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Objetivo: reconstruir la industria de la moda

Por Jaime Martinez

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Moda |EN PROFUNDIDAD

Madrid – Tras la devastación generada a cuenta de esta pandemia por coronavirus, llega la hora de reconstruir la industria de la moda. Un sector que si bien por algo se ha caracterizado de manera intrínseca a lo largo de los siglos, es precisamente por su alto dinamismo y su gran capacidad de resilencia llegada la hora de readaptarse a los “nuevos tiempos”, sean estos cuales sean. De maneras tan diversas que han afectado desde a los propios cánones y estilos de las prendas, hasta sus métodos de producción o la incorporación de últimas y vanguardistas innovaciones textiles.

En ese mismo sentido, empiezan a ser ya numerosas las diferentes firmas de moda, tanto de autor como vinculadas al denominado como “fast-fashion”, que han decidido emprender distintos caminos con los que comenzar a readaptar sus modelos de negocio a las nuevas necesidades de esta nueva era “postcoronavirus”. Y con ellas, a las de unos nuevos consumidores cuyos gustos, tendencias y prácticas de compra, podrían comenzar a manifestar unos profundos cambios respecto a lo que venían reflejando antes de la aparición del coronavirus. Brote que todavía continúa causando serios estragos entre la población mundial, sin que todavía sepamos a ciencia cierta de qué manera evolucionará a lo largo de los próximos meses y años. Debiendo colocarnos por ahora ante los diferentes supuestos que apuntan tanto a la pronta desaparición completa del virus, como a la posibilidad de que prevalezca y de que debamos aprender a convivir con él, con su alta capacidad de contagio y con su virulencia.

Un reto nada sencillo a nivel sanitario, y al que hay que sumar los estragos económicos que la aparición del coronavirus ya ha logrado ocasionar a nivel global, y en especial en un sector como el de la moda y el retail. Circunstancias que han hecho que ya sean muchas las compañías, analistas de tendencias, creativos y expertos económicos, que no dudan en apuntar a la necesidad y el deber de saber aprovechar este duro marco, para crear un punto y aparte que permita, ya no solo reconstruir la industria de la moda, sino asentar unos nuevos cimientos basados en la sostenibilidad, que la permitan resurgir y crecer por encima de las cenizas a las que se ha visto reducida tras la aparición del COVID-19.

Colecciones atemporales y más digitalización: 6 puntos con los que impulsar la reconstrucción de la industria hacia una moda ética y sostenible

A lo largo de las últimas semanas, hemos asistido así a conocer movimientos en favor de una renovación sostenible de la industria impulsada por diseñadores como el italiano Giorgio Armani, por la firma española Ecoalf o por las casas de moda Yves Saint Laurent o Gucci. A lo que habría que sumar los distintos esfuerzos emprendidos por parte de multinacionales como Mango, H&M o Inditex, dirigidos tanto a una readaptación de sus modelos de negocio como a la de lograr una mejor comprensión de lo que puede devenir a raíz de esta pandemia. Esfuerzos todos ellos con los que se empiezan a esbozar cuales están siendo las primeras medidas de “reconstrucción” de la industria, emprendidas desde dentro del propio sector de la moda.

Un terreno que ante coyunturas tan complejas como las actuales, puede necesitar de unos periodos de prueba y error difícilmente asumibles por muchas empresas, que corren el serio peligro de desaparecer ante sus competidoras, llegado el caso de mostrarse incapaces de adaptarse a la nueva realidad postcoronavirus, o de intentar hacerlo demasiado tarde. Razón que ha llevado a la Global Fashion Agenda, entidad responsable de la organización de un evento tan significativo como la cumbre anual sobre moda ética y sostenible de Copenhague, a publicar la “Agenda CEO 2020 Edición Covid-19”. Guía en la que recoge los seis puntos clave que, a su juicio, permitirán a los CEO reconstruir la industria de la moda, acelerando la recuperación de la rentabilidad de sus empresas mediante avances en sostenibilidad.

“El Covid-19 ha hecho todavía más relevante el hecho de ser sostenible. Ahora depende de los líderes de la industria aprovechar las oportunidades que se les muestran, para hacer que sus empresas avancen hacia modelos de negocio más sostenibles frente a un entorno que se ha vuelto todavía más volátil”, apunta Eva Kruse, directora ejecutiva de Global Fashion Agenda, a través de un comunicado. “Esta crisis presenta una oportunidad única para revaluar el léxico de la moda, y de igual modo desarrollar nuevos modelos industriales y de negocio. Pero solo al repensar y buscar reconstruir estos sistemas mediante un esfuerzo colectivo, lograremos alumbrar un futuro más justo y sostenible tras la pandemia”. “La prosperidad individual de cada una de las empresas, de las comunidades y del conjunto de nuestro planeta, dependen de las decisiones que adoptemos hoy”, añade Kruse. “Esta crisis es nuestra oportunidad de permanecer unidos como ciudadanos globales, y entablar nuevas alianzas políticas, en cuanto a inversión, empresariales, organizadoras y de comunicación, en las que la sostenibilidad se posicione como un valor integral e inherente al día a día de nuestras vidas”.

