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Las dependientas de Inditex toman la sede de Arteixo y llaman a la huelga

Por Jaime Martinez

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Concentración “solidaria” de miembros de la CIG frente a la sede de Inditex en Arteixo, el sábado 15 de junio de 2024. Credits: CIG.

Madrid – Desde un penúltimo acto reivindicativo desde el que están tratando de forzar a la compañía para que se abra a negociar una mejora de sus condiciones laborales, representantes sindicales de las dependientas y dependientes de tienda de Inditex de la provincia de La Coruña han tomado la sede central de la multinacional, en la localidad gallega de Arteixo. Unas instalaciones en las que permanecen atrincherados desde el pasado viernes 14 de junio.

Como origen de este último enfrentamiento entre la dirección de la multinacional de la moda española y sus trabajadores de tienda de la provincia de La Coruña, región en la que se encuentran representados, en un 70 por ciento, por el combativo sindicato de la Confederación Intersindical Galega (CIG), desde la misma organización sindical enarbolan el compromiso que sostienen que, por escrito, les hicieron llegar desde la dirección de Inditex el pasado mes de diciembre, y desde el que la compañía accedía a reactivar la mesa de negociación provincial para abordar el amplio abanico de mejoras laborales y sociales que terminaron por caerse del anterior acuerdo pactado entre las partes, en diciembre de 2022. Una disparidad de temas que desde la CIG estiman que Inditex ya está en posición de abrirse a negociar, tras recoger récord sobre récord desde sus cuentas de resultados, pero postura frente a la que la dirección de la multinacional se estaría mostrando especialmente esquiva a acceder a adoptar, a pesar de las permanentes presiones que han tratado de ejercer desde la CIG a lo largo de todos estos últimos meses.

A este respecto, y tal y como hemos tratado de venir recogiendo desde FashionUnited, una vez que desde la dirección de Inditex terminaron por dar a conocer los resultados financieros, nuevamente en máximos, de su último ejercicio fiscal de 2023, no tardaron los representantes de sus trabajadores en salir a exigir una mayor “socialización” de sus cuentas y un reparto más justo de los beneficios entre aquellos que, sostienen, son quienes contribuyen con su trabajo de manera decisiva a que puedan alcanzarse. Entre ellos, los de una CIG que, reeditando el programa de actos reivindicativos que dio lugar a aquel acuerdo histórico de diciembre de 2022, volvían a convocar una multitudinaria manifestación en La Coruña este pasado mes de abril de 2024. Un acto que ya situaban como el pistoletazo de salida a un nuevo y decidido programa de actos reivindicativos y de protesta, que desde ahí continuaba con la toma del control de acceso a la sede central de Inditex en Arteixo, a mediados del mes de mayo; y con la organización de una nueva exposición de fotografías reivindicativas frente a la “flagship store” de Zara en La Coruña, a comienzos de este mismo mes de junio. Unas acciones que en ningún caso lograron surtir los efectos buscados por parte de la CIG, cuyos delegados terminaban tomando finalmente en la mañana del viernes, 14 de junio, las instalaciones y uno de los auditorios internos de la multinacional.

Bloqueo de comida y enchufes apagados

Según a este mismo respecto defienden desde la CIG, como base de esta último acto de protesta se encontraría la negativa de Inditex a reabrir las negociaciones provinciales para abordar las mejoras laborales y pendientes que quedaban pendientes de tratar desde la firma del acuerdo de diciembre de 2022. Unas negociaciones que, sostienen desde la CIG, Inditex se comprometió por escrito a abordar el pasado mes de diciembre, pero que, tal y como ya se les comunicó cuando en mayo tomaron el control de acceso al edificio exigiendo ser atendidos por la dirección de la empresa, solo podían ser abordadas de manera parcial, dado que algunas de sus reclamaciones se están abordando desde las mesas de negociación que la compañía mantiene abiertas a nivel nacional. Una máxima que rechazan de plano desde la CIG, acusando a la compañía, nuevamente, de querer trasladar las negociaciones de las condiciones laborales de los trabajadores de La Coruña a Madrid, a un ámbito de negociación donde la CIG no pueda contar con mayoría como para hacer valer su actitud reivindicativa y combativa frente a la dirección.

Parte del grupo de los delegados de la CIG que se han instalado en el interior de la sede de Inditex en Arteixo, Galicia (España). Credits: CIG.

Manteniéndose así firmes y en su convicción del deber de hacer valer sus posiciones frente a la dirección de la compañía, tras ser desoídos de manera reiterada en sus reclamaciones, y a la vista del poco ánimo que despertó para la causa la segunda muestra pública de fotografías reivindicativas, desde la CIG se decidieron a llevar un paso más lejos la acción de la toma del control de acceso de la sede de Inditex, tomando ahora el interior de las instalaciones de la sede de la multinacional. Un acto que se decidían a llevar a cabo al ver el éxito que suscitó para la causa de los trabajadores del centro logístico de Inditex en Arteixo. Unos trabajadores que lograron forzar a la dirección a sentarse a negociar y a firmar un acuerdo de mejora de sus condiciones laborales, tras mantenerse enclaustrados en su sede por más de siete horas. Una respuesta la que se dio entonces que nada tiene que ver con la que se les está dando ahora a los delegados de la CIG, en lo que desde el sindicato argumentan que es una nueva muestra del trato desigual que la compañía muestra a sus trabajadores en función de la posición que ocupan dentro de su organigrama.

