Save the Date: las grandes citas con la moda de 2024

Madrid – Semanas de la Moda, ferias comerciales, pasarelas, desfiles, estrenos de series de televisión, exposiciones, galas, alfombras rojas… tan amplios como numerosos y heterogéneos resultan ser los grandes eventos protagonizados por las principales casas de moda, diseñadores, multinacionales y firmas de la escena internacional, que llegarán para dotar de un color y sabor único a este nuevo año de 2024 que acabamos de pasar a inaugurar. Eventos todos ellos para los que un extenso número de sus principales organizadores y promotores ya han adelantado, cuando no confirmado, las fechas exactas de su próxima organización para a lo largo de estos nuevos 12 meses del año que se nos presentan por delante, y que resultan ser ya una imperiosa necesidad el pasar a tener en cuenta, para la hora de no terminar de dejar de pasar por alto ninguno de los acontecimientos y actos que servirán para adelantar las nuevas tendencias que marcarán el estilo de la nueva moda en este nuevo año. ¿Listos entonces para actualizar agendas? Porque desde aquí pasamos ya a dar la bienvenida a los “Save the Date” de 2024.

Antes de empezar ya a entrar en materia, reservaremos unas primeras líneas para tratar de dibujar, a trazos generales, cuál está siendo el panorama y el actual contexto desde el que el conjunto de la industria va a necesariamente tener que salir a afrontar los nuevos tiempos que trae consigo este nuevo año de 2024. Un nuevo ejercicio para el que por fin ha terminado por desvanecerse la sombra más dura del coronavirus, pandemia que tanto ha terminado marcando los últimos ejercicios de 2020, 2021, 2022 y hasta de 2023 en distintas regiones del mundo, y cuyas incertidumbres y turbulencias derivadas, lejos de desaparecer, han terminado quedando en manos de acontecimientos igualmente dramáticos para buena serie de comunidades, como lo están siendo, por citar a los dos grandes conflictos que están dominando la escena internacional, la guerra abierta que sigue librándose en Ucrania tras la invasión del país por parte del ejército ruso en febrero de 2022, y a la que se sumó, en la recta final de este pasado ejercicio de 2023, la guerra entre Israel y los milicianos del grupo paramilitar palestino Hamás, en lo que, aún a día de hoy, sigue causando un amplísimo e incuantificable número de heridos y fallecidos entre la población civil de la Franja de Gaza. Dos conflictos que, como hemos venido viendo desde 2022, en lo relacionado a la guerra entre Rusia y Ucrania, y en los últimos meses de 2023, en lo que refiere a la guerra entre Israel y Hamás, han terminado por amplificar sus efectos hasta expandirse al ámbito de la moda, arrastrando en ese camino a un amplio número de firmas y multinacionales del sector hasta situarlas en el mismo centro de polémicos debates — véase como último ejemplo el de la tan comentada campaña de Zara—, dando así buena cuenta, una vez más, del poder de altavoz con el que cuenta el sector, y en el elevado interés que se guarda para la hora de instrumentalizar a la moda, y a su industria, ya sea en una u otra dirección, para terminar de forzarla a que responda a otros intereses que se sitúan mucho más allá de su mera función y valor, tanto artístico como funcional.

Sumándose a estas incertidumbres que dominan en la escena de la política internacional, y que parecen estar sirviendo al tiempo de germen para alumbrar un cada vez más beligerante clima en distintas regiones del mundo, el encarecimiento del coste de la vida que tanto se ha incrementado en 2023, sirve igualmente de motivo principal para terminar de dibujar el panorama al que va a tener que hacer frente el conjunto de la industria de la moda, ante la necesidad de dar respuesta a un conjunto de consumidores con cada vez un menor poder adquisitivo. Motivo que está empujando al sector a lo que ya está empezando a denominarse como la nueva “edad de oro” del “fast fashion”, en cuyo trono y principal y más elevado pináculo se encontraría el Grupo español Inditex, con su principal buque insignia, la cadena Zara, a la cabeza, ofreciendo en contra una oferta marcada por propuestas cada vez de un valor más elevado frente al de otras competidoras del mismo sector. Un aspecto que llegaría para subrayar y elevar el valor de la cadena, y de sus propuestas de moda, pero que no obstante está permitiendo abrir una espita por la que empiezan a colarse un distinto número de agentes globales, entre los que sin duda habría que apuntar hacia las multinacionales de la moda y del estilo de vida chinas Shein y Temu como las dos nuevas compañías que están llegando para liderar la industria del “fast fashion”, a medida que desde el conjunto del Grupo Inditex, y de otros grupos y cadenas rivales, como H&M, Mango, Fast Retailing (Uniqlo) o Primark tratan de alejarse de las connotaciones más peyorativas ligadas al concepto, ya sea apostando por un más cuidad y elevado desarrollo de su oferta comercial, defendiendo su valor para la hora de dar respuesta a las necesidades de distintos grupos de consumidores, o por una combinación de ambas estrategias como recurso. Todo ello, empujadas a su vez por las presiones que empiezan igualmente a recibir por parte de unos consumidores que ven cada vez con menos buenos ojos los efectos contaminantes que la industria ejerce sobre el medioambiente, y por parte de unas administraciones públicas que, en respuesta a eso mismo, están terminando de dibujar un conjunto de normativas, especialmente desde Europa y desde la Unión Europea, llamadas en su conjunto a terminar de impulsar la transición del sector hacia ese tan deseado nuevo modelo de economía circular, más sostenible y comprometido con el medioambiente y las personas.

