Dior: elegancia, descaro… y prêt-à-porter
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Madrid – Como una de las grandes protagonistas de esta nueva edición de la Semana de la Moda de París, este martes, 27 de febrero, la casa Dior presentaba sobre la pasarela su nueva colección, de mujer, para la temporada Otoño/Invierno de 2024/2025. Una propuesta desde la que Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la firma, ha salido a rendir honores y a revisitar los códigos de “Miss Dior”; la primera línea de prêt-à-porter lanzada por la casa Dior, allá por corría el año de 1967.
Dominando el programa de la segunda jornada de desfiles y presentaciones oficiales de esta actual nueva edición de la Semana de la Moda de París, y sirviendo además de punto de inflexión entre los desfiles de mañana y los de tarde, era como, en torno a las 14:30h del mediodía, la casa Dior terminaba por desvelar esta su última propuesta de mujer, para el Otoño/Invierno de 2024/2025. Colección que veía la luz desde un pabellón efímero instalado en los jardines de las Tullerías de París, a los pies del Museo del Louvre y entre este y la Place de la Concorde, al que no faltaron nombres como los de la cantante española Rosalía, el de la actriz Marisa Berenson —nieta de la célebre diseñadora Elsa Schiaparelli—, o el de la igualmente actriz estadounidense Jennifer Lawrence. Algunas solamente de las figuras que pudieron descubrir de primera mano las interioridades de esta nueva colección, desde la que Chiuri, directora creativa de las colecciones femeninas de Dior desde julio de 2016, ha conseguido unificar en torno a una sola voz las marcadas influencias venidas, de un lado, de esa consustancial elegancia de corte “chic” que resulta propia de la casa Dior, y del otro, de ese “descaro” más vinculado con las últimas tendencias en el vestir de estos actuales tiempos posmodernos.
Como precisamente los dos hilos que, de una parte y desde la contraría, le han servido a Chiuri para terminar de confeccionar y de reunir a esas dos “pulsiones” enfrentadas sobre las que se asiente la colección, la diseñadora romana se ha servido, de un lado y en primer lugar, nuevamente de la herencia de la casa, en esta ocasión poniendo su foco de atención sobre la línea “Miss Dior” lanzada por la casa Dior en 1967. Una etiqueta con la que la célebre maison parisina empezaba a dar sus primeros pasos fuera de la Alta Costura y dentro del prêt-à-porter, en un tiempo en el que todavía esta “nueva moda” se veía con sumo escepticismo por parte de las “grandes casas” de la Alta Costura parisina, pero que por entonces su director creativo, Marc Bohan, ya percibió como una extraordinaria oportunidad desde la que poder seguir construyendo el sueño de Christian Dior de crear una moda desde la que poder vestir a toda mujer. Oportunidad que Bohan dejó en manos de su asistente Philippe Guibourgé, quien no solamente sería así el responsable, junto a Adeline Andrés, de asentar las bases de la “aventura” de lanzar a Dior a una moda de prêt-à-porter, sino que igualmente terminaría haciéndolo, a raíz del éxito cosechado, quince años después como director de la nueva línea de prêt-à-porter de Chanel, en lo que entonces supuso la desaparición de la línea “Miss Dior” y la creación de la nueva línea “Creation Chanel”. Punto que pone en evidencia el protagonismo con el que contaba Guibourgé para la hora de desarrollar esta línea independiente de Dior.
