Rapsodias y sinfonías: Gucci decreta las bases de su “punto y aparte” en la industria de la moda
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Madrid – No ha sido la primera en hacerlo, pero sí la última. Y es que tras los movimientos en la misma dirección ya adoptados por distintas casas de moda del sector “lujo”, como Armani o Yves Saint Laurent, la italiana Gucci ha decidido reorganizar por completo su calendario de presentaciones, colecciones y desfiles, desligándolas de las principales pasarelas internacionales y de las imperantes, hasta ahora, prácticas de la industria de la moda.
Un arriesgado movimiento que parece evidenciar las intenciones de Kering, holding internacional francés y matriz precisamente tanto de Gucci como de Yves Saint Laurent, de erigirse como una de las principales creadora e impulsora del nuevo sistema de la moda postcoronavirus. Y todo ello al tiempo que esta misma decisión, le permitirá a la multinacional comenzar a capitalizar todos esos cambios ya latentes en un sector, que se encontraba inmerso en una completa fase de “revolución” antes de la llegada del coronavirus. Avances de los que los consumidores ya empezaban a ser conscientes, vinculados a conceptos como la circularidad, la trazabilidad y, en definitiva, a la creación de un nuevo modelo económico y éticamente más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, y que, de cumplirse con las aspiraciones de los principales actores de la industria, no harán sino acelerar y consolidar su implementación a lo largo de esta nueva era postcoronavirus hacia la que nos encaminamos.
Las bases de un nuevo universo creativo de “rapsodias” y “sinfonías”
El encargado de dar a conocer la decisión adoptada por parte de la legendaria firma italiana no era ni mucho menos un alto directivo de Kering, sino el propio director creativo de la casa, el diseñador Alessandro Michele. Quien, haciendo gala de esa libertad de acción con la que desde la multinacional francesa dejan actuar a sus respectivas “maisons”, sacudía esos cimientos que sustentan al siempre cambiante mundo de la moda, con la publicación ayer de una sucesión de notas y reflexiones —fechadas en distintos días— en su cuenta oficial en la popular red social Instagram.
Unos escritos que el propio diseñador habría tomado durante esta pandemia, organizados bajo el título de “Notes from the silence” (Notas del Silencio), con los que Michele se encarga de adelantar cuales serán las nuevas reglas que regirán su labor como diseñador y al frente de Gucci a partir de ahora. Reglas que comprenderán toda una nueva serie de medidas dirigidas a crear un nuevo universo creativo, que según se encarga de anunciar, se mantendrá muy alejado de los plazos marcados hasta ahora por la industria de la moda. De esa sobreproducción, que “hoy tiene menos razones para imponerse que nunca”; del “ritual desfasado de las temporadas y de los desfiles”; y de esas “palabras rancias”, como “cruise” o “pre-fall”, que se han convertido en “etiquetas de un discurso impersonal que ha perdido su significado”. Apostando ante eso por dos únicas colecciones anuales, cuyos motivos y fechas de presentación vendrán guiados por las propias inquietudes y necesidades creativas del diseñador.
Resultaba que éramos tan pequeños. Roma, 29 de marzo de 2020
“En estos días de confinamiento, en un tiempo suspendido en el que difícilmente podemos sentirnos libres, trato de preguntarme cuál es el significado de mis actos. Es una reflexión carácter vital y urgente para mí, que necesita de un tiempo y de escuchar detenidamente. Está tratando de sacar a relucir, con la precisión del amor, mis miedos y mis deseos. Es la posibilidad que se me presenta para poder hacer frente a la afasia que provoca cada trauma.
Después de todo, la tragedia que estamos viviendo está provocando nuevas reflexiones. Nunca podríamos haber imaginado sentirnos tan conectados a la vida a través de un vínculo capaz de generarnos este estremecimiento y esta angustia desgarradora. Nunca podríamos haber pensado reconectar, tan profundamente, con la fragilidad de nuestros destino creativo. Con nuestra necesidad de reciprocidad. Resultaba que éramos tan pequeños. Un milagro surgido de la nada”.
“Habíamos ido demasiado lejos. Nuestros actos imprudentes han quemado la casa en la que vivimos”.
