Dior desnuda a Dior, desde la intimidad del Círculo de Bloomsbury

En el marco de esta última edición de la Semana de la Moda Masculina de París, y tras firmar apenas unos días atrás, para su línea femenina, uno de los desfiles de mayor impacto de cuantos se recuerdan en la historia reciente de la Casa con ese deslumbrante espectáculo que tuvo lugar en Sevilla, la firma francesa Dior presentaba su propuesta de moda hombre para la próxima temporada de Verano de 2023. Una colección firmada nuevamente por el británico Kim Jones, director creativo de las colecciones masculinas de Dior desde el pasado marzo de 2018, que el propio diseñador ha concebido como una continuación de ese proceso de “desnudar” la intimidad de Christian Dior en el que se embarcaba para alumbrar su colección de Invierno 2022/2023, presentada a finales del pasado mes de enero.

Defendiendo este viaje a la intimidad del célebre diseñador francés como una vía desde la que desde la Maison están tratando de homenajearlo en el 75 aniversario de la fundación de la Casa francesa, siguiendo con los estudiados e inspiradores discursos que Jones construye como base de sus propuestas, en esta ocasión el británico nos deleita con una travesía a la intimidad del día a día del “couturière”. Una ventana abierta a sus jornadas en su idílico rincón de Granville, por la que Jones nos invita a mirar, pero eso sí a través de la mirada del artista Duncan Grant. Uno de los más destacados miembros de aquel Círculo de Bloomsbury auspiciado por la escritora británica Virginia Woolf, y al que Jones une a la figura de Dior, cosiendo un paralelismo entre las pausadas vidas que ambos trataron de disfrutar desde las paredes y los jardines de sus respectivos refugios de Granville, en la región francesa de Normandía, y de Sussex. Condado situado a la otra orilla del Canal de la Mancha, en el que se encuentra la famosa granja Charleston Farmhouse a la que, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, se trasladaría esa familia abierta y “fluida” que formaron en su día Duncan Grant, su amante David Garnett y la pareja formada por Clive Bell y Vanesa Bell, hermana esta de Virginia Woolf.

“Granville y Sussex tienen un clima similar; el tiempo, la luz y el jardín ata un lugar con el otro”, entra a explicar el propio Kim Jones, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde Dior. “Tanto para Christian Dior como para Duncan Grant, sus casas, sus jardines y sus entornos de privacidad fueron muy importantes para su creatividad”. “Fueron estas esferas tan significativas y privadas, las que terminarían cristalizando en su trabajo y haciéndose públicas”.

Sirviéndose así de este velado cruce entre sus mundos familiares, y la manera en la que los mismos terminaban desnudándose ante los ojos de cualquiera que se detuviera a apreciar el sentido de sus obras, para dar sentido a esta colección “combinamos componentes utilitarios, naturales y propios de la jardinería, con elementos estilizados y lujosos del New Look” de Dior, y con “obras de arte de Duncan Grant”. Ingredientes que se suman y combinan para dar como resultado una colección en la que “lo privado y lo público se juntan”, con “el paso del tiempo, el cambio de las temperaturas y la luz de las estaciones” como hilo argumental que permite hacer avanzar la propuesta. Una colección que al tiempo se muestra para hablar de los principios de “continuidad, de las comunidades artísticas y del legado de la Casa Dior”.

Ropa interior al desnudo, entre caucho reciclado y fibras recuperadas

Sobre una utópica recreación de una campiña francesa y británica sobre la que se levanta una casa que no es sino el fruto de la combinación de las históricas residencias de Dior y de Grant en Granville y Sussex, respectivamente, la casa francesa dio a conocer una colección bañada de las coloridas tonalidades pastel de un idílico verano. Una fantasía que amanecía en las tonalidades tierra de esos jardines que tanta inspiración les brindaron a ambos artistas, para desde ahí dar paso, el mismo ritmo que un atardecer, a los tradicionales grises y rosas de Dior, entre los que se despertaban unos verdes, azules y ocres influenciados por Grant y por obras como su “Screen with lily pond design”. Pintura sobre biombo de 1913, cuyo patrón a sido precisamente recuperado por Kim Jones como elemento decorativo de distintas piezas de esta colección.

Evocando esos días de simplicidad y sencillez dedicados a los placeres de ver pasar las horas del día, el diseñador británico construye una propuesta desprovista de toda clase de estridencias, para ofrecernos una sucesión de diseños con los que vuelve a hablarnos de ese desnudez de la intimidad de Dior y de Grant en la que trata de elevarse la colección. Una significación que, ya en términos de diseño, encontraremos bien puesta de manifiesto con esa ropa interior masculina que Jones transgrede para reconvertir en originales shorts veraniegos. Piezas así pues clave de una colección, que se termina de destacar por la presencia de chalecos elaborados a partir de tejidos técnicos, o por una nueva reinterpretación, en clave masculina, de la icónica chaqueta Bar de Dior. Piezas que encontraremos confeccionadas en organza de seda semistrasparente, junto a prendas elaboradas a partir de materiales como cachemir recuperado o en tejidos procedentes de excedentes de los años 30. Prácticas que aportan unos valores de circularidad y de sostenibilidad a la colección, que encuentran igual respuesta en una línea de complementos en la que, junto a una colaboración de nuevas mochilas junto a Mystery Ranch, se incluyen unos nuevos modelos de sandalias Cannage de Dior, fabricadas en una sola pieza a partir de caucho reciclado, mientras que las botas lo están a partir de dos piezas.

Cada uno de estos modelos, argumentan desde Dior, “es una proeza de la ingeniería técnica que no se logra habitualmente en una casa de modas”. “Los inimitables sombreros de Stephen Jones también cuentan con una confección de alta tecnología, con unas ‘pérgolas’ de jardinería impresas en 3D sobre gorras de béisbol”, siendo este un diseño inspirado “en el sombrero de paja de jardín que Duncan Grant llevó a lo largo de su vida para pintar”, pero aquí “combinado con el enrejado de la pérgola del jardín de Monsieur Dior”.

Con esta colección, “viajamos en el espacio y en el tiempo desde París”, donde se presentaba la propuesta, “al campo, a Normandía y a Granville, al lugar de nacimiento de Dior y al hogar en el que se encontraba su legendario jardín; así como a Sussex y a Charleston, la residencia en el campo del artista del Grupo de Bloomsbury Duncan Grant”, sintetizan desde Dior. Partiendo de este guión, “una vez más, las historias personales se entrelazan a través de la colección, enlazando el pasado con el presente y el futuro” de la Casa francesa, “desde su pasado entorno creativo, hasta las influencias del actual”, para como resultado, y de la mano del brillante talento de sus artesanos y de la creatividad de Kim Jones, ofrecernos una colección que se alza “a la vez extravagante y práctica, formal e informal, que revela una estratificación de la historia”, peor evocando a “una fluida existencia contemporánea”.

Puede ver el vídeo completo del desfile pinchando aquí.