Saint Laurent, de desnudar a la mujer, a cubrirla de la moda de los años 80
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Madrid – Encargándose de cerrar la segunda jornada de desfiles oficiales de esta nueva edición de septiembre de la Semana de la Moda de París, la casa Saint Laurent, una de las principales marcas en cartera del grupo Kering, presentaba su nueva colección de mujer, para la próxima temporada Primavera/Verano de 2025. Una colección que ha pocos ha terminado por dejar indiferentes, y que se presenta al mismo tiempo como firme defensora de los códigos más propios de la “maison”, y una enmienda a la totalidad con respecto a la última colección presentada por la casa, el pasado mes de febrero.
Poniéndonos primera, y brevemente, en situación, era para entonces, y en el marco de una por aquel momento última edición de la Semana de la Moda de París, cuando desde Saint Laurent, de la mano de su director creativo, el diseñador belga-italiano Anthony Vaccarello, presentaban una atrevidísima, y cuasi imposible, colección de mujer, para la temporada Otoño/Invierno de 2024/2025, protagonizada por unas finas sedas que el creativo empleó para dar forma a esta colección que ha empezado ahora a comercializarse desde las boutiques de la firma. Una propuesta compuesta por una sucesión de prendas cuasi transparentes, que se descubrían nadando contracorriente con respecto a esta temporada de Otoño/Invierno para la que se habían diseñado, y que ahora vuelven al tiempo a evidenciarse como completamente contrarias y antagónicas, de con respecto a la colección diseñada ahora por Vaccarello para la próxima colección Primavera/Verano de 2025. Una propuesta con la que el diseñador ha pasado, para el contexto de un mismo año, de desnudar a la mujer para el Otoño/Invierno, a vestirla de toda clase de diseños y patrones, para la temporada Primavera/Verano.
Si contradictorias parecen evidenciarse así las maneras con las que Vaccarello guarda por intención cubrir a la mujer, con respecto a la climatología propia de cada temporada, así como entre la una y la otra de las dos últimas colecciones diseñadas por su mano para la casa Saint Laurent, firmes e inequívocas no obstante se muestran sus intenciones de, a través de cada una de ellas, entrar a reivindicar y a revisitar la esencia más propia y distintiva de la célebre “maison”, fundada por el gran Yves Saint Laurent en París hacia el año 1961. Un propósito que cierto es que Vaccarello venía llevando a cabo a partir de colecciones de inspiraciones monotemáticas, desde las que entraba a revisitar la icónica sahariana y el estilo safari, las transparencias o el smoking que hicieron célebre a la casa y contribuyeron a perfilar su imaginario creativo, en un ejercicio sobre el que en esta ocasión se ha decidido a imprimir un decidido giro, abriéndose a la reinterpretación de una suma de elementos, igualmente identificativos de la casa de modas francesa. Elementos que confluyeron y que la hicieron destacar como el epítome de la moda de los años 80 y 90.
Mostrando así y en respuesta una clara intención por querer fusionar y combinar toda esa suma de elementos distintivos que exhibió la casa durante sus décadas de mayor esplendor, es la misma casa Saint Laurent y su fundador, quienes se sitúan en el centro de inspiración de Vaccarello para la ideación de esta colección Primavera/Verano de 2025. Una propuesta que en consecuencia se descubrió vestida con los característicos elementos que definieron a la “maison” durante aquellas décadas, y entre los que descubriremos como elementos clave de aquellos años, y de esta nueva colección, desde de nuevas versiones de las icónicas chaquetas cruzadas y combinaciones de trajes de pantalón y chaquetas que se convirtieron en señal distintiva del fundador de la casa, a étnicos conjuntos de blusas y faldas que nos llevan hasta aquellos periodos de retiro que Yves Saint Laurent pasaba en Marrakech, o los imposibles conjuntos de espalda pronunciada que la casa elevó a símbolo de la moda de los años 80 y 90.