“Pero por encima de todo, hemos entendido que habíamos ido demasiado lejos. Nuestros actos imprudentes han quemado la casa en la que vivimos. Nos concebimos separados de la naturaleza, nos creíamos astutos y todopoderosos. Nos apoderamos de la naturaleza, la dominamos y la herimos. Incitamos a Prometeo, y enterramos a Pan. Tanta arrogancia nos hizo perder nuestra fraternidad con las mariposas, las flores, los árboles y las raíces. Tanta codicia nos llevó a perder nuestra armonía y preocupación, nuestra conexión y nuestra sensación de pertenencia. Devastamos la santidad de la vida, negando negligentemente nuestra condición como especie. Y al final de esos días, nos hemos encontrado sin aliento”.
Sobre lo que no queremos que vuelva a ser lo mismo que era. Roma, 7 de abril de 2020
“Ahora que la devastación nos ha alcanzado completamente desprevenidos, debemos pensar en lo que no queremos que vuelva a repetirse. Porque el mayor de los riesgos, para nuestro futuro, está en renunciar a nuestras responsabilidades para lograr implantar un verdadero y necesario punto y aparte. Nuestra historia está plagada de crisis que no nos enseñaron nada. Con colapsos económicos y devastaciones sociales que se abordaron con las mismas recetas que las originaron. Dejando unas heridas que no lograron cicatrizar. Con días que no sirvieron para cambiarnos a nosotros mismos ni a la manera de relacionarnos”.
“Esta crisis representa sin embargo una prueba fundamental para todos nosotros. Y es una prueba, porque hay dolor, requiere esfuerzo y entraña riesgos. Pero también porque hay una evaluación y una sentencia. Y es a través de ese dolor como precisamente podemos mirar hacia nuestro pasado desde una mirada crítica. A nuestra larga lista de deberes incumplido, malentendidos y errores. A nuestros traspiés y nuestras imprudencias. Al atronador mutismo de esas ideas que no nos atrevimos a expresar”.
“Esta crisis ha amplificado de algún modo esa urgencia por la transformación, haciendo que haya aspectos que ya no puedan aplazarse por más tiempo”.
“Este presente, en consecuencia, nos confía unas importantes responsabilidades. Y todos podemos asumir parte de ellas, en función del papel de cada uno de nosotros y de nuestros actos, para participar y ser parte de una constelación de grandes y profundos cambios. En lo que a mí me atañe, en mi pequeña y diminuta forma, siento la urgente necesidad de cambiar muchas cosas de mi forma de trabajar. Después de todo, siempre me he inclinado profesionalmente al cambio, portando conmigo una natural y alegre inquietud creativa. Pero esta crisis ha amplificado de algún modo esa urgencia por la transformación, haciendo que haya aspectos que ya no puedan aplazarse por más tiempo”.
El motivo de una decisión. Roma, 27 de abril de 2020.
“El cambio que imagino lleva consigo la necesidad de reconectar con las razones más profundas que me inspiraron precisamente a entrar a formar parte del mundo de la moda. Siento la necesidad de renovar ese vínculo, purificando lo esencial y eliminando lo superfluo. Anhelo la necesidad de reavivar ese motivo auténtico que me llevo a tomar esa decisión. Por el conjunto de razones que me pusieron en este camino. Entiendo que, con el asp del tiempo, esas razones ahora tienen distintos nombres y diferentes intensidades, pero inevitablemente confluyen alrededor de una misma urgencia: la posibilidad de contar”.
“Esta posibilidad, tan ancestral como poderosa, siempre me ha brindado la oportunidad de construir viajes expresivos, desde habitaciones en las que representar lo inexplicable que sacude mis sueños, hasta servirme para celebrar la nostalgia imperfecta de otras épocas, o para alabar la belleza floreciente de las formas. Esta posibilidad me permite atrapar, con leves bocados de infinito, el amor diario que se siente por el propio hecho de existir”.
