La Xunta aprueba la Declaración de Impacto Ambiental para la fábrica de Altri en Palas de Rey
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Madrid – La fábrica de fibras textiles sostenibles que, bajo el nombre de Proyecto Gama, la compañía portuguesa Altri está impulsando en la localidad gallega de Palas de Rey está un paso más cerca de hacerse realidad, una vez que desde la Xunta de Galicia han terminado por autorizar su Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Una condición necesaria, ya no solamente para la construcción de la planta, sino también para que sus promotores puedan acceder a los fondos europeos que requieren para iniciar y completar su puesta en funcionamiento.
Eran a este respecto las consejeras de la Xunta de las carteras de Medioambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez, y de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, quienes este pasado viernes, 14 de marzo de 2025, comparecían públicamente para informar en rueda de prensa de que la Xunta de Galicia había finalmente emitido una DIA favorable para la construcción de la fábrica de fibras textiles sostenibles que, bajo el nombre de Proyecto Gama, plantea desarrollar en el municipio de Palas de Rey la compañía Greenfiber, la compañía creada exprofeso para esta iniciativa por Altri, propietaria del 75 por ciento de la empresa, junto a la compañía gallega Greenalia, propietaria del 25 por ciento restante de esta empresa conjunta. Una comparecencia que las consejeras llevaron a cabo, con el fin no solamente de informar de la aprobación de una DIA favorable para esta iniciativa empresarial, sino para igualmente tratar de trasladar un “mensaje de tranquilidad” a todos aquellos que, incluyendo desde diferentes tipos de organizaciones a toda clase de ciudadanos particulares, han manifestado una especial preocupación ante la puesta en marcha del proyecto, tal y como se ha puesto en evidencia desde las diferentes concentraciones y actos de protesta que en contra de la iniciativa se han venido sucediendo durante los últimos meses, entre ellos esa multitudinaria manifestación que llegó a abarrotar la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela el pasado 15 de diciembre de 2024. Una controversia que, señalan desde la Xunta de Galicia, ha venido promovida en muchos casos por intereses partidistas, y que confiarían en que se terminen ahora ya por empezar a zanjar tras la aprobación de la DIA. Una aprobación que, lejos de resultar fruto de un acto arbitrario y teledirigido, defienden desde el Ejecutivo gallego que llega avalado y como resultado del escrupuloso proceso de estudio y análisis del proyecto realizado por los técnicos de la Xunta, siguiendo así con el principio de “objetividad” que el presidente de la misma, el popular Alfonso Rueda, ya advirtió el pasado diciembre, tras la celebración de aquella manifestación en Santiago de Compostela, que se iba a buscar garantizar para valorar la viabilidad o no viabilidad de la planta impulsada por Altri en Palas de Rey.
“Desde esta rueda de prensa queremos dar tranquilidad a toda la población en lo referente a la tramitación de este proyecto; de este proyecto, y de todos los proyectos”, destacaba durante su participación en la misma Ángeles Vázquez, consejera de Medioambiente y Cambio Climático del Gobierno autonómico. Y es que, señalaba, “podemos hablar de que la Xunta de Galicia, y en concreto la Dirección General de Calidad Ambiental”, cuya directora también se encontraba presente en la comparecencia, “tramita unas 220 declaraciones de impacto ambiental anuales”, de las cuales, señalan desde la Xunta, “una de cada tres” termina acordándose como desfavorable. Mientras que, en lo que respecta a las DIA favorables, y como es el caso de la concedida para el Proyecto Gama de Greenfiber, en estas además se incluyen una serie de nuevos condicionantes, tanto generales como particulares, con los que se busca elevar las garantías de protección ambiental de las iniciativas. Para el caso de la que nos ocupa, una iniciativa empresarial que ha terminado recibiendo el aval de “34 informes sectoriales, que están firmados por 42 técnicos”, subrayaba Vázquez; unos técnicos, concretaba, entre los que hay “biólogos, ingenieros, arquitectos, juristas, químicos, sanitarios, entre otros”. Como fruto de ese trabajo, “todos los informes preceptivos y vinculantes” realizados para el estudio de este proyecto, señalaba la consejera de Medioambiente y Cambio Climático de la Xunta, “son favorables, o favorables condicionados”, en lo que ha terminado llevando así pues a la emisión de una DIA favorable para el proyecto de Greenfiber. Una DIA que así pues y en respuesta no supone una carta blanca, sino que contempla todos aquellos términos y requisitos que van a garantizar, defienden desde la Xunta de Galicia, “la preservación de los distintos elementos que es necesario proteger”, relacionados con la construcción de la planta; propósito para el que en la DIA “se incluyen múltiples pautas al promotor sobre cómo se debe desarrollar el proyecto para que sea ambientalmente autorizable y viable”.
