La firma de lujo suiza Bally, vendida a la dueña de Escada y Abanderado
cargando...
Madrid – La histórica y más que centenaria firma de lujo suiza Bally cambia de manos, y pasa a incorporarse a la cartera de marcas propias de la firma de inversión estadounidense Regent. Compañía especializada en la adquisición de empresas con un alto valor, estimado y potencial, de los más diversos sectores, y actualmente propietaria de firmas de moda como Escada, Club Monaco, Intermix, Dim o Abanderado.
Bajo unas condiciones que las partes han acordado no desvelar, ha sido a este respecto desde la misma Regent, firma de inversión con sede en la ciudad californiana de Beverly Hills, desde donde se han encargado de comunicar, de manera además ya oficial, la adquisición, a través de una compañía filial, de la firma de artículos de lujo suiza Bally. Compañía especializada en prendas de indumentaria, calzados y complementos, tanto para hombre como para mujer, que han pasado a tomar de manos de su hasta ahora actual propietaria, el fondo de inversión JAB Holding Company, del conglomerado alemán, con sede en Luxemburgo, JAB. Firma de inversiones esta que pasa así a completar finalmente su desinversión en la célebre casa de modas suiza, reduciendo así su exposición en un sector de la belleza y de artículos de lujo para el que actualmente ya únicamente se mantiene, que no es poco, como la accionista mayoritaria del gigante estadounidense y compañía líder en la fabricación y comercialización de productos de belleza y perfumería Coty. Una posición como accionista mayoritaria que igualmente mantiene en empresas líderes de otros sectores como el de las bebidas carbonatadas, como accionista mayoritaria de Keurig Dr Pepper, o en el de los dulces industriales, como propietaria de la cadena Krispy Kreme, todas ellas con una especial relevancia dentro del mercado estadounidense. Mismo ámbito en el que mantiene principalmente orientadas sus inversiones la firma de inversiones Regent, desde la que no obstante vuelven a salir a tomar impulso en la escena internacional, tomando bajo su mano la propiedad de Bally. Casa que terminan así por sumarse a una cartera tan amplia como diversificada en la que no faltan inversiones en periódicos y revistas, como la cabecera Sunset Magazine, el medio especializado en el sector armamentísticos Defense News o la cadena de noticias económicas Cheddar News, pero cartera de entre la que cobran una singular relevancia las inversiones en moda de Regent, propietaria de firmas de íntimo como Playtex, Wonderbra, Bellinda, Dim o Abanderado —incorporadas a través de la adquisición, por el simbólico precio de un euro, del negocio europeo de íntimo de Hanes Brands en noviembre de 2021—, y de marcas de moda como Escada, Intermix o Club Monaco, adquirida de manos de Ralph Lauren a comienzos de 2021. Etiquetas todas ellas a las que pasa ahora a incorporarse Bally.
“Bally es una de las grandes marcas de lujo con un legado del mundo”, no ha dudado en querer salir a destacar Michael Reinstein, fundador y presidente de Regent. “Su herencia, construida sobre más de 170 años de diseño atemporal y calidad incomparable, es un testimonio de la refinada elegancia suiza, al tiempo que de un inquebrantable compromiso con la artesanía”. Valores todos ellos que guardan por intención seguir cultivando como sinónimos de la casa, sobre la que, enfatiza Reinstein, “nos sentimos honrados de que nos hayan confiado la tarea de poder dar forma al próximo capítulo de esta formidable historia”.
“Desde nuestra primera inversión en Bally, la marca ha experimentado una importante evolución operativa y creativa”, ha querido destacar por su parte Joachim Creus, director general, vicepresidente de la junta y director ejecutivo de JAB, a lo largo de unas declaraciones facilidades de manera conjunta por ambas compañías de inversión. “Hoy”, destaca, “goza de reconocimiento mundial y su última dirección creativa ha sido celebrada en todo el mundo”, para lo que “ha sido un privilegio poseer esta histórica marca”, sobre la que “seguiremos su futuro con gran interés”.
