya no podéis permanecer en silencio! ¡Hay guerra en Ucrania debéis hablar de eso! El mundo debe conocerlos, el mundo debe brindar su apoyo. Solo juntos podremos detener esta guerra. Apoya a Ucrania”, puede leerse entre los mensajes que se muestran en la cuenta oficial de Zara en Instagram, en una repetida proclama que se acompaña de otro buen número de interacciones en las que se nos invita, tanto a nosotros como a la compañía, a salir abiertamente a defender y a ayudar a Ucrania y a su población.

Con 527 tiendas operativas en Rusia

Tal y como se encargaban de destacar desde Mango en su comunicado oficial de ayer, el llegar a adoptar la decisión de cerrar todas sus operaciones en Rusia no resultaba ser una decisión nada sencilla, dadas las implicaciones que conlleva el paralizar toda la estructura de una compañía en un determinado mercado. Y no hablamos aquí ya de los riesgos en términos de beneficios y de rentabilidad, sino de las obligaciones y de las responsabilidades que las propias compañías tienen hacia los propios trabajadores que integran sus equipos de trabajo en el país. Siendo esta la cuestión que, así confiamos, más estará pesando en estos momentos en Inditex, tanto en cuanto Rusia representaría ya no uno de los mayores mercados de la multinacional, sino el segundo con mayor congregación de tiendas, únicamente superado por España.

Atendiendo a sus estructuras, a fecha del pasado 31 de octubre de 2021, Inditex contaba en la Federación Rusa con un total de 527 tiendas de sus cadenas Bershka (106 tiendas), Pull&Bear (87 tiendas), Zara (86 tiendas), Stradivarius (76 tiendas), Oysho (63 tiendas), Massimo Dutti (53 tiendas), Zara Home (44 tiendas) y Uterqüe (12 tiendas). Cifra inferior a las 1.319 tiendas con las que contaba en España, pero muy por encima de las que dispone en otros mercados estratégicos, como México (409 tiendas), Italia (345 tiendas), Portugal (320 tiendas), China (307 tiendas), Francia (270 tiendas), Polonia (233 tiendas), Arabia Saudita (173 tiendas), Alemania (115 tiendas), Reino Unido (104 tiendas) o los Estados Unidos (99 tiendas).

Además de destacarse como su segundo mayor mercado global por número de tiendas, en lo que se termina reflejando sobre sus cifras de negocio, con sus 527 establecimientos la presencia de Inditex en la Federación Rusa es mucho mayor que la de sus competidoras H&M, que venía operando hasta ahora en Rusia a través de 168 establecimientos, y Mango, que hacía lo propio hasta ahora con un total de 120 tiendas, 55 de gestión propia y 65 en régimen de franquicia. Una exposición la de Inditex al mercado ruso que, previendo ya el que la compañía se vea finalmente presionada, u en el peor de los casos obligada, a paralizar sus operaciones en la Federación, o castigada por los propios consumidores del resto de países en los que opera, ya ha comenzado a afectar de manera notable a la cotización de sus títulos. Unas acciones que, a la espera de lo que termine ocurriendo en este última sesión de la semana, se dejaban ayer jueves un -6,78 por ciento de su valor, tras caer desde los 22,70 euros por título del inicio de sesión, hasta los 21,16 con los que cerraban la jornada.

El deber de mirar más allá de los beneficios

No dudando y con la confianza en que desde Inditex se encuentran analizando al detalle la situación con vistas a poder responder de la mejor manera tanto de sus obligaciones como de sus principios y valores como compañía, nada como recordar ahora las palabras de su actual presidente, Pablo Isla, durante su intervención en el “Foro La Toja Vínculo Atlántico” de 2019.

En aquel momento, y formando cartel junto a figuras como Alejandro Alvargonzález, exsecretario general adjunto de la OTAN, o los expresidentes del Gobierno Felipe González y Mariano Rajoy, Pablo Isla participaba en calidad de ponente en la primera edición de este foro, explicando frente a una audiencia presidida por el rey Felipe VI, y en línea precisamente con lo que se defienden en estas líneas, que “cuando tienes una posición de liderazgo, tienes una mayor potencia transformadora en tu entorno y debes tener más responsabilidad”. A lo que añadía, tal y como recogían entonces medios como Economía Digital, el que “la prioridad no puede ser solamente el beneficio”.

Donación a ACNUR para los afectados de la guerra

Al margen de este análisis sobre la posición en la que se encuentra Inditex en su difícil situación frente al conflicto armado que está teniendo lugar entre Rusia y Ucrania, esta misma mañana desde ACNUR, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, han confirmado que, siguiendo con acciones similares a las emprendidas por un buen número de grupos internacionales de la moda, desde Inditex han confirmado una donación de 3 millones de euros para asistir a las personas que se están viendo afectadas en el marco de la guerra en Ucrania.

Se trata esta de una donación que, destacan desde ACNUR, se significa como la donación en efectivo más importante recibida por la organización, y que desde Inditex han confirmado en el marco de la colaboración que mantienen con el Comité Español de ACNUR desde principios de 2020. Una medida que además la compañía española se encargará de complementar mediante la donación de prendas de invierno destinadas a la población ucraniana que ha comenzado a desplazar a países vecinos en un intento por tratar de escapar del conflicto, empezando con un primer envío de más de 70.000 prendas de abrigo. Mientras que de manera paralela, detallan desde ACNUR, los empleados de la compañía se han organizado para poner en marcha una iniciativa de recaudación de fondos a escala global, con destino a los afectados por el conflicto

“En estos momentos en los que más de un millón de personas han huido de Ucrania y cientos de miles permanecen atrapadas dentro del país, agradecemos la enorme solidaridad de Inditex, que rápidamente ha dado un paso adelante por los más vulnerables para poder brindarles ayuda de emergencia”, se ha encargado de remarcar Pascal Moreau, Directora de la Oficina Regional de ACNUR para Europa, a través del comunicado oficial emitido por el Alto Comisionado. “España siempre ha sido una sociedad extremadamente solidaria con las personas refugiadas y la contribución de Inditex viene a reforzarlo ahora cuando más se necesita, marcando el camino a otras empresas”.

Actualización: Menos de 24 horas después de la publicación de este artículo de opinión, el Grupo español Inditex anunciaba el cese temporal de todas sus operaciones comerciales en la Federación Rusa. Noticia cubierta por FashionUnited.

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