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Belda Llorens impaga nóminas y se encamina al concurso de acreedores

Por Jaime Martinez

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Empresas
Proceso de fabricación de los hilos sostenibles Ecolife de Belda Llorens. Credits: Belda Llorens.

Madrid – La compañía valenciana de hilaturas Belda Llorens, empresa matriz de la marca de hilos sostenibles Ecolife, se dirige hacia la declaración del concurso de acreedores, tras haber empezado ya a incurrir en situación de insolvencia ante su imposibilidad de hacer frente a las nóminas de sus trabajadores. Unos empleados entre los que sigue así reinando el desánimo y el desconcierto, desde que el pasado 18 de marzo la dirección de la compañía de hilaturas ya advirtiera de su intención de despedir al 100 por cien de sus trabajadores.

Poniéndonos brevemente en situación, era para entonces, y tal y como a lo largo de estas últimas semanas hemos venido recogiendo de manera pormenorizada desde FashionUnited, el que desde la dirección de Belda Llorens ponían en conocimiento de los representantes de sus trabajadores, su decisión de solicitar la ejecución de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción por pérdidas económicas, con una parálisis del mercado, con una afección sobre el 100 por cien de la plantilla, integrada por un total de 103 trabajadores. Un procedimiento para el que se abría el preceptivo periodo de consultas a fecha del 20 de marzo, pero que finalmente terminaba cerrándose sin acuerdo entre la representación empresarial y sindical de los trabajadores de Belda Llorens. Una circunstancia frente a la que Jorge Mataix Pérez, director general y administrador de la sociedad, terminó tomando la resolución, comunicada de manera oficial a fecha del pasado 2 de mayo, de “desistir de la realización de un expediente de regulación de empleo”, retirando con ello el ERE.

Ante ese anuncio y determinación, crecían todavía más las incertidumbres sobre el futuro de la empresa y de los trabajadores, sin que pudiera entenderse a qué respondía la decisión tomada por el director general de Belda Llorens, y si esta respondía a una nueva estrategia desde la que seguir avanzando hacia su liquidación, como la misma dirección de la compañía de hilaturas ya puso en conocimiento de los representantes de sus trabajadores durante el periodo de negociación del ERE; o si por el contrario es que se había logrado encontrar una nueva vía desde la que reconducir la situación de la compañía textil. Unas dudas que ahora se han comenzado a aclarar, aunque por desgracia alumbrando al peor de los escenarios posibles, con una Belda Llorens que ha comenzado ya a incurrir en situación de insolvencia, tras no haber terminado de hacer frente a los pagos de las nóminas de sus trabajadores que debían de haberse abonado a fecha de este pasado 10 de abril. Unos impagos con los que comenzaría a encaminarse la empresa a su próxima declaración en concurso de acreedores; figura a la que todavía no se habría acogido de manera formal, aunque en eso estaría su próximo paso, a la luz de las últimas conversaciones mantenidas entre la dirección y el comité de empresa de Belda Llorens. Conversaciones durante las que han ya advertido desde la dirección de la compañía de hilaturas a sus trabajadores de que la empresa no tiene liquidez, que está en concurso de acreedores —aunque de manera oficial el comité de empresa no ha podido confirmar que así sea—, y de que no se van a pagar las nóminas.

“Tras el final de la negociación”, sin acuerdo, del expediente de regulación de empleo, “la empresa Belda Llorens decidió retirar el ERE y comunicó a través de la prensa que ‘irá pagando los despidos a medida que tengan liquidez para pagar las indemnizaciones’”, pero a fecha del “12 de mayo no han llamado a ningún trabajador para negociar una salida de la empresa”, dejando así patente el que existe una “voluntad cero de negociación” y alimentando la “sospecha por parte de los trabajadores” de que “no van a indemnizar a ningún empleado” con “los fondos procedentes de la compañía”, señalan desde el comité de empresa de Belda Llorens.

