Dior se viste de amazona y encumbra al vestido/body a “must have” de la temporada

Madrid – Desde uno de los más esperados desfiles de cada nueva edición de la Semana de la Moda de París, la casa Dior presentaba a primer ahora de la tarde de este martes, 24 de septiembre, su nueva colección de prêt-à-porter de mujer, para la temporada Primavera/Verano de 2025. Una propuesta desde la que su directora creativa, la italiana Maria Grazia Chiuri, no ha dudado en salir a vestir a la mujer de una reinterpretación posmoderna de la mitológica figura de la amazona, respondiendo así a la siempre feminista mirada sobre la que trata de desempeñar sus quehaceres como diseñadora.

Ante la atenta mirada de un siempre selecto público, entre el que se destacaron asistencias como la de la actriz y modelo argentina-estadounidense Anya Taylor-Joy, la de la aristócrata italiana Beatrice Borromeo, la de la cantante mexicana Thalia, la de la modelo y actriz Marisa Berenson —nieta de la icónica diseñadora italiana Elsa Schiaparelli—, o la de las españolas Tamara Falcó, Alessandra de Osma —embajadora de Dior para España— y la de la cantante Rosalía —embajadora global del “Lady Dior” de Dior—, Dior volvió a sorprender con un sensacional desfile, impactante tanto en su ambientación, como en la propia naturaleza de las prendas exhibidas sobre la pasarela. Piezas que se mostraron grácilmente desde una presentación que se encargó de inaugurar la artista italiana conocida como Sagg Napoli, quien ha hecho de su uso de la disciplina deportiva del tiro con arco una señal de identidad de su desempeño artístico y de su obra, y que se encargaba de abrir este desfile de Dior, arco al hombro, para terminar de introducirse en el interior de un encelado de paredes de cristal situado en el centro y a lo largo de toda la pasarela. Un espacio desde el que se encargó de crear para Dior una obra y performance artística en directo, disparando con su arco a lo largo de toda la presentación sobre un caballete con una diana y un ojo dorado dibujado en su interior.

Esta poética imagen, en su fondo y en sus formas, sería la que finalmente mejor resumiría todo el sentido de esta última colección diseñada para Dior por Maria Grazia Chiuri, directora creativa de las colecciones femeninas de la célebre “maison” parisina desde julio de 2016, y que pasaría a continuación a descubrirse sobre la misma pasarela sobre la que creaba su última obra Napoli. Una colección esta para la que Chiuri tomaba como punto de partida un vestido, bautizado precisamente como “Amazona”, diseñador por Christian Dior para la temporada Otoño/Invierno de 1951/1952, y pieza a partir de la cual la diseñadora italiana terminó por hilvanar todo el sentido, y las creaciones, de esta propuesta, para la temporada Primavera/Verano de 2025. Temporada para la que la romana se ha decidido por vestir de amazonas a la mujer contemporánea, estableciendo como base para esa intención un nexo de unión directo entre la herencia de la casa Dior, su visión creativa asentada sobre la defensa de la femineidad y de la igualdad de la mujer ante los hombres, y el actual contexto de furor deportivo que se ha terminado por generar al abrigo de esta última edición de los Juegos Olímpicos de París de 2024. Unas celebraciones durante las que Dior alcanzó a brillar con luz propia, vistiendo durante las mismas los cuerpos de figuras como la de Celine Dion o a la mismísima Reina de España, y de cuyo ímpetu y vigor volvió a tratar de hacer bandera, reivindicando el papel de la mujer durante los JJOO, desde esta colección, en una suma de intenciones que cristalizaban a la perfección sobre el cuerpo y la actitud de Sagg Napoli.

“En la pasarela, donde el tiempo se suspende del de la moda, la colección exalta la fuerza y ​​el poder asertivo de la feminidad contemporánea”, subrayan desde la casa Dior a través de una nota. Para tal fin, nadie mejor que la “amazona moderna” en la que se descubre ser Sagg Napoli, quien “ve la moda como un atributo visual, una afirmación de su forma atlética”, mientras “aborda una de las disciplinas más antiguas, el tiro con arco”, para la que se “exige la armonización del cuerpo y de la mente”. Una cuestión que trató activamente de ponerse en valor durante un desfile desde el que se enarbolaron mensajes como el que rezaba “que la construcción de una mente fuerte y un cuerpo fuerte sea el trabajo más grande que haya realizado jamas”. Unas palabras desde las que se buscaba destacar esa fuerza interior que se oculta tras cada mujer, y de la que su cuerpo, y su cuerpo perfilado con estas creaciones de Chiuri, no deja de ser un reflejo y muestra, y desde lo que además no se oculta que esconde una clara intención de contribuir a avanzar en la igualdad entre el hombre y la mujer, presentándolas a estas, cuales amazonas, con la misma fuerza de cuerpo y de espíritu que históricamente solo se les ha buscado atribuir a los hombres. Un propósito para el que se destaca cómo “este año”, y “gracias en particular a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024”, apuntan desde Dior, se ha logrado avanzar en el “(re)significado de la igualdad de género”, a partir de “la inclusión, el respeto”, pero también de “la aceptación de los propios límites”.

