Louis Vuitton y el “descaro” del estilo americano

Madrid – Destacándose como uno de los platos principales, ya no solamente de la primera jornada inaugural de desfiles de pasarela de su calendario oficial, sino de todo el conjunto de esta nueva edición de la Semana de la Moda de París, a última hora de la tarde de este pasado martes, 16 de enero de 2024, terminaba teniendo lugar la presentación de la nueva colección masculina de la célebre casa de modas francesa Louis Vuitton, para la próxima temporada Otoño/Invierno FW24. Una colección que ha pasado a ser la tercera en terminar viendo la luz desde que el polifacético músico estadounidense Pharrell Williams fuera “ungido”, el pasado mes de febrero de 2023, como nuevo director creativo al frente del departamento masculino de la firma, y desde la que en esta ocasión desde la casa de modas francesa han puesto atención en tratar de “reinterpretar”, a su manera, el característico e icónico estilo del oeste americano.

Como una nueva entrega de la serie de colecciones de “conexión”, y altamente colaborativas, que vienen desarrollándose como estrategia creativa desde la casa de modas francesa durante esta nueva etapa bajo la dirección de Pharrell Williams como responsable de sus propuestas de moda masculina, la colección viene a tomar el testigo de esa primera colección de debut, presentada sobre el Pont Neuf de París el pasado mes de junio, construida a modo de diálogo emplazado desde Virginia, de donde es natural Williams, hasta París. Una relación que el mismo creativo se abría a hacer evolucionar estableciendo un diálogo inspiracional de Hawái hasta Hong Kong, con motivo de la concepción de su segunda colección para Louis Vuitton, una primera propuesta de pretemporada “Pre-Fall” presentada desde la Avenida de las Estrellas de Hong Kong a comienzos del pasado mes de diciembre. Una propuesta para la que ahora regresa sobre sus pasos, para en esta ocasión emprender un diálogo a la inversa, desde París hasta Virginia, como germen desde el que terminar de conformar el conjunto de la “atmósfera” y de las piezas de esta última colección, para la temporada Otoño/Invierno FW24. Una colección desde la que, en respuesta y como resultado de esa intención, Williams ha puesto a dialogar los códigos más inherentes a los del dandi parisino, frente al que históricamente ha buscado dar respuesta la casa de modas francesa, con las siluetas, los patrones, los materiales y los motivos más propios e inherentes al estilo y a las formas de vestir más características del oeste de los Estados Unidos. Un ejercicio para el cual, ya lo adelantamos, Williams a contado con la colaboración y la complicidad, en el contexto de esta colección, tanto de artistas nativoamericanos de las tribus de los sioux y de los lakotas, como de compañías multinacionales oriundas de los Estados Unidos, como lo son Timberland y Goodyear, mediante el lanzamiento en su caso de distintas colecciones colaborativas de calzado.

“La Colección Otoño/Invierno 2024 masculina de Louis Vuitton ilumina las raíces del vestuario del Oeste Americano”, sintetizan desde la misma casa de modas francesa a través de la nota emitida con motivo de su presentación en París. En esa intención, es “el viaje, el instinto que se mantiene en el corazón de la ‘maison’ y eterno extensor de la mente, el que toma el espacio central en forma de una exploración de los orígenes de la ropa de trabajo, a través del savoir-faire de Louis Vuitton”. Para ello, detallan, se recurre a la utilización de “la artesanía más fina, desde gemas preciosas hasta técnicas de pintura a mano y de bordado”, para dar forma a una colección que busca poner en valor e iluminar “la iconografía del vestuario del Oeste Americano”. Un propósito para el que se han llevado a cabo “intercambios creativos con artistas de las naciones de los Dakota y de los Sioux, a través del sonido, de la puesta en escena y de elementos de la propia colección, así como con el fabricante de botas estadounidense Timberland”. Todo ello, en el marco de una propuesta que se erige como una nueva entrega de la estrategia de la firma, asentada sobre el fundamento de impulsar la construcción de una “comunidad ‘Lvers’” de amantes y seguidores de sus valores y de su estética, y que se “está perpetuamente en el corazón de la práctica del departamento masculino” de Louis Vuitton.

El “descaro” (y los excesos) del “lujo americano” como idioma propio

Teniendo a buena consideración las particularidades que, desde sus líneas más generales, demuestra esta última colección de moda masculina de la célebre firma de moda francesa, pasando a ponerla ya en su justo contexto y dentro de ese histórico compuesto por, ahora ya, un total de tres colecciones completas, están quedando ya finalmente al desnudo las claras y descaradas intenciones que guardan desde la firma de moda, y desde su propia compañía matriz el holding internacional francés LVMH, por enfocarse de manera preferente sobre el mercado estadounidense. Una región que ocupa una posición central entre los planes estratégicos de crecimiento de LVMH, todavía más relevante desde la sonadísima adquisición de la icónica firma y cadena de joyerías Tiffany&Co. por parte de LVMH, completada en enero de 2021 por cerca de unos 15 780 millones de dólares.

