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Essilor Luxottica compra Supreme a VF por 1.500 millones de dólares

Por Jaime Martinez

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Exterior de la tienda de Supreme en Berlín (Alemania). Credits: Supreme.

Madrid – Desde un comunicado oficial y compartido emitido a dos bandas, desde la multinacional estadounidense VF Corporation han anunciado la firma de un acuerdo definitivo para la venta de la firma de moda y de estilo de vida Supreme a la multinacional óptica italo-francesa Essilor Luxottica. Acuerdo de venta que se ha cerrado por el pago en efectivo de 1 500 millones de dólares.

La noticia, comunicada hace escasamente unos pocos minutos, llega para terminar de completar el anuncio que ya realizaban desde VF a comienzos del pasado mes de febrero de 2024, fechas en torno a las que advertían de que pasaban a realizar una “revisión estratégica” de sus activos, con el objetivo de poder pasar a redirigir todos sus esfuerzos a aquellas marcas que más valor “crean” y puedan “crear” a largo plazo, en beneficio del desarrollo a largo plazo de la compañía y en el de sus accionistas. Un anuncio que no dejaba de sorprender atendiendo al estado de las delicadas cuentas sobre las que se empezaba a desempeñar la multinacional de la moda estadounidense, tras un ejercicio de 2022 que cerró hundiendo sus beneficios un -91,45 por ciento, y de un ejercicio de 2023 durante el que, lejos de repuntar, terminó dejando a la propietaria de firmas como The North Face, Vans, Timberland, Eastpak o, hasta ahora, Supreme, sumando unas pérdidas netas de cerca de -1 000 millones de dólares. Una evolución ante la que ya se les mostraba como de una urgente necesidad el poder llegar a desprenderse de alguna de sus marcas en cartera, en un proceso que, tras la revisión llevada a cabo, y hay que entender que teniendo en cuenta el interés de todos aquellos posibles interesados, ha terminado por llevar finalmente a acordar la venta de Supreme. Firma que VF adquirió a finales del año 2020, hace escasamente menos de cuatro años, por 2 100 millones de dólares, en una operación que se anunció como un punto de inflexión en el compromiso de la compañía para la generación de valor a largo plazo para sus accionistas, pero firma de la que ahora se van a acabar de desprender por 1 500 millones de dólares, tras el acuerdo, formal, alcanzado con la italo-francesa Essilor Luxottica.

“Vemos una oportunidad increíble al incorporar una marca icónica como Supreme a nuestra empresa”, desde una operación que “se alinea perfectamente con nuestro viaje de innovación y desarrollo, ofreciéndonos una conexión directa con nuevas audiencias, lenguajes y creatividades”, no han dudado en querer salir a defender Francesco Milleri, presidente y director ejecutivo de Essilor Luxottica, y Paul du Saillant, director ejecutivo adjunto, a lo largo de unas declaraciones emitidas de manera conjunta a través del ya citado comunicado oficial. “Con su única identidad de marca, su directo enfoque comercial y su experiencia de cliente, un modelo que trabajaremos por preservar, Supreme tendrá su propio espacio dentro de nuestra cartera de marcas propias, al tiempo que también complementará nuestro portafolio de licencias”, adelantan, al tiempo que igualmente destacan el que, con su integración dentro de Essilor Luxottica, la firma de moda pasará a encontrarse “bien posicionada para aprovechar”, en su camino hacia el crecimiento, toda “la experiencia, las capacidades y la plataforma operativa de nuestro Grupo”.

“Bajo VF, Supreme ha ampliado su presencia en los mercados clave de China y Corea del Sur, y ha vuelto a generar un fuerte crecimiento”, pero “sin embargo, dado el modelo de negocio distintivo de la marca”, y atendiendo al “modelo integrado de VF, nuestra estratégica revisión de la cartera de marcas puso de manifiesto el que existen limitadas sinergias” que poder establecer “entre Supreme y VF, lo que lleva a que la venta sea el siguiente paso natural” en la relación entre el grupo y la firma, ha tratado de defender por su parte Bracken Darrell, presidente y director ejecutivo de VF desde el pasado julio de 2023. “Junto con las otras notables marcas en la cartera de Essilor Luxottica, Supreme y su talentoso equipo estarán bien posicionados para continuar con su éxito”; mientras que a nivel de VF, añadía Darrell, “si bien es posible que de vez en cuando busquemos seguir ajustando la cartera de marcas de VF, esta operación en el balance general nos brinda de una mayor flexibilidad”, al tiempo que “también respalda nuestra estrategia para mejorar el posicionamiento de la empresa a largo plazo y normalizar los niveles de deuda”, siguiendo así con las directrices marcadas desde su nuevo plan estratégico, presentado a finales del pasado mes de octubre.

Con el visto bueno de James Jebbia, fundador de Supreme

Fundada a comienzos de los años 90, la primera tienda de Supreme abría sus puertas en abril de 1994 en Lafayette Street, en el centro de Manhattan, convirtiéndose a partir de entonces en una marca referencial para los miembros de la cultura “skate” de la ciudad de Nueva York. Un público que terminó aupando a Supreme a la categoría de “firma de culto”; marca junto a la que a lo largo de los años, y atendiendo a esa misma alma genuina y diferencial que enarbolaba ante su audiencia, no dudaron en asociarse casas y firmas de moda de la talla de Louis Vuitton, Nike o Tiffany’s, no sin antes no pocos, ni más de un rumor, desde los que se apuntaban directamente hacia esas mismas pretendidas colaboraciones, que no hacían más que alimentar, ante la falta de concreción de las mismas, esa aura de exclusividad inalcanzable de la que supo bien impregnarse Supreme. Tanto así, que fue ese perfil como “unicornio inalcanzable” dentro de la moda, el que terminó de justificar en buena parte esos 2 100 millones de dólares que VF terminó pagando por hacerse con ella en el año 2020, desde una operación desde la que se garantizó la continuidad dentro de la marca de su fundador; un James Jebbia que igualmente se ha posicionado a favor de su venta ahora a Essilor Luxottica. Compañía creada en 2018 a partir de la fusión de la italiana Luxottica y de la francesa Essilor, que ciertamente ha sorprendido con la adquisición de Supreme, tanto en cuanto que, si bien es cierto que cuentan en cartera con marcas tan destacadas como Ray-Ban u Oakley, y que se encargan del desarrollo de las líneas “eyewear” de casas como Armani, Burberry, Chanel o Prada, también lo es que, hasta la fecha, todas sus operaciones se han mantenido focalizadas en el terreno de la óptica, y no de la moda.

Aún así, “en Essilor Luxottica, tenemos a un socio único que entiende que estamos en nuestro mejor momentos, mientras nos mantenemos fieles a la marca y continuamos operando y creciendo, tal y como lo hemos venido haciendo durante los últimos 30 años”, expresaba James Jebbia. “Este movimiento”, defiende el fundador de Supreme, “nos permitirá centrarnos en la marca, en nuestros productos y en nuestros clientes, mientras nos prepara para el éxito a largo plazo” para la marca, que ya cuenta con un modelo de negocio omnicanal, integrado por 17 tiendas físicas repartidas por los Estados Unidos, Asia y Europa, cuyas operatividades se encuentran reforzadas por las que se llevan a cabo desde su plataforma global de comercio online.

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