Chanel y la vuelta a los años 30
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Como una de las citas más esperadas de toda Semana de la Moda de París, y en algo a lo que ni mucho menos escapan las celebraciones de su Semana de la Alta Costura, la célebre casa de modas francesa Chanel presentaba ayer la última colección de su línea de Alta Costura para la próxima temporada Otoño/Invierno de 2022/2023.
En un desfile organizado desde las instalaciones del círculo ecuestre Étrier de París, el mismo que sirviera de telón de fondo para la presentación, el pasado mes de enero, de su anterior colección de Alta Costura SS22 —cuyo desfile se encargó de abrir a caballo una amazonas de nombre Carlota Casiraghi—, Chanel presentaba en esta ocasión una colección que bebe principalmente de las influencias estilísticas dominantes durante la década de 1930.
Una mirada hacía el pasado, pero con los pies y la cabeza bien asentadas en los actuales tiempos que corren, de la que Virginie Viard, directora creativa de Chanel, se sirve para adelantarse a ese mimetismo con el pasado siglo que nos traerá el ir avanzando hacia la nueva década de los 30 de estos nuevos años 2000. Un paralelismo del que no han sido pocas las voces que, al abrazo de la pandemia, se atrevían a trazar entre los festejos de aquellos “alegres” años 20 y lo que nos depararía al final de los confinamientos, en unos presagios que no podríamos asegurar a ciencia cierta en qué grado se han llegado a cumplir, o en qué medida podríamos llegar a confrontar los efectos de la Primera Guerra Mundial y de aquel Crac del 29 que enmarcaron los años 20 del pasado siglo, con los de la pandemia y los de la actual crisis inflacionista y de guerra en Ucrania que parecen estar marcando los actuales. Unas situaciones de extrema crisis frente a las que desde el mundo de la moda se respondió con diseños más “ponibles” y depurados de artificios, en una práctica que es precisamente la que defiende Viard a través de las propuestas que diseña para Chanel, también desde las de su línea de Alta Costura.
“La ropa sigue siendo ligera, femenina, diseñada para ser usada”, detalla la diseñadora francesa en relación a esta última colección de Chanel Alta Costura. “No me veo haciéndolo de otra manera”, sostiene, al tiempo que igualmente defiende, a lo largo de unas declaraciones que nos llegan desde Chanel, su gusto por “romper” con “el enfoque gráfico” del que se sirve para modelar sus colecciones, para acercarlas a un “look más natural”.
Entre espaldas que se ensanchan y patrones de “vanguardia”
Presentándola como una continuidad, más allá de la propia ubicación del desfile, de la colección de Alta Costura presentada a finales de enero para la temporada Primavera/Verano de 2022, Viard hace avanzar sus referencias de aquella propuesta asentada en las formas de los años 20, hasta la década de los años 30. Cuyo imaginario, vinculado al ámbito de la moda, entra a reinterpretar en esta ocasión bajo la influencia estilística de los años 70. Una década de la que recupera su gusto por marcar las formas corporales al tiempo que se empiezan a exagerar los volúmenes arquitectónicos de las prendas, como antesala de esa explosión de hombreras y de espaldas pronunciadas que se dará ya en los años 80. Consecuencia esto de unos excesos en los que no llega a recaer, al menos por ahora, la diseñador francesa, pero que bien podrían convertirse en los cimientos de alguna de sus próximas colecciones, en el caso de decidirse a seguir avanzando sobre esta línea inspiracional de carácter cronológico.
Sobre una paleta cromática dominada por platas y negros, junto a verdes esmeraldas, verdes caqui, beige, rosas y malvas, la colección se compone de una sucesión de trajes de pantalón y falda y chaqueta, junto a diferentes modelos de vestidos de noche. Piezas construidas en unos ligeramente acentuados patrones geométricos, desde los que se entra a tratar de cuadrar las espaldas, pero al tiempo que se enfatiza la redondez de las líneas en la zona de los hombros. Acción que permite ofrecer una silueta mucho más fluida, de la mano de unas prendas que encontraremos finamente bordadas y decoradas con toda clase de ilustraciones y motivos. Elementos entre los que sobresalen desde las referencias florales, habituales para la conocida como la casa de las camelias, a los estampados y patrones de corte geométrico, con los que Viard una vez más nos invita a sumergirnos en los universos del “art ecó” y de las vanguardias artísticas de los años 20 y 30. No pudiendo dejar a este respecto de señalar, como pieza especialmente singular de la colección, ese vestido de novia plisado que, como manda la tradición, se encargó de cerrar el desfile de presentación de la colección.
“He imaginado el desfile de Alta Costura Otoño-Invierno 2022/23 como la continuidad del desfile anterior”, pero “dejando espacio para la experimentación”, explica Virginie Viard. Un impulso que es el que le ha llevado a rodearse de esa misma comunidad de artistas junto a la que se reuniera con motivo de aquella colección, y de la que forman parte “Xavier Veilhan, Sébastien Tellier, Charlotte Casiraghi”, y a la que ahora “se unen Pharrell Williams y la modelo Vivienne Rohner”.
En cuanto al fondo de la propuesta, “en esta nueva colección hay trajes” y “vestidos largos como los que imaginó Mademoiselle Chanel en los años 30”, unos modelos “ceñidos al cuerpo aunque aquí se muestran con los hombros marcados”, así como también “vestidos plisados como el traje de novia por ejemplo”. Encargándose de completar el ambiente y la atmósfera de la colección, una serie de complementos entre los que se encuentran piezas la línea de Alta Joyería “1932” de Chanel, desde la que se rinde homenaje a la colección “Bijoux de Diamants” creada por Chanel en 1932, o unos diseños de calzado de entre los que sobresalen una botas tipo “cowboy”. Unas piezas estas que, añade Viard, “también se hacen eco del anterior desdile de Alta Costura que abrió Charlotte Casiraghi a caballo”.