Y si de un lado tenemos toda esta suma de apuntes sobre los orígenes y sobre la historia de Dior y de su línea “Miss Dior” nuevamente como base de una nueva colección de la histórica casa parisina, del otro, y siguiendo del mismo modo con el discurso que proclama Chiuri desde su posición como creativa, y como mujer, nos encontraríamos ya con ese “descaro” de los tiempos posmodernos, que permite mantener la colección con un pie en ese pasado de la casa, y el otro en el presente más “estimulante” de la moda. Siendo en este caso una “pulsión” desde la que Chiuri viene a hacer referencia al “empoderamieto”, a través del vestir, del que hace buena gala la mujer actual. Una energía, una libertad y una independencia, que guarda como principal objetivo defender y reivindicar, tomando en esta ocasión como referencia a la artista y diseñadora industrial italiana Gabriella Crespi. Mujer que se descubrió, tanto ella como sus creaciones, como una fuete de inspiración constante para Marc Bohan, y que, aún contando con esa referencia, Chiuri ahora hace evolucionar y pone a dialogar con la figura y la obra de la india Shakuntala Kulkarni. Artista que en esta ocasión ha sido la responsable de “intervenir” el desfile de presentación de esta última colección femenina de Dior, con la creación de una instalación artística desde las que se exhibe una muestra de su trabajo; en concreto, extractos de su vídeo-performance “Juloos” (2016), y de su serie de esculturas realizadas en caña “Of bodies, armour and cages" (De cuerpos, armaduras y jaulas). Piezas desde las que justamente, y en línea con los ideales que siempre ha defendido Chiuri, Kulkarni explora la relación entre el cuerpo femenino y los espacios públicos y privados en los que se desenvuelve la mujer, construyendo un interesante discurso sobre cómo el cuerpo de la mujer sigue representando, por sí solo, un arma de lucha y de cuestionamiento personal, político y cultural. Cuestión justamente que viene a hilar con ese mismo origen de esta colección, y en cómo desde Dior se decidieron a brindar a la mujer de la nueva “armadura” desde la que librar su batalla por la libertad, a través del vestir, en los años 60-70, con el lanzamiento de aquella nueva y primera línea “Miss Dior” de prêt-à-porter.
“El 11 de septiembre de 1967, mientras el espíritu libre y exuberante de los años 60 invadía París, se escribía una nueva página en la historia de Dior”, y es que “la casa acababa de presentar su primera línea de prêt-à-porter, bautizada como Miss Dior, en el número 11 bis de la rue François ler”, entran a detallar desde Dior a través de una nota. Aquel resultaba ser “un concepto completamente nuevo que perpetuó la ambición del modista y fundador de vestir a todas las mujeres”. “Confiada a Philippe Guibourgé, asistente de Marc Bohan, entonces director artístico”, la moda de Miss Dior era “fácil de llevar, llena de frescura, juventud y creatividad”. Características comunes de unas propuestas en las que primaban los “abrigos cortos y vestidos rectos, pantalones cortos bordados y una faldas plisadas que se presentaron en una variedad de colores, adornadas con cuentas y lentejuelas, revelando otra faceta del estilo de Dior”. “Tras su lanzamiento en la Ciudad de la Luz, la colección se presentó en una treintena de puntos de venta en el extranjero, abriendo así el camino a numerosas licencias internacionales, celebrando la idea de una feminidad multifacética y universal”. “Fue un nuevo capítulo desde el que se perseguía la visión de Christian Dior de una Casa abierta al mundo y al futuro”, apostillan, al tiempo que reforzaba su idea de crear una casa de modas de la que, atendiendo a las propias palabras del modista, “una mujer pudiera salir de la boutique vestida de pies a cabeza, incluso llevando un regalo en la mano”.
Entre el “descaro” de transparencias y trampantojos, y la “elegancia” de las líneas minimalistas
Aclaradas de esta forma ya toda la suma de influencias, inspiraciones, tensiones y motivos que han terminado dialogando desde dentro del imaginario creativo de Chiuri, para terminar por dar paso a la ideación y confección de esta singular propuesta, pasamos ya a desgranar las particularidades específicas y más características de esta colección de mujer de Dior, para el próximo Otoño/Invierno 2024/2025. Propuesta que encontraremos construida sobre una paleta cromática inspirada en la gama de tonalidades clave de Marc Bohan, presentando en respuesta una combinación de blancos, negros, beige y rosas empolvados en tonalidad maquillaje, con el azul índigo como principal acento de color.
