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Rana Plaza - 10 años después

Por Simone Preuss

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Moda |ANÁLISIS
Voluntaria de rescate en la fábrica GSSL de Bangladesh. Imagen: Sumit Suryawanshi para FashionUnited

¿Cuántas veces has puesto los ojos en blanco cuando te has visto en medio de un simulacro de emergencia, ya sea en el colegio, el trabajo o la universidad? Ocurre en los momentos más inoportunos (igual que las emergencia reales): nos levantamos a regañadientes, seguimos a un compañero de trabajo o de estudios hasta un punto de reunión de emergencia y de ahí a la salida más cercana. Refunfuñando por la interrupción, volvemos a donde lo dejamos porque no ha pasado nada.

Pero aún con demasiada frecuencia, ocurren problemas de todo tipo y no se trata de un simulacro. En esos casos, seguir un protocolo establecido, revisado y practicado con regularidad, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Y es que la existencia de medidas de este tipo habría salvado las vidas de las más de 1.100 trabajadores de la confección que murieron en el derrumbe del edificio Rana Plaza el 24 de abril de 2013, así como a las más de 2.500 trabajadores que sufrieron lesiones. Habría salvado a los trabajadores de sufrir daños cuando se declaró un incendio en Tazreen Fashion, y a innumerables otros en fábricas de confección de todo el mundo que experimentaron riesgos de incendio, explosiones de bombonas de gas, mal funcionamiento de los equipos y similares.

El décimo aniversario del que es considerado el peor accidente de la industria textil de Bangladesh y la catástrofe más mortífera de la historia del sector, es un buen momento para analizar los logros conseguidos en estos diez años y lo que queda por hacer, no sólo en Bangladesh, sino en la industria mundial.

Acuerdo sobre seguridad de edificios y contra incendios en Bangladesh (Accord)

El 15 de mayo de 2013 —ni siquiera un mes después del derrumbe del Rana Plaza— se firmó el Acuerdo sobre seguridad de edificios y contra incendios en Bangladesh: el primer acuerdo jurídicamente vinculante entre marcas y minoristas mundiales e IndustriALL Global Union, UNI Global Union y ocho de sus sindicatos afiliados de Bangladesh. El objetivo era trabajar por una industria textil y de la confección segura y saludable en Bangladesh y más de 220 empresas lo firmaron.

Establecido inicialmente por cinco años, el Acuerdo se prorrogó tres años y luego se transformó en el Consejo de Sostenibilidad RMG (RSC, por la traducción de sus siglas en inglés) en 2020. Desde 2021, existe un nuevo acuerdo, el Acuerdo Internacional para la Salud y la Seguridad en la Industria Textil y de la Confección, que lleva el Acuerdo a los países productores de prendas de vestir y textiles de todo el mundo.

Hombre utilizando un ferro escáner en busca de barras de refuerzo en una columna. Imagen: Consejo de Sostenibilidad de RMG (RSC)

Con 220 empresas firmantes del Acuerdo de 2013, se inspeccionaron más de 2000 fábricas, lo que dio lugar a más de 40 000 inspecciones iniciales y de seguimiento. Se detectaron 150.000 riesgos para la seguridad, un 93 por ciento de estos ya se han subsanado. De hecho, 400 fábricas han completado el 100 por cien de las mejoras necesarias. En conjunto, este trabajo ha afectado a dos millones de los trabajadores de estas fábricas. "Esto ha conducido a un cambio sistémico en toda la industria; Bangladesh es ahora uno de los países más seguros para abastecerse en Asia", declaró Joris Oldenziel, director ejecutivo de la International Accord Foundation, en una conferencia de prensa organizada por la organización Remake y la Campaña Ropa Limpia en marzo.

Hace diez años

¿Cómo pudo deteriorarse tanto la situación? ¿Por qué eran insuficientes los sistemas anteriores?¿Cuáles eran los códigos de conducta de las marcas y los minoristas? "Los problemas entonces [en 2013 y años anteriores] eran generalizados, sistémicos. Había deficiencias estructurales, no había extintores y mucho más. Se realizaron inversiones considerables para remediar la situación. Las marcas y los minoristas en ese momento no estaban dispuestos a incurrir en esos costes financieros y la consiguiente ralentización de la producción", explicó Scott Nova, director ejecutivo del Consorcio de Derechos de los Trabajadores, en la rueda de prensa.

