Belda Llorens enfila hacia la liquidación y cierra sin acuerdo el despido de sus 103 trabajadores
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Madrid – La histórica compañía valenciana de hilaturas Belda Llorens, especializada en la fabricación de hilos por rotor y propietaria de la marca de hilos sostenibles Ecolife, enfila finalmente ya hacia su liquidación, tras terminar de cerrar, sin acuerdo, las negociaciones para el despido de la totalidad de su plantilla. Unos trabajadores que, en consecuencia, terminarán por recibir la mínima legal como compensación.
Siguiendo con lo que ha venido trascendiendo, de manera más o menos pública, a lo largo de estas últimas semanas, el pasado 18 de marzo desde la dirección de Belda Llorens ponían en conocimiento de sus trabajadores la decisión de la compañía de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción por causas económicas, con afección sobre el 100 por cien de todos sus trabajadores. Un anuncio que, naturalmente, encendía todas las alarmas y ponía en alerta a los 103 trabajadores con los que cuenta la compañía textil, con sede en la localidad de Banyeres de Mariola, en el interior de la provincia de Alicante, ante el temor de que el expediente terminase por cerrarse en esos términos, y conduciendo de manera irreversible a la entrada en concurso de acreedores de la empresa, y finalmente a su liquidación. Unos miedos que, lejos de estar infundados, terminaban por confirmarse en las jornadas sucesivas, a medida que los representantes de los trabajadores empezaban a abrir negociaciones con los representantes de la empresa textil.
En relación a estas negociaciones, los encuentros entre las partes se iniciaron el 20 de marzo, con la puesta a disposición de los representantes sindicales de los trabajadores de la documentación necesaria para la apertura del proceso de negociación del ERE. Expediente que desde ahí continuó con su tramitación, con una primera reunión de trabajo fijada para el miércoles 26 de marzo, durante la que ya los representantes de la compañía textil informaron a los de sus trabajadores sobre sus intenciones de llevar la empresa al cierre y forzar su liquidación. Una postura que marcaría los encuentros que a partir de ahí han venido sucediéndose, hasta llegar a la reunión que tenía lugar este último miércoles 30 de abril. La última de las reuniones programadas para tratar de alcanzar un acuerdo sobre las condiciones de salida de los trabajadores; un objetivo que finalmente no se ha logrado, para un ERE que así pues ha cerrado sin acuerdo su proceso de negociación, para el despido de los 103 trabajadores de la empresa textil, que constituyen el 100 por cien de la plantilla de Belda Llorens. Compañía que de este modo enfila ya hacia su liquidación, y a poner fin a los 69 años de historia que acumulaba a sus espaldas, desde su fundación en Banyeres en 1956.
Con la indemnización mínima por despido
Según señalan las mismas fuentes cercanas al proceso de negociación, a las que ha podido tener acceso el citado medio local, por parte de los representantes de los trabajadores se exigía que la compañía aprobase las condiciones para el despido de sus trabajadores, con una indemnización de 27 días por año trabajado, con un máximo de 18 mensualidades. Una oferta que la parte empresarial no ha llegado a aceptar, manteniéndose en su postura inicial de plantear un despido con las condiciones mínimas que establece la ley, con una indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Unas condiciones frente a las que, naturalmente, nada había que poder acordar por parte de los representantes de los trabajadores, que se han mantenido en firme oposición a la postura de mínimos planteada por la parte empresarial, para a lo largo de unas negociaciones durante las que han reclamado en varias ocasiones el poder analizar en detalle las cuentas de la compañía textil para confirmar el que realmente no había opción alguna que garantizase su viabilidad.
A partir de aquí, y tras esa falta de acuerdo, los 103 trabajadores, que desde que se informase de la apertura del expediente se han mantenido en permiso retribuido y sin ir a trabajar, con la única excepción de un bien reducido grupo de empleados, percibirán esas indemnizaciones mínimas que establece la Ley, de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades, para despidos objetivos por causas económicas como las que han argumentado desde Belda Llorens. Indemnizaciones y despidos a los que la compañía textil irá haciendo frente de manera paulatina, a medida que vaya valiéndose de liquidez por la venta de remanentes de hilo y de maquinaria. Un proceso para el que los representantes de los trabajadores temen que la compañía no alcance a contar con los fondos necesarios, en lo que terminaría llevando a que se tuviera que recurrir al fondo de garantía salarial (Fogasa) para garantizar el pago de salarios e indemnizaciones adeudadas. Situación que llevaría a que la compañía tuviera que terminar de declararse en concurso de acreedores, para desde ahí emprender un proceso de liquidación mucho menos ordenado del que se está tratando de llevar a cabo en estos momentos, y sobre el que todavía existen dudas sobre cómo terminará, especialmente en lo relativo a los grandes activos con los que, más allá de la maquinaria y de las instalaciones, cuenta la empresa, como serían sus marcas comerciales Belda Llorens, y sobre todo Ecolife.
Un último ejercicio en beneficios
Como causa esgrimida por la dirección de Belda Llorens para arrancar este proceso ordenado para su liquidación, se encuentra el debilitamiento que ha venido experimentando su modelo de negocio durante los últimos años, y en lo que ya llevó a su dirección a diseñar y a implementar un decidido nuevo plan estratégico de negocio, que comenzó a aplicarse durante el ejercicio de 2023. Año que la compañía logró cerrar con un beneficio neto de 89 808 euros, poniendo fin a los cinco años en pérdidas que había venido concatenando hasta entonces.
A pesar de esa mejora en términos de rentabilidad, que se habría logrado gracias justamente a la implementación de las primeras medidas de ajuste de ese plan de reestructuración que empezaba a implementarse en 2023, esta se daba al cierre de un año fiscal que Belda Llorens completó registrando una facturación de 13,57 millones de euros. Una cantidad que representaba una caída de un -19,42 por ciento sobre los 16,84 millones de euros que se llegaron a facturar en 2022, evidenciando con esa comparativa una imposibilidad para seguir impulsando su modelo de negocio, que se habría terminado de hacer todavía más patente durante 2024. Año sobre el que no se disponen de registros oficiales, pero a partir del que Belda Llorens habría constatado la parálisis de mercado y las pérdidas económicas que esgrimen ahora como principal causa que ha llevado a su dirección a iniciar el proceso de liquidación de la empresa, con el despido del 100 por cien de sus trabajadores.
- La empresa valenciana Belda Llorens, propietaria de la marca de hilos sostenibles Ecolife, avanza hacia su liquidación y cierra sin acuerdo el ERE para despedir a toda su plantilla.
- Las negociaciones entre la empresa y los representantes de los trabajadores no lograron un acuerdo sobre las condiciones de despido, ofreciendo la empresa la indemnización mínima legal.
- A pesar de haber tenido beneficios en 2023, la empresa argumenta un debilitamiento de su modelo de negocio y pérdidas económicas como causa para la liquidación.