El Museo Balenciaga confronta desde una exposición a Cristóbal Balenciaga y a Demna
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Madrid – Las dos etapas más brillantes de la casa Balenciaga, la era marcada por su fundador y la más reciente dirigida por el georgiano Demna, se reúnen, se funden e integran en el marco de la exposición “Balenciaga. Las sutilezas de un diálogo”. Una muestra que podrá visitarse desde este 23 de mayo y hasta el próximo 11 de enero de 2026 en el Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria, que terminar así por abrirse a la tan controvertida como magistral obra de quien se ha mantenido como el director creativo de la histórica casa de modas durante los últimos 10 años.
Para aquellos que se atrevían a dudar de la vigencia y la influencia que a día de hoy sigue ejerciendo dentro del universo de la moda la inconmensurable e inabarcable figura de Cristóbal Balenciaga, bastaría para responderles con simplemente invitarles a recorrer algunas de las principales noticias que han venido sucediéndose a lo largo de estas últimas semanas y días. Noticias entre las que nos encontramos con la del desfile de presentación de la colección “Aldamar” con la que el diseñador español Ze García terminaba por irrumpir entre las paredes del Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria, desembarco que practicaba de manos de un propuesta desde la que exhibía no pocas concomitancias con el saber hacer y la metodología de trabajo del gran maestro español de la Alta Costura; o con la del nombramiento de Pierpaolo Piccioli como nuevo director creativo de la casa Balenciaga. Un cargo para el que, a la vista de propuestas como la colección de Alta Costura, para la temporada Otoño/Invierno 2023/2024, que el italiano firmaba para Valentino, hay que reconocer que Piccioli cuenta con un prometedor potencial para llegar a terminar de revisitar de manera magistral la obra del maestro de Guetaria, aunque parece también claro que llegando para imprimir un sustancial cambio de códigos en la casa, una vez que termine por tomar el relevo al frente de su dirección creativa de Demna. Diseñador georgiano que se ha mantenido como director creativo de la casa Balenciaga desde 2015, liderando desde esa posición y desde entonces un tan brillante como no poco comentado, ni controvertido, proceso de relanzamiento y reposicionamiento de la firma como casa de Alta Costura.
Durante esta última década durante la que se ha terminado de forjar la “era Demna” de Balenciaga —era que toca ya a su fin con la próxima entrada del diseñador como nuevo director creativo de Gucci, firmas ambas en manos del grupo francés Kering—, no han sido pocos los ataques ni las acusaciones que se han vertido contra el georgiano, al que se le censuraba el no estar a la altura ni el lograr llegar a responder ante el gran legado que construyó bajo su nombre el diseñador español. Señalamientos que nunca hemos compartido, como demuestran los distintos análisis que se han venido publicando desde FashionUnited de las colecciones de Demna para Balenciaga, al apreciar en ellas siempre y de manera clara unos lazos de unión entre las producciones de Cristóbal Balenciaga y de Demna. Lazos que ahora se terminan de descubrir y ensalzar desde esta exposición “Balenciaga. Las sutilezas de un diálogo”, con la que el Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria termina por enfrentar y poner a dialogar las obras, las sensibilidades y los lenguajes creativos expresados, a través de un legado que ya forma parte de la historia de la casa Balenciaga, por Cristóbal Balenciaga, su fundador, y Demna, el responsable de haber marcado el presente más inmediato de la firma, y de liderar su nuevamente consagración como casa de Alta Costura.
“Esta exposición ofrece la oportunidad de encontrar intercambios, evidentes en ocasiones y en otras inesperados, entre las líneas creativas que han establecido la herencia de Balenciaga” a lo largo de los años, y como se hace especialmente evidente en “algunos de los ‘looks’ más característicos de la firma” presentados “en los últimos tiempos”, y “basados en las reinterpretaciones” de esas “mangas, cuellos y capuchas” por las que tanto se distinguían las creaciones del fundador de la firma, expresan desde la dirección del Museo Balenciaga de Guetaria. Unas relaciones que se establecen a partir de un discurso expositivo armado a partir de las creaciones de “Cristóbal Balenciaga y Demna”, desde las que se establece, en el contexto de esta exposición, “una conversación continua y fluida entre el pasado y el presente, ofreciendo a los visitantes una visión única de la perdurable excelencia técnica y la riqueza creativa de la Casa Balenciaga”.
Un diálogo entre los fundamentos y el presente más reciente de la casa Balenciaga
Presentada por el Museo Cristóbal Balenciaga, en colaboración con la firma Balenciaga, esta supone la primera exposición organizada por la casa dentro de unas instalaciones museísticas desde su fundación. Un camino que es de entender que debía de empezarse a dar desde las salas de esta “casa de Balenciaga” que es su museo de Guetaria, y hacia el que la exposición comenzó ya a redirigirse tras su presentación inicial, el pasado mes de julio de 2024, como piedra angular de las celebraciones puestas en marcha para entonces por la multinacional francesa del lujo Kering, propietaria de la marca Balenciaga, con motivo de las Jornadas Europeas del Patrimonio.
