Visitamos la exposición “La moda en la Casa de Alba”: dos siglos de historia de la moda, de Eugenia de Montijo hasta hoy
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Madrid – Finalmente este jueves, 19 de octubre de 2023, ha abierto sus puertas al público la exposición “La moda en la Casa de Alba”. Una muestra que ya tuvimos ocasión de visitar ayer, en primicia, desde FashionUnited, con la que desde la Fundación Casa de Alba se nos invita a recorrer los últimos doscientos años de historia de la moda, de la mano de excepcionales piezas de indumentaria, pintura y escultura, propiedad en su mayor parte de los fondos de la misma Fundación, como origen de un viaje que abarca desde la figura de la emperatriz Eugenia de Montijo, hasta la de Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, para terminar en la de Sofía Palazuelo, actual duquesa de Huéscar, todo ello de la mano de artistas y diseñadores de la talla de Charles Frederick Worth, Joaquín Sorolla o Cristóbal Balenciaga.
Comisariada de manera solidaria por Eloy Martínez de la Pera, responsable de los principales proyectos expositivos que han tenido lugar en España relacionando arte y modo, como las exposiciones “Sorolla y la Moda” o “Balenciaga y la Pintura Española”, ambas para el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, y por Lorenzo Caprile, reconocido modista responsable de firmar piezas de indumentaria que han entrado a formar parte ya de la misma historia de la moda española, como el flamante vestido rojo que luciera la reina Letizia en su debut frente a las monarquías europeas durante la boda de Federico y Mary de Dinamarca, el 14 de mayo de 2004, la exposición podrá visitarse desde el 19 de octubre y hasta el próximo 31 de marzo, de 2024, en el Palacio de Liria de Madrid. Complejo que abriera sus puertas al público a comienzos de junio de 2019, y desde el que por primera vez en la historia se han entrado ahora a “desnudar” los estrechos lazos que los miembros de la casa de Alba han mantenido a lo largo de los años con el mundo de la moda.
Para celebrar tal acontecimiento, era el mismo actual Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, quien se encargaba de inaugurar la exposición en compañía de miembros de la prensa especializada, ligeramente pasadas las 10:00h de la mañana del miércoles. Momento tras el cual arrancaba un recorrido por las distintas salas que comprenden el “Gabinete del duque” que sirve de espacio para las exposiciones temporales que alberga el Palacio de Liria, promovidas por la misma Fundación Casa de Alba, durante el que eran los mismos cocomisarios de la exposición, Eloy Martínez de la Pera y Lorenzo Caprile, quienes se encargaron de ir desmenuzando en detalle algunas de las singularidades y detalles que se ocultan tras la muestra, y de las que se dan buena cuenta en el cuidado catálogo que se ha realizado sobre la exposición.
Se trata este de un volumen producido igualmente por la Fundación Casa de Alba, en el que se reúnen textos de Eloy Martínez de la Pera, de Lorenzo Caprile y hasta otros once especialistas en arte y moda, junto a fotografías de piezas tanto expuestas como apartadas finalmente de la exposición, por motivos que atendían únicamente a las limitaciones de espacio y al hecho de tener que ajustar su recorrido al del área reservada a las exposiciones temporales del Palacio de Liria. Una zona esta que, como los mismos comisarios reconocían durante la inauguración de la muestra, resulta limitada para la hora de poder albergar una exposición de indumentaria, en lo que, con motivo de la misma, ha provocado el que se haya llevado a cabo un esfuerzo extra por intentar de corregir ese aspecto, añadiendo, por primera vez al recorrido de una exposición temporal, el salón Zuloaga del palacio. Un ejercicio este que no hace más que venir a responder y a seguir con esa política de “puertas abiertas” que el mismo duque de Alba ha tratado de instaurar desde que accediera a la jefatura de la casa.
