Fendi arranca las celebraciones por sus 100 años de historia abriendo la Semana de la Moda de Milán

Madrid – La histórica, y ya cuasi centenaria, casa de modas romana Fendi se ha encargado, este martes 17 de septiembre, de inaugurar sobre la pasarela la nueva edición de la Semana de la Moda de Milán. Un papel protagonista que desempeñaba en el conjunto de estas nuevas celebraciones presentando su nueva colección, de mujer, para la próxima temporada Primavera/Verano de 2025, propuesta concebida a modo ya de preludio de las próximas celebraciones por sus 100 años de historia.

Adelantándose de este modo a las festividades por su centenario que arrancarán, de manera oficial, con la llegada del próximo año de 2025, momento en el que pasarán ya a cumplirse, de manera exacta, los 100 años desde la fundación de Fendi en Roma, allá por el año 1925, el diseñador británico Kim Jones, director creativo de las colecciones masculinas de Dior, y también de las femeninas de la casa Fendi desde septiembre de 2020, se ha decidido a ir adelantándose a esas celebraciones, desde la presentación de esta nueva y última colección de prêt-à-porter de Fendi, para la temporada Primavera/Verano de 2025. Una colección cuyo tema principal ha hecho justamente el británico gravitar en torno a ese concepto del paso del tiempo que ha transcurrido desde la fundación de Fendi y hasta llegar a este momento actual, en lo que le ha llevado a fijarse en la moda femenina más en boga durante los años 20, de hace un siglo. Una década de 1920 en la que reinaba un para entonces subversivo y contestatario estilo “flapper”, la respuesta estilística que las mujeres de la época se dieron para reivindicar públicamente, y desde sus maneras de vestir, las libertades que les había dado la Primera Guerra Mundial, y que amenazaban con suprimirse durante el periodo posteriormente conocido como de entreguerras, y estilo que Jones no ha dudado en salir a reinterpretar, trazando un hilo directo entre la moda de hoy y la de hace 100 años, como punto de partida para esas próximas celebraciones por los 100 años de la fundación de Fendi. Un primer paso hacia esas festividades, que no es de extrañar que el británico pase a dar ahora, teniendo en cuenta que la colección presentada este lunes en Milán, será la que se comercialice en las tiendas de Fendi una vez ya adentrados en ese año de 2025 que sí será el año del centenario de la histórica casa de modas romana.

Escudado tras ese hilo discursivo, el británico, más allá de la nueva mirada que se ha decidido a dar a ese estilo “flapper” que reinó durante los años 20 del siglo pasado, y que, debido a lo también en cierta medida obvio que resulta el buscar entablar una comparativa entre los años 20 de entonces y los de ahora, ya ha sido fruto de revisitación por parte de casas como Ferragamo o Dior, ha tratado de imprimirle una alma propia. Cuestión para la que ha recurrido a inspirarse en las figuras y en las obras literarias más representativas de aquellos años, entre las que ha incluido dentro de su imaginario piezas culmen de la literatura universal como “La Señora Dalloway” de Virginia Wolf, o “El gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald, al tiempo que, como es natural, ha buscado destacar la propia historia ya cuasi centenaria que la casa Fendi atesora tras sus muros. Aspecto para el que ha puesto el foco de atención en su alma familiar, a la que dio vida sobre la pasarela mediante estilismos directamente inspirados en el grupo de mujeres que se han mantenido al frente de la casa romana, desde su fundación en 1925, por el matrimonio formado por Edoardo Fendi y Adele Casagrande, Fendi por matrimonio. Una madre y abuela, respectivamente, de Anna y Silvia Venturini Fendi, quien actualmente, y tras la incorporación de la compañía al holding internacional francés LVMH en 2001, se mantiene como directora creativa de las colecciones masculinas de la firma, a la que Jones ha convertido en su principal musa y motivo de inspiración para la hora de diseñar cada uno de los estilismos de esta propuesta.

