Nextil confía en sacar ventaja de la “guerra arancelaria” abierta por Donald Trump
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Madrid – La multinacional textil española Nextil, con centros de producción en Portugal y Guatemala, confía en sacar ventaja de la “guerra arancelaria” abierta por el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump. Máximo dirigente del país norteamericano, y quien viene liderando desde que retomase las riendas de la nación estadounidense una férrea política comercial y arancelaria, como medida de presión desde la que tratar de avanzar sobre los principales puntos estratégicos de su plan económico de país “America First Trade Policy”.
En mitad de un contexto tan dinámicamente complejo como al que apuntamos, a nivel tanto económico como comercial y geopolítico, desde la multinacional textil, que sigue contando con su sede central en España, confían en no solamente no verse perjudicados ni arrastrados por los efectos de la nueva política comercial y arancelaria que se encuentran imponiendo desde la nueva Administración Trump, sino incluso en verse favorecidos, desde las operativas que la compañía se encuentra llevando ya a cabo desde su nueva planta de producción de Guatemala. Unas instalaciones que iniciaron su actividad el pasado mes de junio de 2024, alcanzando su pleno rendimiento para finales del pasado mes de octubre. Fecha a partir de la cual la nueva planta pasó ya a asumir todas las operaciones que hasta entonces la compañía lideraba desde su planta de producción en Estados Unidos, vendida en diciembre de 2023, pero para la que se solicitó una prórroga desde la que Nextil pudiera seguir haciendo uso de las instalaciones, durante al menos los primeros meses de 2024, con el fin de poder garantizar con ello una más suave y óptima transición hacia la nueva planta de producción de Guatemala. Transición que es la que se completó en octubre, con la planta entrando a partir de ahí a pleno rendimiento, desde un proceso de escalado de la producción que se está concluyendo en estos momentos, en este arranque de 2025, y con el que desde Nextil terminarán de asumir la producción que hasta ahora habían venido desarrollando en territorio estadounidense, para todos sus clientes relevantes de los Estados Unidos.
A pesar de que la deslocalización de las operaciones de Nextil y su traslado desde los Estados Unidos a Guatemala se perciba, de entrada, como un movimiento completamente antagónico y contrario a lo que se defiende desde la Administración Trump y desde su estrategia comercial “America First Trade Policy”, la textil española argumenta que, en la práctica, la planta se encuentra prácticamente blindada frente a cualquier presión arancelaria, gracias al Tratado de Libre Comercio establecido entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (CAFTA), entre cuyos firmante se encuentra justamente Guatemala. Un acuerdo comercial en virtud del cual, y de hecho, estiman desde Nextil que las operaciones de producción de la compañía se verán favorecidas y reforzadas, de la mano de esta planta de producción, como resultado justamente de esas presiones arancelarias que el nuevo Gobierno de los Estados Unidos ha empezado, o se dispone ya, a imponer sobre países competidores de fuera del tratado CAFTA. Países como China, para el que Estados Unidos acaba de elevar, para a partir de este mismo martes 4 de marzo, del +10 al +20 por ciento los aranceles a las importaciones; México y Canadá, para el que ha reiterado la imposición, a partir igualmente de este mismo martes, de unos aranceles del +25 por ciento para todas sus importaciones; o los 27 estados que integran la Unión Europea, entidad a la que Donald Trump ya advirtió el pasado 26 de febrero de las intenciones del Gobierno de Estados Unidos de imponer igualmente aranceles del +25 por ciento a todas las importaciones procedentes de Europa. Unos gravámenes todo estos que encarecerán los tejidos y los textiles procedentes de todos esos países productores afectados por las nuevas tasas arancelarias, permitiendo en respuesta el que la producción de Nextil en Guatemala pueda contar con un mayor atractivo a ojos de los compradores estadounidenses, y con ello, contribuyendo esta política arancelaria a intensificar la producción de la planta. Un centro de producción desde el que además Nextil ha llevado a cabo un proceso de diversificación de su oferta, ofreciendo a sus clientes una familia de nuevos tejidos desarrollados durante la segunda mitad de 2024, así como un “tejido elástico premium” que dispone de unos estándares de calidad y de rendimiento mayores, con respecto a los que se producían con anterioridad en la ya extinta fábrica de Nextil en Estados Unidos.
