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Burberry se cae del índice FTSE 100 de la Bolsa de Londres

Por Jaime Martinez

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Exterior de la “flagship store” de Burberry en la londinense vía de Regent Street (Reino Unido). Credits: Burberry.

Madrid – Confirmando las intenciones que ya mostró el London Stock Exchange Group (LSEG), la compañía responsable de operar la Bolsa de Valores de Londres, a finales de esta ya pasado mes de agosto, las acciones de la multinacional de la moda británica Burberry dejarán de cotizar en el índice de referencia FTSE 100 de la Bolsa londinense. Un cambio que se hará efectivo al cierre de las operaciones del próximo viernes 20 de septiembre, como resultado del hundimiento a mínimos de 2010 en el que se encuentra el valor de sus acciones.

Poniéndonos así pues en primer lugar en antecedentes, era este pasado 27 de agosto cuando desde el LSEG informaban de que, como parte de la próxima revisión de los índices FTSE del Reino Unido prevista para llevarse a cabo este pasado martes 3 de septiembre de 2024, se procedería a sacar del índice FTSE 100, en el que se incluyen a las 100 mayores empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Londres por capitalización bursátil, al Grupo Burberry y a Easyjet, cuya posición dentro del índice pasarían a ocupar las compañías Hiscox y Titax Big Box REIT. Siendo para el caso tanto de la multinacional de la moda británica como para el de la aerolínea de bajo costes, una salida que las llevaría a entrar a cotizar dentro del índice de referencia FTSE 250, al que también se incorporaría la compañía Raspberry Pi Holdings.

Siendo, el de entonces, un anuncio únicamente indicativo, como parte finalmente de la revisión trimestral llevada a cabo del índice FTSE 100, desde el LSEG han terminado por confirmar el ajuste del índice, del que finalmente únicamente quedará excluido el Grupo Burberry, dejando libre una posición que entrará a ocupar la aseguradora Hiscox. Que asciende en su caso desde el índice FTSE 250 al que entrarán ahora a cotizar las acciones de Burberry, del mismo modo que lo hacen las de Raspberry Pi Holdings, únicas dos empresas finalmente en incorporarse a este índice también de referencia, aunque secundario, de la Bolsa de Valores de Londres, en el que se incluyen las 250 empresas más grandes de la Bolsa londinense por capitalización bursátil, excluyendo a las 100 que cotizan dentro del índice FTSE 100.

Una caída en barrena, que tratará de frenar una nueva directiva

La salida de Burberry del índice de referencia de la Bolsa de Londres no deja de resultar un acontecimiento singularmente simbólico, que refleja perfectamente el complicado momento en el que se encuentra inmersa la multinacional de la moda británica. Compañía cuyos títulos a mediados del pasado año cotizaban en unos valores de máximos históricos, de entorno a los 2 609 peniques por acción, y que en poco más de un año han visto hundirse su valor un -75 por ciento, hasta los 645 peniques en los que actualmente cotizan sus acciones en la Bolsa de Londres. Un valor con el que no contaban desde el año 2010.

Como causa de esta abrupta caída del valor de las acciones de la multinacional, que es la que ha terminado propiciando su exclusión del FTSE 100, no se encuentra otro motivo que la decepcionante trayectoria que ha terminado por experimentar la compañía bajo la ya más que puesta en entredicho dirección ejecutiva de Jonathan Akeroyd. Ejecutivo que, procedente de la dirección ejecutiva de Versace, terminaba tomando las riendas de una prometedora Burberry en pleno proceso de relanzamiento en abril de 2022, pasando a ocupar la silla que había decidido dejar vacía Marco Gobbetti para asumir la dirección ejecutiva de Ferragamo, no habiendo logrado imprimirle a la compañía el empuje necesario que necesitaba, tanto para completar su relanzamiento, como para lograr hacer frente al paulatino enfriamiento de la demanda de artículos de lujo. Unas dobles causas, internas y externas, frente a las que la Burberry de Akeroyd, y la de su escogido como nuevo director creativo, en sustitución del italiano Riccardo Tisci, Daniel Lee, no ha sabido ni logrado dar respuesta, en lo que de manera acelerada terminó por afectar a las cuentas de la compañía. Unos balances que empezaban a deteriorarse a partir del cierre del ejercicio de 2022, que la compañía todavía lograba salvar en positivo, con un crecimiento de las ventas de un +9,48 por ciento, hasta los 3 094 millones de libras, y de los beneficios de un +24,24 por ciento, hasta los 492 millones de libras.

Frente a este, todavía alentador, desempeño, Burberry cerraba su último ejercicio de 2023 contrayendo sus ventas un -4 por ciento, hasta los 2 968 millones de libras, y hundiendo sus beneficios un -44,9 por ciento, hasta los 271 millones de libras. Un decepcionante rendimiento del que informaban este pasado mes de mayo de 2024, y al que desde su dirección trataron de adelantarse con el lanzamiento de un “profit warning” ya en noviembre, desde el que advertían de los problemas que arrastraba la compañía como resultado de la desaceleración global del mercado del lujo. Un hecho que, aún siendo cierto, no se estaba evidenciando en la misma magnitud de como lo estaba haciendo sobre las cuentas de Burberry, cuyo consejo de administración decidía prescindir de Akeroyd y nombrar a Joshua Schulman, exdirector ejecutivo de Jimmy Choo, Coach y Michael Kors, como nuevo CEO de Burberry este pasado 15 de julio. Anuncio que se realizaba después de que la compañía informase de un primer trimestre del ejercicio de 2024 durante el que las ventas llegaron a caer un -22,24 por ciento con respecto al año anterior, hasta los 458 millones de libras.

Abriendo a partir de entonces, y tras la salida “con efecto inmediato” de Akeroyd de la compañía, desde entonces la nueva ejecutiva de Burberry ha tratado de diseñar y de poner en marcha un nuevo plan estratégico para el relanzamiento y el reposicionamiento de la firma dentro del sector del lujo. Un plan, también de ajustes, diseñado para tratar de destapar todo el potencial de Burberry, y para el que Schulman ha tratado de venir formando un equipo propio, para el que, durante este mismo 3 de septiembre, se anunciaban los nombramientos de Jonathan Kiman, procedente de las filas de Gucci, como nuevo director de Marketing de Burberry, y el de Laura Dubin-Wander, directora ejecutiva para Norteamérica de la italiana OTB, y con trayectoria dentro de las filas de Coach, Dior y Givenchy, como nueva presidenta del negocio de Burberry para las Américas; una región llamada a jugar un papel clave en el futuro crecimiento de la multinacional de la moda británica.

“Me complace mucho dar la bienvenida a Jonathan y Laura a Burberry”, apuntaba Schulman desde unas declaraciones compartidas por Burberry a comienzos de esta misma semana. “Jonathan cuenta con una gran experiencia en la renovación de marcas y en la creación de estructuras de marketing con prioridades digitales”, para lo que “no veo el momento de poder comenzar a trabajar en estrecha colaboración con él, para mejorar nuestras capacidades de marketing y fortalecer la marca Burberry”. Mientras que en su caso “Laura es una líder dinámica y orientada a los resultados, que ha demostrado tener éxito en la creación y el desarrollo de equipos ganadores”, por lo que del mismo modo, concluía Schulman, “estoy encantado de trabajar con ella para hacer crecer nuestro negocio en las Américas”.

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