Para terminar de poner en valor toda esta serie de pulsiones creativas, desde un desfile inaugural de la Semana de la Moda de Milán organizado desde el interior del espacio Superstudio Maxi de Milán, se dio paso a un desfile emotivo y sensorial, desde el que las modelos desfilaron al ritmo melancólico de las notas al piano del compositor Max Ritcher. Unas notas que se entrelazaban con citas de Anna y de Silvia Venturini Fendi en las que hablaban de sus recuerdos junto a su madre y abuela, cuyo gusto y visión para la moda sirvió precisamente para asentar los cimientos de la casa Fendi, sirviéndoles de firme sustento para la casa y como puntal desde el que ha logrado terminar de alzarse como el símbolo e icono que ya es hoy dentro del denominado sector del lujo. Un lujo, para el caso concreto de la casa romana, que habla de diseños, de calidades y de gestos, y que nada y poco tiene que ver con el gusto por la ostentación y por la exhibición, y sí con un lujo íntimo y recatado, sobre el que terminó por incidir especialmente Jones desde el desfile, reuniendo a las modelos en el interior de una sala, que se erigía así en símbolo del alma familiar que sigue tratando de mantener en su corazón como marca la casa romana.

Desnudez e intimidad, para reivindicar las libertades de la mujer moderna

Analizado el sentido más metafísico de esta propuesta, en lo que responde ya a su parte más material, la colección, en primer lugar, se defienden sobre una delicadísima paleta cromática de tonalidades neutras, en la que livianos negros se combinan con firmes blancos arcilla, mientras un amplio universo de tonalidades nude llega para amplificar la sensación de desnudez y de liviandad que impera sobre el conjunto de toda la colección. Unas impresiones que se enfatizan a través de cortes fluidos, de las generalizadas transparencias y de unos tejidos etéreos y vaporosos, cuyos finos bordados, su mimado trabajo y sus cualidades son responsables de imprimirle a la propuesta ese remarcado sabor a “lujo tranquilo” y silencioso. Un lujo que habla principalmente de patrones y de calidades.

Sobre esta suma de elementos, en cuanto justamente ya a esos patrones y hechuras, siguiendo con ese hilo inspiracional de la colección, la misma se ha descubierto en forma de una igualmente delicada y genial reinterpretación de ese estilo “flapper” que marcó las últimas propuestas en moda de mujer durante la década de 1920. Un estilo que no ha dudado en revisitar y recomponer ahora Kim Jones, conservando como elementos distintivos de su nuevo estilo “flapper” de estos nuevos años 20 sus mismas cinturas caídas y holgadas, símbolo por antonomasia de esa ansiada libertad de la mujer, así como sus flecos y sus patrones y motivos decorativos en estilo “art decó”. Elementos que el británico, en una nueva muestra de su sobresaliente talento, ha sabido actualizar y alinear con los códigos estilísticos de la moda de hoy.

En respuesta, y como principales piezas clave de la colección, sobresalen, en primer lugar, esos tres vaporosos vestidos joya con los que Jones se encargó de abrir este desfile de Fendi, y que, en su conjunto, ya expresaban las líneas generales de ese estilo “flapper” que se había marcado por objetivo revisitar al abrigo de esta propuesta. Tres piezas, tras las que se sucedieron desde la pasarela creaciones de alma más contemporánea, entre las que sobresalieron las camisas de transparencias, los elegantes y provocadores vestidos camiseros, conjuntos que abrazaban la tendencia “no pants”, los vestidos lenceros minimalistas de cuerpo tipo body y falda transparente, o los diferentes abrigos de corte albornoz. Una serie de piezas de destacadísima alma relajada, influenciada por una revisitación y recontextualización paralela llevada a cabo por Jones sobre las categorías más propias de la moda íntima femenina, que dejaba como resultado sujetadores y corpiños reconvertidos en tops, o bodis en forma de conjunto de calle.

Teniendo bien presente ese doble juego y ese doble ejercicio practicado por el diseñador británico, más allá de lo ya señalado, y de las piezas y categorías ya señaladas, una mención aparte merecen ese exquisito vestido de corte “baby doll”, confeccionado en piel con acabado en efecto piel de cocodrilo; ese top “censurado” de corte también “baby doll”, enteramente transparente con franja opaca en la parte baja; o las diferentes faldas y vestidos que encontraremos bañadas de primorosos bordados flores y broches y detalles de inspiración “art decó”, centelleantes sobre esa desnudez que aportan las finas y transparentes organzas empleadas para dar forma a las delicadas prendas de la colección. Una propuesta con la que, fiel a los códigos y a la historia de la casa Fendi, y a la misma naturaleza de ese estilo “flapper”, Jones sale a nuevamente reivindicar la libertad de la mujer, vistiendo su cuerpo de desnudez y de intimidad, en una sentida alegoría sobre cómo no hay nada en la naturaleza ni en el alma de la mujer que esta deba resignarse a ocultar para poder abrirse paso en el mundo moderno.