El Ministerio de Cultura adquiere la colección y el archivo de Lorenzo Caprile

Algo más de un cuarto de millón de euros es lo que desde el Ministerio de Cultura de España, cartera en manos del ministro Ernest Urtasun Domènech desde el pasado 21 de noviembre de 2023, van a destinar para la adquisición de toda la colección privada y el archivo del reconocido, y televisivo, modista español Lorenzo Caprile. Unos fondos que llegan compuestos principalmente por prendas de indumentaria, acompañadas igualmente de una ingente cantidad de documentación gráfica y de estudio, y entre los que prevalecen tanto creaciones originales del propio modista madrileño, como firmadas por diseñadores y casas de moda de la talla de Gucci, Jean Patou, Manuel Pertegaz o Cristóbal Balenciaga.

Natural de la Villa y Corte y formado el Fashion Institute of Technology de Nueva York y en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia, ciudad desde la que además se licenciaría en Lengua y Literatura Española por la Universidad de Florencia, Lorenzo Caprile arrancó su ya más que dilatada y consolidada trayectoria profesional dentro del mundo de la moda trabajando a partir de la segunda mitad de la década de los 80, para distintas marcas y casas de moda tanto italianas como españolas, como Ratti, Lancetti, Gruppo Finanziario Tessile, Cadena y Lienzo de los Gazules. Trabajos desde los que terminaría asentando su “buen saber hacer”, hasta que finalmente se decidió a emprender su trayectoria en solitario, con la inauguración en 1993 de su propio “atelier” en la ciudad de Madrid, especializándose en servicio a medida para trajes de novia, ceremonia e invitada. Un sector en el que terminaría por consagrarse de la mano del encargo al que el propio modista no ha dudado nunca a la hora de señalar que llegó para suponer un antes y un después en su trayectoria dentro del mundo de la moda, como resultó ser la de la ocasión de diseñar el vestido de novia de la infanta Cristina para su enlace con Iñaki Urdangarin, celebrado el 4 de octubre de 1997 en la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona. Una pieza ya histórica de unas depuradísimas líneas minimalistas, en corte imperio, con un por entonces ya polémico escote barco y decorado con un detalle en forma de espigas a la cintura, que se terminó de completar con el velo restaurado utilizado por la reina Victoria Eugenia y con la tiara floral de Melleiro, que supuso igualmente un antes y un después en la vinculación del modista con la Casa Real española durante las últimas décadas del reinado de Juan Carlos I.

Fue justamente durante estos último años previos a su abdicación cuando, tras vestir a la infanta Cristina durante el día de su boda, Caprile terminó responsabilizándose de algunos de los principales estilismos lucidos por las infantas Elena y Cristina, hasta el punto de llegar a vestir a ambas hijas del rey Juan Carlos para el enlace de Victoria de Suecia con el empresario sueco Daniel Westling en 2010. Unas celebraciones durante las que ambas sorprendían, la una con un vaporoso vestido en corte imperio en tonalidades aguamarina y lima, para el caso de Cristina, mientras que Elena lo hacía con esa ya más icónica pieza compuesta por un vestido raso en “rosa Caprile”, completado con una torera enjoyada de estilo goyesco. Una chaquetilla que terminaba de elevar el conjunto del estilismo, y que recordaba en sus influencias goyescas a las creaciones que la misma infanta Elena portó con motivo de los esponsales de los actuales reyes de España, Felipe VI y la reina Letizia, firmados por Christian Lacroix en la ceremonia, y por el mismo Lorenzo Caprile para el conjunto que lució durante la cena de gala de la noche previa a la boda, celebrada en la catedral de la Almudena de Madrid el 22 de mayo de 2004. Una ceremonia a la que la novia acudía vestida de una creación firmada por Manuel Pertegaz, uno de los modistas más admirados y seguidos por el propio Caprile, quien por su parte terminaba ligando por siempre su nombre al de la ya hoy actual reina de España, como resultado de las maravillosas creaciones que terminó luciendo creando para la reina en el que fue su debut frente a las cabezas coronadas de Europa, con motivo de la boda real de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson celebrada el 14 de mayo de 2004 en la Catedral de Copenhague. Enlace al que la ya hoy reina de España, y por entonces únicamente prometida del príncipe de Asturias, asistió vestida de ese despampanante vestido en “rojo Caprile” que ya ha quedado por siempre grabado en la retina de los españoles, pasando a contar con un capítulo propio dentro de la historia reciente de la moda de España.

Sobre la base de estas principales pinceladas de lo que ha venido siendo la actividad más reciente del modista durante estas últimas décadas, y que sigue desarrollando desde su “atelier” ubicado en el número 20 de la madrileña calle de Claudio Coello de Madrid, en pleno corazón del siempre exclusivo y elitista barrio de Salamanca de la capital de España, es como se nos termina de empezar a esbozar la importancia y el valor que puede terminar por residir en los fondos documentales, prendas de archivo e innumerables bocetos, que terminan de componer el archivo y la colección privada que a lo largo de estos años ha venido armando el modista madrileño. Importancia que, más allá de la singularidad de estos y de otros muchos e innumerables encargos, se empezaba a terminar de descubrir con su reconocimiento, entre otros, con la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, concedida por el propio Ministerio de Cultura en 2016.