“Al contrario de lo que ocurrió con los representantes de los trabajadores del almacén logístico, con los que Inditex accedió a negociar, a las delegadas de las tiendas ni siquiera las reciben, y van a continuar encerradas durante todo el fin de semana”, explicaban desde la misma CIG este pasado sábado, 15 de junio, segundo día de “encierro” de las delegadas y delegados de los trabajadores de tienda de Inditex en la sede de Arteixo. Una jornada de la que desde el sindicato se valieron para ofrecer una última actualización sobre la situación que se vivía en el interior de las instalaciones, y para movilizarse en solidaridad de los delegados encerrados a las puertas de la sede de la multinacional en Arteixo. Un acto este del que igualmente se valieron para aprovechar y hacerles entrega de comida, dado que, relataban a través de una nota, “la empresa ha prohibido expresamente se les facilitasen víveres”, además de “cortarles la electricidad de los enchufes”.

“Las compañeras y compañeros permanecen en un auditorio que hay dentro del complejo, y desde ahí periódicamente publican vídeos en las redes sociales para mostrar que su lucha continúa adelante, puesto que Inditex ha puesto en marcha su maquinaria para desinformar y durante la tarde” del viernes, día 14, “se dedicaron a asegurar a los medios que los trabajadores ya habían abandonado las instalaciones”, detallan desde la CIG. Además, y en lo que entienden como “un intento por cortar también esta vía de información”, durante la mañana del sábado, profundizan, “la empresa cortó el suministro eléctrico de los enchufes del auditorio en el que se encuentran”, censuraban desde la CIG. Unos esfuerzos que no han surtido efectos, dado que durante toda la jornada del domingo las delegadas y delegados de la CIG se mantuvieron también en el interior de las instalaciones, faltará ahora por ver si en una situación que termina por corregirse durante esta jornada de lunes día 16 de junio.

Huelga para el 27 de junio

Reafirmándose en sus reclamaciones, desde la CIG sostienen que los delegados permanecerán en las instalaciones de la sede central de Inditex en Arteixo hasta que la empresa acuerde negociar y concrete una fecha para retomar las reuniones de la mesa de negociación provincial. Un órgano del que defienden que quieren valerse para poder negociar las condiciones laborales de los trabajadores de tienda de la provincia de La Coruña, desde La Coruña, entre otras porque, argumentan, “son cuestiones que solo afectan a la provincia de La Coruña”. Una sentencia que a todas luces no compartirán a bien seguro desde Inditex, tras lo ocurrido durante la firma del acuerdo de diciembre de 2022. Un pacto al que se alcanzó desde una negociación provincial, pero que el resto de los empleados de la multinacional de todo el país no tardaron en reclamar igualmente para sí mismos, bajo la justa premisa de “una misma compañía, unas mismas condiciones laborales”.

Aún así, los delegados “exigen poder negociar aquí sus condiciones laborales”, argumentan desde la CIG, “tal y como hace Inditex con el personal de otras empresas del grupo”. “Y en este sentido”, denuncian, existiría “una evidente discriminación de género en el trato que la multinacional dispensa al colectivo laboral de las tiendas, muy feminizado y precarizado, con respecto al que ofrece a otros colectivos laborales con mayoría masculina”, como el de logística. Un colectivo con el que, como señalábamos, la empresa no tardó en sentarse a negociar después de que tomasen su sede, mientras que a las delegadas y delegados de tienda de la CIG “lo único que les dijeron en la breve conversación que mantuvieron con la empresa fue ‘que paséis un buen fin de semana’”, y que llegó “acompañada de una indicación taxativa al personal de seguridad para que no permitiera que se les entregara comida”.

En cuanto al fondo de las reclamaciones, “se trata de negociar temas que solo afectan a la provincia de La Coruña”, inciden desde la CIG, “como el plus de sede, el plus por antigüedad que figuraba anteriormente en el convenio y que conservan otros compañeros de la empresa, el bono por comida, y la homogeneización y la equiparación de todas las condiciones reguladas en los comités de empresa de cada cadena”. Y es que con estas reclamaciones “no pretenden tener mejores condiciones de las que les pertenecen por su categoría y convenio dentro del Grupo Inditex”, sino que “la empresa acabe con la discriminación que ha establecido durante años, y por la que se nos niega la posibilidad de una negociación real”, como “la que la empresa tiene con el resto del personal”, así como “sus mismas ayudas sociales y condiciones” laborales. Unas reclamaciones que, para ya más allá de aquí y de este “encierro”, dure hasta cuando dure, desde la CIG ya adelantan que están decididos a seguir exigiendo, con nuevas movilizaciones y una nueva jornada de huelga, convocada ya para el próximo jueves 27 de junio, a las puertas de la nueva campaña de rebajas de verano.

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