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Mango deja de operar de forma directa en Rusia para hacerlo a través de franquicias

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: Flagship de Mango en el número 36 del Paseo de Gracia de Barcelona, fotografía de archivo.

Se antojaba, según las informaciones que empezaban a circular desde el mismo minuto cero tras el estallido del conflicto, como una campaña “relámpago” que desde el Gobierno de la Federación Rusa contaban con el ánimo de llegar a coronar en unas pocas semanas, pero que ya se han convertido en 4 largos meses de cruenta batalla militar que han provocado la pérdida de decenas de miles de vidas humanas y el desplazamiento de millones de ciudadanos ucranianos. Hablamos no sino de esa guerra abierta desde el pasado 24 de febrero de 2022 entre Rusia y Ucrania, sobre la que Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, ya ha alertado que podría durar años, y que como bien subrayábamos desde FashionUnited el mismo día de la invasión del país por parte del ejército ruso, su estallido suponía poner en serio riesgo las millonarias inversiones que mantenían en la región importantes grupos de la moda y del textil, entre los que apuntábamos principalmente a las españolas Inditex, Tendam y Mango.

Partiendo de estos antecedentes, y después de que los tres grupos apuntados decidieran paralizar temporalmente todas sus operaciones en ambos países, primero en Ucrania y ya posteriormente —hacia comienzos del mes de marzo— en Rusia, la situación habría alcanzado ya un punto crítico, debido, de un lado, al aparente estancamiento del conflicto bélico en suelo ucraniano, y del otro a las permanentes presiones ejercidas desde el Kremlin contra el conjunto de las compañías internacionales que se han decidido a paralizar sus operaciones en suelo de la Federación Rusa. Una acción que en muchos casos habría sido más efecto del no querer pagar el alto coste, en términos de imagen, de públicamente no posicionarse en contra de la invasión de Ucrania, que como una respuesta y un posicionamiento claros en oposición a la operación militar iniciada por parte de Rusia.

Una actitud de medio perfil en el conflicto, sobre la que empezaban a recaer las primera sospechas en la medida que las grandes compañías trataban de justificar su retraso en decidirse a cortar lazos con Rusia, alegando para ello motivos como el que son compañías textiles que se dedican a la venta de la moda —como fue el caso de la japonesa Uniqlo que finalmente terminó por enmendarse a sí misma y paralizar operaciones en Rusia—, o, en su mayoría, recurriendo al argumento de que cuentan con una importante responsabilidad tanto hacia sus equipos en Rusia y/o en Ucrania, como hacia la población local de los respectivos ambos países. Argumentaciones que en su conjunto no dejarían de ser la constatación de la actitud miedosa e interesada de unas compañías de la moda y del textil entre las que reina el ánimo de no querer ser, porque pueda venir, aquella compañía que termine cerrándose las puertas para siempre a un mercado que sigue siendo tan importante, en términos tanto de volumen como de potencial, como el mercado Ruso. Una amenaza que, tal y como ya nos encargamos de anunciar desde FashionUnited a mediados del pasado mes de marzo, desde el Gobierno ruso han planteado a todas aquellas compañías extranjeras y grupos internacionales que no se plieguen a seguir con sus indicaciones, y a adaptarse a uno de los únicos dos escenarios favorables diseñados por el Kremlin de entre los únicos tres que plantean para aquellas compañías extranjeras que operan, u operaban, en suelo de la Federación Rusa.

Plegándose a los dictados del Kremlin

En el marco precisamente de esas presiones, y en lo que erróneamente viene publicitándose más como una decisión propia de las multinacionales que como una respuesta a lo que no deja de ser el cumplimiento de los dictados del Kremlin, la multinacional española de la moda Mango se acaba de sumar a la larga lista de empresas que han “decidido” ceder todas sus estructuras propias en suelo ruso a un conjunto de empresarios locales. Acción con la que se ajustan el segundo de esos escenario favorables perfilados por el Gobierno Ruso, y que a comienzos de marzo ya se encargaba de adelantar Andrei Belousov, primer viceprimer ministro de Rusia.