Es por ello que, con el objetivo de poder “aprovechar al máximo las oportunidades que representa esta crisis”, Global Fashion Agenda ha elaborado una edición especial de su “Agenda CEO”, a partir de los datos recopilados por la consultora estratégica McKinsey & Company. Unos análisis basado en “una profunda investigación de consumidores y proveedores, así como con entrevistas con distintos líderes del sector”, con los que hemos elaborado estos “seis puntos clave” que sirvan de guía “para que los ejecutivos de las empresas de moda impulsen la reconstrucción de una industria de la moda más resilente y sostenible”.

“Durante los próximos 12 a 18 meses”, añade Kruse, “deberemos adaptarnos a los desafíos inmediatos que vayan surgiendo y, de manera paralela, mantener nuestra visión en el largo plazo”. Precisamente algo a lo que contribuirán esta serie de 6 medidas, que servirán de “orientación a las empresas llegada la hora de repensar y reconstruir sus modelos de negocio, aumentando su capacidad de recuperación económica, al tiempo que avanzan hacia la transformación sostenible que el sector necesita”. “Colocar la sostenibilidad en el centro de su negocio, mejorará la capacidad de la empresa de sortear estas incertidumbres, y le permitirá convertir los posibles riesgos financieros, sociales o ambientales, en potenciales oportunidades comerciales todavía sin explotar”.

1.- Trazar redes de impacto social y medioambiental a lo largo de toda la cadena de suministros

La aparición del Covid-19 ha puesto aún más de manifiesto la importancia de las consecuencias sociales y medioambientales generadas a raíz de las decisiones adoptadas por las compañías a lo largo de toda su cadena de suministro. Es por ello que contar con la capacidad de rastrear en detalle dónde y en qué circunstancias se fabrican cada uno de sus productos, se convierte en el primer paso para evaluar cualquier posible riesgo que ataña desde a las condiciones laborales de los trabajadores, hasta prácticas contrarias a los derechos humanos, la biodiversidad o el medioambiente. Un seguimiento que puede “ayudar a crear unas líneas de actuación básicas” y el establecimiento de unos “objetivos”, al tiempo que ayudar a “mejorar el control de calidad, reducir las ineficiencias y clarificar los costes y beneficios”.

Además, “la divulgación de la información relativa a los valores defendidos por la compañía, su política aplicada en las cadenas de suministros, base de proveedores y prácticas de compra”, permite hacer más creíble su comunicación de cara a los clientes finales, al tiempo que ejemplificar los parámetros responsables de unas nuevas y mejores prácticas comerciales. Y más aún en un momento en el que “más del 80 por ciento de los consumidores”, según la propia Global Fashion Agenda, se muestran favorables a que los trabajadores de los países más necesitados reciban apoyo durante esta crisis.

2.- Aportar confianza y aumentar la lealtad hacia la marca

En estos momentos de incertidumbre, resulta más esencial que nunca lograr mantener el número de clientes adeptos a la marca. Algo para lo que será fundamental que las firmas de moda se decidan a mostrarse transparentes, como vía con la que lograr transmitir una mayor confianza, y como resultado, aumentar la lealtad de los consumidores hacia su marca.

“Antes de la llegada del COVID-19 ya vimos como los consumidores se inclinaban a cambiar su marca preferida por otro en base a sus prácticas de sostenibilidad”. Una tendencia que podrán seguir, influenciados ahora además de por esas prácticas en sostenibilidad, por la posición que hayan mantenido las firmas de moda frente a esta pandemia, así como de cara a esta “nueva normalidad” hacia la que nos encaminamos. “Ser transparente en la comunicación hacia los clientes y las partes afectadas sobre los desafíos a los que se enfrenta la empresa, como el Covid-19, está impactando en los negocios y puede terminar reflejándose en los esfuerzos en sostenibilidad” de las compañías. Y todo ello en un momento en el que los “consumidores están demostrando un mayor interés en las acciones sociales y medioambientales adoptadas por sus marcas preferidas”.

3.- Estrechar los lazos con los proveedores

Uno de los aspectos más llamativos que ha dejado tras de sí esta crisis está siendo la del posible riesgo de desabastecimiento. Consecuencia directa de una de las interrupciones en la cadena de suministros global más larga de cuantas se recuerdan, y que se viene a sumar a una realidad en la que las líneas de producción se han trasladado desde Estados Unidos y Europa, hasta diferentes países de Asia. Una situación de alto riesgo que las compañías pueden buscar mitigar a través de nuevas políticas y estratégicas con las que estrechar lazos con sus principales proveedores.

