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El Gobierno impone el modelo del asalariado frente al del microemprendimiento

Por Jaime Martinez

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Empresas|Análisis
Trabajadoras en un centro de investigación. Credits: Unsplash.

Madrid – Coincidiendo con el cierre de 2024, desde el Gobierno de España han terminado por hacer públicos los datos de paro y de afiliación a la Seguridad Social registrados al cierre del pasado mes de diciembre. Unos indicadores ambos que, analizados por parte de la CEOE, dibujarían un entorno laboral-empresarial en el que por parte del Ejecutivo se estaría trabajando de manera activa por la imposición del modelo de la “gran empresa”, con asalariados y patrones, frente al del emprendimiento.

Como base en primer lugar de esas interpretaciones, desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social han hecho ya públicos los datos del paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), al cierre del mes de diciembre de 2024. Mes en el que la tasa de personas en situación de desempleo se redujo en 25 300 personas (-0,98 por ciento frente al mes anterior), cerrando así el ejercicio en un total de 2 560 718 parados. Una cifra que supone un descenso de 146 738 personas frente a los datos del paro registrados al cierre de 2023 (-5,42 por ciento); la tasa de paro más baja al cierre de un mes de diciembre desde el año 2007.

Desgranando la cifra de parados registrados al cierre del año, por sectores y para el cómputo anual, el paro se ha reducido desde diciembre de 2023 a diciembre de 2024 en la agricultura en -19 697 trabajadores (-16,03 por ciento), en industria en -14 649 trabajadores (-6,37 por ciento), en el sector de la construcción en -16 154 trabajadores (-6,94 por ciento), en el sector servicios en -90 933 trabajadores (-4,49 por ciento), y en el colectivo de trabajadores sin empleo anterior en -9 879 trabajadores (-3,48 por ciento). Mientras que por sexos, ha descendido en -62 658 trabajadores hombres (-5,41 por ciento) y en -88 654 trabajadoras mujeres (-5,10 por ciento), siendo así el colectivo de trabajadoras mujeres el que más reduce su paro en términos absolutos. Finalizando ya con un análisis por edades que deja a los mayores de 25 años como el colectivo que más reduce su peso como demandante de empleo, en -140 225 personas (-5,28 por ciento), mientras que en menor grado lo hacen los más jóvenes, con unos demandantes de empleo de menos de 25 años que se reducen en -11 087 personas (-4,60 por ciento).

Por último, en cuanto a su peso por comunidades autónomas, con la única excepción de Navarra (+1,43 por ciento) y de Melilla (+0,12 por ciento), el paro registra una caída anual en todas ellas, en términos absolutos lideradas por Andalucía, con -67 100 menos parados (-8,74 por ciento); Canarias, -11 214 parados menos (-6,35 por ciento); la Comunidad de Madrid, con -11 085 parados menos (-3,58 por ciento); y Galicia, con -10 494 parados menos (-7,51 por ciento). Manteniéndose en contra a la cola en la generación de nuevos puestos de trabajo para demandantes de empleo, además de Navarra y Melilla, Ceuta, donde el paro solo ha bajado en un año en -219 trabajadores (-2,15 por ciento); La Rioja, -219 demandantes de empleo menos (-2,15 por ciento); y País Vasco, -840 parados menos (-0,73 por ciento).

Crecimiento de afiliados a la Seguridad Social

Poniendo el foco ya en la evolución que ha seguido en contra el número de afiliados a la Seguridad Social, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones apuntan a que el número de afiliados se incrementó en 42 700 trabajadores durante el mes de diciembre, elevando el registro final al cierre del año hasta los 21 344 487 trabajadores afiliados a la Seguridad Social, descontando la estacionalidad. Una cifra que supone un aumento en 501 551 trabajadores, frente a la cifra de 20 842 936 de afiliados que habían registrados al cierre del mes de diciembre de 2023 (+2,4 por ciento).

