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We Are Knitters inicia un “prepack concursal” y ultima un acuerdo para su venta

Por Jaime Martinez

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Exterior de la antigua tienda de We Are Knitters en el número 47 de la calle de Fuencarral de Madrid (España). Credits: We Are Knitters.

Madrid – Acuciada por su situación de insolvencia, la firma madrileña We Are Knitters, especializada en la venta de ovillos de lana y de kits de tejer, ha decidido solicitar ante los juzgados el inicio de un “prepack concursal”. Un procedimiento relativamente nuevo dentro de la Ley Concursal española, en el que se habrían embarcado con diferentes ofertas ya en lista para cerrar una rápida venta de la compañía.

Fundada por la pareja de emprendedores formada por Pepita Marín y Alberto Bravo en 2011, y habiendo logrado consolidarse en el mercado como uno de los agentes de referencia dentro del universo DIY (Do It Yourself) al abrigo de las modas “hipsters” y de los crecientes modelos alternativos, y más conscientes, de consumir moda que empezaban a alzar cada vez más la voz a medida que nos adentrábamos en esa segunda década de los años 2000, We Are Knitters lograba disfrutar de sus mayores cotas de éxito ya durante aquellos primeros años después de su lanzamiento. Unos tiempos durante los que la firma DIY de ovillos de lana alcanzó a formalizar distintas colaboraciones con nombres como la firma de moda francesa Balzac Paris, con la histórica casa de cerámicas gallegas Sargadelos, o con el reconocido diseñador español Juanjo Oliva. Unas iniciativas sobre las que salieron a escalar en el año 2022 saltando del medio online al canal físico, con la apertura para entonces de su primera tienda física. Un primer punto de venta que abría para entonces sus puertas en el número 47 de la céntrica calle de Fuencarral de Madrid. Una arteria especialmente estratégica a nivel comercial dentro del trazado urbano de la capital de España, y que por entonces, y tras la disrupción provocada por la irrupción de la pandemia por coronavirus, se encontraba en plena ebullición, dando cabida entre sus lindes a todo un nuevo grupo de marcas nativas digitales y que, como We Are Knitters, salían a tratar de aprovechar la, momentánea, caída de los alquileres y lo vacíos que estaban quedando algunos establecimientos de las principales calles comerciales del país, para tratar de dar sus primeros pasos dentro del canal “offline”.

En este contexto, We Are Knitters se sumaba y seguía con la estrategia que ya en 2020, todavía más en plena pandemia, se decidieron a salir a emprender desde marcas como Blue Banana y Nude Project, poniendo en marcha una tienda en Fuencarral que, ya no es que estuviera cerca ni lejos, sino que es que estaba situada pared con pared con la tienda que en 2020 abrió la marca de la “aventura” de Juan Fernández Estrada y de Nacho Rivera, y con la que a comienzos de ese mismo 2022 abría la firma “de culto” liderada por Alex Benlloch y Bruno Casanova. Dos firmas que, junto a We Are Knitters, terminaban así por instaurar en el corazón de Fuencarral una estimulante muestra de la nueva realidad en moda que se abría paso sobre la escena minorista española tras los grises días de la pandemia. Muestra, que sin embargo ha terminado por evolucionar de distinta manera para cada una de esas tres protagonistas, incluso dentro de la misma calle de Fuencarral de Madrid. Vía donde Blue Banana ha pasado a sumar dos puntos de venta, sumando a su tienda original una segunda tienda en el número 41; mientras que Nude Project por su parte ha decido abrir igualmente una nueva tienda en Fuencarral, de mayor tamaño, pero acompañando finalmente su apertura con el cierre de la tienda que abrieron en el número 47; y con We Are Knitters protagonizando la peor de las evoluciones de las tres que nos ocupan, acometiendo el cierre a partir del 24 de marzo de 2024 de su tienda de Fuencarral. La única que para entonces contaba, y que había llegado a contar, la marca, tanto en Madrid, como a escala global.

El cierre de aquella tienda, hace ahora ya más de un año, llegaba para entonces para visualizar la compleja situación económica en la que había pasado a quedar la empresa, después de que con el final de la pandemia se desvanecieran buena parte de los ingresos que se habían llegado a generar durante la época y los días de confinamiento. Un regreso a los niveles de facturación previos a la pandemia, pero que incluso habría ido algo más allá, haciendo inviable el que la compañía pudiera ir haciendo frente a sus distintas obligaciones de deuda. Una situación ante la cual desde su dirección respondían, además de con el cierre de la tienda de Fuencarral, solicitando ante los tribunales, y en concreto ante el Juzgado de lo Mercantil nº2 de Madrid, un plan de reestructuración financiera. Un mecanismo que para entonces presentaban con el objetivo de evitar la entrada en concurso de acreedores, designando a la consultora Hint como encargada para su implementación, y para el que desde We Are Knitters recibían la homologación por parte del tribunal a mediados del pasado mes de octubre de 2024. Fecha a partir de la cual el plan de reestructuración quedaba “blindado” frente a los acreedores, que debían mantenerse a la espera de saber si realmente lograba llegar a buen puerto un plan de reestructuración que, según quedaba recogido en el auto decretado entonces por el Juzgado, y al que ha podido acceder FashionUnited, contemplaba “una propuesta razonable para evitar el concurso y asegurar la viabilidad de la empresa a corto y medio plazo”.

