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Visitamos la planta piloto de Altri para la producción de lyocell que quieren escalar en Galicia

Por Jaime Martinez

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Empresas|En Profundidad
Imagen de la visita realizada a los centros de investigación CENTI y CITEVE de Portugal junto a responsables de Altri de Portugal y España, el 9 de octubre de 2024. Credits: Greenfiber.

Madrid – A las afueras de Oporto, en la localidad portuguesa de Vila Nova de Famalicão, se alzan, en unas instalaciones anexas, el Centro de Nanotecnología y Materiales Técnicos (CENTI) y el Centro Tecnológico Textil (CITEVE) de Portugal. Unas infraestructuras desde las que se trabaja de manera coordinada por impulsar al textil portugués como referente de la nueva industria textil sostenible y circular europea, y que esconden tras sus muros la planta piloto para la fabricación de lyocell que la celulósica Altri está tratando de escalar como modelo para su controvertido “Proyecto Gama”, la macroplanta de lyocell que aspiran a construir en la localidad gallega de Palas de Rei.

Pese a la oposición pública al proyecto que han mostrado vecinos de la zona, reunidos en torno a la plataforma “Ulloa Viva”, así como desde la organización ecologista Greenpeace, o desde el mismo Gobierno de España, de boca de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y sin haber logrado que ni tan siquiera Inditex se haya decidido a apoyar públicamente la iniciativa, o establecer alguna clase de acuerdo comercial que de ciertas garantías a la viabilidad del proyecto, como sí han hecho con iniciativas para la fabricación de textiles sostenibles similares, aunque radicadas más allá de las fronteras españolas —véanse los casos del acuerdo de compra y de la inversión de Inditex en Infinited Fiber y en otras startups de innovación textil sostenible como Circ y Galy—, desde Altri se muestran decididos a seguir adelante con el desarrollo del Proyecto Gama. La macroplanta para la fabricación de lyocell que, a través de la compañía Greenfiber, participada en un 75 por ciento por Altri y en su 25 por ciento restante por la compañía gallega Greenalia, siguen aspirando a construir en el municipio de Palas de Rei, ubicado en pleno corazón de Galicia, en la encrucijada de las provincias de Lugo, La Coruña, Pontevedra y Orense. Y lo hacen, y así nos lo trasladaban durante la visita que realizábamos a las instalaciones de CENTI y de CITEVE, este pasado miércoles 9 de octubre, con el objetivo puesto en conocer en detalle cuál va a ser ese proceso que van a tratar de escalar como base para las operaciones del Proyecto Gama, convencidos como lo están de, en primer lugar, la naturaleza sostenible y circular que encierra de manera intrínseca el proyecto de esta fábrica de lyocell; y en segundo lugar, de la capacidad con la que cuenta igualmente el proyecto para añadir valor a la madera y a los bosques gallegos, así como al conjunto de la industria textil europea en su decidido camino hacia la sostenibilidad y la circularidad. Un camino para el que se ultima ya la entrada en vigor de un distinto compendio de nuevas normativas comunitarias que cuentan con el potencial de redibujar por completo el mapa actual de la industria textil y de la moda en Europa, abriendo paso a una nueva era para la que, defienden, Galicia tendrá la oportunidad de convertirse en “referente mundial” de la industria textil sostenible, gracias al Proyecto Gama.

Imagen de la visita realizada a los centros de investigación CENTI y CITEVE de Portugal junto a responsables de Altri de Portugal y España, el 9 de octubre de 2024. Credits: Greenfiber.

“Son necesarios muchos años de investigación y de inversión para adaptar una tecnología a la escala industrial”, pero “esto es ya posible en Gama porque en Altri llevamos desde 2014 investigando en un proceso de producción sostenible a todos los niveles”, defendía, durante nuestra visita a CITEVE, Carlos Vaz Zeller, director de operaciones y vicepresidente de Altri. Fue para entonces cuando desde Altri, hasta ese momento especializada en la producción de pasta de celulosa para su uso dentro de la industria papelera, se decidieron a diversificar sobre las bases de su modelo de negocio, arrancando con la investigación sobre las posibles distintas aplicaciones de las fibras vegetales de origen celulósico, dentro de la industria textil. Un proceso que arrancaron desde su planta de celulosa soluble de Caima, para posteriormente, y hacia el año 2019, acelerar sobre estas investigaciones, gracias a la firma de una alianza con CITEVE, desde donde llevan a cabo su actividad más de 400 investigadores especializados en el sector de la innovación textil, y con CENTI, desde donde lo hacen más de 150 investigadores, en su caso volcados a la investigación con materiales avanzados y de última generación.