Bally, nuevo capítulo bajo el paraguas de Regent
Con unos orígenes que se remontan hasta los de su fundación, en Suiza, allá por el año 1851, por los hermanos Carl Franz y Fritz Bally, Bally ha sabido consolidarse y consagrarse a lo largo de estos sus ya más 170 años de vida como una icónica casa de lujo, trascendiendo más allá del ámbito del calzado sobre el que sostuvo sus orígenes, para destaparse como una completa firma de lujo, en toda su magnitud, con propuestas de moda y de complementos. Artículos que comercializa a través tanto de canales propios como operados por terceros, para lo que contaba, para comienzos del año 2022, con asociaciones estratégicas para su comercialización desde más de 320 tiendas monomarca, y más de 500 puntos de venta multimarca, repartidos por cerca de 60 países.
A nivel ya directivo, creativo y de empresa, una Bally en pérdidas fue adquirida hacia el año 1999 por la firma de capital privado TPG Capital, responsables principales de impulsar el relanzamiento de la marca, con Marco Franchini como director ejecutivo desde 2002, y Brian Atwood como director creativo desde 2007, en unas posiciones que ambos terminaron por abandonar llegados a 2009, después de que TPG acordase la venta de Bally, en 2008, a JAB Holding Company, propiedad de la familia alemana Reimann, a través de su vehículo de inversión la compañía Joh. A. Benckiser GmbH. Conglomerado este desde el que parecían haber logrado ya completar su desinversión en Bally en 2018, después de que para entonces, y siguiendo con el anuncio realizado en abril de 2017 desde el que comunicaban su decisión de llevar a cabo una “revisión estratégica” de su inversión en Bally, informasen de la venta de una participación mayoritaria a la compañía china Shandong Ruyi Gruop. Un acuerdo que finalmente terminaba convirtiéndose en papel mojado, después de que la compañía, según adelantaban desde la agencia Reuters en marzo de 2020, dos años después del anuncio del acuerdo de compra, se viera incapaz de obtener la financiación necesaria para hacer frente al pago de los cerca de 600 millones de dólares que habían acordado para la compra, no de la totalidad sino de una participación mayoritaria, de Bally. Operación que desde la misma Bally confirmaban a la misma agencia de noticias que para entonces no se había completado, al parecer como resultados de los nuevos retos e incertidumbres que para entonces hizo aflorar la llegada de la pandemia por coronavirus. Una serie de dificultades que terminaron por diluir ese acuerdo de adquisición, desde el que desde JAB han pasado a acordar ahora este nuevo acuerdo para la venta de Bally, que pasa a estar ya en manos, en toda su propiedad, de la estadounidense Regent.
Mientras desde la firma de inversión con sede en Beverly Hills se preparan así para poner en marcha su propio plan estratégico desde el que capitalizar su inversión en la icónica casa de lujo suiza, esta, y hasta nuevo aviso, permanecerá bajo la dirección del actual equipo directivo y creativo, que hasta ahora se ha encargado de seguir revalorizando y renovando su valor dentro del siempre competitivo sector del lujo. Una dirección esta que así pues, y tras los últimos cambios acordados por sus ya anteriores propietarios, va a seguir liderando Nicolas Girotto, director ejecutivo de Bally desde mayo de 2019, después de su ascenso dentro del organigrama de la empresa desde su anterior posición como director de operaciones, un cargo que ostenta desde 2015 y que sigue desempeñando a día de hoy compaginándolo con el de CEO; con Simone Bellotti como director creativo de la casa. Un cargo este en el que el italiano se estrenaba en junio de 2023, tras incorporarse a Bally en octubre de 2022 tras permanecer en las filas de Gucci durante 16 años, ocupando el vacío que quedaba en la dirección de la empresa tras la sorprendente salida de Rhuigi Villaseñor, poco más de un año después de asumir el cargo, comunicada en mayo de 2023.