Un nuevo universo creativo. Roma, 2 de mayo de 2020
“Me doy cuenta plenamente de que esta posibilidad de contar, de narrar, no puede verse limitada por la tiranía de la velocidad. Ahora sabemos que era demasiado frenético lo que hacíamos, demasiado insidioso nuestro viaje. Y ante esta concienciación renovada, siento la necesidad de marcar un tiempo diferente, libre de otras imposiciones y de plazos que arriesguen con humillar la creatividad. Un tiempo que pueda detenerse, que pueda esperar; que pueda hacer uso de los dones de la inactividad, que pueda avanzar lentamente, despacio. Un tiempo que pueda dar lugar a epifanías, en el que poder permanecer en el sueño, en la obra, en la prefiguración. Un tiempo que ahora, más que nunca, es necesario para poder construir nuevas y más poderosas narrativas”.
“He decidido construir un nuevo camino, alejado de los plazos que la industria consolidó y, sobre todo, lejos de esa excesiva sobreproducción que hoy tiene menos razones para imponerse que nunca”.
“Es por eso que he decidido construir un nuevo camino, alejado de los plazos que la industria consolidó y, sobre todo, lejos de esa excesiva sobreproducción que hoy tiene menos razones para imponerse que nunca. Es un acto fundacional, audaz pero necesario, que tiene como objetivo construir un nuevo universo creativo. Un universo que se sustenta en menos eventos, y que se oxigena a través de la multiplicación de las sensaciones y de los sentidos”.
El sagrado poder de las reverberaciones. Roma, 3 de mayo de 2020
“Por lo tanto, abandonará el ritual desfasado de las temporadas y de los desfiles, para impulsar un nuevo ritmo más cercano a mis impulsos creativos. Nos reuniremos solamente dos veces al año, para compartir los capítulos de una nueva historia. Capítulos irregulares, con los que disfrutaremos y absolutamente libres, que serán escritos combinando nuevas reglas y géneros, alimentándose de nuevos espacios, códigos lingüísticos y plataformas de comunicación”.
“Yendo todavía más allá, me gustaría dejar atrás la parafernalia de los “leitmotifs” que han colonizado nuestro mundo hasta ahora: cruise, pre-fall, spring-summer, fall-winter. Creo que estas son palabras rancias y sobrealimentadas. Etiquetas de un discurso impersonal que ha perdido su significado. Contenedores que se separaron progresivamente de la vida que los generó, haciéndoles perder el contacto con la realidad”.
“Me gustaría dejar atrás la parafernalia de los “leitmotifs” que han colonizado nuestro mundo hasta ahora: cruise, pre-fall, spring-summer, fall-winter. Creo que estas son palabras rancias y sobrealimentadas”.
“Creo que podemos construir nuestro mañana también a partir de una renovada nomenclatura. Aquí es donde surge mi deseo de bautizar nuestros nuevos encuentros nombrándolos con un idioma que cuenta con unas maravillosas raíces antiguas: el lenguaje de la música clásica. En consecuencia, habrá sinfonías, rapsodias, madrigales, nocturnos, aberturas, conciertos y minuetos en la constelación de mi camino creativo. La música, después de todo, tiene el sagrado poder de producir reverberaciones y conexiones. Viajando más allá de las fronteras, reconectando fragilidades hasta el infinito”.
Una comunidad con propósitos. Roma, 5 de mayo de 2020
“En este silencio, que es algo vivo, con mi escucha abrazo a todas las personas extraordinarias con las que estoy conectado. Recalibrar el tiempo, para devolverlo al ritmo del ser humano, debe ser una promesa hacia esta comunidad de propósitos a la que orgullosamente pertenezco. Es mi proyecto, pro-jectum: el arte de extender la existencia en el futuro. Un futuro plural, donde el ‘nosotros’ actúe como principio fundacional. Un futuro que contiene el abrazo que hoy no podemos darnos, pero al que volveremos con una mayor comprensión. Como parte de una manada que se entiende y que ha recuperado el aliento”.
“Será el momento en el que aprenderemos a escuchar el sonido del bosque que crece, en la noche”.
Ante la angustia de lo que falta. Roma, 16 de mayo de 2020
“Ahora que todavía estamos separados, mi amor por la moda arde. Nuestra especie, después de todo, es así: amamos como locos frente a la angustia de lo que nos falta”.
Photo Credits: Gucci, colección Otoño/Invierno 2020/2021.