“Esta crisis presenta la oportunidad de trabajar conjuntamente junto con los proveedores para impulsar sus agendas en sostenibilidad, al tiempo que evitar futuras interrupciones” en las cadenas de suministros. “Al coinvertir en innovación y compartir incentivos financieros con sus proveedores, las empresas pueden mejorar su impacto ambiental y social, al mismo tiempo que consolidan unas asociaciones que resultan estratégicas y la consolidación de sus cadenas de suministros”, apuntan desde Global Fashion Agenda.

4.- Mejorar los niveles de inventario y escalar hacia nuevos modelos de negocio

Los altos niveles de stock disponible en las tiendas se ha convertido en un problema añadido más a esta presente crisis del coronavirus. Es por ello que desde Global Fashion Agenda, abogan por aprovechar las circunstancias para avanzar en la consolidación de nuevos modelos de economía circular que permitan la recuperación de materiales y productos. Defendiendo así una moda menos estacional, basada en colecciones atemporales y en nuevas prácticas orientadas al reciclaje y el reaprovechamiento de prendas.

“El 65 por ciento de los consumidores encuestados apoya que las marcas de moda retrasen el lanzamiento de nuevas colecciones hasta un año, como consecuencia del Covid-19”. Pero “es posible que las consideraciones de los propios consumidores no sean lo suficientemente fuertes como para impulsar pos sí solas las transformaciones necesarias de todo el sistema”. Por ello, “como líderes del sector de la moda”, desde Global Fashion Agenda piden que se “tomen las medidas necesarias para acelerar esta transformación”.

5.- Acelerar en la digitalización de los procesos empresariales

Mejorar la digitalización, de extremo a extremo, de todo el sistema de la moda, acarrearía igualmente innumerables beneficios, tanto económicos como medioambientales, para las empresas, así como para toda la industria en general. Permitiendo que las firmas en cuestión pudieran beneficiarse de aspectos como la reducción de residuos o la optimización de sus recursos económicos, implementando herramientas como los showrooms virtuales, la inteligencia artificial o el modelado de prendas en 3D.

“Estos avances pueden hacer aumentar el flujo de caja, la gestión de inventario y reducir la producción de residuos, gracias por ejemplo a la no producción de muestras físicas”, subrayan desde la Global Fashion Agenda. “Estos nuevos modelos ajustados a la demanda, permitirán realizar predicciones más ajustadas”, reduciendo con ello los artículos rebajados, y favoreciendo el aumento de las ventas en temporada mediante “lotes más pequeños que permitirán la reducción de los niveles de inventario”. “El parón actual en el sector del retail, representa una oportunidad única para reinventar el sistema de la moda, realinear las estaciones y reducir la sobreproducción”. Abriendo a los líderes de la industria la posibilidad de “evaluar la vida útil de sus actuales colecciones y disminuir el número de presentaciones por temporada, con el fin de minimizar los periodos de rebajas, el despilfarro y los costes de inventario”.

6.- Acelerar y consolidar los departamentos de e-commerce

Otras de los aspectos más claros que ha dejado este parón económico a cuenta del coronavirus, es la importancia con la que cuenta, y que continuará contando, el canal de ventas online, como alternativa cada vez más sólida frente al modelo de tiendas físicas.

“El Covid-19 ha acelerado el cambio hacia el canal e-commerce, sobre el que se anticipa que llegue a absorber alrededor del 35-40 por ciento de las ventas totales entre abril y septiembre de 2020”. Y todo ello al tiempo en el que se espera que “nuevos cambios adicionales en los comportamientos de compra de los consumidores, se terminen reflejando en las redes de tiendas, con una reducción significativa del número de establecimientos físicos totales que favorecerá aún más este cambio estructural dentro de la industria”. Cuyo desarrollo vendrá igualmente impulsado por los “nuevos segmentos de consumidores que continuarán apostando por realizar menos compras en los establecimientos físicos tras esta crisis, así como por los que han descubierto y readaptado sus prácticas de compra al medio online, como consecuencia del parón generado” a raíz del coronavirus. “Esto abre una oportunidad clara para impulsar la recuperación del sector mediante la construcción de modelos e-commerce resistentes, eficientes y robustos”, que den solución a los retos que todavía presentan a nivel de sostenibilidad, en aspectos como el transporte, el embalaje, la eficiencia de las entregas en última milla o la minimización de los costes, económicos y medioambientales, de las devoluciones.

Photo Credits: Global Fashion Agenda, página oficial.

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