La Asociación para la Gestión del Residuo Textil prepara la puesta en marcha de su primer programa piloto
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Madrid – Se ultiman los preparativos para el arranque con la recogida diferenciada de ropa usada en España, con la puesta en marcha del primer programa piloto diseñado para tal fin por la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado. Una iniciativa que se baraja que pueda iniciar su andadura durante los primeros meses del próximo año de 2025, impulsada por la SCRAP y por la Federación Española de Municipios y Provincias.
Constituida el pasado 11 de enero de 2023, y presentada para la misma fecha desde un acto representativo y oficial que tenía lugar, de manera más que simbólica, desde el recinto del Museo del Traje de Madrid, la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado arrancaba para entonces su camino, impulsada por un total de ocho principales grupos representativos de la industria de la moda y del calzado en España, integrado por las compañías Decathlon, El Corte Inglés, H&M, Ikea, Inditex, Kiabi, Mango y Tendam. Empresas a las que terminaban por sumarse posteriormente la multinacional minorista británico-irlandesa Primark y la filial del grupo británico JD Sports, propietario de cadenas como JD y Sprinter, en España, alcanzando así el número de los 10 miembros, a fecha del pasado 3 de julio de 2024. Momento en el que la Asociación daba un penúltimo punto de inflexión sobre su breve histórico, anunciando el nombramiento de Juan Ramón Meléndez como su nuevo director general.
Desde su nuevo cargo como principal responsable al frente de la Asociación, constituida como un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) para las empresas responsables de la producción, fabricación y venta que participan de la comercialización, en España, de ropa, textiles para el hogar, calzado y artículos de marroquinería, se anunciaba ya desde la misma SCRAP que la llegada de Meléndez constituiría un primer salto adelante en los objetivos de la organización, por favorecer e impulsar la circularidad y el reciclaje de los residuos textiles y de calzado en España. Un compromiso al que se verán obligados los fabricantes de moda y de calzado que lleven a cabo su actividad en nuestro país, una vez que el próximo 31 de diciembre de 2024 termine entrando en vigor la nueva Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Norma que no obstante retrasa por un plazo de hasta tres años el tiempo del que dispondrá el Gobierno para desarrollar los regímenes de responsabilidad ampliada del productor para hacer obligatoria la recogida y gestión separada del flujo de generación de residuos textiles, del resto de residuos que se generan en España. Un sistema que financiarán las empresas productoras de textil, moda y calzado, pero que se encargarán de implantar los Gobiernos locales, y para el que se baraja con que desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico puedan terminar de presentar la nueva normativa, para mediados de 2025 o principios de 2026, encarando ya hacia la recta final de lo que sería la actual legislatura, de no acontecerse un adelanto electoral. Una fecha a la que desde la Asociación para la Gestión del Residuo Textil guardarían por intención llegar con todos los deberes hechos, objetivo para el que se han decidido ya a arrancar con los preparativos de un primer programa piloto de recogida diferenciada de residuos textiles y de calzado, que desembarcaría en diferentes municipios de toda la geografía española, para comienzos de 2025.
Primera iniciativa piloto, para el arranque de 2025
Diseñada junto a la Federación Española de Municipios y Provincias, esta primera iniciativa piloto para la recogida de residuos textiles y de calzado que pretendería ponerse en marcha a principios del próximo año, se llevaría a cabo desde una muestra seleccionada de municipios de diferentes densidades y tamaños, con el principal propósito de recabar la mayor cantidad posible de datos que posteriormente emplear para proceder a escalar el sistema, a nivel nacional. Fin para el que estaría en el ánimo de los promotores de este programa piloto terminar por escoger un número de entre tres a seis ayuntamientos, de entre los cuales, y según se han encargado de adelantar desde el medio económico Expansión, es probable que terminen participando de uno a varios municipios de la Comunidad de Madrid.
Más allá de la recogida de esos datos, el programa también deberá de servir para perfilar las diferentes modalidades de servicio de recogida de residuos textiles y de calzado a los que podrán recurrir los Ayuntamientos para hacer frente a este nuevo reto en materia de residuos, como lo será el de la obligatoriedad de practicar una recogida separada para los residuos textiles y de calzado. Una práctica que no guarda mayor intención que la de, por si fuera poco, servir de palanca para la instauración de un nuevo modelo de producción circular para dentro de ambas industrias, favoreciendo y garantizando así la reutilización y el reciclaje de la mayor cantidad posible de textiles y calzados en desuso. Un proceso para el que, en base al informe sobre los hábitos de consumo en la sociedad actual, presentado el pasado mes de abril por la misma SCRAP junto a la consultora 40db, se situaría en un 83,4 por ciento de la sociedad española la que reclamaría a los productores y comercializadores de moda que garantizasen una dinámica para dotar de una segunda vida a los artículos que venden.
Precisamente en aras de garantizar ese propósito, y dando los primeros pasos para que además consiga darse de la manera más pronta y óptima, es como terminará de ponerse en práctica este primer programa piloto de recogida de residuos textiles. Recolección que, atendiendo a esas diferentes modalidades de gestión que finalmente se entiende que adoptarán los diferentes municipios, según su capacidad, se espera que se lleve a cabo desde con la instalación de contenedores ubicados a pie de calle, de puntos de recogida colocados en el interior de diferentes tiendas, o directamente desde los puntos limpios con los que cuenten algunos de los municipios seleccionados para participar de ese primer programa piloto. Todo, de cara a la implementación final de esa recogida diferenciada de residuos textiles y de calzado, que los Ayuntamientos podrán realizar en su día, y una vez ya pasen a desarrollarse los regímenes de responsabilidad ampliada del productor para los textiles, tanto de manera directa como a través de una subcontrata; empresas tanto actuales como de nueva creación, que van a encontrar en esta nueva dinámica para la recogida de residuos una nueva oportunidad empresarial, sirviendo de ejemplo de las distintas oportunidades de generación de valor y de creación de empleo que se estima con que puedan terminar de darse al abrigo de este nuevo camino hacia la plena circularidad sobre el que avanzan las industrias del textil y del calzado.
Con la puesta en marcha de este futuro primer programa piloto, “la intención es adelantarnos a la fase obligatoria” para la recogida diferenciada de residuos, que se establecerá cuando desde el Ministerio se “publique el real decreto en el que debe plantear cómo se debe gestionar el residuo textil”, publicación que “se espera que ocurra a mediados de 2025 o principios de 2026”, se encargaba de señalar Juan Ramón Meléndez, director de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado, en declaraciones a Expansión. A partir de ahí, y a partir de los datos recogidos desde esta iniciativa piloto, se arrancará con la recogida separada de residuos textiles y de calzado, con el objetivo de la SCRAP de “reutilizar todo lo que se pueda de las prendas que se recojan y reciclar el resto”. Compromiso para el que si bien “la financiación de la recogida se cubrirá al 100 por cien por las empresas textiles”, serán no obstante sus responsables “los ayuntamientos, que deberán decidir si asumen el proceso, otorgan una concesión a una empresa u opta por otros modelos”. Con todo ello, destacaba en sus palabras a Expansión, “se va a generar mucho empleo y negocio”, tal y como “ha sucedido con el plástico”.
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