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La ropa de Inditex reaparece en Rusia: ¿permisividad, descontrol del stock o contrabando?

Madrid – A falta de escasamente unas pocas horas de que la multinacional española de la moda presente, este mismo miércoles 3 de diciembre, los resultados relativos al tercer trimestre de su actual ejercicio fiscal de 2025, una noticia no muy positiva, ni en cuanto a imagen ni a las implicaciones que puede representar con respecto al modelo operativo de Inditex, ha tomado protagonismo entre las noticias del día: la comercialización en Rusia de prendas de sus marcas Zara, Oysho, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius y Massimo Dutti.

Poniéndonos —brevemente— en antecedentes, tras el estallido de la guerra en Ucrania tras la invasión del país por parte del ejército de la Federación de Rusia el 24 de febrero de 2022, desde Inditex informaban, para el 5 de marzo de ese mismo año, de su decisión de paralizar todas sus operaciones y de cerrar todas las tiendas con las que para entonces contaban en suelo ruso, en aquel momento el segundo mayor mercado para la multinacional de la moda española. Una resolución a la que le terminaría de seguir la del acuerdo para la venta de todo su negocio en Rusia al grupo emiratí Daher, el socio local de Inditex para determinados mercados del norte de África y Oriente Medio a través de la compañía Azadea, en octubre de 2022. Momento a partir del cual Inditex, a pesar de seguir ostentando ciertos derechos para llegados al caso de decidir nuevamente emprender operaciones en el país, pasó a finalizar toda su actividad y a abandonar Rusia. Un extremo que, únicamente como nota aclaratoria, no han llegado a adoptar otras compañías minoristas, entre ellas las españolas Tous y Mango, que mantienen sus operaciones en la Federación de Rusia a través de un régimen de franquicias.

Tras la paralización de su actividad en territorio ruso, incluso ya antes de acordar la venta de su negocio en el país a los dueños del grupo libanés Azadea, empezaron ha difundirse ya las primeras informaciones que alertaban del creciente “mercado gris” que estaban alimentando las autoridades rusas a través de su particular sistema de “importaciones paralelas”. Un mecanismo con el que desde el Kremlin buscaban que los consumidores rusos pudieran seguir accediendo a las productos de las marcas que habían dejado de operar en el país tras el estallido de la guerra y la imposición de las sanciones internacionales, “flexibilizando” —cuando no relajando hasta el máximo— los controles a las importaciones a territorio ruso. Un esquema con el que, a grandes trazos, lo que se permite a la postre es introducir en Rusia una amplia variedad de productos de marcas occidentales, al margen —supuestamente— de los controles de las propias marcas y de sus distribuidores oficiales; modelo sobre el que ya entonces se alertó de que estaba propiciando la comercialización en suelo ruso de artículos de las marcas Zara y Zara Home de Inditex. Compañía que, a pesar de las informaciones que apuntaban a su potencial próximo regreso a territorio ruso, difundidas el pasado mes de mayo desde, ojo, el medio de comunicación oficial del Parlamento ruso, sigue sin operar en Rusia, manteniéndose en la tesis de que “definitivamente” en estos momentos siguen sin darse las condiciones adecuadas para su regreso al país.

TVOE, la “puerta de entrada” a Rusia de las colecciones de Inditex

Con estos antecedentes, y sin que haya variado la postura y la presencia de Inditex con respecto a Rusia y al mercado ruso desde la venta de su negocio en el país en octubre de 2022, llegamos sin embargo a este mes de diciembre de 2025 en el que sin embargo todo apunta a que se han terminado por consolidar unos cauces que garantizan una entrada constante y periódica de productos de Inditex a Rusia. Y ya no solamente de Zara y de Zara Home, sino también de sus cadenas Oysho, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius y Massimo Dutti. Artículos que, para el caos que nos ocupa, asegura que se está encargando de comercializar entre la población rusa la cadena TVOE (TBOE en ruso).

Con más de 340 tiendas repartidas por cuatro países de la autoproclamada Comunidad de Estados Independientes (CEI), integrada actualmente por nueve de las 15 antiguas repúblicas de la extinta Unión Soviética, entre ellas Rusia, Bielorrusia, Kazajistán y Uzbekistán, era el pasado 20 de noviembre cuando desde la dirección de TVOE informaban a su comunidad de clientes de que en sus tiendas “les esperaban” las propuestas de moda de las cadenas Zara, Oysho, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius y Massimo Dutti de Inditex. Una oferta en moda que la cadena rusa asegura comercializar desde un total de 19 de sus tiendas en Rusia, entre ellas dos de San Petersburgo y ocho situadas dentro del área metropolitana de Moscú. Unos establecimientos a los que, como apunte adicional a esa publicación, a la que ha tenido acceso FashionUnited, la cadena además asegura que el “surtido” de las firmas de Inditex “se actualiza constantemente, así que pásate más a menudo para no perderte los artículos más exclusivos”.

Importaciones al margen de Inditex

Completando estas informaciones, adelantadas en el día de hoy por el Financial Times, desde el citado medio británico se apunta a que la cadena rusa comenzó a vender prendas de las marcas de Inditex el pasado mes de septiembre, desde una primera serie de unas nueve tiendas de su red comercial. Establecimientos desde los que habrían terminado por ampliar su presencia hasta esos 19 puntos de venta actuales, desde los que TVOE, según las informaciones del medio económico, se encuentra actualmente comercializando productos de anteriores temporadas de las cadenas de moda de Inditex, con el etiquetado oficial de las firmas y los precios en euros.

