Peter Hawkings debuta en Tom Ford rindiendo tributo a Donyale Luna, musa de Dalí y Warhol

Madrid – Era sin duda alguna una de las citas más esperadas de esta nueva edición de la Semana de la Moda de Milán. Y no hablamos sino del debut de Peter Hawkings al frente de la dirección creativa de Tom Ford, que terminaba teniendo lugar este jueves 21 de septiembre de 2023 con la presentación de una primera colección de mujer, con la que el creativo ha pasado ya a marcar su huella dentro de la historia de la moda siendo el primer diseñador en mostrar su trabajo al frente de la casa estadounidense, al margen de su fundador. Un Tom Ford ya completamente retirado de la primera línea de la industria desde que acordase vender la firma al grupo The Estée Lauder Companies en febrero de 2022, y cuyo relevo ha pasado a tomar ahora Hawkings abriendo un nuevo capítulo en el seno de la ya icónica casa de modas.

Bajo este contexto desbordante de la más máxima expectación, es como este jueves terminaba teniendo lugar el primer desfile de Hawkings al frente de la casa de modas, en lo que a su vez llegaba para poner un brillante broche de oro a la tercera jornada de esta nueva edición de septiembre de Milán Fashion Week. Un momento en el que se terminaban por desvelar muchas de las dudas que se habían abierto tras la anunciada salida de Tom Ford de la dirección creativa de su homónima casa de modas, y para la que su nuevo responsable creativo, Peter Hawkings, se ha decidido a abrir una nueva etapa de naturaleza continuista, desde la que se buscarán seguir destacando los característicos y propios valores que han llevado a la firma a elevarse a lo más alto dentro del sector de la moda-lujo. Una apuesta para la cual ya advierten desde su dirección, en manos del Grupo Zegna y de su nueva división Tom Ford Fashion en cuanto a propuestas de moda se refiere, que está en el ánimo de la casa, y en el de su director creativo, el seguir a partir de aquí, y en el marco de esta nueva etapa a la que acaba de abrirse, el hacerla evolucionar sobre sus mismos códigos, al ritmo de las pulsiones que vayan marcando los nuevos tiempos.

De esta manera, la presentación de esta colección debe entenderse como “un nuevo comienzo”, abierto de la mano de “un acto de continuidad”, ejercido en el momento en el que “Peter Hawkings toma el mando creativo” de la casa, nos detalla desde la misma dirección de Tom Ford a través de un comunicado. Se trata así, y en lo que se entiende que va a ser la línea por la que va a seguir ahora la firma en esta nueva etapa, de “una mirada diferente a los códigos sobre los que se fundó la casa, surgida por respeto más que por deferencia”, y con la que se colocar “a Tom Ford en una perspectiva arraigada a este momento actual”. Unos nuevos tiempos, para los que “la seducción y el glamour” inherentes a la firma van a seguir resultado “fundamentales” a la hora de seguir perfilando su identidad, al tiempo que se entran a destacar y a poner en mayor valor otra serie de atributos, como “la proximidad, la naturalidad y una evidente y marcada sencillez”.

Nuevo modelo de feminidad

Partiendo de esta suma de sensaciones e impresiones que guardan por propósito convertir en sinónimo de la firma, y de sus colecciones, desde Tom Ford para este nuevo capítulo de la “era Hawkings”, se terminó por descubrir en Milán una cálida y provocativa colección de mujer, desde la que se terminaron por dar cabida a un número menor de diseños masculinos. Una inclusión que lejos de resultar gratuita o fútil, además de para destacar algunas piezas para hombre, sirvió especialmente para trazar y lanzar claramente el mensaje de que las colecciones de mujer van a seguir desarrollándose como el sinónimo de elegancia que venían siendo hasta ahora, y como el reflejo, adaptado a su público concreto, de la misma sofisticación por la que la casa había venido siendo especialmente reconocida entre el público masculino. Defendiendo para ello la imagen de una renovada “mujer Tom Ford”, tan elegante como provocativa y sabedora de que es la única dueña de su innata feminidad.

“La mujer Tom Ford tiene el control, no tiene miedo de llamar la atención, y se siente cómoda siendo el centro de atención, pero lo hace una manera natural y con sencillez”, explican desde la casa de modas en relación a esta nueva imagen de modelo femenino frente al que han salido a confeccionar sus nuevos diseños. Unas creaciones modeladas a imagen y semejanza de una mujer que “sabe que vestirse consiste tanto en desvertirse como en divertirse con la ropa”, “siendo elegante en el camino, por su puesto”. Es en “esta nueva visión”, como “se acerca a los valores de la elegancia irrefrenable, la feroz sensualidad y el gusto por las cosas hermosas y bien hechas, que se han asociado durante mucho tiempo con el hombre Tom Ford”. Siendo así el que ambos modelos “ahora comparte la impecable confección, los enérgicos cueros deportivos, la sensación de inmediata sofisticación, el gusto por la magnificencia, y por la naturalidad” venida de una genuina manera de actuar y enfrentar la vida.