Como resultado de esa asociación, se terminó por desarrollar lo que pudimos ver y descubrir de primera mano que es ya hoy “la planta piloto de producción de lyocell de Altri/Centi en el Citeve”, una planta que, a falta de su escalado, nos detallaba Vaz Zeller, “es una réplica de lo que podría ser la fábrica de Greenfiber de Palas de Rei”. Una planta para la que “tenemos la materia prima y la tecnología”, y “dos sectores estratégicos, textil y forestal, a los que acercar valor añadido”. Como resultado, “contamos con toda la cadena de valor”, algo que “es único y lo que nos sitúa en una posición privilegiada” para salir a liderar este nuevo ecosistema europeo de una industria textil sostenible y circular. Una ambición para la que el Proyecto Gama mira incluso más allá de la producción del lyocell, y es que “de hecho”, nos avanzaba el vicepresidente de Altri, “también hemos llevado a cabo pruebas sobre la incorporación de residuos textiles en la producción de lyocell” que se llevará a cabo desde la planta de Palas de Rei, consolidando su valor, ya no solo como fábrica de fibras sostenibles, sino como centro de reciclaje y de revalorización de residuos textiles.

Una fibra de origen natural, 100 por cien biodegradable y sin microplásticos ni productos tóxicos

Junto a Carlos Vaz Zeller, en esta visita guiada por las instalaciones de CENTI y de CITEVE, nos acompañaron Gabriel Sousa, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Altri; Pedro Baptista, director de Operaciones de Altri en España; Raquel Almeida, directora de la planta Caima de Altri; Braz Costa, director general del CITEVE; Carla Silva, investigadora del departamento de biotecnología de CITEVE; y Nelson Duraes, director del departamento de desarrollo de fibras funcionales de CENTI. Profesionales todo ellos que no dudaron a la hora de defender el valor, y especialmente el alto valor sostenible, de las investigaciones en tecnología textil que se han llevado a cabo a lo largo de estos últimos años desde CITEVE y desde CENTI, en colaboración naturalmente con Altri, que sirvieron para la construcción de la planta piloto, del mismo modo que ahora lo harán para la de la fábrica a escala del Proyecto Gama.

Imagen de la visita realizada a los centros de investigación CENTI y CITEVE de Portugal junto a responsables de Altri de Portugal y España, el 9 de octubre de 2024. Credits: Greenfiber.

Manteniéndose en todo momento con la mirada puesta sobre las ambiciones en materia de sostenibilidad sobre las que trata de avanzar el conjunto de la industria textil y de la moda, a escala global, con su “aventura” hacia la diversificación en 2014, Altri lograba adelantarse a la aprobación, en diciembre de 2018 en Polonia, de la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática. Una iniciativa puesta en marcha, bajo los auspicios de la ONU, con el objetivo de movilizar a la industria de la moda para reducir su impacto ambiental, y que mantiene entre sus objetivos los de lograr una reducción de un -30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, para el año 2030, y el compromiso de analizar y establecer una vía de descarbonización para el sector. Ambiciones ambas para las que, sostienen desde Greenfiber, es justamente el lyocell, la fibra sobre la que Alti empezaba a investigar con la construcción de esta planta piloto, y que van a tratar de producir a gran escala ahora desde la planta del Proyecto Gama de Palas de Rei, la que se presenta como la solución más óptima para avanzar en esa serie de compromisos, en la medida en la que se descubre como “la fibra de origen vegetal más respetuosa con el medioambiente”, contando entre sus particularidades la de ser además “100 por cien biodegradable”.