Abierta ya al público desde este viernes 23 de mayo de 2025, y hasta el próximo 11 de enero de 2026, la exposición “Balenciaga. Las sutilezas de un diálogo” presenta una cuidada selección de un total de 31 piezas de indumentaria de Cristóbal Balenciaga y de Demna. Unas creaciones procedentes de los extensos archivos de la firma, en los que se atesoran desde algunos de los primeros trabajos de su fundador, hasta algunas de las más brillantes creaciones firmadas por Demna durante estos últimos años, tanto de las colecciones de prêt-à-porter como de Alta Costura, y que se han terminado de completar con la incorporación a la exposición, a modo de pieza especialmente simbólica, de una obra procedente de los propios fondos del museo de Guetaria. Un diseño con el que se ha querido manifestar así, y desde esta primera exposición temporal del año del museo, cómo la exposición no solamente sirve para evidenciar el diálogo entre las obras de Cristóbal Balenciaga y de Demna, sino también el que se establece entre la casa Balenciaga y este Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria, guardián de unos fondos y promotor de una programación cultural siempre en torno a la figura de Cristóbal Balenciaga, a sus aportaciones a la historia de la moda, y a su legado y permanente influencia dentro de la industria de la moda, desde ayer y hasta el día de hoy.
Con una igualmente cuidada escenografía especialmente pensada para enfatizar, desde el detalle, cómo “los todo” de las obras de Balenciaga y de Demna presenta más puntos en común de lo apreciable a simple vista, como hilo conductor de la exposición la muestra se ha tratado de focalizar y estructurar en torno a seis temáticas que abarcan aquellos principales puentes en común que unen “las edades” de la Balenciaga de Cristobal Balenciaga y la de Demna. Temas entre los que se señalan a la importancia con la que cuenta el cuello en las construcciones tanto de Balenciaga como de Demna, como un elemento que “contribuye de forma decisiva al conjunto y al porte”; a la presencia de la manga en tres cuartos como mejor reflejo de la importancia que Cristóbal Balenciaga presta a las mangas “desde sus inicios”, siendo este “un elemento fundamental también para Demna desde sus primeras colecciones” para la firma; o al juego de las cinturas como elemento con el que no solo marcar las siluetas, sino llegar a marcar las tendencias de la moda durante las distintas décadas.
En ese ejercicio, brillantemente llevado a la práctica por Balenciaga con sus trajes entallados de los años 40, su línea “Cocoon” de los 50, o sus vestidos “Saco” de finales de esa misma década, adquiere un protagonismo especial esas siluetas “Cocoon”, hasta el punto de erigirse en un elemento principal más de esta colección y de este diálogo entre Balenciaga y Demna. Y es que a partir de esa disrupción volumétrica sobre las siluetas imperantes de la época, Balenciaga perfila un cuerpo que se distancia del tejido que lo envuelve, concibiendo vestidos y prendas que actúan a modo de caparazones esculturales que protegen, al tiempo que aportan comodidad y elegancia y espectacularidad a quien los porta. Unas siluetas que recupera especialmente Demna en sus colecciones para la casa, enfatizando ese cómo “al dejar de estar anatómicamente definida”, señalan desde el Museo Balenciaga, “la prenda cuestiona su humanidad”, resultando en una construcción singularmente hipnótica y futurística.
Como quinto elemento en torno al que gravita la exposición, y es que naturalmente no podía falta, se señala al emblemático “negro Balenciaga”. Un tono que el modista español consiguió convertir en el summum de la máxima elegancia y sofisticación, estableciendo un diálogo entre sus creaciones, el luctuoso negro tan arraigado en la España de su infancia, y el regio negro de la fastuosa corte española del Siglo de Oro. Un dialogo al que Demna se ha encargado de añadir un último capítulo durante estos 10 años al frente de la casa Balenciaga, y que esta exposición pone especialmente en valor, a través de una selección monocromáticas negras, desde las que se enfatizan los múltiples matices y la riqueza formal con las que desde la casa siempre se ha trabajado el negro, ya fuese a través de encajes, de centelleantes bordados de azabaches, o de envolventes mantos de gazar; o de los tupidos terciopelos negros y los ajustados neoprenos —sostenibles— empleados por Demna durante esta década como director creativo de la firma. Cerrando ya con un último tema desde el que justamente la exposición trata de enfatizar y de poner en valor esas visiones, intenciones y perspectivas que, al margen de aspectos y/o elementos concretos, se aprecian como compartidas y comunes entre Cristóbal Balenciaga y Demna, estableciendo el fundamento precisamente sobre el que al final se termina por asentar todo este diálogo entre el uno y el otro que se presenta en el marco de esta exposición “Balenciaga. Las sutilezas de un diálogo”.
“Cristóbal Balenciaga y Demna comparten consideraciones conceptuales como el gusto por las construcciones arquitectónicas, los volúmenes exagerados y la liberación de las líneas de la silueta, a partir del movimiento de la prenda y la invisibilización del cuerpo”, tratan de sintetizar desde el Museo Balenciaga. Con ello se hace patente el que, “más allá de sus biografías, Balenciaga y Demna trabajan en una Alta Costura contemporánea” desde la que plantean “una reflexión sobre la esencia de la prenda”, reflexión “que exige los conocimientos más avanzados para hacer y deshacer una silueta” que ambos son capaces de presentar “permanentemente reconfigurada”. Así, y “con cinco décadas de diferencia”, Demna y Balenciaga “tienen en común el gusto por la experimentación y el cuestionamiento de las convenciones dominantes”. Unas concomitancias desde las que “los estilos de estos dos diseñadores entablan un diálogo profundo, unas veces evidente y otras más sutil”, pero que en cualquier caso “la yuxtaposición de las piezas expuestas nos permite percibir”, en el marco de esta exposición.
- La exposición "Balenciaga. Las sutilezas de un diálogo" en el Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria une las eras de Cristóbal Balenciaga y Demna.
- La muestra destaca la vigencia e influencia de Cristóbal Balenciaga, así como el controvertido relanzamiento de la firma por Demna como casa de Alta Costura.
- La exposición presenta 31 piezas que evidencian el diálogo entre las obras de Cristóbal Balenciaga y Demna, explorando temas como el cuello, las mangas, las cinturas y el emblemático negro Balenciaga.