Altri desvela el plan industrial de la planta de Palas de Rey: producción “exclusiva” para el textil, e integración del reciclaje
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Madrid – Frente a las dudas y las informaciones inexactas, cuando no directamente erróneas, que siguen divulgándose sobre el proyecto, desde la multinacional portuguesa Altri han salido a desvelar cuál va a ser exactamente el plan industrial de la planta de fibras sostenibles que planean levantar en el municipio gallego de Palas de Rey. Una planta industrial que, anuncian, se dedicará “en exclusiva” a la producción de fibras destinadas a la industria textil, con además el punto de vista puesto en abrazarse a un modelo circular, con la integración del reciclaje de residuos textiles.
Saliendo de este modo al paso de las constantes declaraciones que se han venido vertiendo en contra de la construcción por parte de Altri, a través de su filial Greenfiber, del “Proyecto Gama” de Palas de Rey, nombre oficial que recibe su iniciativa para la construcción de una planta de fibras sostenibles en el corazón de Galicia, desde la compañía portuguesa, convertida ya en multinacional de manera oficial tras la compra este pasado mes de mayo de las compañías gallegas Greenalia Forest y Greenalia Logistics, han querido aclarar exactamente cuál va a ser el plan industrial y a qué se va a dedicar la planta que trabajan por llegar a levantar en el norte de España. Unas instalaciones que, de manera contraria a lo que se ha venido señalando por algunas de las organizaciones y por algunos opositores a la construcción de la fábrica, se van a destinar en exclusiva a la producción de fibras destinadas a la industria textil. En concreto, a unas fibras de celulosa soluble derivadas de la madera, mayoritariamente de eucalipto, sobre las que además se mantiene por objetivo, y ya se está trabajando por escalar, estando entre los objetivos y en el foco de Altri el que la planta termine de depender para sus procesos, ya no solamente de la celulosa proveniente de la madera, sino también de la de los residuos textiles. Residuos sobre los que ya se están estudiado distintas alternativas para lograr incorporarlos también como materia primera de esta futura planta de Palas de Rey, desde la que en ningún caso, afirman desde Altri, se producirán productos destinados a la industria papelera, contando por tanto con unos procesos completamente distintos a los que puedan darse entre los muros de cualquier fábrica dedicada a la producción de pasta para papel.
“El sector de la moda necesita fibras textiles biodegradables y, en Europa, el Proyecto Gama viene a dar respuesta a esa necesidad, con la producción de lyocell y de fibras solubles de madera destinadas exclusivamente al sector textil”, apunta al respecto Gabriel Sousa, director del departamento de Innovación de Altri, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la dirección de la misma compañía portuguesa. A esa paso adelante en materia de sostenibilidad para el conjunto del textil europeo que se busca dar desde Galicia, además, adelanta Sousa, “hay que añadir el reciclaje textil, que se incorporará al proceso en una segunda fase”. Con respecto a este potencial “escalado” de sus operaciones, “ actualmente, existen proyectos de investigación, que estamos siguiendo de cerca, pero ninguno de ellos tiene escala industrial”, pero precisamente por ello, advierte el directo de innovación de Altri, el “contar con una planta industrial de fibras textiles, como el Lyocell, nos dará la fuerza necesaria para el desarrollo de proyectos de reciclaje, que se iría incorporando paulatinamente al proceso de producción”.
Con 250 000 toneladas de fibra soluble de madera, destinada a la industria textil
Sin tener todavía en cuenta cómo pueda a futuro variar su plan de producción, la planta de Palas de Rey se mantiene por objetivo inicial el que, durante la primera fase tras su construcción y puesta en marcha, alcance a producir 250 000 toneladas de fibra soluble de celulosa de eucalipto, destinadas íntegramente a la industria textil. Un destino que se producirá, ya no de manera exclusivamente directa desde la fábrica de Palas de Rey, sino con la mayor parte de la producción, 190 000 toneladas, comercializándose en su caso sí “en bruto”, como fibras solubles que se destinarán a la cadena de valor de la industria textil, pero con las 60 000 toneladas restantes reservándose para la producción, directamente desde la planta de Palas de Rey, de lyocell, una de las fibras más demandadas por la actual industria textil y de la moda por su cualidades tanto técnicas como ecológicas como material de origen natural, biodegradable y para el que se requieren de unos procesos de producción más sostenibles.