“No podía concebir una Casa de Alba cerrada a la sociedad en pleno siglo XXI”, expresa el mismo duque de Alba a este respecto, a lo largo de unas declaraciones ofrecidas por la Fundación Casa de Alba con motivo de la inauguración de la exposición. “Ahora, estas exposiciones temporales anuales sirven como complemento a la exhibición permanente de los fondos artísticos” que se llevan a cabo de los palacios de Liria, las Dueñas y Monterrey, los tres grandes palacios de la casa de Alba que ya han abierto sus puertas al público y pueden visitarse, y “ayudan a acercar el patrimonio de la Casa de Alba a la sociedad”. Siendo este un patrimonio, artístico, arquitectónico y cultural, del que, añade el duque de Alba, “es un orgullo poder compartirlo con los visitantes del palacio de Liria”.
Doscientos años de historia de la moda, desde Eugenia de Montijo a Sofía Palazuelo
Adentrándonos ya a partir de este punto en el recorrido de la exposición, a lo largo de los escasamente poco más de 100 metros cuadrados sobre los que se desarrolla la muestra, se encuentran repartidas más de 100 piezas, de entre las que se destacan 30 vestidos y uniformes creados por diseñadores y modistas de la talla de Charles Frederick Worth, Cristóbal Balenciaga, Christian Dior o Manuel Pertegaz. Unas piezas de indumentaria que se han puesto a dialogar con pinturas y retratos firmados por artistas como Federico de Madrazo, Franz Xaver Winterhalter, Joaquín Sorolla o Ignacio Zuloaga, responsable de las pinturas que precisamente dan nombre al salón Zuloaga del Palacio de Liria, y que han quedado repartidas por entre el total de los 4 ambientes, más el citado salón, en los que ha terminado organizada la exposición.
Trazando un recorrido que abarca los dos últimos siglos de historia de la moda, puestos en paralelo a los igualmente doscientos últimos años de historia de la Casa de Alba, la exposición arranca con una primera sala dedicada a la emperatriz de los francesas, Eugenia de Montijo; segunda hija de Cipriano Portocarrero y de María Manuela Kirkpatrick de Closeburn y de Grévignée, y vinculada a la familia de los Alba como hermana de María Francisca de Sales Portocarrero, duquesa de Alba por matrimonio con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, XV duque de Alba. Materializando de una manera exquisitamente armoniosa la popular copla que tanto popularizase la gran reina de la canción española, Concha Piquer, esta primera sala de la exposición se reserva a evidenciar los estrechos lazos de unión que mantuvieron los miembros de la casa con la última emperatriz de Francia, fruto de la acertada, en cierto grado, política de matrimonios que consiguió aplicar para sus hijas doña María Manuela, concertándole a la una un matrimonio con el duque de Alba, y a la otra con Napoleón III Bonaparte. Siendo en respuesta esta la parte de la exposición en la que podremos descubrir retratos de cada una de estas tres mujeres, firmados por artistas como Franz Xaver Winterhalter o Federico Madrazo. Pinturas que se han puesto a dialogar con esculturas y con piezas de indumentaria, entre las que ya se descubren algunas de las piezas más únicas que podrán descubrirse en esta exposición. Unos diseños pertenecientes a la misma emperatriz Eugenia de Montijo, que por primera vez pueden observarse más allá de las paredes del Château de Compiègne en el que se conservan, y de entre las que descubriremos, en esta misma sala, un corsé de fiesta de la emperatriz, que es el mismo que luce en la pintura de Madrazo; un vestido de Worth de parte del extenso vestuario, de más de 100 piezas, que el modista le realizó a la emperatriz con motivo de su viaje para la inauguración del canal de Suez; y el velo de novia que Eugenia de Montijo utilizó para sus esponsales con Napoleón III.
