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Trump desata la guerra arancelaria con la UE y adelanta una carga del +25 por ciento para las importaciones

Por Jaime Martinez

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El presidente Donald Trump durante la reunión del Gabinete de los Estados Unidos, el miércoles 26 de febrero de 2025 en a Sala del Gabinete de la Casa Blanca. Credits: Official White House Photo, por Molly Riley.

Madrid – Continuando con el nuevo rumbo a la política de los Estados Unidos que, en todos los frentes, está entrando a marcar la nueva Administración del presidente Donald J. Trump, este miércoles 26 de febrero, hora de Washington D.C., el mandatario estadounidense en persona se encargó de adelantar la toma de decisión que su nuevo Gobierno ya ha adoptado en relación con sus vínculos comerciales con la Unión Europea. Un mercado único hacia cuyos Estados miembros ya ha advertido de la próxima imposición de una carga de un +25 por ciento en aranceles, sobre todos aquellos productos que cualquiera de los 27 traten de importar a los Estados Unidos.

Durante un encuentro mantenido con la prensa y con distintos periodistas previo a la celebración de la primera reunión del nuevo Gabinete de los Estados Unidos, el principal órgano asesor de todo mandatario estadounidense, era el mismo Trump quien se encargaba, junto a algunos de sus principales asesores, tanto de entrar a detallar algunas de las primeras medidas ya anunciadas por su Administración, como de salir a anunciar nuevas. Entre ellas, la próxima imposición que, según el jefe del Ejecutivo estadounidense, ya se ha acordado de un +25 por ciento de aranceles para todo producto procedente de la Unión Europea que entre los Estados Unidos. Una medida que, añadía el mismo Trump, se terminará de anunciar de manera oficial “muy pronto”.

El encuentro con los periodistas arrancó con un mensaje de bienvenida y agradecimiento por su asistencia por parte del presidente Trump, quien a renglón seguido entraba ya a abordar, en primer lugar, el asunto que está marcando estos primeros meses de su nueva legislatura al frente del país: las negociaciones de paz para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. Un asunto sobre el que aseguraba que las conversaciones están “yendo muy bien”, al tiempo que confirmaba la visita del presidente Zelensky a Washington D.C. este mismo viernes, se espera que para terminar de formalizar el acuerdo por el que Ucrania garantizaría, a través de la venta de parte de sus tierras raras y de otras cuestiones recogidas en ese mismo documento, el pago de unos 350 mil millones de dólares a los Estados Unidos, en compensación por la ayuda brindada por el país durante el conflicto. Un compromiso en firme con el que, aseguraba Trump, se corregía la “situación muy mala” en la que argumenta que dejó al país la anterior Administración del presidente Biden, pero que minimizaba, subrayando cómo “lo más importante, con diferencia, es que vamos a llegar a un acuerdo con Rusia y Ucrania para que dejen de matar personas”.

Aranceles para México y Canadá, para el 2 de abril

Entrando ya en lo referente a los nuevos aranceles que la nueva Administración Trump está pasando a imponer con los países y regiones que, hasta ahora, se habían mantenido como los principales socios comerciales de los Estados Unidos, en primer lugar, y en respuesta a la pregunta de si se aprobaría una nueva moratoria para los aranceles del 25 por ciento a México y Canadá a la vista del mayor control que han pasado a ejercer sobre sus fronteras, Trump se mostró tajante con un rotundo “no”. Respuesta que completó confirmando que, si bien no todos, sí una amplia mayoría de los aranceles del 25 por ciento a productos procedentes tanto de México como de Canadá, pasarán a entrar en vigor a partir del próximo 2 de abril.

