Golpe a Inditex en Francia: denegada la ampliación del Zara de Burdeos por la denuncia de trabajos forzosos en China
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Nuevo golpe a la imagen de Inditex y a la de su principal buque insignia, la cadena de modas Zara, es lo que ha recibido la multinacional española en Francia después de asistir a ver cómo la Comisión de asuntos comerciales dependiente del Ayuntamiento de Burdeos, rechazaba su propuesta para la ampliación de la tienda Zara de la que dispone actualmente la compañía en el centro urbano de esta populosa capital vitivinícola. Un rechazo que no tendría mayor trascendencia, de no ser por el hecho de que una de las principales razones de peso esgrimidas desde este órgano consultivo para tal rechazo, se encuentra en la demanda penal por genocidio y crímenes de lesa humanidad y en la investigación que, por dichos motivos, mantiene abierta la Fiscalía francesa, con el objeto de resolver si la compañía española ha participado o se ha beneficiado de los presuntos trabajos forzosos y de las violaciones de los derechos humanos que el Gobierno chino estaría, supuestamente, practicando de manera reiterada y permanente contra la etnia de los uigures.
El establecimiento en cuestión que desde la multinacional española tenían intención de ampliar en Burdeos, no es sino la flagship store de tres plantas de Zara con la que cuenta la cadena en la céntrica vía de la rue Sainte-Catherine. Una de las principales arterias comerciales de esta ciudad francesa, calle peatonal que transita por su centro histórico entre las inmediaciones de la catedral gótica de Saint-André, la Ópera Nacional de Burdeos y el margen izquierdo del río Garona, punto de encuentro de importantes cadenas y grupos, tanto internacionales como nacionales franceses, de la talla de H&M, Mango, Etam, la Fnac o Galeries Lafayette.
Además de con establecimientos operados por otras marcas comerciales del Grupo, como Pull&Bear o las tiendas Bershka y Stradivarius con las que cuenta en la adyacente galería comercial Promenade Sainte Catherine, Inditex se mantiene activa en esta importante área de actividad comercial de Burdeos con la tienda en cuestión de tres plantas de Zara. Un establecimiento de aproximadamente unos 972 metros cuadrados de superficie comercial, que la compañía tenía previsto poder ampliar, incorporando dos nuevas plantas adicionales de las que cuenta el edificio de 6 plantas sobre rasante en el que se encuentra ubicada su flagship store. Una operación que se debía de haber traducido en la suma de unos 1.098 metros cuadrados adicionales de superficie de compra.
Con solamente un voto a favor del proyecto
Con el fin de llevar a cabo dichas labores de ampliación y de reforma, la multinacional española había requerido al Ayuntamiento de Burdeos la concesión de los necesarios permisos y licencias. Un trámite indispensable desde el que poder disponer de la forzosa licencia de obras, de la que obligaban a contar a Inditex y a Zara unas actuaciones que preveían el acometer una reestructuración interna de las plantas cuarta y quinta del edificio, y que habrían conllevado igualmente una modificación de su fachada. Pretensiones que no obstante se veían truncadas, después de que el pasado miércoles 17 de noviembre la Commission départementale d’aménagement commercial (CDAC) rechazase la iniciativa, valorando de forma desfavorable el proyecto de reforma, con tres votos en contra, solamente uno a favor y con seis abstenciones.
Tras este rechazo y en el poco, y prácticamente nulo, respaldo que la compañía española ha terminado encontrando entre los miembros que conforman la Comisión comercial de Burdeos, se encontrarían esa denuncia y esa investigación, a las que hacíamos referencia, por supuestos beneficios por parte de Inditex del trabajo forzosos de los uigures. Un proceso que, como apuntábamos, mantiene abierto la Fiscalía francesa, y cuya importancia se encargaba de recalcar, y de recordar, a los miembros de la comisión Sandrine Jacotot, teniente de alcalde de Burdeos y miembro de la CDAC, influenciando de esta forma, y de manera decisiva, sobre la comisión, en su rechazo y poco apoyo a la solicitud de proyecto de obras presentado por Inditex.
“Esta denuncia”, se habría encargado de explicar la propia Jacotot ante los miembros de la Comisión, según las declaraciones recogidas por el medio regional francés Sud Ouest, “hace referencia a la utilización de trabajos forzosos por parte de los uigures a través de subcontratistas en China”, y en ella “se dice que el grupo español Inditex ha sido complice” de estas violaciones de derechos, al “conocer las condiciones en las que se producían sus artículos”.
Inditex rechaza las acusaciones
Frente a estas acusaciones, que por el momento siguen permaneciendo a la espera de lo que resuelvan las investigaciones abiertas por la Fiscalía francesa, lo cierto es que desde Inditex ya se manifestaban abiertamente en contra a mediados del pasado mes de abril. Momento en el que, coincidiendo con la interposición de la demanda presentada en su contra y contra otras tres multinacionales de la moda, Uniqlo, Sketchers y SMCP, por parte de un colectivo formado por diferentes organizaciones no gubernamentales y una supuesta víctima de trabajos forzosos uigur, la compañía salía al paso asegurando el que cumple escrupulosamente con los más altos estándares internacionales en materia de derechos humanos y en contra del trabajo esclavo.
“La acusación contra nuestra compañía carece completamente de fundamento”, aseguraban entonces desde Inditex en declaraciones a la agencia Efe. Sentencia que reforzaban sobre el firme principio de que la multinacional cumple “de forma escrupulosa con toda la legislación y recomendaciones existentes” en “defensa de los derechos de los trabajadores”, y que “dispone de un marco de cumplimiento en materia de derechos humanos basado en los más altos estándares internacionales”.
Del mismo modo, una vez ya abiertas, el pasado julio, las investigaciones por parte de la Fiscalía nacional antiterrorista de Francia (PNAT) a razón de la mencionada demanda, desde la española volvían a rechazar públicamente estas acusaciones. Señalando entonces, en declaraciones a la agencia francesa AFP, que el Grupo aplica una “tolerancia cero hacia cualquier forma de trabajo forzoso” y que cuenta con “procedimientos que garantizan el que estas prácticas no se den dentro de su cadena de suministros”. Punto sobre el que añadían que la compañía ya llevó a cabo un “riguroso” control de trazabilidad sobre sus estructuras, con el que pudo “comprobar que las alegaciones sobre las que se sostiene la demanda carecen de fundamento”.