“Estamos analizando las declaraciones de las principales autoridades de los estados extranjeros y de empresas específicas que, después de haber realizado grandes inversiones en localizar su producción, no quieren abandonar el mercado ruso, pero hoy se enfrentan a unas presiones políticas sin precedentes por parte de sus propios reguladores”, explicaba entonces Belousov. “Al mismo tiempo”, destacaba, “pueden aparecer empresas cuyos accionistas decidan abandonar el mercado ruso”, tal y como empezaban ya a hacer una tras otra las grandes multinacionales. Empresas a las que les advertía que desde el Kremlin solo se contemplaban para ellas tres escenarios. El primero, el que “la compañía continúe su trabajo completo en Rusia”, mientras “al mismo tiempo, el suministro de materias primas, materiales y componentes necesarios para el proceso de producción se garantiza en su totalidad”, y “se cumplen las obligaciones en materia laboral con los empleados”, en lo que no acarrearía mayores complicaciones para la compañía por parte de la Administración rusa. Mientras que de otro lado, se contemplaba como segunda opción el que “los accionistas extranjeros transfieren su participación y la ponen bajo el control de socios rusos”, con lo que “posteriormente podrán regresar a nuestro mercado”.

Una opción esta que “ya han aprovechado” algunos inversores rusos, subrayaba ya entonces Belousov, en lo que ya indicaba de manera velada que debía ser la opción que escogieran todas las multinacionales internacionales, tal y como ha hecho ahora Mango. Compañía que ha escogido esta vía intermedia, evitando así caer en un último y tercer escenario, que se da “cuando la empresa finalmente deje de trabajar en Rusia, cierre la producción y despida a sus empleados”, añadía Belousov. Una opción esta que entrañaría, ya no solamente el que la compañía llegase incluso a ser vetada para poder volver a operar en suelo ruso, sino inclusive la expropiación forzosa de todos sus activos mediante un “procedimiento concursal acelerado”.

Provisión de 20 millones de euros

Plegándose de este modo a los designios del Kremlin, la compañía española se ha decidido ahora a ceder todo su negocio de venta directa en Rusia y las 55 tiendas propias con las que venía operando de manera directa en este mercado, a un conjunto de varios socios locales. Una operación que cristalizará con la cesión de unos establecimientos que pasarán a operar en régimen de franquicias, sumándose así a los 65 puntos de venta de estas mismas características con las que venía operando en Rusia la española Mango. Grupo que de esta forma, y después de 23 años presente en el país desde su desembarco en 1999, dejará de contar con presencia propia, incluido en el canal online, para pasar única y exclusivamente a operar a través del modelo de tiendas franquiciadas, con una red de 88 puntos de venta.

La operación, según se han encargado de adelantar desde el medio generalista El País y ya han confirmado desde la propia Mango a FashionUnited, supondrá, aseguran, el poder garantizar los 800 puestos de trabajo que de manera directa generaba Mango a través de sus 55 establecimientos en Rusia. Unos puntos de venta que se mantenían temporalmente cerrados, al igual que su negocio de venta directa online, desde el pasado 3 de marzo, como respuesta frente a un conflicto armado para el que ahora igualmente la multinacional anuncia una provisión de 20 millones de euros sobre sus cuentas de 2022, destinados a hacer frente al impacto derivado de la Guerra.

Cesión de su negocio en Rusia

En el marco de este acuerdo, y según lo que desde la propia Mango confirman a este medio, los dos primeros establecimientos de los hasta ahora operados de manera directa por el Grupo, se cederán a los socios locales de Mango a lo largo de esta misma semana, y otras 22 tiendas serán cedidas entre la totalidad de los meses de junio y julio. Momento en el que de manera paulatina Mango irá cediendo así su negocio directo en el país, para dejarlo en manos de unos socios franquiciados que pasarán a asumir todos los compromisos de los que venía haciéndose hasta ahora cargo la compañía española, incluidos los del mantenimiento de los puestos de trabajo y el pago de las nóminas, así como el de las rentas en concepto de los alquileres de los locales comerciales. Quedando no obstante como principal sombra del acuerdo el que este, según las informaciones desveladas a este respecto, supondrá el regreso oficioso de Mango y el de sus colecciones de moda al mercado ruso.