Entre aguerridos bodies y sensuales organzas

Tratando justamente de materializar esa suma de impresiones que buscaba reivindicar Chiuri a través de esta propuesta, la colección, desde su parte inmaterial, trata de resignificar el sentido mismo de las prendas de indumentaria, del mismo modo que se está resignificando actualmente la igualdad de género para hacerla completamente transversal, corrigiendo a esa visión unidireccional desde la que se entendía que la mujer, para alcanzar la igualdad ante el hombre, debía de adoptar la identidad de un hombre, y rechazar su femineidad. Cuestión que enmienda Chiuri situando en el centro de su imaginario creativo para esta colección a la mítica figura de las amazonas, mitológicamente enemigas y antagonistas del masculino y falocéntrico mundo de los griegos, que los mismos ponían ya en entredicho a través de la ideación de estas míticas mujeres guerreras.

Desde una visión más material, Chiuri lleva a cabo esa resignificación de la indumentaria, en primer lugar, buscando exhibir desde sus formas ya acabadas los distintos procesos y etapas que se han seguido para la hora de crear cada una de las distintas piezas que integran esta propuesta. Una intención que hila con la de esa dualidad entre cuerpo y mente que se erige también como un pilar central de esta colección, desde la que la diseñadora romana eleva su apuesta por esa resignificación de la indumentaria, recurriendo al body como pieza clave de toda la propuesta. Una tipología históricamente atada a la moda íntima femenina, que de un tiempo a esta parte ya hemos venido observando cómo no cesa de ganar cada vez mayor presencia como elemento de base para la creación de diseños de calle, y clase de prenda en torno a la que Chiuri parece haber encontrado el sumun de todo aquello que trataba de poner en valor desde esta colección, entendiéndola como una suerte de metáfora de cómo la fuerza de la mujer la lleva a no encontrar recato alguno para la hora de desnudarse y de mostrar abiertamente sus formas y su intimidad; intimidad en la que radican tanto su fuerza como su femineidad.

Con de este modo el body como pieza clave y principal de toda esta colección, si sorprendente resultaba ser la puesta en escena escogida para el desfile, también lo era la paleta cromática sobre la que se terminaba desenvolviendo la colección, con un profundo negro noche como tonalidad prácticamente dominante, en combinación con un frío blanco hielo y de unos apagados marrones arena y nude, con únicamente unos certeros acentos en rojo como notas de color. Tonalidades que se encargaban de bañar unas prendas de acabados monocromáticos, y que como únicos elementos gráficos, para el conjunto de toda la propuesta, muestran unos muy contenidos estampados dameros y a rayas, con el logotipo con el nombre “Mis Dior” deformado hasta el extremo imprimido sobre una sucesión distinta de piezas. Diseños de entre los que, más allá de los aguerridos bodies de amazona que monopolizan gran parte de la propuesta, también se destacan nuevas revisitaciones de la mítica chaqueta Bar de Dior; el brillante trabajo de camisaria que ha llevado a Chiuri a revisitar la prenda arquetípica del armario masculino para, a partir de ella, diseñar desde sugerentes blusas asimétricas a provocativos vestidos camiseros; o unos vaporosos vestidos de influencia helénica, uno de los estilos más presentes dentro del imaginario creativo de la diseñadora romana. Una serie de piezas confeccionadas tanto en tejidos técnicos de última generación, como en etéreas muselinas y organzas, que encuentran su punto más álgido y de mayor fastuosidad en aquellas que han sido primorosamente decoradas con finos bordados florales y con motivos de mariposas, y recubiertas con aplicaciones metálicas e iridiscentes.

“Traspasando los límites entre la obra en sí y el proceso artístico”, la directora creativa de Dior pretende “devolver la moda a sus orígenes, y enfatizar la relación que conecta el cuerpo con lo que lo viste; entre la intención y la función” de la prenda, tratan de concretar desde la célebre casa de modas parisina. “Con esto en mente”, añaden, Chiuri “ha reunido y reinterpretado cortes de los archivos” de la casa, “comenzando por el vestido ‘Amazone’ soñado por Christian Dior para el Otoño/Invierno de 1951/1952”. Un diseño que es el que, en línea con lo ya expuesto, termina por conducir a Chiur hasta “esta legendaria figura femenina” de las Amazonas, conocidas “por su fuerza de espíritu”; y figura que ha pasado así a anclar como “un punto de referencia para la noción” e imaginación “de una feminidad autónoma y valiente”, expresándola a través de las piezas de esta colección de Dior, para la próxima temporada Primavera/Verano de 2025.