Puig, sin suelo: sus acciones siguen marcando mínimos tras caer a la cota de los 14 euros
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Madrid – Puig, la multinacional española de la perfumería, la moda y la belleza propietaria, entre otras, de casas de moda como Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier o Paco Rabanne, sigue sin encontrar suelo al valor de sus acciones en Bolsa. Unos títulos que tras perder la cota de los 16 euros hace ahora justamente una semana, cerraban la última sesión de cotización marcando un nuevo mínimo máximo, después de que, por primer vez desde el salto al parqué de la compañía, sus acciones llegasen a caer a la cota de los 14 euros la acción.
Si de este modo hace justamente una semana, el pasado lunes 31 de marzo de 2025, destacábamos cómo la compañía española seguía viendo desinflarse el valor de sus títulos en Bolsa, con unas acciones que, marcando por entonces un nuevo mínimo máximo, terminaban cerrando aquella sesión registrando una caída de un -4,72 por ciento, tras pasar de los 16,52 euros a los que marcaban al inicio de la jornada, a los 15,74 euros con los que cerraban la sesión de cotización, entrando por primera vez en la cota de los 15 euros, estas marcas se terminaron por ver ampliamente superadas, a la baja, tras el transcurso de la complicada semana que se terminaba por vivir en la totalidad de las Bolsas mundiales. Complicaciones todas ellas derivadas de esa guerra comercial iniciada, vía imposición de aranceles, por la nueva Administración de los Estados Unidos del presidente Donald J. Trump, y que, ya antes de incluso de concretarse en sus impactos sobre los socios comerciales del país norteamericano, ya comenzó por afectar al valor de los títulos de Puig, después de que durante aquella jornada del lunes 31 de marzo su mismo presidente ejecutivo, Marc Puig, adelantase los planes de la compañía para tratar de “compensar” parte del impacto de los aranceles prometidos por el Gobierno estadounidense vía aumento de precios para sus artículos en el país norteamericano.
Hilando con ese anuncio, y ya después de que el presidente Trump diera a conocer su nueva “hoja de tarifas” a las importaciones a Estados Unidos, siguiendo con el pánico que se terminó de desatar en los mercados mundiales, las acciones de Puig, ya asentadas en la cota de los 15 euros, seguían marcando nuevos mínimos, cayendo durante el ya conocido como “jueves negro” del 3 de abril un -4,88 por ciento, desde los 15,98 euros a los que cerraron la sesión del miércoles, hasta los 15,20 euros la acción a los que cerraban esa complicadísima jornada, firmando un nuevo mínimo máximo. Una caída con la que, y así es de justicia reconocer, las acciones de Puig se comportaban de una manera mucho más sólida que las de otras grandes multinacionales de referencia de los sectores moda y belleza, pero en lo que no impedía a la multinacional española asomarse ya al precipicio de la cota de los 14 euros la acción. Una marca en la que finalmente, y por primera vez desde que la compañía saltase al parqué el pasado 3 de mayo de 2024, a los 24,50 euros la acción, terminaban por tocar sus acciones durante la jornada de cotización del viernes 4 de abril. Sesión durante la cual los títulos de Puig alcanzaron durante la primera parte de la jornada a recuperar parte del terreno perdido durante el día previo, logrando escalar hasta la cota de los 15,58 euros, pero para a continuación volver a sucumbir ante el miedo y la incertidumbre que volvió a apoderarse de los mercados tras el anuncio del Gobierno chino de responder a los aranceles de Trump con la imposición de aranceles del 34 por ciento a las importaciones de productos estadounidenses. Una escalada en esta guerra comercial, que empujaba a las acciones de Puig a marcar un nuevo mínimo máximo en los 14,71 euros la acción, para desde ahí y no obstante lograr “salvar” por la mínima la marca de los 15 euros, cerrando la sesión en los 15,06 euros la acción, acumulando con ella una caída de un -0,92 por ciento sobre el valor de arranque de la jornada, en los 15,20 euros la acción.
A la espera de este modo de lo que pueda terminar dejando tras de sí esta primera sesión de cotización de este lunes 7 de abril, y el resto de jornadas de esta semana que ya se presupone como más que complicada en los mercados internacionales, como mayor mínimo máximo registrado, hasta la fecha, por los títulos de Puig, se mantiene ese nivel de esos 14,71 euros a los que llegaron a caer sus acciones durante la jornada de este pasado viernes 4 de abril. Estando ahora el interés, después de que las acciones de la compañía alcanzasen a lograr no cerrar la última sesión ni la semana por debajo de los 15 euros la acción, en ver si los títulos de Puig logran mantenerse sobre esa cota, o si por el contrario seguirán sin encontrar suelo, pasando a seguir evolucionando, a la baja, por debajo de esos 15 euros por acción, tal y como ya hicieron durante la última sesión de cotización del pasado viernes. Una jornada que así pues las acciones de Puig cerraban acumulando una caída semanal del -8,83 por ciento, tras caer de los 16,52 a los 15,06 euros la acción; valor este que representa una caída de un -38,53 por ciento, frente a esos 24,50 euros a los que salieron a cotizar las acciones de Puig el 3 de mayo de 2024.
