Hortensia Maeso pierde su taller de costura por las inundaciones: “Todavía estamos rodeadas de basura”
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Madrid – La firma de moda de la valenciana Hortensia Maeso, especializada en el diseño y en la confección artesanal de colecciones de ceremonia y para invitada, ha sido una más de las grandes afectadas, por suerte solamente en su caso a nivel económico, por la DANA que asoló la zona sur del área metropolitana de Valencia en la tarde-noche del pasado martes 29 de octubre. Momento en el que la trompa de agua terminó por anegar todo el taller de costura con el que la casa cuenta en la localidad de Picaña, municipio en el que, según denuncia la diseñadora y fundadora de la firma, todavía la situación dista mucho de haberse normalizado.
Operando en el mercado a través tanto de puntos de venta multimarca como operados de manera directa por la propia firma de moda, que cuenta con tiendas propias tanto en Valencia, en la céntrica calle de Jorge Juan, como en Madrid, en el número 27 de la calle Claudio Coello, en pleno corazón del barrio de Salamanca, Hortensia Maeso estaba llamada a convertirse en una de las grandes protagonistas de la próxima, y ya cancelada, nueva edición de la pasarela Mediterránea Fashion Week, programada en Valencia para los días del 15 al 17 de este mismo mes de noviembre de 2024. Un protagonismo que iba a compartir junto a un seleccionado grupo de otras máximas representantes de esa “alta costura” que se crea desde la Comunidad Valenciana, con nombres como los de Isabel Sanchis o el de Mario Salafranca, en un papel que desgraciadamente ha terminado de cambiar por el de una de las creativas, pero por encima de eso empresarias, que se están encargando de poner voz a los horrores, personales y económicos, a los que están teniendo que saber hacer frente todos aquellos que se han terminado por ver afectados por los durísimos estragos de esa DANA que terminó por afectar al país durante esta pasada semana. Unos efectos que se dieron de manera especialmente virulenta, durante la tarde-noche del pasado martes, precisamente sobre el cinturón industrial que circunda por el sur toda el área metropolitana de Valencia, y en localidades particularmente señaladas como las de Aldaia, Massanassa, Paiporta o Picaña, municipio en el que Hortensia Maeso mantiene justamente centralizadas todas sus operaciones, contando tanto con sus oficinas centrales como con su taller de costura.
Tras el paso, y los daños, de la DANA, ha venido siendo la misma diseñadora quien se ha encargado de ir relatando cómo el temporal ha terminado por afectar a todo lo que eran sus estructuras de negocio, habiendo logrado salvar al respecto todos los envíos que sus clientes ya habían comprometido, pero no obstante teniendo que asistir a cómo la riada había terminado por enfangar todas sus instalaciones. Un mar de lodo que anegaba todo el centro operativo de la firma en Picaña, y que ha terminado por hacer inservibles toda la maquinaria con la que la firma contaba para lograr sostener las operaciones de su “atelier”, que deberá así hacer frente a un completo proceso de renovación. Una empresa para la que la creativa y empresaria se mostraba confiada en lograr sacar adelante durante los primeros días tras el temporal, al tiempo que no dudaba en deshacerse en elogios a toda esa otra marea de voluntarios que no han dudado en salir en auxilio de los afectados.
“La DANA nos ha afectado”, y “ha afectado a nuestro ‘atelier’ de Picaña”, se encargaba de narrar la misma Hortensia Maeso a través de sus redes sociales después de la catástrofe. Dicho esto, “estamos manos a la obra”, y “han venido un montón de voluntarios y de conocidos, y estamos todos aquí sacando fango”. Un lodo que, aclaraba dirigiéndose de manera preferente a los clientes de la firma de moda, por suerte no había terminado de afectar a los pedidos que “estaban casi servidos”, así como a los que quedaban por servir, y que se mantenían en los almacenes de “la parte alta” de las instalaciones, lo que permitió que se salvasen del lodo. No obstante, “todo lo que es el taller, todo lo que son máquinas”, y demás herramientas y maquinarias, todo “está inaprovechable”. Aún así, “estoy convencida de que con mi espíritu guerrero, en poco tiempo voy a restablecer todo” y de que, junto y mano a mano con su equipo, “vamos a dar continuidad a las colecciones y todo va a ser como antes en breve seguro”. “Voy a ser muy positiva”.