“Nextil estima que a nivel arancelario e impositivo en el contexto del tratado CAFTA, los últimos acontecimientos geopolíticos, con las elecciones de USA, afectan positivamente al desempeño de NEF (Nextil Elastic Fabrics) Guatemala, dados los reconocidos incrementos de aranceles a países naturalmente competidores fuera del tratado CAFTA”, como “China o México”, que han o se disponen ya a entrar en vigor, señalan desde la multinacional textil española. Unas “dificultades” para las importaciones, que igualmente “se prevén para determinados países con balanza comercial negativa con USA”, o con una “falta de afinidad ideológica con la nueva Administración norteamericana”, como pudieran ser los casos de “Nicaragua o Colombia”. Unas problemáticas que, en consecuencia, dejarán a la unidad de producción de Guatemala, así se desprende al menos del análisis realizado por la dirección de Nextil, en unas mejores condiciones para tratar de absorber y dar respuesta a la demanda que reclamen los compradores estadounidenses, en lo que deberá de conducir a una destacada y acelerada mejoría tanto del volumen de facturación como de beneficios registrados por la unidad de producción textil de Nextil en Centroamérica.
Ampliación de la capacidad de producción hasta los 75 millones de dólares anuales
Tratando de poner en cifras esa “transición” llevada a cabo por Nextil de su negocio en Estados Unidos a Guatemala, según las cifras facilitadas por la multinacional textil española, la planta Nextil Elastic Frabrics Guatemala, especializada en la producción de tejido “premium”, cerró el ejercicio de 2024 con una facturación de 2,6 millones de euros y un ebitda de 1,3 millones de euros. Unos indicadores, defienden desde Nextil, que se mostraron “ligeramente mejores” de los contemplados en su Plan Estratégico 2024/2026.
A pesar de ello y no obstante, se tratan de unas cifras de negocio muy inferiores a las registradas en su segunda mayor unidad de producción, la de Portugal, que, especializada en la producción de prendas, cerró 2024 con una facturación de 21,4 millones de euros y un ebitda de 3,8 millones; aunque en cualquier caso desde Nextil confían en disparar los indicadores a lo largo ya de este ejercicio de 2025, el primero que la unidad de producción de Guatemala tendrá que completar a pleno rendimiento. Una apreciación que estiman a la vista de los pedidos, ya en firme o comprometidos, que la compañía ha acordado con sus principales clientes de Estados Unidos para a lo largo de este mismo año; un ejercicio que la planta de Guatemala inicia con una capacidad de producción de 35 millones de dólares anuales, pero que cerrará con una de 75 millones de dólares, unos 71,5 millones de euros al cambio actual.
Con el fin justamente de poder llevar a cabo ese incremento de la capacidad de producción, cuyo volumen, y a la vista de las declaraciones de la compañía, confiarían en garantizar al abrigo de esta “guerra arancelaria” abierta por Donald Trump, Nextil completó una última ampliación de capital el pasado mes de diciembre de 2024. Una operación que no solamente le sirvió a la compañía textil española para avanzar en el saneamiento de sus cuentas y en la reducción de su deuda, tal y como ha terminado de verse reflejado en los resultados de cierre del ejercicio de 2024, sino también para dar entrada, a cambio de una participación del 25 por ciento del capital de su filial guatemalteca, por un valor de unos 7,5 millones de dólares, a un nuevo socio inversor. Unas aportaciones de fondos que, además de para la reducción de la deuda, desde Nextil van a destinar a acometer las inversiones en capex que la van a permitir aumentar la capacidad de producción de la planta hasta esos 75 millones de dólares anuales, para finales de 2025, como resultado de la finalización de la Fase2 de la construcción y ampliación de las operaciones de esta misma planta de Guatemala.