A la espera de que termine de aprobarse y de entrar en vigor esa amplia batería de nuevas normativas que se están terminando de ultimar desde Europa, y que harán que todos los productos textiles que se vendan dentro de la UE, sean o no producidos dentro de las fronteras del espacio comunitario, sean más sostenibles, es precisamente esa caída del poder adquisitivo de los consumidores a la que apuntábamos, la que está justamente favoreciendo el que estos solamente encuentren una salida a la hora del vestir, precisamente en esas empresas que apuestan por modelos de “fast fashion”. Una contradicción de lo que se promulga, el consumo más consciente y de artículos y prendas de alto valor añadido, a lo que se practica, compras impulsivas de prendas de baja calidad, que precisamente destaca el valor que deben jugar las administraciones para la hora de garantizar el buen cumplimiento de los esfuerzos que están tratando de librarse para la hora de impulsar al conjunto de la industria hacia ese modelo más sostenible y circular.

Terminando de completar este lugar exacto en el que se encuentra el conjunto de la industria de la moda en el momento de abrirse a este nuevo ejercicio de 2024, no podemos tampoco dejar de pasar por alto la posición desde la que lo hace la conocida como “industria del lujo”, y de la moda de autor. Un sector que sería desde el que históricamente sí se han venido, en mayor medida, apostando por unos procesos y técnicas artesanales y más comprometidos, hacia las personas y hacia el entorno, y que en respuesta sí estaría más preparado que ningún otro para el momento de dar cumplimiento a las nuevas normativas en términos de circularidad, desde su oferta de alto valor añadido. Unas características que, en términos generales, han llevado al conjunto de la moda de autor a vivir durante estos últimos ejercicios su particular “edad dorada”, ante la que ya en este pasado 2023 pudimos asistir a los principales signos de debilitamiento de la industria del lujo. Un enfriamiento del sector consecuencia de, primero, esas comparativas cada vez más elevadas frente a los ejercicios previos, y segundo de esa caída de la confianza y de la caída del poder adquisitivo de los consumidores, frente a la que, hasta ahora, había logrado mantenerse al margen la industria del lujo y de la moda de autor. Un sector que justamente volverá a ser buen protagonista de los acontecimientos que llegarán para marcar este nuevo ejercicio de 2024, en un momento en el que, abriendo aquí ya una ventana de supuestos para los próximos 12 meses, serán esas nuevas normativas, en favor de la sostenibilidad y de la circularidad, así como los distintos compromisos en sostenibilidad adquiridos por las multinacionales, los que llegarán para seguir tratando de empujar y forzar la revolución del conjunto de la industria de la moda global. Industria para la que se espera que continúen dándose decisivos avances, dentro de este panorama marcado por la circularidad y la sostenibilidad y el mejor y más óptimo aprovechamiento de los recursos, tanto en materia de desarrollo y escalado de nuevos materiales, como los que de manera activa vienen tratando de apoyar desde la firma de moda británica Stella McCartney, como en el campo de la Inteligencia Artificial (IA) generativa. Disciplina para la que se espera que terminen de seguir alcanzándose nuevos hitos y logros, destapando de su mano todo el enorme potencial que encierra para su empleo como herramienta dentro de la industria de la moda, y sobre el que a lo largo de estos últimos meses habríamos únicamente alcanzado a saborear una pequeña parte, de la mano de propuestas tan vanguardistas como las desarrolladas por multinacionales como Revolve o Desigual, desde donde justamente despedían el 2023 presentando su tercera colección bajo demanda hecha mediante herramientas de IA generativa. Una tecnología que, protagonizando como se encuentra la segunda edición de su IA Fashion Week, ¿veremos seguir expandiendo su huella a nuevos escenarios de la moda? ¿o caer en el olvido y siendo superada por una nueva innovación tecnológica? De momento todo hace apuntar más a lo primero que a lo segundo, pero es que quién sabe lo que terminarán por depararnos y lo que terminará por alumbrarse a medida que avanzamos sobre el calendario, y sobre estas principales citas con la moda de 2024.

Las grandes citas con la moda de 2024