Prada: herencia y lujo
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Madrid – Firmando un nuevo paralelismo entre sus colecciones masculinas y femeninas, en lo que no deja de responder a la misma manera, pero en diferente forma, de tomarle el pulso a la realidad y a los nuevos tiempos a través de la práctica de la moda, la casa italiana Prada presentaba este jueves 21 de septiembre, dentro del programa oficial de una nueva edición de la Semana de la Moda de Milán, su última colección de mujer. Una propuesta diseñada de cara a la próxima temporada Primavera/Verano de 2024, que ha llegado nuevamente firmada por los codirectores creativos de la firma, la pareja formada por la italiana Miuccia Prada y por el diseñador belga Raf Simons.
Destacándose como uno de los principales desfiles programados de la tercera jornada de esta edición de septiembre de Milán Fashion Week, la presentación de la colección tenía lugar desde el ya icónico espacio “Deposito” de la Fondazione Prada de Milán. Lugar convertido en el ya habitual recinto desde el que la casa italiana pasa a dar a conocer sus colecciones, y en el que llegaba esta nueva propuesta para tomar el testigo de la colección masculina de Prada presentada, en este mismo lugar, el pasado mes de junio. Una colección aquella sustentada sobre el valor de la “fluidez” aplicado a las nuevas maneras de entender la identidad masculina, y cuyo principio ha pasado igualmente a tomar como propio esta nueva colección de mujer, del mismo modo que no ha dudado en hacerlo de su misma ambientación. Una atmósfera que ha vuelto a llamar poderosamente la atención con sus líquidos fluyendo entre los extremos de la pasarela, en una asimilación que en julio se hacía aproximar a la de ese valor de la “fluidez” masculina, pero para la que ahora parecen darse unas nuevas interpretaciones, más próximas a lecturas que, partiendo de esa misma fluidez para con la identidad de la mujer, vienen para destacar especialmente la propia cualidad de la casa Prada para permanecer tan fiel a sus orígenes, como mutable y capaz de adaptarse a los nuevos ritmos y a las nuevas realidades.
Subrayando este sentido dado al propio desfile, nos encontramos frente a una colección para la temporada Primavera/Verano SS24 construida sobre la misma herencia y orígenes de la casa como firma italiana especializada en artículos de lujo de la más alta calidad. Siendo este precisamente el hilo conductor que ambos creativos han seguido para terminar de armar esta propuesta, que como principal fuente de inspiración ha encontrado un bolso creado en el año 1913 por Mario Prada, abuelo de Miuccia Prada y cofundador de la casa italiana. Una pieza de archivo que no han dudado en entrar a revisitar, analizar, deshacer y reconstruir las manos y los imaginarios de Miuccia Prada y de Raf Simons, para a partir de ella, de sus singularidades, características y formas, terminar de construir esta completa propuesta de mujer, en la que, naturalmente, no faltan nuevas versiones actualizadas de esa histórica pieza de la firma.
Ofreciendo un firme alegato en defensa del valor de su herencia, desde la casa italiana no han dudado en salir a detallar la historia de un Mario Prada al que presentan como “un viajero” con “una profunda curiosidad intelectual e interés por la cultura”. “Tras fundar Fratelli Prada en 1913, Mario Prada viajaría alrededor del mundo en busca de preciosos y únicos artículos, materiales y artesanos, con los que enriquecer la vida de diario”. Al regreso de sus viajes, de vuelta ya en Milán, este “trabajaría con hábiles artesanos en Europa, para ensamblar estas piezas en nuevos artículos, como neceseres de pieles preciosas, relojes de comedor, calendarios, porcelanas o elegantes bolsos, a los que denominaría ‘oggetti di lusso’, u objetos de lujo”. Unas piezas todas ellas elaboradas ya por entonces bajo el “distintivo” sello de Prada, y entre las que se daban cabida, explican desde Prada a través de un comunicado, a “curiosidades” para la época “como la plata inglesa, los bolsos austríacos, el cristal de Bohemia, las sedas y las finas pieles de Asia”, o unas “pieles preciosas”, con las que se elaboraban accesorios en piel con “cierres enjoyados o tallados” y con toda clase de “detalles únicos”. Piezas como la de este bolso de 1913 recuperado ahora y vuelto a poner en valor por la casa, y con las que se logró “asentar la pronta reputación de Prada como creadora de artículos de una calidad excepcional”, en lo que llevó a que en 1919 fuera nombrada “Proveedor Oficial de la Casa Real Italiana”, llevando así a que, en respuesta, la firma incorporase a partir de ese momento el escudo de armas de la Casa Saboya, junto al diseño de una cuerda anudada, como emblema junto a su logotipo.
