La genialidad de Ferragamo, entre homenajes al ballet y al talento de Nureyev y Dunham

Madrid – Muchas la copian, o lo intentan, pero la nueva Ferragamo de Maximilian Davis sigue descubriéndose tan genial como única e imposible de imitar. Una lección de liderazgo y de autenticidad, que la han llevado a destaparse como una de las principales y más genuinas representantes de esta nueva corriente que hemos entrado a denominar como “lujo silencioso”, y lección de la que han vuelto a impartir una decidida lección, desde las celebraciones de esta última edición de la Semana de la Moda de Milán.

Como uno de los principales desfiles programados para este completo fin de semana de presentaciones de la Milan Fashion Week, Ferragamo irrumpía desde dentro del calendario oficial presentando, durante la mañana de este pasado sábado, 21 de septiembre, su nueva colección, de hombre y mujer, para la próxima temporada Primavera/Verano de 2025. Un desfile que tenía lugar desde dentro del monumental claustro neoclásico del Seminario Arzobispal de Milán, construcción renovada y reformada con minuciosísimo detalle, que abría sus puertas al público en diciembre de 2022, como última joya en incorporarse a la cadena hotelera Lungarno Collection, en manos de la familia Ferragamo. Un acontecimiento que la familia, y todo el Grupo Ferragamo, celebraron por todo lo alto, escogiendo ya el espacio, previamente a su inauguración y apertura como hotel de gran lujo, para la presentación de la primera colección de Maximilian Davis como director creativo de la histórica firma de moda italiana, en una edición de septiembre tal como esta de la Semana de la Moda de Milán, de septiembre de 2022.

Desde el que ya entonces fue un más que estimulante y sorprendente desfile desde el que Davis irrumpía en la primera fila del mundo de la moda, alumbrando un nuevo capítulo y una nueva era para Ferragamo, la casa florentina no solamente ha logrado revitalizar sus códigos y su lenguaje creativo gracias a la influencia del diseñador de modas británico, sino abrir escuela dentro del tan amplio como siempre en vibrante evolución mundo de la moda, erigiéndose como una de las casas más influyentes dentro del actual ecosistema global de la industria. Un papel que está logrando ejercer gracias a su perfecta representatividad y sintonía con los códigos que sustentan al denominado como nuevo “lujo silencioso”, una estética por la que están abogando los consumidores del lujo al tiempo que —y ahí están los datos de las grandes compañías del sector— han pasado a controlar, y a ajustar, sus gastos en nuevas propuestas, en lo que ha llevado a que el estilo, los cortes y/o la paleta cromática de la que ha venido sirviéndose Davis para la hora de moldear sus propuestas, hayan terminado de verse reflejadas en las colecciones de otras tantas y diferentes firmas y cadenas del sector. Una influencia que va más allá del lujo, y que en los últimos años ha llevado a que sea el mismo carácter y mundo creativo de Davis el que hayamos terminado por encontrar en el trasfondo de grandes multinacionales de la moda de masas y para el gran público.

Frente a este contexto, resultaba de esperar que las propuestas de Davis, con sus líneas orgánicas, sus ausencias —o aparentes ausencias— de logotipos y de abruptas referencias al nombre de Ferragamo, y su paleta cromática y maneras de emplear el color, primando los acabados monocromáticos y relegando al ostracismo a estampados y a patrones repetitivos, en “animal print” o geométricos, terminasen perdiendo ese grado de fresca singularidad, en la medida en la que se entiende que es su estilo el que está tratando de imitarse desde los diferentes escalafones de la industria de la moda. Cuestión que es la que estaba amenazando con que, aún genuinas y auténticas, las colecciones de Ferragamo terminasen percibiéndose como ya vistas, como ya vividas, y como solamente un eco más, de una estética que esta peligrosamente ya homogeneizando a diferentes casas del sector del lujo, que sí están ya aproximándose al punto peligroso de no poder defenderse desde una estética propia ante los ojos de unos consumidores del lujo además a cada día más exigentes. Unos peligros y riesgos ante los que Ferragamo ya supo responder desde su colección Otoño/Invierno 2024, presentada el pasado mes de febrero, y ante los que ahora vuelve a responder de manera brillante y genial, desde la colección que presentaba este sábado en Milán, para la próxima temporada Primavera/Verano de 2025.