Unas acciones en barrena, marcando mínimo máximo tras mínimo máximo
Con unas sólidas cuentas, además en máximos históricos, como las que desde Puig presentaron a fecha del pasado 27 de febrero de 2025, sobre su último año fiscal de 2024, un ejercicio que la multinacional española de la moda y la belleza alcanzó a completar disparando su facturación hasta los 4 790 millones de euros (+11,29 por ciento), y su beneficio neto hasta los 530,64 millones de euros (+14 por ciento), la duda está en saber los motivos por los que sus acciones han venido siendo tan duramente castigadas a lo largo de estos últimos meses, y ya con anterioridad al anuncio de estos nuevos aranceles decretados por la Administración estadounidense. Unas cargas que han llegado cierto es que para terminar de dar una última “puntilla” a la depreciación del valor de los títulos de Puig, unas acciones que no obstante ya habían venido sufriendo en bolsa, tras la caída del -14 por ciento registrada el pasado 6 de septiembre después de la publicación de los resultados del primer semestre de 2024, y en lo que terminó por suponer un verdadero punto de inflexión en la, hasta entonces brillante, trayectoria de Puig como compañía cotizada. Habiendo identificándose al respecto como posibles causas estimadas de esta sostenía depreciación del valor de sus acciones, atendiendo a lo advertido por distintos analistas a lo largo de estos últimos meses y semanas, al debilitamiento de la demanda de artículos de lujo, al mal comportamiento de su división de maquillaje, y por último a esta nueva guerra arancelaria, llamada a complicar el desempeño de Puig en los Estados Unidos, su primer y mayor mercado en términos de facturación. Tres causas a las que además, y desde aquí, sumamos la falta de un plan estratégico detallado desde el que la compañía apunte claramente cuáles van a ser sus estrategias para la hora de seguir tratando de hacer evolucionar su negocio y seguir sumando valor a sus operaciones y desempeño, tanto para el corto como medio y a un más largo plazo.
Ahondando en cada una de estas cuatro causas a las que hemos apuntando, y sin el ánimo de pretender ser reiterativos tras los análisis sobre Puig ya publicados por FashionUnited durante la pasada semana, en lo que respecta a ese “debilitamiento de la demanda de artículos de lujo”, se apunta a que las acciones de Puig habrían venido sufriendo en Bolsa durante la última recta final del mes de marzo, como resultado de la bajada de previsiones que Bank of America realizó a mediados de mes sobre el sector del lujo. Un sector en el que, según el análisis de XTB, los inversores situarían a Puig, a pesar de que, y coincidimos en su apreciación, la compañía española se desarrolla en un subsector del lujo muy específico, y concretamos desde aquí, en el del “lujo accesible”, o “aspiracional”. Un mercado nicho que precisamente guarda el potencial de crecer tanto cuando el lujo en su totalidad crece, como cuando decrece, gracias precisamente a que lo que ofrece es una entrada más “democrática” a ese universo del gran lujo que pocos pueden permitirse, a través de cosméticas y de fragancias como las que posiciona Puig como principales fuentes de ingresos. Una cuestión de la que estamos seguros de que los inversores sí son conscientes, y que nos lleva por tanto a relativizar el que este esté siendo un motivo de peso como para afectar en este grado a las acciones de Puig.
También por parte de distintos analistas, se señala como un factor que ha venido afectando al valor de sus acciones en Bolsa, al debilitamiento de Puig en los segmentos de cuidado de la piel y del maquillaje. Segmentos que cerraron su ejercicio de 2024 registrando ventas, respectivamente, por 516,2 millones de euros (+19,8 por ciento) y por 763 millones de euros (-1,3 por ciento), completando la facturación registrada por sus operaciones en el segmento de “Fragancia y Moda”, por 3 538 millones de euros (+13,6 por ciento). De nuevo una apreciación muy discutible, primero, por ese disparado aumento de las ventas en cuidado de la piel del +19,8 por ciento, y segundo por esa caída en maquillaje que, siendo cierta, fue resultado de lo que se estima como más que una cuestión puntual, relacionada con esa retirada de lotes del espray fijador de maquillaje “Airbush Flawless Setting Spray” de Charlotte Tilbury del que desde Puig informaron en diciembre de 2024. Una retirada que ya señalaron en su día que afectaría al desempeño final de toda esa división de maquillaje, que durante el tercer trimestre logró registrar un crecimiento del +7,3 por ciento, aunque sufriendo ese “golpe” durante el cuarto trimestre con una caída del -7,2 por ciento de las ventas, que terminó por traducirse en esa caída interanual de las ventas al cierre del ejercicio del -1,3 por ciento. Bajada de la facturación que, tomando como causa esa cuestión puntual de retirada de los lotes de espray fijador, realmente lo que destapa no es tanto un debilitamiento de sus comportamiento en maquillaje, sino principalmente la especial dependencia de Puig para sus operaciones en ese segmento en la marca Charlotte Tilbury.