En cuanto a los cortes, siluetas y patrones, la colección se presenta armada sobre una sucesión de hechuras ideadas para hacer frente a los agitados y exigentes ritmos de la vida moderna, con cortes en su mayor parte amplios y fluidos que bailan alrededor del cuerpo. Una característica que no impide la presencia de unas prendas especialmente rotundas desde las que hacer frente a las inclemencias típicas del periodo del otoño/invierno, y que resulta especialmente sugerente desde las delicadas prendas de punto que abrazan el cuerpo de la mujer, los abrigos que los envuelven como caparazones, y desde la fluidez y ligereza de unos vestidos de líneas depuradísimas, que parecen desvanecerse al contacto con el movimiento.
Sumando y dando cuerpo a toda esta serie de características, como categorías clave de la colección, encontraremos las gabardinas; los trajes sastre de líneas holgadas y masculinas; a los conjuntos de faldas con top y/o chaquetas; los vestidos cortos y las chaquetas de líneas abiertas en “A”; a unos abrigos esculturales de cortes desestructurados y rotundos volúmenes; a abrigos masculinos de corte sastre; y a una amplia variedad de vestidos largos y cortos. Categorías desde las que ya, y como piezas clave, y series de piezas clave, de esta colección, es de necesidad destacar la gabardina, y otras piezas, que se descubrieron marcadas con los trazos negros con el lema “Miss Dior”, en honor a esa primera línea de prêt-à-porter de la casa; a ese elegantísimo conjunto y a los distintos vestidos que enfrentaban sus líneas minimalistas con acabados-joya, y con unos cuellos en acabado-joya que parecían inspirados en las obras de Gabriella Crespi; a ese abrigo de tipo batín; al atrevidísimo y descaradísimo conjunto con trampantojo de sujetador visto, o con sus mismas cualidades a ese conjunto de mallas tipo medias; o a esas prendas denim que, dejando de lado su naturaleza más “casual”, se descubren confeccionadas a partir de los patrones tradicionales más propios de sus distintas naturalezas como prendas de las categorías de falda y de abrigos.
Igualmente resulta de necesidad no dejar de obviar el elevado tono con el que la colección fue cerrando su desfile de presentación, parte desde la que empezaron a desfilar sobre la pasarela tanto los abrigos y conjuntos en acabados en tartán de colores, con esos patrones en “A” tan propios de los años 60-70; como una distinta sucesión de prendas en acabado “animal print” de leopardo; ese conjunto en dorado de falda emplumada; distintas piezas y conjuntos de inspiración estilo “flapper”; y terminando ya con la presentación de una sucesión de vestidos largos, y especialmente singulares, desde los que Chiuri volvió a poner a dialogar esa herencia recibida de la línea “Mis Dior” de prêt-à-porter, con esa elegancia y con ese descaro sobre las que se eleva el conjunto de la colección. Unos últimos diseños que llamaron así poderosamente la atención, tanto por sus patrones de líneas limpias y depuradas, como por la tensión que se generaba al enfrentar esa sencillez, con el cuidado trabajo que desprendían sus intrincados bordados y primorosos acabados en efecto-joya.
“La colección celebra las formas y los materiales que, cuando se abrió la boutique ‘Miss Dior’ en París, impulsaron a una nueva forma de vestir que podría unir a numerosas mujeres y hacerlas a todas especiales”, detallan a este respecto desde Dior. Para llegado así el momento de volver a salir a la mujer para su “vida cotidiana”, para “el trabajo o un viaje” desde esta nueva colección de prêt-à-porter, “las siluetas libres y fluidas, como las de la línea en ‘A’”, llegan para facilitar “el movimiento” y el camino de la mujer “hacia nuevos horizontes, realzando el cuerpo de la mujer sin oprimirlo”. Una máxima que ha buscado en todo momento seguir Chiuri para la hora de dar forma a esta sucesión de diseños y estilismos, que, apostillan desde la casa de modas francesa, “irradian la fuerza de una feminidad pluralista, autónoma y versátil”.