Se trata esta de una situación que afecta actualmente a “casi la totalidad de los 103 trabajadores” de la empresa, advierten. Unos empleados que se encuentran desde hace 3 semanas “legalmente en un Permiso Retribuido” y “sin acudir al puesto de trabajo por decisión de la empresa”, pero además “con el miedo” a que “se dejen de ingresar las nóminas”, apuntan desde el comité de empresa de la compañía de hilaturas valenciana. Unos temores que, lejos de resultar infundados, se han terminado de confirmar en el día de hoy, después de que “nos han comunicado que no nos van a pagar las nóminas por que no hay liquidez”.

Miedo ante un largo proceso de quiebra

Denunciando, además de los impagos, el mal uso que se habría estado haciendo, y que se seguiría haciendo, de los fondos y de los activos de la empresa, a la que vienen a acusar a los socios propietarios de la familia Mataix Sempere haber estado esquilmando y vaciando de capital, incluso en sus etapas más delicadas y faltas de ingresos, desde el comité de empresa de Belda Llorens, por encima de todo eso, ponen el foco de atención sobre el largo proceso de liquidación hacia el que parecen haberse decidido a llevar la empresa desde su actual dirección. Un proceso para el que además cunden las sospechas de que se vaya a terminar de dejar a los 103 trabajadores de Belda Llorens en una situación especialmente precaria y sin poder acceder a las indemnizaciones que les corresponderían, y todo mientras siguen acuciando la falta de la documentación y la información necesaria que dé razón a la situación de insolvencia en la que ha terminado por quedar sumida la empresa. Una falta de transparencia tras la que bien podrían estar los miedos de la dirección a mostrar potenciales muestras de su negligencia o mala gestión en el desempeño de sus obligaciones, abriendo la puerta a potenciales demandas por parte de los trabajadores y/u otros acreedores.

“Llevamos varios ERTES desde 2023 en la empresa”, pero “tenemos conocimiento de que los socios de la familia Mataix Sempere se han repartido beneficios y al mismo tiempo han declarado pérdidas durante varios años”, señalan desde el comité de empresa de Belda Llorens. Partiendo de esas informaciones, “en las diferentes reuniones del comité con la empresa la dirección ha alegado que no hay dinero para las indemnizaciones”, pese a que “tenemos pruebas de que poseen más de 80 propiedades repartidas por toda España a su nombre”; unas pruebas que “se han conseguido investigando desde el comité, ya que ellos se han negado repetidamente a facilitarnos cualquier tipo de documentación”, y que evidenciarían, dan a entender, ese vaciamiento de los fondos de la empresa que se habría llevado a cabo a lo largo de los años, aún a pesar de las pérdidas.

Partiendo de esas sospechas frente la buena diligencia de la dirección, desde el comité de empresa se observa con miedo el que vaya a repetirse el caso de Fénix Elastic, una empresa deslocalizada en Alcoy de servicios de doblado propiedad del grupo Belda Llorens, que cerró sus puertas en 2023 después de concatenar varios ERTE desde 2022. Un proceso que comenzó casualmente después de que la propiedad de Belda Llorens iniciase “el impago de salarios” y dejase “a los empleados durante 16 meses sin cobrar y sin poder acceder al cobro por desempleo y a ninguna ayuda económica”. Frente a ese antecedente, y “en las circunstancias actuales, el Comité de empresa de Belda Llorens representante de los 103 trabajadores teme que la empresa vaya a seguir el mismo camino que realizó con Fenix Elastic”, como evidenciaría su decisión de mantener en sus “casas a más del 95 por ciento de la plantilla sin un despido justo y sin certeza de que vayamos a cobrar el permiso retribuido que nos han obligado a firmar”. Una situación frente a la que se siguen preguntando “cómo es posible” el haber llegado hasta este momento, y que “se cierre una empresa cuando está a la vanguardia de la actividad textil europea”.

En resumen
  • La empresa valenciana Belda Llorens, matriz de la marca Ecolife, se dirige al concurso de acreedores debido a su insolvencia y la imposibilidad de pagar las nóminas.
  • Tras retirar un ERE que afectaba a 103 trabajadores, la empresa no ha pagado las nóminas y los empleados temen por su futuro y las indemnizaciones.
  • El comité de empresa denuncia el posible mal uso de los fondos de la empresa y teme un proceso de liquidación similar al de Fénix Elastic, dejando a los trabajadores sin indemnizaciones.
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