Como tercer motivo, y causa ya de esta última depreciación del valor de las acciones de Puig al que hemos venido asistiendo, estaría esa guerra comercial en la que se ha decidido por embarcarse el presidente Donald Trump. Un punto en el que sí coincidimos con los principales analistas que han venido ofreciendo sus recomendaciones y análisis sobre los títulos de Puig, compañía que habría venido soportando esa caída acumulada del -8,83 por ciento del valor de sus acciones durante esta última semana, como respuesta especialmente a su especial exposición al mercado estadounidense. Un país que desde la dirección de Puig señalan directamente como a su mayor mercado global, en términos de ingresos netos, aunque sin especificar a cuánto ascienden específicamente esos ingresos, de entre los 1 714,6 millones de euros que la compañía facturó en el conjunto de todas las Américas durante su ejercicio de 2024 (+11,1 por ciento). En cualquier caso un mercado por tanto más que estratégico para la compañía española, y al que además catalogan como “el mercado de belleza más grande del mundo”, y en el que es de esperar que sus operaciones se terminen de resentir, y con ellas las del conjunto del Grupo, a raíz de esta imposición por parte del Gobierno estadounidense de aranceles del 20 por ciento de las importaciones europeas a los Estados Unidos, un país en el que, a pesar de su peso, Puig no cuenta con ninguna planta de producción, las cuales concentra en España, Francia, Grecia y la India. Mercados todos ellos gravados con nuevos aranceles de entre el 20 al 27 por ciento por parte de la Administración Trump, en un impacto que la compañía tiene intención de “compensar” vía aumento de precios, siguiendo con lo señalado por Marc Puig el pasado lunes 31 de marzo, y ya adelantado entonces por FashionUnited.
Además de a estas tres causas señaladas por distintos analistas, y sobre las que, partiendo de las razones detalladas, únicamente coincidimos en el potencial impacto de los nuevos aranceles a las importaciones a Estados Unidos sobre el desempeño de Puig, y en respuesta al impacto de estos sobre el desempeño en Bolsa de las acciones de la compañía española registrado durante esta última semana, desde FashionUnited volvemos a incidir en la falta de un plan estratégico desde el que la compañía concrete cómo va a tratar de seguir buscando hacer crecer y hacer evolucionar su modelo de negocio. Un modelo sobre el que coincidimos con su dirección a la hora de señalar su gran potencial, para lo que basta con mirar a una cartera en la que se integran casas de moda de la talla de Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne, Jean Paul Gaultier o Dries Van Noten, pero sobre el que seguimos apreciando esa falta de un guión desde el que se aclare cómo la dirección va a tratar de seguir buscando destapar, o si lo va a tratar de hacer, todo ese potencial, y en especial el de esas casas de moda que, a día de hoy, ejercen de meros paraguas bajo los que desarrollar el negocio de fragancias de la compañía española. Contando como singular excepción con el caso de Carolina Herrara, para la que Puig sí que acordó ese mayor desarrollo de la marca en moda con la creación, junto a Textil Lonia —empresa de la que Puig además posee el 25 por ciento de su capital—, de esa línea independiente CH Carolina Herrera, que se posiciona como un estimulante antecedente de cómo la compañía podría ser capaz de seguir aprovechando ese potencial de sus marcas en cartera.
Se trata esta de solo una de las posibles posibilidades que se podrían barajar, llegado claro está el momento más idóneo, hasta el cual en cualquier caso desde la dirección de Puig sería bueno que aclarasen cualquier nuevo punto más sobre sus estrategias a seguir, tanto para sus segmentos de Fragancias y moda, Maquillaje y Cuidado de la piel, y sobre los que seguimos desconociendo si para ellos la compañía lo va a fiar todo a nuevos lanzamientos de productos, o a nuevas estrategias, y de qué índole, para sus operaciones en los canales minorista, mayorista y/o digital. Cuestiones estas para las que, al igual que para una mayor concreción de la respuesta de la compañía a los nuevos aranceles, habrá que esperar para ver si la dirección de Puig se pronuncia, coincidiendo con la presentación, programada para el próximo lunes 28 de abril, al cierre de los mercados, de los resultados registrados por Puig durante el primer trimestre de 2025.
- Las acciones de Puig han experimentado una caída significativa, alcanzando mínimos tras mínimos históricos, especialmente debido a la guerra comercial iniciada por Estados Unidos y la imposición de aranceles.
- Analistas señalan el debilitamiento de la demanda de artículos de lujo y al bajo rendimiento de la división de maquillaje como factores que contribuyen a la depreciación de las acciones de Puig.
- Relativizando esas causas, se destaca por parte de FashionUnited la falta de un plan estratégico claro por parte de Puig para impulsar el crecimiento de su modelo de negocio, y especialmente de cara a aprovechar el potencial de sus marcas de moda.