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La Confederación Española de Comercio advierte de la “desvirtuación” de las rebajas y clama por el regreso a la regulación

Por Jaime Martinez

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Retail
Cartel de rebajas en el escaparate de una tienda. Créditos: Markus Spiske, vía Pexels.

Coincidiendo con el arranque, si bien no oficial sí oficioso, de esta nueva campaña de las rebajas de enero con las que la práctica totalidad de las cadenas y firmas de moda se abren a dar la bienvenida a este nuevo ejercicio de 2024, desde la Confederación Española de Comercio (CEC), la organización empresarial más representativa de los comercios en proximidad en España, se han decidido a salir a señalar por dónde pasan y cuáles son sus previsiones para el desarrollo de esta nueva campaña de descuentos. Unas estimaciones que han querido ofrecer, al tiempo que advierten de cómo se han terminado desvirtuando las rebajas desde su liberalización en 2012, en lo que consideran que desde entonces viene afectando de manera negativa tanto al conjunto de los consumidores como al pequeño comercio, en una situación que claman que se corrija volviendo a instaurar su regulación.

Empezado justamente por este segundo punto, para con ello tratar de dibujar con mayor exactitud el escenario frente al que nos invitan a situarnos desde la CEC, lo primero que cabe justo señalar es que, lejos de ser una valoración puntual y gratuita, su manifestada posición contraria a la desregulación a la que vienen sujetas las celebraciones de las rebajas desde 2012, coincide con la que ya con anterioridad han venido mostrando desde otra buena parte de asociaciones y colectivos. Unos antecedentes entre los que nos encontramos, por poner un ejemplo, con la defensa de la vuelta a la regulación de las rebajas que reclamaban desde la asociación de autónomos UPTA directamente al conjunto de los representantes de todas las comunidades autónomas, en el marco de la celebración de la Conferencia Sectorial de Comercio que tenía lugar en la sede del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo durante el pasado mes de febrero de 2023. Un encuentro durante el que los representantes de los trabajadores autónomos, entre sus sugerencias para buscar corregir la delicada situación por la que ya entonces venían atravesando el sector comercial y el colectivo de trabajadores autónomos, reclamaban entre sus principales y más inmediatas medidas a impulsar, la de la “indispensable” vuelta a la regulación de las rebajas.

Pasado como ya ha transcurrido cerca de todo un año desde entonces, es ahora cuando desde la CEC vuelven a incidir en cómo se mantiene “desvirtuado” el sentido de la campaña de rebajas, como consecuencia de un lado de los “desequilibrios” que se han instaurado en lo que atañe a su fecha de arranque, y del otro al permanente y constante acceso que los consumidores tienen a artículos rebajados. Cuestiones ambas derivadas de la liberalización de las rebajas que se introdujo en el año 2012 durante la presidencia de Mariano Rajoy, a propuesta de su por entonces ministro de Economía, Industria y Competitividad, y a día de hoy vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, y sobre las que desde la CEC advierten que, lejos de repercutir de manera positiva para los comerciales y los consumidores, lo hacen de manera negativa, aunque por distintas razones, sobre cada uno de ambos colectivos. Una valoración para la que sostienen el que, del lado de los empresarios, la liberalización está de un lado empujando a los comerciantes, y principalmente entre estos a los responsables del pequeño comercio en proximidad, a tener que adelantar el inicio de sus campañas de descuentos para poder hacer frente a los grandes operadores. Todo ello mientras que al tiempo los consumidores se ven envueltos en una constante situación de incertidumbre, sin poder saber a ciencia cierta cuándo es mejor y cuándo pueden tener acceso a unos precios más ventajosos y más rebajados, como consecuencia del mismo modo de una liberalización que, censuran desde la CEC, ha terminado convirtiendo estas rebajas en una campaña de descuentos “más” de cuantas terminan ya por sucederse a lo largo de todo el año.

En respuesta, desde la organización empresarial reclaman el corregir todas estas disonancias con una vuelta a una regulación de las rebajas que otorgaría garantías a los comerciantes de que contarán con el periodo justo y necesario para poder vender sus artículos de temporada, con márgenes adecuados. Ello, mientras que los consumidores, defienden desde la CEC, gozarían del mismo modo de acceso a un periodo de rebajas para el que sí tendrían igualmente garantías de que durante su celebración podrán encontrar los mayores descuentos de todo el año, dado que se volvería con ellas a su sentido más original como campaña destinada para que los comerciantes puedan desprenderse de sus artículos para la temporada, en este caso de Otoño/Invierno, ante la necesidad de ir teniendo que hacer espacio para los de la nueva temporada de Primavera/Verano; situación que, a la inversa, se repetiría en las consiguientes rebajas de verano.