Con un acuerdo, casi cerrado, para su venta

A pesar de esas buenas intenciones con las que se presentaba ese plan de reestructuración, esta claro que el mismo ha terminado fallando en su objetivo por evitar la solicitud por parte de la empresa del concurso de acreedores, a la vista de las últimas informaciones sobre la compañía adelantadas por el medio económico El Economista, y desde las que se señala a que desde We Are Knitters habrían ya solicitado ante los tribunales el inicio de un “prepack concursal”. Un procedimiento regulado en la Ley Concursal 16/2022, y diseñado para acometer una venta rápida, en este caso de We Are Knitters, a un nuevo propietario, ante las dificultades identificadas ya por su actual dirección para la hora de llegar a poder responder de sus obligaciones de deuda y frente a acreedores.

Enmarcada como una fase previa a la de la declaración del concurso de acreedores por parte de la compañía, lo que ahora se ha solicitado por parte de We Are Knitters es que el tribunal designe un experto en reestructuración, para que este termine de preparar la venta, de manera rápida, de la empresa y de una parte de los activos asociados a ella, a un nuevo propietario. Una venta que se deberá de llevar a cabo y de formalizar prácticamente de manera inmediata una vez que la compañía haya terminado de solicitar formalmente la declaración voluntaria de concurso de acreedores, y para la que además desde el mismo medio económico señalan que We Are Knitters contaría con distintos interesados en tomar el control sobre parte de sus activos.

A este mismo respecto, las mismas fuentes señalan que se habría primado la oferta, de entre todas las presentadas, que más fondos para proveedores y un mayor compromiso de mantenimiento de los puestos de trabajo contemplaba. Unos empleos que, sin cifras ni tampoco el nombre de la sociedad o del empresario detrás de la oferta, contarían con un compromiso de mantenimiento de mínimo 2 años, resultando de entre las partes implicadas las que terminarían por llevarse la peor parte, sin garantías de llegar a lograr recuperar todos los fondos invertidos, tanto las entidades financieras, y de entre ellas y en primer lugar el Banco Santander y el BBVA, como los socios inversores de la compañía, entre los que figuraban fondos de inversión como Cabiedes&Partners, Derbaix Ventures y Bewater Funds, y empresarios e inversores como Javier Monzón, expresidente de Indra y Prisa; Santiago Bau, director de los negocios corporativos y financieros de El Corte Inglés; o reconocido emprendedor español Pablo Fernández, quien a finales de 2022 terminó por hacerse con el 10 por ciento de We Are Knitters.

Mientras tanto, y en lo que respecta a sus fundadores y actuales máximos responsables, Pepita Marín y Alberto Bravo se mantenían hasta ahora como accionistas mayoritarios de la empresa, pero con una participación ya no mayoritaria y reducida a cerca del 43 por ciento de la sociedad. Unas acciones que, al igual que el resto de las participaciones, terminarán convertidas en papel mojado una vez que se acuerde la venta de la unidad productiva y de los activos de We Are Knitters a su nuevo propietario, quien de este modo contará con las herramientas, y los activos, para impulsar una nueva etapa para la compañía. Etapa sobre la que también se adelanta que Pepita Marín, quien además de cofundadora venía ejerciendo el cargo de consejera delegada de We Are Knitters, habría acordado mantenerse al frente de la compañía, al menos durante una primera etapa y con el propósito de asegurar una correcta transición en sus operativas, mientras la parte compradora empieza a tomar el control sobre la actividad operativa de la empresa.

En resumen
  • We Are Knitters, empresa española especializada en la venta de ovillos de lana y kits de tejer, ha solicitado un "prepack concursal" debido a su situación de insolvencia.
  • La empresa, fundada en 2011, experimentó un gran éxito inicial, colaborando con marcas reconocidas y abriendo una tienda física en Madrid, pero enfrentó dificultades económicas tras la pandemia.
  • A través de este procedimiento se busca cerrar una venta rápida del negocio de la empresa a un nuevo propietario, para lo que se han puesto como principales objetivos el mantenimiento del mayor número posible de puestos de trabajo y el poder asegurar la continuación de la marca.
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