La libertad de la mujer, entre vestidos vaporosos y “feroces” diseños en cuero
Tomando así pues como principal punto de partida esa herencia y ese gusto por el lujo que ya le valió a la firma para llegar a la posición en la que logra sostenerse, aún a día de hoy, como una de las principales firmas de referencia del sector, a escala global, es como nos topamos frente a esta delicada y refinada propuesta, de naturaleza contemporánea y tintes históricos. Una colección bien armada sobre una colorida paleta cromática, en la que la intensidad y la fuerza de los negros, logra compensarse con la suave levedad de azules pastel, verdes mentas, rosas y nudes, mientras los detalles y los reflejos metálicos, que llegan para hablarnos de esos cierres enjoyados de las piezas en archivo de los orígenes de la casa, logran iluminar e inundar de destellos iridiscentes el corazón de la colección.
Partiendo de esta serie de características más generales, la colección muestra una sucesión de prendas desde las que se aboga por la libertad absoluta del cuerpo de la mujer, a través de vestidos ligeros y vaporosos completamente desprovistos de ornamentos, o recubiertos de lentejuelas en forma de toda clase de motivos y patrones. Una libertad del ser de la mujer, desde la que también se abre la puerta a su identidad más “empoderada”, mediante feroces acabados en cuero y una sucesión de prendas elaboradas a partir de una revisitación de la sastrería masculina, y de entre las que destacan las distintas combinaciones de shorts y chaquetas anudadas con decididos cinturones que llegan para “desnudar” la silueta de la mujer, en un provocador juego de antagonismos presentado de la mano de esa masculinidad propia e inherente de la ropa sastre. Piezas que se termina de completar con una tan distinta como amplia serie de complementos, de entre los que sobresalen las nuevas versiones de ese bolso de 1913 que ha servido de germen para la ideación de esta propuesta.
“Para el desfile de Prada de septiembre de 2023, se reproduce y reinterpreta un bolso diseñado por Mario Prada, que se originó alrededor de 1913 y que se conserva en los archivos de Prada”, detallan a este respecto desde la firma milanesa. Se trata este de “un bolso de noche con cierre de tipo ‘clasp’, tallado a mano y en el que se representa una figura mitológica, en un reflejo del gusto de la época por la estética y los estilos artísticos históricos orientales que ejercieron una gran influencia en todo el mundo de las artes decorativas y de las bellas artes a finales del siglo XIX y principios del XX”. “Originalmente diseñado en muaré de seda”, siguiendo con el ánimo de la colección, el célebre diseño se ha recreado ahora “en piel de napa y re-nylon”, la fibra reciclada patentada de Prada y elaborada a partir de nylon regenerado creado a partir del reciclaje textil. “Además, una serie de bolsos se inspiran en su mismo estilo, utilizando su distintivo detalle de cierre en diseños de gran tamaño de cuero o re-nylon”, en todos los casos, y al igual que en el conjunto de las prendas de la colección, sirviendo de reflejo de los “excepcionales 110 años de historia de Prada, de su característico ‘savoir-faire’, y de su continua curiosidad” por seguir, añadimos desde aquí, a la vanguardia del lujo.