Acompañando a estas palabras desde las que ahondada en todo lo referente a su negocio de casa de modas, la misma diseñadora no dudaba en dirigirse al resto de afectados por las inundaciones, para “transmitir un abrazo muy fuerte a todas aquellas personas que han perdido familiares, o que todavía están buscando a los suyos”. “También a las personas que están en la misma situación que nosotros”, la de “estar intentando restablecer sus negocios”, y a quienes decía que “tenemos que dar gracias” porque “estamos vivos”, y es que “al final, lo material se puede volver a construir; las vidas sí que son lo más importante”.
Ante la cruda realidad de una ayuda que no termina de llegar
A pesar de este cauto optimismo que la diseñadora mostraba durante los primeros días tras la riada, el mismo no ha hecho más que desvanecer de manera paulatina, a medida que la diseñadora, como tantos otros empresarios, trabajadores y ciudadanos afectados, han visto cómo los trabajos de asistencia a los afectados se han terminado observando lentos y a destiempo. Un golpe de realidad que están ayudando a superar los mensajes y mensajes de apoyo que está recibiendo, llegados de todas las diferentes partes del país, así como toda esa buena labor que han venido realizando voluntarios, familiares y amigos de la firma de moda, y que es la que ha permitido medio “adecentar” sus instalaciones de Picaña. Un centro operativo al que todo hace apuntar que todavía falta mucho para que pueda volver a la normalidad, con unos equipos de ayuda especializados comandados por el Estado que, como es natural, están volcándose en primer lugar en asistir a los núcleos urbanos de las poblaciones más afectadas, mostrándose todavía incapaces de asumir tan titánica tarea, para los efectivos desplegados, y para los tiempos en los que se ha terminado de autorizar su llegada a las zonas afectadas, haciendo así que sean todavía muchos los polígonos industriales de Valencia en los que, como el de Picaña en el que cuenta con su taller Hortensia Maeso, siguen amontonándose montañas con los desperdicios y residuos que terminó por generar la riada.
“Todavía estamos rodeadas de basura que empieza a oler mal”, al igual que “siguen todas las calles embarradas”, relataba la misma Maeso hace escasamente algo más de 24 horas. “No nos han retirado nada”, y “además tampoco tenemos ni luz, ni agua, ni ningún tipo de suministro para poder empezar a limpiar y a sentir que, en algún momento, ya podemos empezar” a tomar el camino hacia la normalidad. Y es que “aunque lo veamos en la tele”, todo “es incomparable a lo que estamos viviendo aquí”, y si las imágenes ya de por sí resultan “desgarradoras”, la “situación nos preocupa” porque la respuesta a la catástrofe “no está siendo rápida”. Dicho esto, y como ha venido haciendo desde el comienzo de esta crisis, “quiero agradecer a todos, a todos los voluntarios por supuesto, que fueron los primeros valientes y los primeros ‘guerreros’ que vinieron aquí a apoyarnos y a darnos toda su ayuda incondicional”, un apoyo al que se ha sumado el que ahora está encontrando “por parte de proveedores, empresas de todo tipo”, y toda clase de personas, que “perdonarme si no puedo contestar” a todos porque “estamos, como aquel que dice, desbordados de mensajes”, mensajes “que me hacen llorar”, declaraba de manera sentida. A pesar de las promesas de ayuda, “hoy creo que ha llegado algún camión de la Armada, pero aquí, si doy una vuelta por el polígono, solo escucho gritos”; y es que “la gente está nerviosa”, por lo que “entiendo todo lo que ha pasado en Paiporta, porque estamos todos muy nerviosos”, porque “después del primer ‘shock’, ahora nos está llegando la cruda realidad”. Una cruda realidad frente a la que, de otro lado, “es tan bonito todo lo que estamos recibiendo” de parte del pueblo, “que de verdad, gracias, gracias, gracias; con todo nuestro corazón, muchísimas gracias a todos”.