Desgranando igualmente este desempeño, por géneros, al cierre del año el 52,6 por ciento de los afiliados eran hombres, un total de 11,22 millones de trabajadores; y el 47,4 por ciento mujeres, un total de 10,1 millones de trabajadoras, y por tanto el colectivo con menor presencia todavía dentro de la realidad laboral del país, aunque en un reparto cada vez más equilibrado, como demuestra que al principio de la serie, en 2007, el reparto se situase en un 57,82 por ciento de afiliados varones, y el 42,18 por ciento mujeres.

Profundizando en la realidad laboral de los afiliados a la Seguridad Social, los cotizantes en el régimen general se han incrementado en 460 134 trabajadores durante este último año, hasta los 17 891 873 afiliados (+2,64 por ciento). Mientras que los afiliados en el régimen especial de trabajadores autónomos se han incrementado en 42 396 trabajadores durante este último año, hasta los 3 386 765 trabajadores autónomos afiliados a la Seguridad Social (+1,27 por ciento). Una cifra que lleva a contar con un nuevo máximo de trabajadores autónomos de alta en la Seguridad Social, siguiendo con la tendencia al alza que únicamente se interrumpió entre los ejercicios de 2009 a 2012, con un aumento de un +26,57 por ciento sobre los 2 675 696 trabajadores autónomos que había de alta al cierre del ejercicio de 2002, principio de la serie histórica.

Hacia un modelo de asalariados y grandes empresas

Con estos datos principales en la mano, parecería que el actual sistema laboral que impera en España sigue dando buena cabida, y a pesar de los elevados costes y riesgos a los que deben hacer frente, al emprendimiento, como se deduciría de ese sostenido aumento del número de trabajadores autónomos afiliados a la seguridad social registrado al cierre de 2024. Número de trabajadores de alta que eso sí crece a un número y a un porcentaje sensiblemente inferior al en que lo hacen los trabajadores asalariados del régimen general, con además una considerable caída en los sectores de la Agricultura, Ganadería, Caza, Silvicultura y Pesca, con -3 691 trabajadores autónomos menos (-1,43 por ciento); de las Industrias Extractivas, con -69 menos autónomos (-4,59 por ciento); en el de la Industria Manufacturera, con -2 326 trabajadores autónomos menos (-1,14 por ciento); o en el del comercio, con una pérdida de -8 855 autónomos durante este último año (-1,20 por ciento). Bajadas que se “maquillan” con aumentos de trabajadores autónomos en sectores como los de las Actividades Profesionales Científicas y Técnicas, que crece en 14 213 afiliados (+4,38 por ciento); o en el de la Información y Comunicaciones, con 7 340 más trabajadores autónomos (+9,23 por ciento).

Observando en qué sectores crece y en cuáles baja el número de trabajadores autónomos afiliados a la Seguridad Social, se haría patente una realidad laboral en España desde la que se desnuda un mercado en el que la evidencia lleva a entender que los autónomos y aquellos que se deciden a emprender cuentan con cada vez más impedimentos para poder hacerlo, como resultado de un modelo de mercado laboral diseñado justamente y de manera precisa para fomentar y afianzar la figura del asalariado, y la de la gran empresa, y para castigar la del emprendedor, y además la de aquel emprendedor cuya actividad, como pueden ser las que se desempeñan en sectores como el de la industria manufacturera o en el del comercio, más potencial tienen además para generar modelos de negocio con la capacidad de crecer y generar más puestos de trabajo de manera exponencial. Un modelo en el que por tanto se castiga al emprendimiento, impidiendo la aparición y el crecimiento de modelos de negocios alternativos y el aumento de esa competencia que repercute de manera directamente tan positiva en los consumidores, fomentando con ello en contra el refuerzo de las estructuras de las grandes empresas.