Celebrando este decisivo nuevo paso adelante para la construcción de la planta que supone el haber logrado que la Xunta haya terminado por emitir una DIA favorable para el proyecto de Greenfiber, José Pina, CEO de Altri, destaca cómo “la Declaración de Impacto Ambiental nos permite mirar hacia adelante, poner en valor el carácter estratégico del proyecto y su capacidad de convertirse en un agente dinamizador de la economía gallega, española y europea”. Para avanzar en esos objetivos, y lograr esta DIA, “hemos dado respuesta a todos los informes sectoriales de manera detallada y escrupulosa, aportando toda la información solicitada y realizando toda y cada una de las mejoras requeridas por los técnicos de la Administración”. Como resultado, señala Pina, se ha logrado “una Declaración de Impacto Ambiental positiva, para un proyecto con el que pretendemos transformar la industria textil nacional y potenciar la independencia europea ante importaciones de fibras con un mayor impacto ambiental”. En ese fin, “el proyecto ya cumplía con todas las disposiciones legales aplicables, e incluso las mejoraba en muchos parámetros, pero lo que demostramos en el transcurso de la tramitación” de la DIA, ponía en valor el CEO de Altri, “es que estamos dispuestos a ir más allá”, por lo que “hemos mejorado el proyecto incrementando las medidas de medición y control”, así como “los planes de protección y recuperación de especies protegidas y paisajísticos”.
Un proyecto “estratégico”, para España y para Europa
Siguiendo con las consideraciones que desde Altri siempre han esgrimido en relación a este proyecto de fábrica de fibras textiles sostenibles, desde la compañía portuguesa, de boca de su mismo director ejecutivo, han vuelto nuevamente a salir a defender la naturaleza “estratégica” de la que, a su entender, dispone este Proyecto Gama que Greenfiber está tratando de poner en marcha en la localidad de Palas de Rey. Una fábrica que, una vez construida y puesta en marcha, pasará a destacarse como el primer complejo industrial en albergar, bajo un mismo techo y a partir de un modelo integrado, los dos procesos clave para la producción de fibras de lyocell, obtenidos a partir de una base 100 por cien natural. De un lado, la transformación de la madera de eucalipto en fibras solubles, y del otro, la conversión de esas mismas fibras en fibras de lyocell; dos productos obtenidos de este modo a partir de una base celulósica natural, para su uso en la elaboración de textiles 100 por cien biodegradables, y que desde Altri además defienden, ahora con el aval de esta DIA, que se producirán a partir de un proceso de producción mucho más sostenible y de un muy menor impacto ambiental que con respecto a cualquiera de los que actualmente se emplean dentro de la industria textil y de la moda.
Mirando más allá de esos avances en materia de producción de fibras sostenible, a partir de procesos como apuntábamos más sostenibles y con los que, a través de un sistema en circuito cerrado, desde Altri defienden que, entre otras, la planta de Palas de Rey será capaz de optimizar el uso de todos los recursos que emplee para sus operaciones, tanto de agua, como de energía y sus propios residuos, desde la dirección de la compañía portuguesa subrayan además la naturaleza “estratégica” con la que a su entender cuenta el proyecto, a nivel tanto de España como del conjunto de la Unión Europea. Para el caso de la primera, como beneficiaria de un proyecto que no solamente permitirá al país situarse a la vanguardia en la producción de fibras sostenibles, sino además de la generación de cerca de unos 2 500 puestos de trabajo, con 500 empleos directos y cerca de 2 000 indirectos según sus propias estimaciones, para una planta que funcionará las 24 horas del día. Mientras que en lo referente a la Unión Europea, desde Altri defienden el que gracias a la planta de producción de lyocell de Palas de Rey, el conjunto de los 27 podrá disminuir su dependencia ya no solamente de fibras más contaminantes, sino de las procedentes en su mayor parte de territorios de fuera de la Unión, avanzando así y a un mismo tiempo en sus objetivos por impulsar una economía circular y su independencia en materia de materias primas para su industria.