Continuando con el recorrido de la exposición, tras esa primera sala en la que, ante todo, se trata de poner en valor el perfil y el carácter político por el que la indumentaria era entendida, y usada, por la emperatriz Eugenia, que no dudó en valerse de la moda para tratar de afianzar la debilidad sobre la que se apoyaba el Segundo Imperio francés, dando paso como resultado a lo que es el mundo de la moda contemporánea de hoy, nos terminamos por adentrar en la segunda sala de la exposición, dedicada precisamente a las modas que instauró bajo su reinado la emperatriz. Un punto para el que se han dispuesto piezas únicas creadas para ella por Worth, quien gracias en buena parte a su patrocinio y a la estrecha vinculación que mantuvo con la emperatriz, terminaría convirtiéndose en el primer modista en empezar a etiquetar sus creaciones, dando origen así a lo que es el mundo de las casas de moda que sigue imperando hoy. Completándose la sala con una serie de chaquetas-bolero, entre las que se incluye la diseñada por el mismo Lorenzo Caprile para Cayetana Rivera Martínez de Irujo para la Goyesca de Ronda de 2021, con las que se busca enfatizar cómo Eugenia de Montijo llevó detalles propios de la indumentaria vernácula española hasta la corte francesa, como los encajes, los madroños o los abanicos, así como el gusto por la montería de una emperatriz que sería responsable de idear, y popularizar, las chaquetas bolero.
Dentro de la tercera sala de la exposición, nos encontramos ya con el apartado reservado a la indumentaria masculina, presidido por dos magistrales obras de Joaquín Sorolla, como son el retrato de Alfonso XIII con uniforme de húsares, y el de Jacobo FitzJames-Stuart y Falcó, XVII duque de Alba. Pinturas que se exhiben frente a los mismos uniforme de gala y traje de frac que pueden apreciarse en las pinturas, junto a dos uniformes de amazona, uno de la emperatriz y otro de la reina Victoria Eugenia, que sirven de lazo para terminar de coser las distintas épocas a lo largo de las que se prolonga la exposición, con una Eugenia de Montijo que fue madrina de la reina Victoria Eugenia, siendo esta reina de España por matrimonio con Alfonso XIII, íntimo amigo de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, quien terminaría contrayendo matrimonio con una de las damas de la reina Victoria Eugenia, María del Rosario de Silva y Gurtubay. Aristócrata a la que encontraremos dando paso a la última sala de la exposición, desde una fotografía de 1930 en la que aparece vestida por Chanel para la revista Vogue.
Entre piezas de Dior, de Balenciaga y de Flora Villarreal
Madre esta, antes de su prematuro fallecimiento por tuberculosis, de la última duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, será a esta a la que encontraremos ya como principal protagonista de la última sala de la exposición, presentada al público bajo el título de “Cayetana de Alba, de ‘lo español’ a la Alta Costura”.
Como primeros elementos a partir de los que termina por desarrollarse esta última parte de la exposición, nos dan la bienvenida un conjunto de fotografías desde las que se relata el magnífico desfile de Alta Costura que terminó por tener lugar en el año 1959 en el madrileño Palacio de Liria, protagonizado por Yves Saint Laurent desde su papel como director creativo de Christian Dior. Un desfile organizado a beneficio de las Escuelas Salesianas, del que la duquesa de Alba ejercería como anfitriona, y que supuso el primer desfile de una colección de Alta Costura que alcanzó a tener lugar fuera de París. Un acontecimiento que no quisieron perderse los miembros de la alta sociedad española, y parisina, de la época, y que terminó convirtiendo a Liria en el epicentro del mundo de la moda, descubriéndose la celebración de ese desfile, en línea precisamente con lo que trata de reivindicarse desde esta exposición, como una muestra más de la estrecha relación que los miembros de la casa, ya fuera confeccionándose sus trajes a medida en las londinenses sastrerías de Savile Row, o instigando modas como las del Segundo Imperio que siguen influyendo en las tendencias de hoy, siempre han mantenido con el mundo de la moda.