“La moda no es barata, alguien la paga…” Poster en inglés visto en la Made in Bangladesh Week 2022. Imagen: Sumit Suryawanshi para FashionUnited

"Como no estaban dispuestos a solucionar el problema, tuvieron que restarle importancia", añadió Nova. Dos grandes riesgos para la seguridad provocaron esas muertes masivas: Unas columnas estructurales que no eran lo bastante resistentes para soportar el peso de los suelos de las fábricas y la falta de sistemas adecuados de salida de incendios en las estructuras de varias plantas. Es decir, los verdaderos problemas no se contemplaban en los protocolos de seguridad de las marcas y los minoristas. "Como no buscaban estos problemas, no los encontraban y por eso pasaban inspección tras inspección sin abordar los problemas", explica Nova. "Eso significa que miles de inspecciones voluntarias ni siquiera planteaban las cuestiones esenciales. El Acuerdo cambió todo eso".

El propio nombre del Acuerdo sobre seguridad contra incendios y en la edificación en Bangladesh cambió las reglas del juego, ya que cada vez que se mencionaba formalmente, se explicaban en detalle las cuestiones clave. Este acuerdo vinculante sustituyó a los sistemas de supervisión voluntarios y abrió las fábricas a inspecciones competentes, con una primera ronda en 2014: "Fue la primera vez que un ingeniero de seguridad formado y cualificado puso un pie en esa fábrica", subraya Nova.

Inspección de seguridad contra incendios realizada por un profesional cualificado. Imagen: Consejo de Sostenibilidad de RMG (RSC)

El Acuerdo exigía a las fábricas que llevasen a cabo todas las renovaciones de seguridad necesarias y obligaba a las marcas y a los minoristas a garantizar que se contase con los fondos necesarios. En otras palabras, "el Acuerdo aportó los aspectos esenciales que faltaban antes", afirmó Nova. "Ahora, los trabajadores han conseguido decir 'no' al trabajo inseguro", coincidió Kalpona Akter, activista por los derechos de los trabajadores y presidenta de la Federación de Trabajadores de la Confección y la Industria de Bangladesh (BGIWF). "Los trabajadores se sentían como una parte más del equipo, no como seres humanos. Ahora los trabajadores pueden decir libremente cómo se sienten trabajando en una fábrica. Pueden hacer uso del mecanismo de denuncia sin miedo a perder su empleo".

El Acuerdo Internacional

Uno de los signatarios del Acuerdo Internacional es la empresa de ropa estadounidense PVH Corp, propietaria de marcas como Tommy Hilfiger y Calvin Klein. PVH también formó parte del comité directivo del Acuerdo de Bangladesh. "Tenemos que ver el Acuerdo Internacional como un modelo base para ampliarlo a otros países, de lo contrario no significará gran cosa", declaró Michael Bride, Vicepresidente Senior de Responsabilidad Corporativa y Asuntos Globales de PVH Corp, durante la rueda de prensa.

Se trata de una intrincada interacción de inspecciones, participación de los trabajadores y gobernanza conjunta con socios iguales que conduce a la transparencia. Explicó cómo funciona el mecanismo de denuncia por parte de la marca: "Es extremadamente útil y nos tomamos en serio una denuncia y la investigamos", lo que luego lleva a una discusión con el proveedor. Como a veces eso no es muy eficaz, el secretario de Accord puede actuar como intermediario y ayudar a que el proceso avance. Las conclusiones son jurídicamente vinculantes para marcas y minoristas. "De 2.000 quejas, sólo una fábrica ha sido prohibida por incumplimiento", informó Bride.

What to do in case of electric shock. Poster at GSSL factory in Bangladesh. Image: Sumit Suryawanshi for FashionUnited

Respondiendo a las dudas sobre la naturaleza de las quejas, Bride explicó que puede haber quejas relacionadas con la seguridad o no. Las primeras se refieren a cuestiones estructurales o de salud laboral, incluidos actos de violencia. Bride relató un caso en el que los trabajadores de una fábrica se quejaban de descargas eléctricas producidas por máquinas de coser situadas en la cuarta planta. Sin embargo, no había ninguna cuarta planta declarada como espacio de trabajo. Tras una investigación, se descubró que la cantina de la cuarta planta se había convertido en una zona de trabajo con máquinas de coser y el suministro eléctrico simplemente se había extendido de la segunda a la cuarta planta, lo que causaba estas descargas eléctricas.

El segundo tipo de quejas, las no relacionadas con la seguridad, ilustran la necesidad de los trabajadores de tener una salida para todo tipo de quejas. El Accord no tiene autoridad sobre esos casos y los transmite directamente a las marcas y los minoristas. Sin embargo, se publican en el sitio web del RSC como parte de un archivo de quejas presentadas y archivadas por el Acuerdo, y proporcionan una instantánea actual de los problemas en las fábricas de confección.