De entre las cualidades con las que ya de por sí cuentan estas fibras obtenidas a partir de celulosa natural, desde Greenfiber y Altri subrayan y tratan de aclarar que, para el caso de las que se producirán en la planta del Proyecto Gama, el lyocell de Greenfiber será una fibra de una resistencia similar a la del poliéster, y muy superior a la del algodón, de gran suavidad al tacto y de una excelente capacidad para la gestión de la humedad, lo que la presentará como una fibra especialmente adecuada para climas cálidos y para la confección de prendas deportivas, gracias a su igualmente “excelente comportamiento”, destacan, funcional, que le permite sustituir en uso a otras fibras con elevada capacidad de impacto. Fibras en su mayoría de origen químico y derivadas de productos petroquímicos, frente a las que el lycell de Greenfiber se presenta, señalan desde Greenfiber, como un textil 100 por cien biodegradable de origen vegetal, cuyas fibras cuentan además con la capacidad de mantener una alta calidad a través de múltiples ciclos de reciclaje, siendo además unas fibras que, debido a su composición, no liberan microplásticos durante el lavado, a diferencia de las fibras sintéticas de poliéster o de nailon frente a las que se posiciona como alternativa más sostenible, compartiendo con ellas su durabilidad.

Imagen de la visita realizada a los centros de investigación CENTI y CITEVE de Portugal junto a responsables de Altri de Portugal y España, el 9 de octubre de 2024. Credits: Greenfiber.

A estas características más sostenibles y circulares, se suma el que además, reivindican desde Greenfiber y Altri, la producción de lyocell genera alrededor de 2,5 toneladas de CO2 por tonelada de fibra textil producida, frente a las 6 toneladas que generan las fibras de algodón —más su elevadísima huella hídrica—, o hasta las 12 toneladas que generan las fibras de origen plástico como el poliéster. Una reducción, que incluso alegan que se verá aumentada para el caso de la planta de Palas de Rei, cuyo lyocell defienden que únicamente llegará a generar 0,1 toneladas de CO2 por tonelada de fibra textil producida, gracias a que la planta será “la primera planta del mundo” que integre, en unas mismas instalaciones, los dos procesos necesarios para la producción de lyocell: el proceso para la producción de fibras solubles para aplicaciones textiles, y que se comercializarán solamente dentro de la industria textil; y el de fabricación de las fibras de lyocell, a partir, y desde la misma planta, de esas mismas fibras solubles. Una producción que se llevará a cabo, argumentan, a través del uso de un solvente orgánico reciclable y no tóxico, en un proceso en ciclo cerrado desde el que se reciclará más del 99 por ciento del solvente, en este caso agua, utilizado.

“Gama es ciencia y tecnología”, destacaba durante la visita Gabriel Sousa, director de Innovación de Altri. “En 2020 empezamos a diseñar la planta piloto que tenemos aquí en Citeve y que hoy, cuatro años después, es una realidad que ya se puede transferir para una escala industrial”, como buscará hacerse realidad desde la construcción de esta futura planta de Palas de Rei, como mejor reflejo de cómo el “I+D es lo que da valor añadido a una industria y a un sector”. Desde esa convicción, apuntaba, “llevamos años investigando las aplicaciones de la celulosa en el textil”, abriendo un camino que, gracias a esa asociación con CENTI y CITEVE, ha dado paso a todo un amplio “conocimiento técnico y científico acumulado en estos años”, que es el que finalmente se ha empleado para dar como resultado “en un lyocell de Gama” que será “extraordinario”. En un lyocell que, sintetiza Sousa, será “100% renovable, biodegradable, resistente, suave y con una huella de carbono mínima”.

Un proyecto para revalorizar la madera de los bosques gallegos y posicionar a la región a “la vanguardia mundial de la industria textil sostenible”

Con una inversión estimada de 1 000 millones de euros, y con estimaciones que señalan a la creación de entorno a 500 puestos de trabajo, directos, desde Altri y Greenfiber buscan responder con datos y con aclaraciones concretas las dudas que sigue despertando en un sector de la sociedad la construcción del Proyecto Gama. Una iniciativa para la que, siguiendo con la serie de aspectos ya señalados en estas líneas, defienden su naturaleza sostenible y no contaminante, tanto para lo que respecta a las fibras como a su proceso de fabricación. Proceso y fin de una planta de producción de lyocell de origen celulósico natural sobre la que inciden en sus cualidades para, de un lado, dotar de valor a la madera y a los bosques gallegos, y del otro, posicionar a Galicia como referente de la próxima industria textil sostenible europea.