A partir de aquí, la muestra da paso a una cuidada selección de vestidos de novia, noche y alta costura, entre los que nos encontramos con el vestido de novia que lució la duquesa de Alba para su boda con Luis Martínez de Irujo en 1947, obra de la diseñadora española Flora Villarreal. Modista a la que se ha tratado igualmente como objetivo reivindicar en esta exposición por parte de la pareja de comisarios de la muestra, y de la que igualmente se exhibe un deslumbrante vestido de noche en palabra de honor, diseñado para doña Cayetana Fitz-James Stuart. Continuando la exposición con piezas igualmente deslumbrantes, también pertenecientes a la última duquesa de Alba, como lo son un vestido de cóctel en tejido de seda de la casa Christian Dior, y un vestido de cóctel confeccionado por Manuel Pertegaz. pieza esta que entra perfectamente a dialogar con un arrebatadoramente contemporáneo vestido de cóctel de Cristóbal Balenciaga, aportado a la exposición por Isabel Hoyos Martínez de Irujo, V marquesa de Hoyos.
Dando a partir de aquí su espacio a los miembros más presentes y actuales de la casa de Alba, se terminan por exponer el vestido de novia de Eugenia Martínez de Irujo, firmado por el modista Emanuel Ungaro, así como a un mantón de Manila y al vestido de novia de Sofía Palazuelo, diseñado por la modista Teresa Palazuelo, difunta tía de la novia y actual duquesa de Huéscar. Una Sofía Palazuelo que termina encargándose de echar el cierre a la exposición, desde el papel que está llamada a ejercer, en el futuro y desde su condición como esposa de Fernando Fitz-James Stuart y Solís, como próxima duquesa de Alba. Debiendo llegados ya a este punto de regresar hasta el arranque de la exposición, desde donde se puede ya acceder al salón Zuloaga del Palacio de Liria, donde podrán descubrirse tres piezas de indumentaria íntimamente vinculadas a la casa de Alba, como lo son un manto de la Orden de Calatrava, un vestido de gala, y un uniforme de gala de de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, igual al que viene usando para sus enlaces de manera tradicional los varones de la casa de Alba. Piezas estas que en este caos entran a dialogar con las pinturas de Zuloaga que cuelgan de las paredes del salón, y entre las que se exhiben un retrato del XVII duque de Alba, de la XVII duquesa de Alba y otro de su hija, Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba.
“María Teresa y María de las Mercedes; María Francisca de Sales Portocarrero, duquesa de Alba; Eugenia de Montijo; María del Rosario Falcó y Osorio; Sol Santoña y la XVIII duquesa Cayetana, estamparon su sello de elegancia y distinción en sus épocas respectivas y sirvieron de modelo a tantas mujeres anónimas, y no tan anónimas, para las que fueron, y siguen siendo, una fuente de inspiración en todo lo referente a moda, estilo y elegancia”, defiende Lorenzo Caprile. Unas palabras a las que se suman las de Eloy Martínez de la Pera, y desde las que vuelve a salir a destacar cómo “esta muestra, la primera hasta la fecha, supone una aproximación a todo el legado familiar” de la casa de los Alba, “a través de uno de los más bellos diálogos que se producen en la historia entre arte, moda y patrimonio”.
“La colaboración estrecha entre los comisarios y la Fundación Casa de Alba ha dado como resultado una exposición inédita, por la calidad y variedad de sus obras, algunas de ellas nunca expuestas con anterioridad al público”, entra a tratar de poner en valor Álvaro Romero Sánchez-Arjona, director cultural de la Fundación Casa de Alba. “Gran parte de ellas proceden del rico patrimonio de la Casa de Alba custodiado en los palacios de Liria, Las Dueñas y Monterrey, los cuales han nutrido a esta exposición con destacados retratos, litografías, esculturas y otros objetos”, piezas que se exhiben junto a los “generosos préstamos de instituciones como Patrimonio Nacional, Museo del Traje, Château de Compiègne y colecciones particulares”.