Hacia adelante: lo que hay que hacer

Aunque los logros han sido enormes, aún queda mucho por hacer, principalmente en cinco ámbitos: salarios, violencia de género, libertad de asociación y sindicalización, protección del medio ambiente e indemnización de los trabajadores afectados por accidentes. "Si bien se han conseguido grandes progresos en materia de seguridad en los edificios, se ha avanzado muy poco en otros ámbitos de los derechos de los trabajadores: los salarios siguen siendo desoladoramente bajos, existen obstáculos a los derechos legales de los trabajadores a organizarse en sindicatos y condiciones abusivas en las fábricas", confirmó Nova. "¿Por qué tantos avances en un área y tan pocos en otras? Porque las marcas estaban dispuestas a firmar un acuerdo vinculante en un área, pero ahora sentimos los efectos de la falta de acuerdos vinculantes en otras áreas."

"No hay valor ni belleza en la ropa más fina si hace pasar hambre y causa infelicidad". Cartel en inglés de la Semana Made in Bangladesh 2022. Imagen: Sumit Suryawanshi para FashionUnited

A los supervivientes del derrumbe del Rana Plaza y de otras catástrofes, como el incendio de Tazreen Fashion, les sigue resultando difícil mantenerse y hacer frente a los efectos a largo plazo de sus lesiones. Mahmudul Hasan Hridoy sólo llevaba dos semanas trabajando en la fábrica New Wave Style RMG, en la octava planta del edificio Rana Plaza, cuando se produjo el accidente, que él califica de "asesinato", porque el edificio sólo estaba aprobado para seis plantas, no diez. Aquel fatídico día, quedó atrapado bajo los escombros con otros 17 trabajadores y es el único superviviente. Aparte del trauma mental, también tiene secuelas físicas a largo plazo que le impiden trabajar y hacen que su familia dependa de la ayuda de otras personas. Exige que "las marcas paguen indemnizaciones, garanticen la rehabilitación y el tratamiento médico de por vida porque vivimos una 'vida inhumana'."

Nasima Akter llevaba cuatro años trabajando para la fábrica de ropa Tazreen Fashion cuando se declaró un incendio el 24 de noviembre de 2012. Sufrió graves lesiones, como fracturas en ambas manos, huesos de la cintura mal colocados, un hueso del cuello dañado, lesiones en la cabeza y problemas de visión. Hoy, incapaz de trabajar, sobrevive gracias a la ayuda de los demás, y se considera "una carga" y su vida "inhumana". Quiere una vida digna y los ingresos de por vida y el tratamiento médico que legalmente se le deben.

"Mi última petición sería a los compradores que, cuando hagan pedidos a un proveedor, se aseguren de que la fábrica cuenta con medidas adecuadas de seguridad contra incendios, incluidas escaleras, y de que los trabajadores saben cómo actuar en caso de accidente. Los trabajadores también deberían recibir formación práctica sobre evacuación, con simulacros de incendio al menos dos veces al mes para que, en caso de accidente, puedan utilizar sus conocimientos para salir sanos y salvos", suplica Akter en un vídeo testimonial facilitado por Remake.

Salidas de incendios - bloqueadas (izquierda) y ahora (derecha). Imagen: Consejo de Sostenibilidad de RMG (RSC)
Salidas de incendios - antes y ahora. Imagen: Consejo de Sostenibilidad de RMG (RSC)

Para los que tienen trabajo, la situación es sólo ligeramente mejor, dado que los salarios siguen sin ser dignos. "Los salarios siguen siendo demasiado bajos y a menudo no bastan para vivir. En Bangladesh no ha habido ningún aumento salarial en los últimos cinco años. Aumentados por la elevada inflación, los ingresos en Bangladesh, así como en otros países del Sur global, no son suficientes. Además, a menudo no hay compensación salarial cuando las empresas retiran sus pedidos, como ocurrió en la pandemia", afirma la ONG Femnet en un correo electrónico.

“Tú ropa debería costar más que tu café”. Cartel en inglés visto en la Made in Bangladesh Week 2022. Imagen: Sumit Suryawanshi para FashionUnited

La organización que apoya a las organizaciones socias en Bangladesh también califica la violencia de género en el lugar de trabajo de "problema importante". "Los trabajadores deben estar mejor protegidos frente a ella mediante mecanismos de reclamación fiables y asesoramiento jurídico. Las empresas y fábricas deben garantizar el derecho a la libertad de asociación y sindicación", advierte. Otro aspecto esencial es el factor medioambiental: "La industria textil mundial afecta al clima y tiene un impacto significativo en la salud de los trabajadores. También aquí deben existir normas vinculantes para proteger el medio ambiente y el clima a través de acuerdos y leyes", reclama Femnet.