Más de 500 piezas de indumentaria, 5 000 figurines y 300 volúmenes bibliográficos, con destino al Museo del Traje de Madrid

De la mano de estos apuntes previos es como terminamos esbozando cuál ha venido siendo el principal desempeño que ha venido protagonizando el reconocido modista dentro del ámbito de la moda, en un papel que ha terminado de conformar desde su posición, desde el año 2018, como jurado del programa “Maestros de la Costura”, junto a María Escoté y Alejandro Gómez Palomo (Palomo Spain), y mientras de manera paralela desarrollaba distintos proyectos, incursionando en el ámbito del diseño de vestuario para obras de teatro, o como comisario, desde su papel como cocomisario de la exposición “La moda en la Casa de Alba” — hasta el próximo 31 de marzo de 2024 en el Palacio de Liria de Madrid—. Unas tareas todas estas para las que a lo largo de los años ha venido construyendo un vasto y extenso archivo y colección propia, que ha terminado ahora adquiriendo el ministerio de Cultura, por un total de 275 238,70 euros.

Según destacan a este respecto desde el ministerio, el conjunto de estos fondos llegan integrados por más de 500 piezas de indumentaria y complementos, y por más de 5 000 documentos de archivo y 300 bibliográficos. Una documentación que el modista empezó a reunir en torno a la década de los 80, y que tras su adquisición por el Ministerio, pasarán ahora a incorporarse a los fondos del Museo del Traje, que logra así, y de la mano de esta operación, ampliar sus fondos con piezas de indumentaria y con bocetos firmados por el propio Caprile, así como por otro buen número de destacadísimos e históricos modistas. Destacándose desde dentro de la naturaleza de estos fondos, las 452 piezas de indumentaria con las que contaba el modista, y que pasarán a integrarse junto al resto de los fondos del Museo del Traje de Madrid, de titularidad y gestión dependiente directamente del Ministerio de Cultura, y que llegan firmadas por diseñadores y casas de moda de gran representatividad dentro de la historia de la Alta Costura y del prêt-à-porter desde el siglo XIX y hasta nuestros días, de la talla de Jeanne Lanvin, Jean Patou, Dior, Givenchy, Versace, Gucci o Valentino; así como por grandes nombres igualmente vinculados a la historia más reciente de la moda española, como Cristóbal Balenciaga, Pedro Rodríguez, Flora Villarreal, Elio Berhanyer, Manuel Pertegaz, Manuel Piña, Amaya Arzuaga o Victorio&Lucchino. Piezas entre las que igualmente es digno de mención el destacar la cerca de decena de piezas, entre trajes de novia, vestidos cortos y chaquetas, que pasarán a incorporarse al Museo, y que son obra del propio Caprile.

“Conocido por su trabajo de confección a medida”, explican a este respecto desde el mismo Ministerio de Cultura a través de un comunicado, el modista “comenzó a reunir su colección en los 80, durante su etapa en Italia”, para ya “en los 90, como director de su propia firma en España”, continuar “con el acopio de piezas nacionales e internacionales con valor estético o técnico, tanto como fuente de documentación” para sus trabajo, como “por afán coleccionista, reflejo de su gusto ecléctico e interés por la moda en sus manifestaciones más diversas”, subrayan desde el Ministerio en relación a los fondos adquiridos.

Desmigajando su naturaleza, y en línea con lo ya expuesto, de entre dentro de los fondo “el conjunto más amplio de la adquisición es el de indumentaria, formado por 452 piezas de destacados representantes de la historia de la moda desde el siglo XIX”, a cuyos máximos representantes se suma el mismo modista, con “una decena de piezas entre trajes y vestidos de novia, vestidos cortos y chaquetas”, que pasan a incorporarse a los fondos del Museo del Traje. Unos materiales a los que “se suma un interesante fondo documental que agrupa el grueso de los bocetos preparatorios de encargos que ha recibido en su carrera, en un número aproximado de 5 000 figurines, así como muestrarios textiles y otros documentos que atestiguan su proceso creativo”, así como “un valioso conjunto de accesorios de indumentaria”. Piezas entre las que en este caso se encuentran desde “corsés de principios de siglo, sombrillas o parasoles y abanicos de diferentes tipologías desde el siglo XIX”, hasta “mantones con motivos ‘art decó’, así como una copiosa colección de casi 300 volúmenes encuadernados de revistas de moda”, publicadas entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, y de “monografías de fondo antiguo —anteriores a 1970— y fondos documentales especializados”. Un tan vasto como extenso y heterogéneo material, cuya integridad pasa a protegerse con su integración dentro de los fondos del Museo del Traje de Madrid.