Sin moverse un pie de su estilo personal y único, y de la constante reinterpretación y revisitación que está llevando a cabo sobre la herencia que Ferragamo atesora en sus archivos, para la concepción en esta ocasión de esta colección, Davis ha puesto su mirada sobre los vínculos históricos de la firma y su fundador, Salvatore Ferragamo, con el mundo de la danza, y en particular con el del ballet. Disciplina hacia la que ha tornado sus ojos el diseñador británico, para crear un nuevo mundo cargado de sutiles gestos, y de deslumbrante maestría, influenciado por los vínculos que en su momento llegó a establecer Ferragamo con la bailarina y antropóloga estadounidense Katherine Dunham, responsable de crear la primera compañía afroamericana de danza de los Estados Unidos; con Rudolf Nureyev, el gran bailarín clásico soviético que deslumbró tanto dentro como fuera de los escenarios erigiéndose como en una de las figuras más relevantes de todo el siglo XX; y en el ballet. Disciplina que Davis ha convertido en el auténtico hilo conductor de toda esta colección, entrando a revisitar su indumentaria para dar paso a una sucesión de nuevas prendas, inspirándose tanto en su ejecución sobre los escenarios, como y sobre todo en la intimidad de sus ensayos, donde priman, por encima de la espectacularidad que acompaña a una puesta en escena, el esfuerzo, el talento, y la autenticidad de la danza; como priman la creatividad, el talento y la autenticidad del saber hacer de Davis en las colecciones de Ferragamo, desnudas, al igual que los ensayos de los bailarines de ballet, de cualquier presencia de elementos superfluos o gratuitos.

“Siempre he incorporado distintas épocas históricas a mi trabajo, épocas que me resultan familiares y que reflejan mi herencia”, ha querido poner en contexto el mismo Maximilian Davis, director creativo de Ferragamo, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la dirección de la misma casa de modas florentina. Desde esa perspectiva, añade Davis, desde su entrada al frente del departamento creativo de “Ferragamo, he buscado similitudes, y lo bonito de esta marca es que hay muchísimas historias diferentes con las que te puedes identificar”. “Cada zapato tiene un significado”, y “cada zapato tiene una historia”, como la que se ocultaba tras esos zapatos de Ferragamo para Dunham, o las bailarinas que la casa hacía para Nureyev a mediados de la década de los 80.

Entre zapatillas de ballet y bodies

Profundizando en el carácter ya más propio de la colección, en cuestión de diseño, empezando por su paleta cromática, vuelve a ser una combinación de tonalidades neutras y de ascendencia natural, la que vuelve a cubrir y a potenciar el valor orgánico de los cortes de los diseños de esta nueva colección de Ferragamo. Un espectro cromático que llega así dominado por la presencia de negros, blancos arcilla, marrones barro y verdes musgo, con el intenso rojo Ferragamo, el color corporativo de la firma, como principal acento de color, en un protagonismo que en esta ocasión comparte con unos apagados rosa palo, y con un estimulante azul Klein.

En cuanto a los patrones, priman las referencias a la indumentaria tradicional del ballet durante sus ensayos, con bodies ajustados y superpuestos, tops cruzados en forma de bandas, camisetas de tirantes y sandalias con tiras anudadas a los tobillos cuales bailarinas de ballet. Mientras que las piezas de sastrería, de marcados cortes holgados, y en tanto para el caso de las prendas de hombre como de mujer, responden ante una decidida influencia procedente de la moda de los años 80, y de la moda y del armario del que entonces se servía para vestir el legendario Nureyev. Inspiraciones que se terminan de alinear con las llegadas de las aguas del mar caribe, de donde proceden las ascendencias del mismo Davis, hijo de padres jamaicanos y de la isla de Trinidad; y de esa figura de la bailarina y coreógrafa Katherine Dunham. Leyenda igualmente de la historia de la danza, y en la que Davis se ha inspirado especialmente para confeccionar una sucesión de diferentes prendas de noche, recubiertas de lentejuelas y de un acabado en resina que las dota de una estética descaradamente moderna y actual. Estética que contrasta ante los acabados desgastados y deshilachados que Davis les ha imprimido a otro gran número de piezas de la colección, fruto de esa inspiración en las aguas y en el sol del Caribe que desgastan sin miramientos los tejidos, impregnándolos de una poética y distinguida atemporalidad afectada, al tiempo que indolente, ante el paso del tiempo.

“A través del vocabulario visual de Ferragamo, se unen el espíritu del ballet de décadas dispares”, con “los uniformes de los ensayos” como una primera fuente de inspiración, para unas prendas que han sido confeccionadas en un “algodón de cachemira” que se muestra a modo de una “segunda piel superpuesto, retorcido y atado, mientras que la libertad del movimiento” de la danza “se materializa a través de siluetas abombadas”, como las que encontraremos en “abrigos y vestidos confeccionados en nylon de seda, ante y organza”, detallan desde la dirección de Ferragamo. Siguiendo con lo ya señalado, “el vestuario ochentero de Nureyev sirve de inspiración para la sastrería oversize y los trajes de deporte técnicos”, mientras que “el glamour de mediados de siglo de Dunham se materializa en bordados de lentejuelas”, y “la energía del Caribe”, a través de un “denim deshilachado y desgastado; formas orgánicas; mocasines de goma gelatinosa” y “acabados en crudo” que “contrastan con la pureza de la colección”. Una propuesta en la que “las expresiones de la marca Ferragamo están discretamente omnipresentes”, como se exhibe de manera singularmente elevada, al tiempo que se pone en valor “la artesanía del cuero” que reina “en el corazón de la casa” Ferragamo, desde unas “formas Gancini intrincadamente entrelazadas”, que descubriremos dando forma a unos espectaculares conjuntos de sobretodos de hombre y mujer.