Tributo a Donyale Luna, musa de Warhol, Avedon y Dalí

Con el propósito de dar vida a esta nueva identidad de mujer “Tom Ford”, Peter Hawkings ha diseñado una colección inspirada en la legendaria, y aguerrida, feminidad de Donyale Luna. Modelo estadounidense, natural de Detroit, que resultó ser toda una auténtica revolución dentro de la industria de la moda durante la década de los años 60 y 70, siendo la primera supermodelo de raza negra en ser reconocida, en una condición que la llevó a ser igualmente la primera mujer afroamericana en aparecer en una portada de la revista Vogue. Todo ello al tiempo que su figura continuaba agrandándose desde su papel como musa de creativos de la talla de Andy Warhol, del fotógrafo Richard Avedon, o del mismísimo Salvador Dalí, antes de su prematuro fallecimiento por sobredosis, a la edad de tan solo 34 años.

Tomando como referente, no tanto naturalmente los malos hábitos de la modelo, sino la fuerza, la audacia, el atrevimiento y las altísimas dosis de sensualidad, con las que Luna se desenvolvía y que hacía irradiar desde su magnética figura y maneras de vestir, es como Hawkings ha terminado por armar esta provocativa colección de mujer, asentada sobre rica paleta cromática que avanza desde la elegancia de los negros atemporales, hasta la riqueza de unos verdes, borgoñas, marrones y nude de acentos dorados, y todo la feminidad que terminan por aportar los distintos matices de rosas y lavandas. Tonalidades que terminan por tomar forma de la mano de un tan amplio como rico catálogo de primorosos materiales, entre los que no faltan cueros, plumas y los acabados dorados e iridiscentes. Tejidos empleados para confeccionar una amplia y variada selección de diseños, de entre los que se destacan desde los vestidos ceñidos y con transparencias, a los conjuntos “body” con cinturón —tanto largos como cortos—, las fantásticas piezas de hilo que desnudan la figura de la mujer, o la máxima elegancia y sofisticación que expresan desde ese vestido cóctel recubierto de plumas, hasta ese sensual mono de cuello halter y pronunciadísimo escote frontal.

“Lo que se presenta es una criatura presente y sensual”, que “es dueña de todo lo que viste”, y “consciente de que la ropa es sólo la mitad del trabajo”, y que la otra mitad reside en “cuerpo y su actitud”. Una mujer con un “encanto felino” que “recuerda al de los años 70, con una naturalidad que es exclusivamente resultado de su momento actual”, y para lo que el director creativo de la firma se ha inspirado, como ya señalábamos, en la figura de Donyale Luna, “la supermodelo negra nacida en Detroit que saltó a la fama en los años 60 y principios de los 70 por su aspecto sobrenatural y por ser musa de Andy Warhol y de Richard Avedon, quien la fotografió de infinitas maneras”, y de quien “la mujer Tom Ford esta temporada” toma toda su “elegancia” y “gesto seductor”, detallan desde la dirección de la casa de modas.

Para terminar de definir esta identidad, se ha mostrado sobre la pasarela a una mujer que “luce trajes impecables, blazers elegantes combinados con pantalones cortos, minivestidos de cuero, vestidos largos y ceñidos, blusas, pantalones cortos con borlas doradas y faldas de plumas”. “Su guardarropa es una hazaña de precisión sartorial”, una “sofisticación inmaculada” construida a partir de “ricos y exclusivos materiales”, de “brillantes acabados, iluminados por hilos dorados, por una felpa aterciopelada” y “repletos de escamas de cocodrilo que abrazan incluso los talones”. Fibras de entre las cuales la mujer Tom Ford “se mantiene erguida sobre sus tacones de aguja extra delgados, con un bolso cuidadosamente diseñado en la mano y con unas gafas de sol de gran tamaño que protegen su mirada”. “Todo ello” apostillan desde la firma de moda, “mientras se hecha en brazos de una paleta frondosa y deslumbrante de blancos marfil, rosas maquillaje, azules persas, intensos marrones coñac y negros con acentos en verde ‘chartreuse’”.