De este modo, y teniendo presente este desglose, la planta Gama de Palas de Rey producirá de una parte unas 60 000 toneladas de fibra soluble, que serán absorbidas por la propia planta para la producción de una fibra cortada de lyocell que se destinará a su comercialización dentro de la cadena de valor de la industria textil y de la moda, y en concreto entre las empresas productoras de hilo. Unos agentes que podrán valeres de estas fibras para tejer hilos de lyocell o mezclados con lyocell, desde los que se fabricarán tejidos, que finalmente se emplearán para la confección de prendas de vestir, deportiva, ropa de cama o toallas.
Mientras tanto, y del otro lado, las 190 000 toneladas restantes de fibra celulosa soluble derivada de la madera que se producirán desde la planta de Palas de Rey, se comercializarán así en bruto, y sin transformar, también contando como destino la industria textil, y para en su caso contemplándose dos vías: su transformación en filamentos, o su transformación en fibras cortadas. Para el primero de los casos, la fibra soluble terminará empleándose para la fabricación de hilos de gran calidad, equiparables a la seda, que se emplearán para confeccionar tejidos “de calidad superior”, y con estos para prendas de vestir. Caso contrario al de su comercialización en el mercado como materia prima para su transformación en fibras cortadas, las cuales tendrán como destino, de un lado, la producción de hilos y de telas con las que se confeccionarán prendas de vestir, deportivas o toallas; y del otro, la producción del “tejido no tejido” que se emplea para la fabricación de batas y gorros de uso hospitalario, toallitas higiénicas, bolsas o mantelería.
“En nuestra fábrica de Palas de Rey se van a producir 250 mil toneladas de fibras solubles de celulosa de eucalipto, que tienen como destino la industria textil”, detalla al respecto el mismo Gabriel Sousa. “No vamos a producir pasta para papel, lo que vamos a producir son fibras de celulosa soluble para la producción de textil”, incide, queriendo con sus palabras dejar meridianamente claro el que, si bien ambos productos son derivados de la madera, también son “totalmente distintos”. Para el caso concreto de las fibras solubles que se producirán en la planta de Palas de Rey, “trabajamos prácticamente con celulosa pura, por lo que se descartan para el proceso todos los demás componentes de la madera, como la lignina o a hemicelulosa que, en este último caso, sí se emplea en la producción de papel”. Además, “en el caso de la fibra soluble destinada a la producción de fibras textiles, el proceso de blanqueo no se realiza con compuestos de cloruro, sino con oxígeno y derivados de este, además de producir menos emisiones”, explica. Y es que “la conversión de fibra soluble de madera en lyocell y en otras fibras textiles es un proceso de química avanzada, de alta tecnología, muy alejado del de producción de papel”.
Entrando a analizar en mayor detalle este plan de producción, de todas esas 250 mil toneladas, “vamos a integrar 60 mil toneladas de estas fibras solubles, en la producción de fibra cortada de lyocell”, que se pondrá a disposición de los “productores de la cadena de valor de la industria textil”. “El resto de la producción de fibra soluble”, apunta en línea con lo ya señalado, “vamos también a venderla a otros productores”, pero en su caso tanto “de fibra cortada” como “de filamento”, de manera que podrá “ser utilizada, ya no solo por la industria textil convencional”, sino también por la de “no tejidos”. “La diferencia entre ambos productos”, trata de aclarar con respecto a la fibra soluble y al lyocell, “es que el primero es la base del segundo, pero además puede ser la materia prima para otros productos del sector textil”. En cualquier caso, y como resulta natural de entender, añade Souse, “en ambos casos —fibra soluble y lyocell—, la base es la misma: la madera”, y, “por tanto, también sus cualidades”, que pasan por resultar en un producto “100 por cien biodegradable y 100 por cien reciclable”.
Apuntando hacia un modelo de producción circular
Más allá de este plan de producción con el que contará la planta, sin duda uno de los aspectos que mayor interés despiertan es también el relacionado con esa vocación “circular” con la que, desde el minuto uno, nace ya este Proyecto Gamma de Palas de Rey. Una naturaleza sobre la que desde Altri ya nos hicieron alguna mención durante nuestra visita, el pasado octubre de 2024, a la planta piloto en Portugal de la fábrica que proyectan levantar en Galicia, y sobre la que ahora terminan de adelantar mayores detalles, señalando a cómo ya se trabaja para, en una segunda fase, incorporar el reciclaje textil, dentro de las mismas instalaciones de la planta de Palas de Rey. Una integración que permitirá subrayar todavía más la naturaleza sostenible de la planta, al permitir el que esta pase a contar como base de sus propias operaciones con un modelo de producción circular, a partir del cual será capaz de ir alimentando su producción, a partir de la celulosa recuperada que vaya extrayéndose de los residuos textiles que vayan reciclándose desde la propia planta.