“No, no voy a paralizar los aranceles”, porque “millones de personas han muerto a causa del fentanilo que cruza la frontera”, y es que aunque se hayan reducido los cruces fronterizos, evidenciando un mayor control entre las fronteras de Estados Unidos tanto con México como con Canadá, eso se ha debido “en gran parte a nosotros”, apuntaba Trump. “En este momento es muy difícil cruzar la frontera”, pero “el daño ya está hecho”, y “hemos perdido a millones de personas debido al fentanilo”, una droga que, sostiene, “proviene principalmente de China, pero llega a través de México y Canadá”. “Perdimos, desde mis estimaciones, en los últimos dos años, en promedio, tal vez cerca de 300 000 personas que han fallecido, y las familias están arruinadas”. “He conocido a muchas personas que han perdido hijos por el fentanilo”, a “personas dinámicas, felices… que mueren de una muerte miserable”, y “eso es por la basura que llega a través de China y México y Canadá”; en “gran parte” desde Canadá, un país al que “apoyamos”, añadía Trump, “con 200 mil millones de dólares al año en subsidios de una manera u otra”. Partiendo de esa estimación, “sin nosotros, Canadá no puede sobrevivir”, dado que el país “depende de nosotros en un 95 por ciento”, mientras que “nosotros dependemos de ellos en un 4 por ciento”. Y ahí “hay una gran diferencia”, y por eso “digo que Canadá debería ser nuestro estado número 51”, porque “no hay aranceles, nada de nada”. Cuestión que cambiará a partir del próximo 2 de abril, momento en el que “los aranceles harán que les resulte imposible vender madera o cualquier otra cosa a Estados Unidos”. Una medida desde la que “todo lo que pido es que no sea una relación con pérdidas, o que se pierda muy poco, pero no 200 millones de dólares”.

Nuevos aranceles a la Unión Europea del +25 por ciento

Tras lo relacionado con los aranceles con México, Canadá y China, el presidente fue ya abordado sobre la cuestión de la posible imposición de aranceles también a la Unión Europea y a sus 27 Estados miembro. Una nueva política en materia de relaciones comerciales que Trump confirmó, adelantando, en respuesta a la pregunta de si se había tomado una decisión sobre el nivel de aranceles que pretende imponer la nueva Administración a la Unión Europea, que este se situará igualmente en un 25 por ciento, sobre todos los productos que se importen a los Estados Unidos.

“Hemos tomado una decisión y la anunciaremos muy pronto”, de manera oficial, pero “será un 25 por ciento, en términos generales, y se aplicará a los automóviles y a todo lo demás”, ha señalado Trump. “La Unión Europea es un caso diferente al de Canadá”, porque “realmente se han aprovechado de nosotros de una manera diferente”. Y es que, en palabras del presidente de los Estados Unidos, mientras Canadá se ha mantenido como uno de los principales países fabricantes de unos automóviles que posteriormente se importaban a EEUU, en la UE “no aceptan nuestros coches”, como tampoco “nuestros productos agrícolas”, alegando para ello “todo tipo de razones para no hacerlo”. Sin embargo, “nosotros aceptamos todo lo que nos ofrecen”, hasta el punto de que “tenemos un déficit de unos 300 000 millones de dólares con la Unión Europea”. Y si bien “me encantan los países de Europa”; “todos los países, francamente”, reconociendo además el que “todos son muy diferentes”, señalaba Trump, “la Unión Europea se creó para fastidiar a Estados Unidos”, “ese es su propósito, y lo han logrado”.

“Somos el caldero de oro”

En respuesta a la contestación ofrecida por el presidente estadounidense, se le preguntó al mismo sobre qué hará el país y su Administración si, a la luz de los nuevos aranceles, ya fueran México y Canadá, o la Unión Europea, se decidieran a tomar represalias en sus relaciones comerciales con Estados Unidos, del mismo modo que lo ha hecho ya China tras la imposición de aranceles, del +10 al +15 por ciento, sobre ciertos productos estadounidenses desde el 10 de febrero, en respuesta a los primeros aranceles del +10 por ciento impuestos por la Administración Trump. Un supuesto que descarta y relativiza el mandatario estadounidense, descartando y negando cualquier muestra de fuerza que en materia comercial se dispusieran a tratar de ejercer México, Canadá o la UE.

“No pueden” tomar represalias, “quiero decir, pueden intentarlo, pero no pueden”. “Pueden intentarlo, pero sus números nunca podrán igualar a los nuestros” y además “podemos reaccionar”. “Somos el caldero de oro”, lo “que todos desean”, sostenía el presidente estadounidense. De tal manera que “pueden tomar represalias, pero no puede ser una represalia que vaya a tener éxito”, porque, de ser así, “simplemente cortamos” las relaciones comerciales “de golpe”. “Dejamos de comprar”, y “si eso sucede, saldremos ganando”.

