Domingo Rodríguez, director creativo de Dominnico: “Es un sueño cumplido”

Madrid- Un desfile repleto de emociones y curiosidad, pero también contundente y magistral. Era la primera semana de la moda de este inicio de década y la primera vez que el joven Domingo Rodríguez desfilaba en las grandes ligas. Con un desfile internacional y un gran número de admiradores de su talento, el director creativo de Dominnico hacía una verdadera declaración de intenciones.

Se trataba, ni más ni menos, de la puesta de largo del diseñador alicantino que hace tan solo unos meses desfilaba en la pasarela de jóvenes diseñadores y se alzaba con el galardón Mercedes-Benz Fashion Talent. Para ello, no ha dudado en reinterpretar el legado español a través de un prisma futurista con detalles que beben del pop y del street wear como ya nos tiene acostumbrados. En su colección “Idolatría” se ha inspirado directamente en el folclore clásico de nuestro país y ha querido versionar algunos “tópicos españoles” como “los lunares y los volantes”, señala. Aunque el más destacado ha sido, sin duda, el mantón de Manila. Un icono, en esta ocasión de la emblemática casa Artesanía Nava de Toledo, que ha declinado en faldas, bodies, shorts y vestidos.

Como él mismo comenta, para él ha sido “un gran orgullo poder entrar a formar parte de la gran familia de la moda española y el hecho de haber podido compartir cartel con grandes nombres a los que admiro es un sueño hecho realidad”. Tan solo han pasado unos días de esta experiencia y el diseñador de 25 años la califica de “increíble”. Contento “por la buena aceptación que ha tenido la marca”, pero también de vivir esta “nueva etapa en la que se me engloba entre los diseñadores más consagrados. Es un paso muy importante y creo que hemos demostrado esta evolución en cuanto a calidades y patronaje. Es un sueño cumplido”, afirma.

Comparando con su anterior colección del pasado año, Domingo señala algunas diferencias como “las calidades y acabados, aparte de las colaboraciones que hemos llevado a cabo, algunas muy ambiciosas” como la casa de Artesanía Nava, entre cuyos clientes se encuentra la reina Letizia. Sin embargo, no ha querido dejar atrás algunas de sus señas de identidad que ya se han ido viendo en muchos de sus trabajos anteriores —tanto en la pasarela como sobre los escenarios— como los tejidos iridiscentes, las grandes plataformas, las botas altas hasta el muslo, las gabardinas y las grandes lazadas.

Tal y como suele hacer en sus creaciones, para su colección de otoño/invierno ha bebido de su imaginario creativo y esta vez, en concreto, de algunos “visionarios del arte y la cultura” patria como Pablo y Paloma Picasso, el modernista catalán Anglada Camarasa, o los cineastas Luis Buñuel y Pedro Almodóvar. Nombres que resonaban entre muchos otros “ídolos”, en un desfile que Domingo calificaba de “muy emocionante”.

No hay final sin vestido de novia

Aunque es una tradición en desuso, todavía hay algunas casas de alta costura como Chanel o Dior que siguen siendo fieles al pasado y cierran su desfile con un traje de novia. Nunca olvidaremos, por ejemplo, el vestido de flores y tul que vistió la modelo francesa Laetitia Casta en el desfile de Yves Saint Laurent en París en 1999. Normalmente el último look siempre corresponde a la creación más virtuosa, complicada o espectacular, visualmente hablando. Aunque según algunos profesionales de la moda, se trata de un tema estratégico o de negocio, ya que un traje de novia siempre tendrá un precio más elevado.

Una tradición que Domingo sigue manteniendo: “contar con una novia es algo simbólico, que nunca he querido eliminar y que siempre ha estado presente”. Tal como nos cuenta, es una figura que entra dentro de su imaginario. “Al final mi marca es joven, pero de lujo y de costura. La novia que presentamos es diferente a lo que estamos acostumbrados, pero que reúne todos los códigos de la firma”, apunta el fundador de Dominnico.

Imágenes: Cortesía de MBFWMadrid