Para Nova, la respuesta es clara: "Si queremos ver el tipo de progreso en los salarios, el derecho de sindicación y otras cuestiones, tenemos que aplicar ese mismo modelo. Necesitamos acuerdos vinculantes y contundentes entre marcas y minoristas y representantes de los trabajadores para abordar las cuestiones de derechos laborales en todos los ámbitos y no sólo en Bangladesh, sino también en Pakistán, Sri Lanka, el resto del sur de Asia y el resto del mundo."

Promesas de los supervisores de GSSL en Bangladesh. Imagen: Sumit Suryawanshi para FashionUnited

El Acuerdo de Pakistán

Veamos cómo está funcionando la réplica del modelo: El Acuerdo Internacional, junto con sus signatarios y partes interesadas clave, se amplió a Pakistán en 2023. Hasta la fecha, solo hay 41 signatarios, entre ellos Aldi, C&A, H&M, Zalando, Kik, Marks & Spencer, Primark, PVH y la española Inditex. "Acogemos con satisfacción la ampliación del Acuerdo Internacional a Pakistán para ayudar a promover lugares de trabajo dignos y seguros para los trabajadores. Esta medida complementa nuestro propio Programa de Integridad Estructural, que tenemos en marcha en Pakistán desde 2015, junto con nuestro experimentado equipo que trabaja sobre el terreno y supervisa la aplicación local de nuestro programa de Comercio Ético y Sostenibilidad Medioambiental", comentó Primark, uno de los primeros firmantes en febrero. El discounter irlandés demuestra cómo el nuevo Acuerdo puede integrarse con los programas internos.

El Acuerdo de Bangladesh se expande a Pakistán

La necesidad de que el Acuerdo pakistaní cobre mayor impulso se vio reforzada hace apenas diez días, cuando un incendio mortal en una fábrica de Karachi provocó el derrumbe de un edificio de cuatro plantas en el que murieron cuatro bomberos y trece personas resultaron heridas. El incendio de la empresa Usman & Sons Bedsheet Company, situada en la zona industrial de Nueva Karachi, fue provocado por un cortocircuito y se propagó rápidamente hasta engullir la ropa almacenada. Como la fábrica estaba situada en una zona muy congestionada, los bomberos tuvieron dificultades para llegar con el equipo adecuado y apagar el incendio.

Salida de incendios abierta y sistema de extinción y alarma. Imagen: Consejo de Sostenibilidad de RMG (RSC)

La líder sindical Zehra Khan, que se unió a la rueda de prensa desde Karachi, estableció un paralelismo entre el incendio mortal de Ali Enterprises el 11 de septiembre de 2012 y el reciente incidente: "Los accidentes siguen ocurriendo a pesar de que existe un consejo de salud y seguridad, pero se le desafía. O se toman decisiones pero no hay seguimiento". Culpa a la política de esta situación y subraya la importancia del Acuerdo de Pakistán.

"Garantizará los pedidos y protegerá el empleo de los trabajadores. Pero no sólo tenemos que hacerlo sobre seguridad en la construcción y contra incendios, sino también sobre salud y seguridad en el trabajo, violencia de género y otros temas de actualidad. También necesitamos un sólido sistema de control, un mecanismo de reclamación y un proceso de reparación. El Acuerdo aportará transparencia, ya que las marcas y los minoristas tendrán que compartir sus proveedores", añadió Khan, concluyendo que "la parte inferior de la cadena de suministro debe estar incluida en nuestro futuro y las trabajadoras deben tener los mismos derechos."

Para impulsar el Acuerdo de Pakistán y aumentar el número de signatarios entre marcas y minoristas, Remake y la Campaña Ropa Limpia han lanzado desde entonces la campaña #SignTheAccord, exigiendo que lo firmen doce grupos en particular que son fundamentales para su éxito en el país. Se trata de Amazon, Asda, Columbia Sportswear, Decathlon, Ikea, JCPenney, Kontoor Brands, Levi's, Target, Tom Tailor, Urbn y Walmart. Aunque ninguna marca puede hacerlo sola, los últimos diez años han demostrado lo crucial que es su apoyo para un cambio sostenible y sistémico a lo largo de todos los niveles de la cadena de suministro.

Cartel sobre resolución de problemas en la fábrica GSSL de Bangladesh. Imagen: Sumit Suryawanshi para FashionUnited.

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Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.COM, y posteriormente traducido del inglés al español y editado por Alicia Reyes Sarmiento.

Derechos del trabajador textil
Rana Plaza