Un mercado estratégico para las empresas españolas de moda, textil, cuero y calzado

A la vista de estas tensiones comerciales que han empezado ya a desatarse entre la UE y los Estados Unidos de Trump, con además ya unas primeras cifras de impacto sobre la mesa tras esa estimación de una carga de aranceles del +25 por ciento a las importaciones de productos de la UE, si todo sigue obedeciendo a este guión, no cabe duda alguna de que las industrias de la moda y del calzado español se verán seriamente afectadas en sus operaciones con y hacia los Estados Unidos. Un mercado que, si bien siempre lo ha sido, de un tiempo a esta parte, y en especial tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, se ha convertido en un mercado clave para un amplio y numeroso grupo de empresas españolas.

Incluido como un “mercado clave” en los actuales planes estratégicos de crecimiento y de expansión de multinacionales de la moda españolas como, entre otras, Inditex, Pronovias o Mango, y señalado del mismo modo como un mercado “estratégico” para el crecimiento de las empresas españolas del calzado, según los últimos datos recabados por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa del Gobierno de España, las exportaciones de productos de calzado, textil y cuero desde España a los Estados Unidos han experimentado una evolución a la baja, con una caída de un -8,75 por ciento, durante los últimos 24 años. Una serie que se inició en el año 2000, con unas exportaciones totales por un valor de unos 567,81 millones de euros, y que, como últimas estimaciones, se cerró en 2024 con unas exportaciones por valor de 518,1 millones de euros. Una evolución que, a lo largo de estas más de dos últimas décadas, lejos de ser lineal ha experimentado diferentes picos, tanto de máximos como de bajadas, encontrando la más pobre relación comercial entre las empresas españolas y los Estados Unidos en 2009, cuando, bajo la presidencia de Jose Luis Rodríguez Zapatero, las exportaciones españolas de esta serie de productos alcanzaron únicamente los 205,42 millones de euros; y observando en contra la mayor partida comercial en 2022, cuando las exportaciones se dispararon hasta los 947,02 millones de euros.

Desde la otra cara de esa misma relación comercial, en contra, sí se ha mantenido en una tendencia, más o menos de manera permanente, sostenida a la baja la relación de España y los Estados Unidos en materia de importaciones a nuestro país de las mismas categorías de producto. Unas importaciones de calzado, textil y cuero que alcanzaron los 153,54 millones de euros en el año 2000, para cerrar en el pasado 2024 con una bajada, con respecto a ese valor, de un -38 por ciento, con únicamente 95,07 millones de euros en importaciones. Un valor de esta manera bien distante, en cifras un -81 por ciento menos, frente a esas exportaciones por valor de 518,10 millones de euros que las empresas españolas exportaron en productos a los Estados Unidos, con 296,98 millones de euros en exportaciones de productos textiles y de confección; 212,56 millones de euros en exportaciones de calzado; y con 8,55 millones de euros en exportaciones de productos de cuero.

Se tratan así pues estas de unas cifras considerables en relación al valor de las importaciones, pero anecdóticas puestas en el contexto del valor en el que se cifran los mercados de la moda y del calzado de los Estados Unidos. Para el caso del primero, un mercado de la moda que rondó los 495 000 millones de dólares (+4,5 por ciento de crecimiento interanual), según cifras estimadas por la plataforma Oberlo para el cierre del ejercicio de 2023; año para el que desde Run Repeat cifran en los 88 500 millones de dólares (+3,1 por ciento) el valor del mercado del calzado de los Estados Unidos. En total y en suma, un mercado de más de 583 500 millones de dólares, en además sostenido crecimiento, y que se presenta así como un más que atractivo mercado para las empresas españolas de moda, calzado y artículos de cuero; atractivo que se verá duramente corregido con la imposición de unos aranceles que encarecerán esas propuestas a la hora de llegar a manos del consumidor estadounidense.

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