Es en ese contexto, y tras el lamentable y prematuro fallecimiento el 28 de noviembre de 2021 de Virgil Abloh, hasta entonces director creativo de Off-White y de las colecciones de moda hombre de Louis Vuitton, en el que desde la firma de moda francesa debían de salir a escoger a un nuevo responsable creativo, proceso que culminó con el nombramiento de Pharrell Williams como director creativo en febrero de 2023. Un nombramiento que ya en su día fue más que cuestionado, censurándole a LVMH el que premiase el “espectáculo” y el brillo de los focos que iba a suponer la entrada de Williams, por encima de la designación de un creativo con mayor experiencia dentro de la industria de la moda, más allá de puntuales colaboraciones —eso sí de demostrado éxito— como las que había emprendido anteriormente el ganador de hasta 13 premios Grammy. Unos miedos que ni mucho menos terminaron por despejarse tras el espectacular debut de Williams como director creativo de la firma, en junio de 2013, de la mano de una colección que terminó generando mayor interés por quién la firmaba y por los rostros que pudieron descubrirse desde su “front row”, que por cualquier tipo de innovación o de inventiva en términos de diseño.

En relación a este mismo aspecto, ya desde esa misma colección de debut parecía que además empezaba ya a dibujarse una nueva era dentro de Louis Vuitton, desde su apartado de moda-hombre, desde el que desde la firma parecía que pasaban a empezar a cambiar su histórico registro “afrancesado”, en beneficio del gusto de los consumidores del lujo americanos. Dos maneras tradicionalmente antagónicas de entender las compras dentro del sector, entre aquellos consumidores seguidores de un lujo “más europeo”, traducido en forma de artículos para los que se valora especialmente su diseño, y los de un lujo “más americano”, entendido como aquel desde el que se aboga por una estética de mayores “excesos visuales”, en forma preferentemente de mucho logotipo y mucho anagramas, y modelos ambos que desde Louis Vuitton estarían tratando de hacer convivir bajo sus mismas siglas, pero desde una particular división. Teniendo así a unas colecciones de mujer, lideradas por Nicolas Ghesquière, que, desde sus más y menos aciertos, parecen seguir enfocadas a continuar desarrollándose desde esa visión más “europea” del lujo; y en contraposición a unas colecciones de hombre que, bajo la dirección de Williams, ya ha quedado demostrado que van a buscar defender un lujo más “americano”. Cuestión para la que si todavía quedaba cualquier clase de duda, el mismo creativo ha sido el encargado de dilucidarla desde esta propuesta descaradamente reconocida como inspirada en el más puro y tradicional estilo de vestir propio de los Estados Unidos. Un estilo de “oeste americano”, que podemos situar justamente como primera herencia de ese utilitarismo por el que igualmente siempre se ha caracterizado la moda en los Estados Unidos, y utilitarismo que, junto a todos esos “excesos” propios de entender el lujo desde el país norteamericano, Williams se ha marcado como propósito poner en valor en el contexto de esta colección, que habla directamente al consumidor de artículos de lujo de los Estados Unidos. Colección sobre la que también ponemos en cuestión el papel que desde la casa le reconocen que ha tenido en su desarrollo a esa comunidad artística de “Lvers” que han participado de su ideación, en lo que, si bien de antemano podría ser muestra de un interesante proceso de intercambio creativo, en un segundo plano podría venir a tratar de evidenciar el que, dentro del área creativa de la casa, Williams no estaría jugando un papel completo, siendo asistido en gran medida por profesionales con una mayor experiencia en la industria.

“Desde la idea hasta la ejecución, la ropa se concibe desde dentro de un ecosistema de creatividad que se refleja en nuestras prendas”, en unas piezas, y también accesorios, que son consecuencia de una “una polinización cruzada de mentes y habilidades”, explican a este respecto desde la firma de modas francesa. “Esta síntesis”, añaden, es la que “se refleja en la mecánica contemporánea del Louis Vuitton Studio Prêt-à-Porter Homme, en sus talleres y colaboraciones, donde personas de diferentes orígenes trabajan juntas en una visión compartida”, dado forma a una comunidad de “Lvers”. Una designación que, tratan de poner en valor, es reflejo de “un estado mental basado en la calidez, el bienestar y en la bienvenida”, y “que refleja la perspectiva de una comunidad global conectada por su apreciación de los valores fundamentales de la ‘maison’”, hacia su capacidad de “discernimiento, su savoir-faire y hacia el viaje como una fuente eterna de vitalidad”.