Entre chaquetas cruzadas y brocados de inspiración años 80
Siguiendo con esas justas directrices, la casa terminó presentando desde el interior del patio descubierto de su sede central en París, en la rue de Bellechasse, a escasos metros de Los Inválidos y del Museo de Orsay, una colección claramente estructurada en tres bloques bien claros y distintivos. Bloques desde los que se daban paso a una colección entendida como única, que avanza desde el día, hasta la tarde y finalmente la noche, con el traje cruzado, los éticos conjuntos de cortes holgados, voluminosos y vaporosos, y los coloridos y atrevidos conjuntos de faldas cortas y espaldas marcadas, como principales protagonistas para cada uno de estos tres momentos distintos del día.
A pesar de esa identidad única y unitaria, y de nacer todos los diseños exhibidos de elementos y motivos surgidos del ADN más genuinamente propio de la casa, la colección se exhibió sacando a relucir una riqueza formal, constructiva y colorida hasta ahora pocas veces vista en una colección de Vaccarello para Saint Laurent. Una riqueza con la que el creativo buscaba de manera decidida subrayar las complejidades y ricas variaciones e identidades que atesora dentro de su histórico la casa de modas francesa, y que empezó por empezar a descubrir desde la misma elección de las tonalidades empleadas para dar forma a las diferentes piezas de esta colección. Un universo cromático al que Vaccarello terminó por dar forma a partir de una infinidad de tonalidades terrosas en beige, marrones, blancos arcilla y grises piedra, que aportaban un toque de luz y silencio a una propuesta dominada por oscuros acentos de tonalidades en borgoña, verdes musgos y amarillos mostaza, con el negro destacándose como coloración clave de este universo cromático. Un mundo de color que terminó por encenderse de la mano de estimulantes rojos cereza y carmín, verdes agua, amarillos tulipán y azules Klein.
Terminando de subrayar esta riqueza cromática, como elementos igualmente claves del conjunto de esta colección se descubrieron los suntuosos tejidos brocados que Vaccarello empleó para confeccionar las finísimas chaquetas joya que sirvieron de colofón a esta presentación de la colección de mujer para la temporada Primavera/Verano de 2025. Unas prendas que se exhibieron en conjunto con una sucesión de faldas lenceras que dejaban al descubierto los forros de encaje, y sobre unos cuerpos vestidos con blusas de chantilly, con cuellos de volantes, con lanzadas y en inspiración en gorguera, la pieza indumentaria que se popularizase en periodo del Imperio Español. Piezas todas ellas de un extremo colorido, al igual que sus cortes, de inspiración años 80, que claramente contrastaban frente a las faldas étnicas y las blusas y cazadoras de líneas fluidas que les precedieron sobre la pasarela; así como con respecto a esos trajes de sastrería, también de marcadas líneas años 80, que se encargaron de abrir el desfile desde su versión más utilitaria y para el día a día, para desde ahí precipitarse como pequeñas gotas a lo largo de toda la presentación de esta colección de mujer de Saint Laurent para la temporada Primavera/Verano de 2025.
Si claro queda así el proceso, así como las influencias y las intenciones que parecen haber guiado la mano de Vaccarello, menos claro está el resultado que el diseñador belga-italiano parece haber logrado a través del desarrollo de esta colección. Y es que, enfrentándola nuevamente con la pasada propuesta de mujer para esta temporada Otoño/Invierno de 2024/2025, la presentada en febrero se descubría tan sugerente y provocadora entonces, como rabiosamente actual y contemporánea. Punto este que parece diluirse en lo que refiere a esta última colección, cuyos cortes de espaldas anchas y sus ricos brocados parecen mostrarse como una recreación fiel de la moda de los años 80, más que como una reinterpretación de la moda de los años 80, inundando la colección en respuesta de una estética que, más que sugerente e inspiradora, puede llegar a evidenciarse como anticuada, si bien no entonces, sí en un buen número de las piezas que componen la propuesta.