Detrás de estas operaciones, se encontraría sin embargo la empresa rusa Disco Club LLC, a la que se apunta como a la responsable de estar introduciendo en Rusia los artículos en cuestión de las marcas Zara, Oysho, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius y Massimo Dutti, que estarían llegando a las tiendas de TVOE. Unas importaciones para las que se habrían aprovechado de ese sistema de “importaciones paralelas”, en virtud del cual, el pasado mes de septiembre la compañía, con sede en Moscú llegó a presentar hasta 18 “declaraciones de conformidad” para la importación de diferentes artículos de ropa y calzado de las marcas de Inditex, del que se presentaba como proveedora. Un extremo que niegan desde la dirección de la multinacional de la moda española, ante el que callan desde TVOE aludiendo a “acuerdos de confidencialidad”, y frente al que niega cualquier responsabilidad el fundador de Disco Club LLC, Burkhard Binder. Empresario que constituyó la empresa rusa a través de la sociedad, radicada en Emiratos Árabes Unidos, Galaktik Limited, y quien en declaraciones al Financial Times aseguró no participar ya de la actividad operativa de Disco Club, y que no había participado en primera persona en ninguna actividad relacionada con la distribución de las marcas de Inditex. Grupo al que desde Disco Club han asegurado haber prestado servicios técnicos, eso sí de manera puntual.

Mientras tanto, y del lado de la compañía española, se ha negado que Inditex haya autorizado a ninguna empresa bajo el nombre de Disco Club ni al Sr. Burkhard Binder a realizar actividades en su nombre. Un apunte que han completado advirtiendo de que “Inditex no realiza comentarios sobre terceros ajenos a nuestro grupo que pudieran comercializar productos de nuestras marcas en mercados donde no estamos presentes, como es el caso de Rusia”, donde, inciden desde la multinacional española, “Inditex no tiene actividad desde la venta de nuestro negocio”.

¿Permisividad, descontrol del stock o contrabando?

Si bien no cabe duda de que, a la luz de todo lo apuntado, estaríamos ante una nueva muestra de cómo la guerra en Ucrania ha consolidado un “mercado gris” de productos de marcas occidentales dentro de Rusia, lo problemático en este contexto ya no solamente es la aparición de esos productos para su venta dentro de territorio ruso, sino la existencia de los canales y cauces que permiten su llegada, y el que además esto se de en una empresa como Inditex que, hasta donde sabemos, mantiene de manera rigurosa el control sobre su stock. De modo que, sacando de la ecuación la posibilidad de que se traten de productos falsificados, y dando por bueno el que, tal y como apuntan desde el Financial Times, los artículos se hayan importado a Rusia tras destinarse en origen a diferentes países de la Unión Europa y desde China, solamente se nos presentan tres como las causas posibles que habrían conducido hasta su entrada en el país: permisividad, descontrol del stock o contrabando.

De las tres posibles causas señaladas, tampoco hay duda alguna de que ninguna de ellas, de estar dándose, deja en buen lugar ni a la compañía española, ni al supuesto control que se realiza de su inventario. Teniendo en primer lugar a esa hipotética “permisividad” que estaría llevando a la compañía a potencialmente tolerar el que sus prendas se comercializasen en Rusia al margen de los canales oficiales, con el pretendido fin de no perder cuota de mercado y a la vista de un igualmente potencial acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Una hipótesis que cabe pensar que, de las tres propuestas, sea la más alejada de la realidad, y en lo que por tanto nos deja como únicas alternativas la del contrabando de prendas de Inditex, o la del descontrol y la existencia de un “punto negro” dentro de su red y cadena comercial, que está llevando a la comercialización de sus propuestas de moda al margen de los canales oficiales.

Ahondando en esta aparente clara muestra de vulnerabilidad, se trata de una de una naturaleza tan alarmante como seria, y que o bien está propiciando el que a través del contrabando algunos estén haciendo negocio con las remesas de stock de las principales marcas de la multinacional española; o dejando al descubierto la falta de control que la compañía mantiene sobre sus inventarios, habida cuenta de que como se apunta las prendas se venden con su etiquetado original. Una rotura de los canales de venta y de la exposición de los productos de las firmas de Inditex a ese “mercado gris” que prolifera en Rusia, y que además la compañía se habría mostrado incapaz de tapar, como demostraría esa consolidación y ampliación de importaciones de sus productos dentro de Rusia tras el “anecdótico” caso que trascendía para agosto de 2022. Algo realmente que cuesta dar crédito que pueda estar sucediendo en un grupo como Inditex que, según las cifras registradas al cierre del primer semestre de 2025, a fecha del pasado 31 de julio, dispone de 5 528 tiendas, de las cuales 4 380 son de gestión propias, y solamente 1 148 operan bajo régimen de franquicias. Franquicias además operadas por supuestos socios comerciales de la máxima confianza de la compañía española, que, a la vista de esos datos, mantiene un control directo sobre las operaciones del 79,23 por ciento de toda su red comercial, con únicamente ese cerca del 20 por ciento restante estando en manos de sus socios comerciales, y para una serie reducida de mercados menores.

En resumen
  • A pesar de la retirada de Inditex de Rusia en 2022, prendas de sus marcas como Zara y Oysho se comercializan en el país a través de la cadena TVOE.
  • La comercialización se realizaría mediante un sistema de "importaciones paralelas", que permite la entrada de productos occidentales en Rusia al margen de los controles oficiales de las marcas.
  • Esta situación genera dudas, ya no solamente sobre la procedencia de los productos, sino también sobre el control que Inditex estaría siendo capaz de llevar a cabo sobre su inventario, abriendo escenarios como el de la posible permisividad para estas operaciones, o sobre el descontrol del stock y el contrabando de productos que podría estar dándose dentro de la red comercial de la multinacional española.
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