“El reciclaje es un objetivo que nosotros tenemos también para nuestro proyecto”, destaca al respecto el mismo Sousa. Y es que si bien, y en un primer momento “vamos a empezar con la solución más sencilla, desde el punto de vista técnico, que es convertir la celulosa de madera en fibra de lyocell”, escalando desde esas operaciones, “nuestro objetivo es también tener la conversión de fibras de reciclaje como una fuente de celulosa para nuestro proceso”. En ese objetivo, “estamos estudiando diferentes alternativas tecnológicas, porque en este momento no existe una tecnología de reciclaje química que pueda ser integrada en una planta industrial como la nuestra, pero hay un montón de tecnologías que estamos analizando” y “estudiando en laboratorio, con algunos ‘partners’ tecnológicos, y creemos que va a ser posible añadir este proceso también en nuestra fábrica de Palas”. El lograr adoptarlo, valora, supondrá una ventaja competitiva, “desde el punto de vista de integración” de “logística, energía” o “de procesos”; ventajas “que no es posible tener si tenemos una planta de reciclaje independiente”, pero “sí”, integrada, “en un centro industrial como el nuestro”.
Un proyecto de alcance europeo
Acompañando a esta detallada descripción del plan de producción de la planta de Palas de Rey, tanto para su primera como para una potencial segunda fase, el mismo director de Innovación de Altri no ha dudado en querer salir a destacar, de manera particular, las “bondades” en materia de sostenibilidad con las que, a su entender, cuenta el proyecto. Unos apuntes especialmente dirigidos a tratar de defender el valor de la planta como proyecto sostenible, sí, pero también “estratégico”, y ya no solamente para Galicia y para España, sino para el conjunto de toda la Unión Europea. Una cualidad que debería de garantizar el que este Proyecto Gamma pudiera acceder a las ayudas públicas, financiadas con fondos europeos, por unos 250 millones de euros que desde Altri reclaman para financiar la construcción de la fábrica, un proyecto que desde la compañía portuguesa cifran en una inversión total de unos 1 000 millones de euros; ayudas públicas que, hasta el momento, se le han venido negando desde el Gobierno de España.
“La componente de sostenibilidad de nuestro proyecto, tiene una proyección en Europa, porque” su producción entrará “a sustituir importaciones de productos textiles que en este momento son producidos en Asia”, pone en valor al respecto Gabriel Sousa. “Estamos hablando de fibras de algodón, que son importadas por Europa, pero también de fibras de lyocell y viscosa, que también son importadas por Europa para producir prendas de vestir aquí”. Unas materias primas, importadas, frente a las que, tras la construcción de la planta de Palas de Rey, “tendremos una producción local, que podremos vender a productores locales”. Con esta iniciativa industrial, en definitiva “estamos importando el ciclo de la cadena de valor, y produciendo localmente para productores locales” europeos. Una cuestión que, lejos de resultar baladí, “es muy importante”, y que permitirá que “los grandes ‘clústeres’ textiles de la industria de la moda y del vestir en Europa, se sitúen en el norte de España” y “en el norte de Portugal”. En esa ambición, “tener un proyecto como el Proyecto Gamma en Palas de Rey, en el corazón, en el centro, de Galicia, es una propuesta estratégica”, que permitirá responder ante la demanda de la producción de textiles más sostenibles, “ya no solo en Portugal y en Iberia, sino también para toda Europa”. Todo, gracias a un Proyecto Gamma con el que, defiende Sousa, “Galicia sí puede ser competitiva en producción, ante los materiales sintéticos que llegan de otros países; y en sostenibilidad y calidad, ante el algodón”.
- Altri planea construir una planta en Palas de Rey dedicada exclusivamente a la producción de fibras para la industria textil, con un enfoque en la sostenibilidad y el reciclaje de residuos textiles.
- La planta producirá 250.000 toneladas de fibra soluble de celulosa derivada de la madera, destinadas a la producción de lyocell y a la venta a productores de la industria textil para la fabricación de hilos y tejidos.
- Altri busca integrar el reciclaje textil en una segunda fase del proyecto, con el objetivo de crear un modelo de producción más circular, al tiempo que se sigue trabajando por reducir la dependencia de materias primas importadas, impulsando la sostenibilidad y la competitividad de la industria textil europea.