La SCRAP del residuo textil cambia de nombre: nace Re-Viste (y su primer programa piloto)
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Madrid – Tomando entidad de cara a su próxima puesta en marcha, la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado acaba de presentarse en sociedad con el nuevo nombre bajo el que liderará todas sus distintas acciones de recogida, reciclaje, revalorización y gestión de los residuos textiles: Re-Viste. Nombre y marca bajo el que esta SCRAP (Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor) empezará a operar a partir de ahora, con el punto de vista además ya puesto en la puesta en marcha de un primer programa piloto que arrancará el próximo mes de abril de 2025.
Fundada, tal y como ya en su momento nos encargábamos de recoger desde FashionUnited, el pasado mes de enero de 2023, la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado veía la luz como la respuesta que para entonces se decidían a empezar a tomar algunas de las principales multinacionales de la moda con presencia y actividad en España, a la vista de la aprobación, siguiendo con las directivas europeas, de la nueva Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Norma desde la que se establece que, para antes del 31 de diciembre de 2024, las entidades locales deberán de pasar a instaurar una recogida separada para los residuos textiles, cuyo tratamiento, gestión, reciclaje y revalorización deberán asumir los agentes productores en los términos con los que siga desarrollándose la norma.
Desde entonces, y hasta el día de hoy, la SCRAP ha terminado por ampliar, ligeramente, su lista de compañías adheridas, encontrándose actualmente integrada por Decathlon, El Corte Inglés, H&M, Ikea, Inditex, Kiabi, Mango, Primark, JD Sports y Tendam. Un total de 10 principales grupos textiles de la escena minorista nacional, que se encargarán de dar soporte y de financiar las labores de esta organización, que se vestía de largo este jueves para presentar, desde la Real Fábrica de Tapices de Madrid, su nuevo nombre. Una nueva designación que daban a conocer a lo largo de un encuentro desde el que asociaciones, instituciones y expertos de la industria textil entraba a analizar las oportunidades, desafíos y avances para la industria que va a llegar a suponer la aparición y puesta en funcionamiento de este nuevo sistema de gestión y revalorización de los residuos textiles y del calzado en España.
“El sector textil tiene un papel fundamental y un peso muy importante en nuestro país, ya que supone el 3 por ciento del PIB, el 8 por ciento de las importaciones y factura 15 000 millones” de euros, y desde el peso de esos indicadores, “con la creación de Re-Viste estáis demostrando una capacidad increíble para unir a diferentes actores y dejar la puerta abierta a nuevos para esa transformación del sector” tan necesaria, se encargaba de valorar Alejandro Dorado, comisionado para la Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Unas declaraciones que nos hacen llegar desde la misma SCRAP, y a las que se sumaban las de otros asistentes al encuentro, como Cristina Montalvá Medina, directora general de Igualdad y Políticas Locales de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), y quien por su parte quiso resaltar cómo resultará “fundamental”, a través de las acciones de la SCRAP, “crear un sistema de calidad que se adapte a las necesidades específicas de cada ayuntamiento, facilitando a los ciudadanos un servicio de recogida eficiente”. Y es que, concluía, “no debemos olvidar que ellos son clave para el buen funcionamiento del sistema, por lo que es esencial cuidarles”.
“El SCRAP es una herramienta clave para avanzar hacia la circularidad y una gestión responsable”, pero “para lograrlo, el sector necesita el compromiso y la colaboración de muchos actores”, de “los productores, los ayuntamientos, entidades locales, los recicladores y finalmente, los consumidores, quienes tienen el poder de transformar el ecosistema”, apuntaba en esta misma dirección Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Como principal propósito, “el SCRAP debe ser un instrumento para avanzar en la circularidad con transparencia, asegurando una gestión eficiente y sostenible”, concluía, desde la mesa redonda que protagonizaba junto a la misma Cristina Montalvá Medina, así como al lado de reconocidos profesionales del sector, como Alberto Alberich, director de la iniciativa Moda Re; Carmen Redondo, directora de relaciones institucionales de la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop); Ana Rodes, directora del departamento de sostenibilidad de Recover; y del mismo Juan Ramón Meléndez, director general de la SCRAP desde este pasado mes de julio.
Arranque del primer programa piloto, para abril de 2025
Como parte del mismo encuentro, se pasó igualmente a presentar, ya de manera oficial, el primer programa piloto para la recogida y gestión de residuos textiles y del calzado, que desde Re-Viste pasarán a poner en marcha el próximo mes de abril de 2025. Un proyecto sobre el que ya nos encargamos de tratar desde FashionUnited a comienzos de este pasado mes de agosto, y sobre el que ahora ya se han adelantado los primeros detalles exactos, como el que de él participarán finalmente un total de seis municipios “representativos de los diferentes entornos socieodemográficos” del país, dos urbanos, dos rurales y otros dos semiurbanos, con una población total compartida de unos 300 000 habitantes.
Con una duración mínima de un año, de velar por su correcta implementación sobre esa serie de seis municipios seleccionados se encargará un Comité de Seguimiento compuesto por el Grupo de Trabajo del Residuo Textil de la FEMP y de Re-Viste. Contemplando para su puesta en marcha, en primer lugar, diferentes opciones de recogida de textiles, con el objetivo de implementar aquel que mejor se adapte a los diferentes contextos urbanos, estimado para ello como canales para la recogida desde contenedores instalados en la vía pública y en los puntos limpios municipales, hasta la habilitación de contenedores de recogida en espacios privados, como tiendas, colegios y parroquias.
Como siguientes etapas de este mismo programa piloto, tras la recogida, los residuos textiles y de calzado se trasladarán hasta plantas de clasificación, donde serán evaluados priorizado y recuperando, en primer lugar, aquellos que puedan destinarse a tiendas de ropa de segunda mano. En caso contrario, se clasificarán según su composición para su posterior reciclaje, con el fin último de que estos puedan volver a participar de la industria de la moda, a través de un modelo circular, como materia prima con la que confeccionar nuevos tejidos para nuevas prendas. Llegando ya desde ahí a una última fase final, en la que, y a modo de conclusión, se buscará elaborar una guía de recomendaciones desde la que se identifiquen las buenas prácticas analizadas a lo largo de todo este programa piloto, con el fin de, a través de ella, brindar a las entidades locales de una herramienta en la que apoyarse para la exitosa implementación de la recogida y revalorización de los residuos textiles y del calzado dentro de sus respectivos municipios.
“Este proyecto piloto es un paso importante para reunir a todos los actores clave y trabajar juntos en la creación de un sistema eficiente y sostenible que permita establecer una correcta recogida de textiles y calzado, en línea con los desafíos regulatorios y la demanda de la sociedad”, subrayaba durante el encuentro Juan Ramón Meléndez, director general de Re-Viste. “Desde la fundación de la asociación en 2023, nuestro objetivo ha sido siempre posibilitar la transición hacia un modelo más eficaz en la gestión de estos residuos, y este piloto nos ayudará a avanzar en esa dirección”, como punta de lanza del “sistema que estamos creando”, y que “no solo facilitará la gestión de textiles, sino que también promoverá un modelo sostenible que involucre a todos los actores de la cadena de valor”. En esa ambición, concluía, “la colaboración y la participación son clave para hacer efectiva la economía circular del textil, permitiendo a cada persona y empresa contribuir a un futuro más eficiente e innovador”.