Dior, dinamismo y metamorfosis, entre honores a Yves Saint Laurent

Antes de que Yves Saint Laurent se decidiera a emprender su vuelo en solitario con la fundación de su ya igualmente histórica casa de modas, el célebre modista francés se destacó por ser nombrado el digno heredero de Christian Dior. Modista al que tras su prematuro fallecimiento sucedería al frente de la dirección creativa de su casa de modas, convirtiéndose, con tan solo 21 años, en uno de los modistas más jóvenes de la historia en ascender y colocarse al frente de una gran “maison”, abriendo en aquel momento un capítulo propio en el seno de la casa francesa, capítulo que se ha decidido ahora a revisitar el británico Kim Jones; director creativo de las líneas masculinas de Dior desde comienzos de 2018.

Contando así pues con este impulso como la pulsión principal que le ha guiado hasta la ideación de esta última colección masculina diseñada por su mano para Dior, una propuesta concebida de cara a la próxima temporada de Invierno 2023/2024 que veía la luz este 20 de enero en el marco de una nueva edición de la Semana de la Moda Masculina de París, Kim Jones ha destilado las colecciones que marcaron los, escasamente pero extraordinarios, 4 años que Saint Laurent logró mantenerse al frente de la casa francesa, para extraer de ellas la esencia de lo que supusieron aquellos años en el proceso de renovación de Dior. Un periodo que no duda a la hora de venir a asimilar con el de una etapa marcada por el dinamismo y la metamorfosis, valores que hace extensibles a los que debe representar, defiende, el funcionamiento de cualquier casa de modas que guarde en su propósito el de mantener el pulso de los tiempos, con el objetivo de seguir siendo relevante y responder a las nuevas necesidades e inquietudes de cada momento, así como a las tensiones que vengan produciéndose a escala social. Una apuesta por la vanguardia que, lejos de suponer un borrón y cuenta nueva, viene a sostener que debe ser más bien el fruto de saber reinterpretar y actualizar la herencia recibida, para, a través su reinvención y del fluir a través de ella, dar paso a la realidad de los nuevos tiempos modernos. Una modernidad que siempre está detrás de cada nuevo horizonte, más allá de cada nueva colección.

De este modo, cada “ciclo por el que debe pasar una casa de modas habla de regeneración y de rejuvenecimiento, al igual que el ciclo mismo de la moda”, argumenta Kim Jones a través de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la dirección de Dior. “Siempre hay algo del pasado en el presente y en el futuro, y Dior no es diferente” frente a esa realidad, añade el director creativo de las colecciones masculinas de la casa francesa. Partiendo de esa génesis, “en esta colección, queríamos analizar la regeneración que experimentó la casa tras el fallecimiento del Sr. Dior”, y el proceso de “rejuvenecimiento” que llevó a cabo “con Yves Saint Laurent, a quien escogió como heredero”; estableciendo para ello un “paralelismo con la literatura, a través de imágenes y temas extraídos de La tierra baldía”, la obra cumbre del poeta estadounidense T. S. Eliot. Una colección así pues en la que “un mundo viejo y un mundo nuevo se encuentran, en el cambio y en la fluidez”.

Yves Saint Laurent: fluidez, cambio, renovación

Con esta poética como base para la ideación de su colección, Jones firma igualmente un paralelismo entre los dos grandes ríos que reinan sobre las capitales de Francia, ciudad origen de la casa francesa, y Reino Unido, país del que es originario el diseñador y al que se trasladaría a vivir, con 39 años, el poeta estadounidense. Unos ríos del Sena y del Támesis que ata con esa misma idea del cambio y de la fluidez que, a su parecer, caracterizan y deben de caracterizar el funcionamiento de una casa de modas del mismo modo que lo hacen sobre el conjunto de la industria, mostrándolos como la perfecta alegoría de esta unión entre pasado, presente y futuro. Apreciación que hace descansar sobre ese transcurrir de los ríos como un continuo fluir del tiempo y de lugares, del campo a la ciudad y desde ahí hasta el mar, que asemeja con las etapas por las que atraviesa una misma firma casa de modas, en esa misma relación sujeta a su propia historia desde su fundación.

Es así pues en estos ríos donde “los remolinos y el fluir del agua reflejan” los mismo ritmos “de la moda, incluyendo los de esta colección de invierno e la que el fluir, el movimiento, la facilidad y lo fluido” son características “centrales”, subrayan desde Dior. Siendo estas mismas “un reflejo del dinamismo que buscaba Yves Saint Laurent tras su acenso al frente de Dior a los 21 años”. Etapa que se abría “hace 65 años”; cuando “el 30 de enero de 1958, Yves Saint Laurent presentó su primera colección para Dior y el mundo de la moda cambiaba, una vez más”.

Entre flores de organza y zapatos imprimidos en 3D

Poniendo como origen de esta revisitación del proceso de transformación “ejemplar” que Jones viene a sostener que Saint Laurent realizó de la casa francesa, como punto de partida el diseñador británico coloca esa primera colección para la temporada Primavera/Verano del 58 diseñada por el genio francés. Una colección femenina que, en respuesta a ese fluir, a ese dinamismo y a esa metamorfosis permanente en la que defiende que debe saber mantenerse una casa de modas a la vanguardia de sus tiempos, revisita y recontextualiza para ajustarla y modelarla para responder a las necesidades del hombre moderno.

Como consecuencia de este proceso de transformación, nos encontramos frente a una brillantísima propuesta en la que la maison vuelve a hacer gala de su poder a la hora de saber conjugar la herencia de su buen saber hacer, poniéndolo a dialogar con la modernidad de los tiempos actuales. Un ejemplo de ese fluir entre pasado, presente y futuro, que aquí podremos descubrir de la mano de prendas de sastrería masculina resultado de recontextualizar las piezas de alta costura de mujer, manteniéndose en todo momento sobre esa manufactura artesanal tan característica de las colecciones de Dior, y todo ello mientras al tiempo se da paso al uso de nuevos materiales y de técnicas innovadoras, como la impresión en 3D. Una herramienta que, si bien no siendo del todo verdaderamente nueva, sí es la primera ocasión, asegura desde Dior, que es utilizada para fabricar por entero un diseño de calzado.

“Hay muchos matices de inspiración del archivo del paso de Yves Saint Laurent por la Maison; el modisto más joven que tomó las riendas de la Maison a sus 21 años, el más joven de la historia”, vienen a resumir desde Dior en relación a esta propuesta. “Los modelos absorben las lecciones del pasado y las aplican al presente y al futuro”, principios que termina resumiéndose sobre unas piezas que “se hibridan”, fusionando las ideas de lo masculino y de lo femenino, así como de pasado, presente y futuro.

Para ello, “las prendas se toman directamente del archivo y son presentadas de manera transformada”, como observaremos en ese “top marinero del conjunto marinero diseñado por el sucesor de Christian Dior”, y que aquí “se suelta en sarga de caballería y también se convierte en un delantal de pescador alargado”. Todo, mientras se destacan igualmente dentro de la colección “la influencia de Lily of the Valley”, flor reinterpretada aquí en forma “pequeñas flores”, “realizadas una a una”, que se encargan de dotar de un carácter único a piezas como ese abrigo formado por “más de 2.000 flores de organza”, mientras se “destaca también la influencia de las prendas femeninas como el mitzah o la influencia del mundo naval”, y se utiliza “la técnica innovadora de la impresión 3D” que deja a Dior como “la primera firma que realiza un zapato derbie enteramente con esta técnica”.