“El Proyecto Gama es una iniciativa estratégica para España, con un impacto económico estimado en casi 9 000 millones de euros en los próximos 20 años, y la capacidad de generar, al menos, 2 500 puestos de trabajo, entre directos e indirectos”, sostiene José Pina. “Esto no solo fortalece la industria nacional con una producción textil más sostenible, sino que también posiciona a España como un referente global en moda responsable y economía circular, impulsando sinergias clave con el sector forestal y el textil”. Mientras tanto, y a un nivel ya de la UE, añade el CEO de Altri, “Gama es un proyecto transformador para Europa, diseñado para reducir la dependencia de fibras textiles importadas y reforzar la competitividad industrial del continente”. Y es que “con una capacidad de 60 000 toneladas de lyocell anuales, de forma inicial a partir de 2028”, el proyecto de Palas de Rey “apuesta por materias primas locales y procesos sostenibles que cumplen con los más altos estándares medioambientales”, como base para “un modelo de innovación que sitúa a Europa en la vanguardia de la moda sostenible y de la economía circular”.
A la espera de los fondos europeos
Necesitando de una inversión de más de 1 000 millones de euros para cubrir los costes de construcción y puesta en marcha de la nueva planta, desde Altri, aun soportando la mayor parte de esa inversión, demandarían el que cerca de unos 250 millones de euros de ese total sean de financiación pública, aportada a través de los fondos europeos Next Generation que desde el Consejo Europeo aprobaron con el fin de impulsar la “reconstrucción” de la Unión tras la disrupción provocada por la pandemia por coronavirus, y cuyo destino se encargan de controlar desde el Gobierno de España. Un acceso a esos necesarios fondos públicos que se muestran confiados en lograr desde la compañía portuguesa, una vez ya obtenida esta DIA favorable por parte de la Xunta. Un paso que allana el camino de este modo tanto a la construcción de la planta, como a esa obtención de fondos públicos, para un proyecto que, como próximas etapas, deberá esperar ahora a la emisión de la necesaria Autorización Ambiental Integrada (AAI), sobre la que ya están trabajado desde la Xunta para completar toda la tramitación ambiental del Proyecto Gama. Una autorización tras la cual, se requerirá a Greenfiber para que presente el proyecto de ejecución de la obra, que deberá recibir el correspondiente informe favorable por parte de la Xunta Consultiva en Materia de Ordenación del Territorio y Urbanismo; para desde ahí, esperar a que la Consejería de Economía e Industria presente el expediente al Consejo de la Xunta de Galicia, desde donde se decidirá finalmente si procede o no procede a la aprobación del proyecto, catalogado como de “proyecto industrial estratégico” por parte de ese mismo Consejo el pasado 29 de diciembre de 2022, momento en el que, tras recibir ese último visto bueno, se procedería ya a dar comienzo a las obras de construcción de la fábrica.
“Estamos explorando las mejores vías para acceder a los fondos que la Unión Europea contempla para apoyar nuevos proyectos industriales, alineados con sus planteamientos en materia de sostenibilidad”, una cuestión para la cual “desde el Gobierno de España ya se ha trasladado que no tendrán problema para acceder a estos fondos europeos aquellos proyectos que cumplan rigurosamente con los requisitos en materia ambiental”, señala, no sin pocas intenciones de dejar claro que la decisión que al respecto se tome desde el Gobierno de España deberá ser objetiva, y razonada, el CEO de Altri. “En ese sentido”, advierte, “nosotros estamos tranquilos”, teniendo en cuenta y bien presente el que “la DIA favorable que hemos recibido nos indica que estamos en el buen camino” para lograr acceder a esa financiación. Unos fondos con los que, incide Pina, “generaremos 500 empleados directos en la fábrica y 2 000 indirectos”, con la puesta en marcha de una planta cuyo “impacto económico contribuirá a la fijación de población en un área como es el interior de Lugo que está viviendo un proceso de pérdida y de envejecimiento de población”, al tiempo en el que además contribuye “al fortalecimiento del tejido productivo, especialmente en sectores como la industria y los servicios”. Sin olvidar el que además, concluye el CEO de Altri, “al promover la innovación en el sector textil sostenible, y poner en valor el monte gallego”, la fábrica de lyocell de Greenfiber “fomentará la mejora de la competitividad de la región y generará nuevas oportunidades de negocio, incentivando el desarrollo económico y social, no solo en Lugo, sino también de Galicia”.