“Aunque tradicionalmente ha sido el 7 de setiembre la fecha marcada en el calendario para dar el pistoletazo de salida a la campaña de rebajas de invierno, lo cierto es que, debido a la desregulación de estas en 2012, son muchas las grandes marcas y cadenas que ya han colgado sus carteles de descuentos incluso antes de que finalizase 2023”, avanzan desde la CEC a través de un comunicado. Se trata esta de “una tendencia que, para la Confederación Española de Comercio, desvirtúa totalmente el objetivo original de las rebajas”, como periodo reservado para “dar salida al stock acumulado durante el año”, y que además “perjudica a los formatos de comercio más pequeños”. Y es que según los datos que manejan desde la organización empresarial, “el 90 por ciento de los autónomos y pymes del comercio tienen previsto esperar a la finalización de la campaña de Navidad para iniciar la de rebajas, una cifra que, sin embargo, podría disminuir ante la presión de las grandes cadenas, que les aboca a adelantar igualmente el inicio de la campaña para no perder las ventas de los primeros días”.

Frente a este panorama, analizan desde la organización empresarial, la CEC “insiste en la necesidad de defender la rentabilidad de los negocios, con la vuelta a una regulación que garantice que los comercios puedan vender con unos márgenes justos durante un periodo de tiempo limitado y suficiente”. Una vuelta a la regulación que terminaría por poner punto y final a una liberalización que, valoran, “perjudica de igual modo a las personas consumidoras”, puesto “que la especulación que se produce con las fechas y los precios genera confusión y desapego en los clientes”, quienes ya “no saben cuándo pueden obtener el mejor precio por el producto” que desean.

Una campaña corta, sin grandes descuentos y con un gasto medio de entre 75 a 80 euros

Partiendo así pues de este contexto, en el que, así lo estiman desde la CEC, los comerciantes, y especialmente el pequeño comercio en proximidad, están debiendo de tener que salir a hacer frente a una distinta suma de nuevas dificultades, generadas de un lado por ese aumento de la presión ejercida por los grandes operadores y multinacionales que, como ya hemos visto en mayores detalles desde FashionUnited, se han decidido a adelantar sus campañas de rebajas; y del otro de la caída del poder adquisitivo de los propios consumidores como resultado de la escalada de los precios experimentada a lo largo de todos estos últimos meses, es como nos terminamos topando frente a la guía de previsiones que han realizado desde la organización empresarial para el contexto de esta campaña de rebajas de enero de 2024. Una campaña para la que señalan, en primer lugar, a una duración breve que llevará a concentrar las ventas en las dos primeras semanas; en segundo lugar, a la ausencia de grandes descuentos; y como tercer punto, a un aumento leve del gasto medio por cliente de cerca de un +5 por ciento, hasta en torno a los 75 y 80 euros por consumidor, pero no como un resultado de un aumento del número de ventas, sino como consecuencia del aumento de los precios generados por el aumento de la inflación.

“Tras una campaña de Navidad relativamente positiva, con un ligero aumento de las ventas respecto a 2022, sobre todo en aquellos comercios dedicados al equipamiento personal, los comerciantes esperan para la campaña de rebajas un aumento del +5 por ciento respecto al año anterior”, arrancan su guía de previsiones desde la CEC. Como consecuencia directa de lo ya señalado en el punto anterior, y de verse temporada tras temporada reducidas cada vez más a “un período de descuentos más en la espiral de promociones que se encadenan a lo largo del año”, continuando con “con la tendencia de los últimos años, se prevé una campaña breve”, durante la que “las ventas se concentrarán en las dos primeras semanas de la campaña”, que “irá perdiendo impacto progresivamente”.

En cuanto ya al comportamiento de los consumidores, mientras que “se descarta que se vayan a producir grandes descuentos para esta campaña, debido a los altos sobrecostes que han estrechado en gran medida los márgenes para los comerciantes”, analizan desde la CEC, se “prevé que el gasto medio por cliente se sitúe en torno a los 75-80 euros, una cifra en la que se ve reflejado no tanto el previsible aumento de las ventas sino el de los precios como efecto de la inflación”. Un gasto para el cual desde la CEC, apostillan desde la organización empresarial, se “anima a las personas consumidoras a apostar por el comercio de proximidad en esta campaña de rebajas, una opción sostenible, humana y cercana”, que “genera riqueza local y pone a las personas por delante”.

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