Ze García incursiona en belleza y lanza su primer perfume con Ramón Monegal

Madrid – Mirando más allá de las puntadas e hilos que dan forma a sus exquisitas creaciones de costura, el diseñador santanderino, afincado en Barcelona, Ze García completa el universo de su casa de modas con el lanzamiento de “Blanco”. Una primera fragancia con la que, por primera vez, el creativo empieza a adentrarse y a bucear en el cautivador universo de aromas, colores y sensaciones infinitas que tanto caracterizan al mundo de la belleza.

Este significativo paso adelante en el fortalecimiento de la singularidad de su casa de modas como un proyecto independiente y con identidad propia, Ze García se ha decidido a darlo de la mano de Ramón Monegal. Figura ampliamente reconocida dentro del mundo de la perfumería, y quien ha sido así el responsable de dar forma, a través de notas medidas al detalle, a la sinfonía olfativa de “Blanco”. Nombre con el que se ha terminado por bautizar a esta primera fragancia, de naturaleza unisex, de Ze García; un perfume cuya esencia bebe y descansa de manera directa sobre todo ese universo de marca al que el diseñador ha sabido venir dando forma desde que, allá por el año 2011, se decidiera a fundar su casa de modas homónima. Una firma que venía ofreciendo hasta la fecha a sus clientas una elevada oferta —especialmente deseada entre novias e invitadas— de trajes y vestidos a medida y de “prêt-à-couture”; propuestas que ahora se acompañan con esta primera composición olfativa de la casa.

Tal y como detalle el mismo diseñador en declaraciones a FashionUnited, habían sido ya numerosas las veces en las que había sido tentado a lanzar una fragancia con la que dar todavía una mayor profundidad al universo de su casa de modas; un paso que no obstante no se terminó a decidir a dar hasta la entrada en escena de Ramón Monegal. Fundador de la casa barcelonesa Monegal, miembro de la cuarta generación de la familia Monegal fundadora de la histórica empresa de perfumes Myrurgia —adquirida por Puig en el año 2000—, y en quien Ze sintió encontrar a la “mejor nariz” con la que incursionar finalmente en el universo de la belleza, y junto a la que atreverse a dar el salto y lanzar su primer perfume.

“Siempre he sido muy respetuosos y muy corporativo con el olor, tanto para el atelier de aquí de Barcelona como para la boutique de Madrid, y es porque creo que la experiencia olfativa forma parte de la experiencia que brindamos a nuestras clientas”, apunta el diseñador en declaraciones a FashionUnited. Desde esa convicción, que se sustenta sobre la firmeza que muestra el modista a la hora de remarcar cómo los aromas específicos llevan a rememorar recuerdos muy concretos, “le tenía muchísimo respecto a la idea del perfume”. Y si bien “es cierto que habíamos recibido bastantes ofertas para lanzar una fragancia, a mi lo que me apetecía era, si lanzaba un perfume, sacarlo con criterio”, lo que condujo a que el proyecto nunca llegase a tomar cuerpo… hasta que “de repente un día, a través de distintos contactos y circunstancias, se termina por presentar aquí Ramón Monegal, que también me lo propuso, y al que le dije que sí”. Primero “porque me encantan los perfumes de Ramón”, al que el modista no duda en reconocer como a “una eminencia en el mundo del perfume”; y segundo, porque encontraba que ya había llegado el momento de “explicar” la identidad de la casa Ze García, a través ya no solamente de la costura sino también de un aroma.

Entre notas a higo, a jazmín y a ámbar

Partiendo como objetivo principal con esa justa intención, es como nos terminamos por encontrar frente a este perfume de “Blanco”. Una fragancia cuyo nombre, y composición olfativa, se inspiran en ese momento “en blanco” que marca el punto de partida de la relación que establece el diseñador con cada una de las clientas que acuden al atelier de costura o a alguna de las boutiques de su firma. Un momento cargado de inspiraciones, sueños, de dudas y de nervios ante lo que vendrá, y que el propio Ze García extrapola y asimila a las sensaciones que provoca el comienzo de todo, desde el de una relación, a una amistad… o una “historia de amor” como a las que se encarga de vestir con esos vestidos de novia por los que es especialmente valorado, y cuya niveidad parece también estar representada tras este nombre de “Blanco”.

Mirando más allá de esas influencias y evocaciones, pero que al fin y a la postre son las que han guiado a la nariz de Ramón Monegal hasta la composición del perfume, en cuanto a lo que se refiere ya a su composición, “Blanco” se presenta como una fragancia compleja con toques amaderados, ambarados, empolvados-florales, frutales y especiados. Notas que se sustentan sobre una pirámide olfativa compuesta a partir de aromas a cidro, higo y coco, como notas de salida; iris, jazmín, cedro y sándalo, como notas de corazón; y de ámbar, tonka y almizcle como notas de fondo.

“Blanco”, como perfume, “nace de ese ‘punto en blanco’ que marca cuando empieza algo nuevo, cuando empieza una relación, una amistad, una historia de amor, o incluso tu propio nuevo capítulo” vital, nos relata el diseñador. Un mensaje que se mantiene íntimamente así ligado a la propia esencia de su casa de modas, y a cómo “casi todas las chicas que vienen aquí están, sobre todo, vinculadas a ese momento” en “blanco” “más emocional y más romántico” como lo sería el del día de su boda. Pero en cualquier caso, y “después de un año de desarrollo”, nos señala Ze, “toda la historia del perfume nace a partir de ahí” y de esas sensaciones. Unos sentimientos que se han buscado concentrar en esta fragancia, que “tiene unas notas muy características”, añade, entre ellas esos toques a higos con los que el diseñador ha querido tejer un hilo de conexión directa entre este perfume, y el olor ya de por sí característico que se respira en las tiendas y en el atelier de Ze García.