En este sentido, era el pasado 3 de marzo cuando desde Mango anunciaban que cesaban “temporalmente sus operaciones en Rusia, cerrando sus tiendas propias y su plataforma online propia y paralizando el envío de nueva mercancía hacia el país”, dejando a socios franquiciados y marketplaces con la facultad de únicamente seguir operando “en función de su disponibilidad actual de stock”. Un aspecto en el que ahora se enmienda, abriendo la puerta a que todos ellos dispongan de nuevas colecciones y de prendas de moda de sus colecciones, pero siempre con los socios de la compañía debiendo de asumir los costes, y los posibles riesgos, de gestionar su transporte hasta Rusia.

Imagen: Givenchy

Reapertura en Ucrania

Y si velada estaría siendo la vuelta de Mango a suelo de la Federación Rusa, más clara resulta la que igualmente ha empezado de manera paralela a llevar a cabo en Ucrania. País en el que venía operando hasta el inicio de la invasión rusa a través de una red de 14 tiendas, tanto propias como bajo la modalidad de franquicias, que han empezado nuevamente a retomar su actividad en diferentes partes del país.

A este respecto, la multinacional española estaría con esta decisión tratando de dar respuesta a las peticiones que le habrían hecho llegar tanto desde sus equipos en Ucrania como de parte de sus distintos socios franquiciados para que retomase su actividad en el país. Un acuerdo al que habría accedido la multinacional española tras llevar a cabo un análisis de los protocolos de seguridad, llevando ya a cabo la reapertura de un total de 9 puntos de venta, 4 de gestión propia y 5 de la modalidad de franquicia, todos ellos ubicados en zonas alejadas de los frentes del conflicto.

Golpe y apuesta internacional

Al igual que para el resto de grandes compañías del textil, el conflicto que se abría a finales de febrero entre Rusia y Ucrania pillaba a Mango en una complicada situación, en el arranque de un ejercicio que debía de haberse mostrado como el de la esperanzadora vuelta a una cierta “normalidad” tras los dos duros años de pandemia por coronavirus. Un periodo que quedaba así ahora ensombrecido, pero al que desde Mango han sabido responder bien en términos de gestión, al tiempo que aceleraban en sus diferentes apuestas por seguir mostrándose como una compañía líder a escala global dentro del ámbito de la moda y del textil.

De este modo, y tras un dificilísimo ejercicio de 2020 que la compañía cerro con unas pérdidas brutas por valor de -110 millones de euros, la compañía completaba su ejercicio de 2021 elevando un +21,28 por ciento sus ventas totales hasta los 2.234 millones de euros —un -5,6 por ciento todavía inferior a los 2.374 millones que recogía al cierre del ejercicio de 2019— y generando un beneficio neto de 67 millones de euros, un +219 por ciento más que frente a los 21 millones recogidos al cierre del ejercicio de 2019. Mientras que, ya al margen de sus cuentas, desde el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto el foco en tratar de seguir impulsando su carácter diferenciado y su crecimiento internacional, poniendo para ello en marcha sus primeras iniciativas vinculadas al metaverso y a los NFTs, abriéndose como aceleradora de startups, reforzando como marketplace su plataforma online, o elevando su apuesta por mercados estratégicos, presentando nuevos planes estratégicos para mercados claves como los de Francia y los Estados Unidos. País este último en el que llevaba a cabo una de sus operaciones más esperadas, con la apertura a comienzos de mayo de su nueva flagship store en la Quinta Avenida de Nueva York.

Nota de la redacción: Este artículo ha sido actualizado y editado después de su publicación con la última información que ha recibido FashionUnited.

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