Imagen de la visita realizada a los centros de investigación CENTI y CITEVE de Portugal junto a responsables de Altri de Portugal y España, el 9 de octubre de 2024. Credits: Greenfiber.

En lo relacionado con cada una de estas dos cuestiones específicas, en lo relacionado con la sensible materia del “valor añadido” para los bosques y la madera gallega, desde Altri y Greenfiber siguen rechazando el que el proyecto vaya a servir de reclamo para que se avance en la pérdida de la biodiversidad de los bosques gallegos. Cuestión para la que defienden que la planta únicamente contempla llegar a utilizar como materia prima parte de esos 2,4 millones de metros cúbicos de madera de eucalipto que actualmente se exportan, de manera anual, desde Galicia, haciendo que esa madera en contra se pase a tratar, y a revalorizar, directamente desde dentro de la comunidad autónoma. Una fuente de abastecimiento para la que, refrendando su argumentario, sostienen el contemplar como una perfecta posibilidad el que pueda seguir manteniéndose vigente la actual moratoria con la que desde la Xunta de Galicia prohiben la plantación de nuevas plantaciones de eucalipto; un supuesto que no impediría en ningún caso a la planta del Proyecto Gama seguir operando, sobre la base de ese excedente de madera de los bosques gallegos que ya se genera a día de hoy.

Mientras tanto, y en lo que atañe a ese posicionamiento de Galicia como referente de la nueva industria textil sostenible y circular europea, era a este respecto Carla Silva, investigadora del departamento de biotecnología de CITEVE, y Braz Costa, director general de CITEVE, quienes se encargaban de poner el foco de atención en cómo el próximo pasaporte digital de producto europeo, que se espera que pueda pasar a entrar ya en vigor para 2026, llegará para reformular toda la realidad del sector, tanto de puertas hacia adentro, como a ojos de los consumidores. Un público a cuya disposición pasarán a quedar todas las principales características y todos los detalles de fabricación de las prendas que se comercialicen en Europa, con datos relacionados con la materia prima empleada, con la trazabilidad seguida a lo largo de sus procesos de fabricación, con la cantidad de litros usados, la cantidad de CO2 emitido, información de los productos químicos utilizados o con la indicación del porcentaje de material reciclado presente en su composición; información toda ella contenida en un pasaporte digital del que podremos servirnos todos para tomar conciencia de qué es realmente lo que estamos comprando. Información que, valoran desde el CITEVE, servirá para poder realmente poner en conocimiento de los consumidores esa sustancial diferencia que existe entre las prendas textiles fabricadas en Europa y de las fabricadas en Asia; y entre el valor sostenible de aquellas confeccionadas a partir de fibras de algodón y derivadas del petróleo, frente al de aquellas fabricadas a partir de fibras biodegradables y más sostenibles como las fibras de lyocell que se producirán desde la planta de Greenfiber de Palas de Rei.

Imagen de la visita realizada a los centros de investigación CENTI y CITEVE de Portugal junto a responsables de Altri de Portugal y España, el 9 de octubre de 2024. Credits: Greenfiber.

Con la llegada del pasaporte digital, “la industria textil europea tiene su gran oportunidad frente a Asia”, no dudaba en subrayar durante la visita Braz Costa, director general del CITEVE. Y es que una vez puesto en funcionamiento, señalaba, “el pasaporte mostrará la diferencia de cómo se fabrica en Europa frente a otros países”. “Va a haber un cambio y nosotros nos hemos anticipado”, ya no solamente diseñando el prototipo de un pasaporte digital propio, sino a través de las diferentes iniciativas que a lo largo de estos años han venido alumbrando y desarrollando desde este Centro Tecnológico Textil de Portugal. Una decidida apuesta por la innovación de la que “Gama es resultado”, sostiene Costa, siendo su construcción un proyecto que servirá para evidenciar cómo “Galicia y Portugal están una posición privilegiada” para salir a liderar el sector, situando a “Galicia en la vanguardia mundial de la industria textil sostenible”.

FashionUnited ha sido invitada a visitar la planta piloto de Altri.

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