De la colaboración con artistas de las tribus Dakota y Sioux, a las nuevas “Millionaires” en oro y diamantes

Partiendo de este análisis, pasamos ya a tratar de desgranar en un mayor detalle las particularidades de esta propuesta de Louis Vuitton para la temporada Otoño/Invierno FW24. Una propuesta que mantiene en su núcleo central la imagen arquetípica del “cowboy” americano, revisitada desde ese “savoir-faire” del que es históricamente garante la casa Louis Vuitton, pero que, lamentándolo, no ha terminado dando pie a ninguna nueva clase de innovación en términos de estética o de formas. De modo que, y a modo de síntesis, lo que nos encontramos es frente a una colección compuesta por una amplísima sucesión de prendas ya vistas, ya llevadas y ya vestidas por hombres de prácticamente todas las regiones del planeta, y que, como única novedad, se presentan adornadas con nuevos estampados, bordados y patrones, eso sí, muy magistral y brillantemente confeccionados de manera primorosa y artesanal. Piezas que se completan con una igualmente amplia colección de complementos que aspirarán a terminar de engrosar los niveles de venta de la firma de moda francesa, pero que, y en suma, parecen haber sido diseñadas en base a unos patones básicos estandarizados, pintados aquí y allá, decorados aquí y allá, bajo la dirección de Williams. Y de ahí precisamente también ese “descaro” con el que tratamos de calificar a esta estética “neowestern”, pero más “western” que “neo”, que desde Louis Vuitton presentan como estilo de sus prendas para la próxima temporada Otoño/Invierno de 2024/2025.

Avanzando por partes sobre esta serie de elementos, poco más podríamos señalar sobre las características de las piezas de indumentaria de esta colección, construida sobre una una paleta cromática compuesta a base de tonalidades terrosas, en marrones y beige, junto a blancos, negros, acentos en borgoña, ocres y rojos, y con el azul del denim como, como era de esperar, tonalidad clave de la propuesta. Tonalidades que son de las que de este modo se ha servido Williams para dar forma a prendas que van desde trajes sastre a cazadoras tipo “biker” y “bomber”, a plumas, a abrigos o hasta a faldas de tablillas, mostrándose como las más originales las revisitaciones que se han practicado de las tradicionales chaparreras de los vaqueros americanos. Contando no obstante el conjunto de las piezas de la colección como valor principal, siguiendo con lo ya apuntado, con la riqueza manifestada en cuestión de acabados, entre los que, todos ellos elaborados siguiendo con la estética “western” que domina sobre la propuesta, encontraremos desde incrustaciones metálicas, a flecos, volantes, ilustraciones pintadas a mano o acabados joya elaborados a partir de intrincados motivos en turquesas. Piedra natural y color que se erigen en las grandes protagonistas de esta colección, en un papel que comparten con los bordados realizados a mano de motivos florales y con elementos metálicos.

Desde el lado ya de los complementos, se destacan ante todo los nuevos diseños de bolsos, ideados como fruto de una colaboración con el director creativo Dee Jay Two Bears, de la tribu de los sioux de Standing Rock. Una colaboración que ha dado como fruto el diseño de tres bolsos bordados a mano con motivos florales por miembros de la tribu de los Dakota, y de otros tres bolsos modelo “Keepall” de Louis Vuitton pintados a mano, con motivos e imágenes inspiradas en las imágenes figurativas que adornan las bolsas tradicionalmente empleadas para el transporte de las estructuras de los tipis indios. Diseños de bolsos que cuentan como adornos con “charms” de latón con pelo de crin de caballo, ocupando así un lugar central en la serie de colaboraciones emprendidas para el desarrollo de la línea de complementos de esta colección, que se termina de completar con la colaboración en materia de calzado emprendida con Timberland y con Goodyear, con pañuelos y bufandas igualmente confeccionadas en colaboración con artistas de las tribus de los Dakota y de los Sioux, con una colección de joyería a base de turquesas, con nuevos diseños de gorras y sombreros de “cowboy”, y con una nueva edición, actualizada, de las míticas gafas de sol “Millionaires” de Louis Vuitton. Un modelo diseñado para la casa por Williams, en colaboración con el diseñador y creativo japonés Nigo —a día de hoy director creativo de Kenzo—, en el año 2004, que en su día ya se esgrimió como argumento para justificar su designación como director creativo de la firma, y diseño que regresa ahora en tres nuevas versiones, en fibra de carbono y con una edición limitada con detalles en oro blanco y diamantes engarzados.