De este modo, estamos ante unas grandes compañías que se descubren así como indispensables para este modelo de mercado laboral desde el que se trabaja por imponer en España de manera activa desde el Ejecutivo, y que se caracterizaría por sostenerse, no sobre la base de unos trabajadores autónomos que pudieran libremente y bajo sus propias consideraciones llevar a cabo su actividad profesional, no, sino sobre la de unas grandes empresas y unos trabajadores asalariados, representados por organizaciones sindicales. Los dos agentes que forman parte del llamado diálogo social, y ante los que, desde este modelo de mercado laboral, desde el Gobierno —este y cualquier otro que le suceda— cuentan con una mayor facilidad para influir, y con ello con la de controlar de manera más directa con su toma de decisiones, en el conjunto de toda la sociedad, que si frente a las decisiones de cualquier Ejecutivo lo que hay son ciudadanos autónomos, libres, con la capacidad de libremente marcar sus propias condiciones laborales, sin tener que atenerse ni responder a lo que les obligue un convenio colectivo o una gran empresa. Empresas que precisamente son las que también se descubren como las clientas directas de buena parte de los nuevos autónomos que se han registrado en sectores como los de las Actividades Profesionales Científicas y Técnicas, o en el de la Información y Comunicaciones, ámbitos en los que resultan minoritarios aquellos autónomos que desempeñan directamente su actividad hacia el consumidor final, terminando así de apuntalar esta percepción de la realidad laboral que impera en España, en línea además con lo que se percibe desde la misma CEOE.

“En el conjunto del sistema, el Régimen de Autónomos registra un aumento de 1 102 personas en diciembre y de 42 396 en términos interanuales, a pesar de una caída del comercio de 8 855 personas respecto a hace un año”, señalan desde la patronal encargada de representar y defender los intereses de las empresas y de los empresarios españoles. A pesar de este dato positivo, la realidad, defienden, es que son “las grandes empresas” las que “continúan compensando la caída de empleo de las microempresas, donde la proporción de empleo ha caído del 21,61 por ciento de 2019 al 18,79 por ciento del pasado mes de noviembre”, con, “según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones”, unas “variaciones interanuales de la ocupación” que “oscilan entre el -0,2 por ciento en empresas de uno y dos trabajadores y el +7,4 por ciento en aquellas con más de 499 empleados”. Un crecimiento, el de las grandes empresas, que ha servido para compensar la caída del empleo en las microempresas, que siendo “predominantes en el tejido empresarial español”, no obstante, señalan desde la CEOE, actualmente “afrontan dificultades crecientes debido al aumento de costes y la falta de certidumbre y seguridad jurídica”. Unos riesgos ante los que, en un mensaje directamente dirigido hacia el Gobierno, y en el que no faltarían veladas referencias a la aprobación de la propuesta para la reducción de la jornada laboral, la “CEOE considera crucial promover la seguridad y la estabilidad regulatoria para generar confianza en los inversores y priorizar el mantenimiento y la creación de empleo”, especialmente entre los autónomos y los microemprendedores. Y es que a pesar del aumento en la afiliación a la Seguridad Social y la reducción del paro, concluyen, “España continúa duplicando prácticamente la tasa europea de paro, con 2.560.718 personas en situación de desempleo”, una “situación que es especialmente grave, dado el elevado volumen de vacantes que están frenando el crecimiento de algunos sectores, lo que subraya la necesidad de un adecuado desarrollo de las políticas de orientación y formación”.

Resumen
  • Disminución del paro en España en 2024, con la tasa más baja desde 2007, aunque persiste una brecha con la media europea.
  • Aumento de afiliados a la Seguridad Social, impulsado principalmente por el crecimiento del empleo en grandes empresas, mientras que el de los autónomos muestra un crecimiento menor.
  • Preocupación de la CEOE por la dificultad que enfrentan las microempresas y la necesidad de fomentar el emprendimiento frente a un modelo que favorece a las grandes empresas y asalariados.
 
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