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Blue Banana avanza en circularidad con su primera colección de prendas recicladas

Por Jaime Martinez

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Moda
Prenda de la cápsula “Circularity Project 1.0” de Blue Banana, sobre las arenas del desierto de Atacama (Chile). Credits: Blue Banana.

Madrid – Como parte de su iniciativa comprometida “Cosmos Limited Edition”, puesta en marcha por la marca en 2021, desde Blue Banana acaban de lanzar al mercado su primera colección fabricada a partir de sobrantes. Una propuesta de naturaleza circular desde la que han querido salir a concienciar sobre la problemática de la generación de residuos por parte de la industria de la moda, mensaje que han querido reforzar mediante la filmación de un documental junto a la activista climática e influencer española Carlota Bruna.

Enmarcadas ambas iniciativas dentro de las acciones que desde la firma de moda se han decidido a llevar a cabo con motivo de las celebraciones por el Día Mundial del Reciclaje, proclamado como tal por la UNESCO en 2005 cada 17 de mayo, en primer lugar, y como “expresión” más inmediata de la preocupación por la proliferación de los residuos textiles que, defienden, han querido poner en el foco de este nuevo capítulo de las iniciativas comprometidas que impulsan desde su línea de acción Cosmos Limited Edition, desde Blue Banana han lanzado al mercado “Circularity Project 1.0”. La primera colección circular diseñada por la firma de moda, desde que arrancara su andadura allá por 2016, fabricada a partir de los sobrantes textiles generados por la propia firma de moda a través de la confección de sus prendas de anteriores colecciones.

De manera algo más detallada, la colección cápsula se compone de un total de solamente tres diseños, tan similares como complementarios, llegando así integrada por una camiseta de manga corta (32,90 euros), por una camiseta de manga larga (34,90 euros), y por una sudadera con capucha (64,90 euros). Piezas todas ellas diseñadas y confeccionadas en un acabado monocromático en gris perla, coloración que se enfrenta al logotipo en verde con el que se han decorado las prendas de esta cápsula. Un emblema formado por dos caras sonrientes rodeadas de unas flechas y de la palabra “Circularity”, ambos motivos en clara alusión a la naturaleza circular de la propuesta, y marcados como distintivos sobre las tres prendas, confeccionadas en 100 por cien algodón. Unas fibras tras las que se esconde la verdadera naturaleza circular de la propuesta, fabricada en un 50 por ciento en algodón reciclado certificado con la etiqueta GRS, y en el 50 por ciento restante por algodón certificado con el sello GEC (Good Earth Cotton), programa de agricultura regenerativa con cuyo certificado, alegan, se certifica que el algodón ha sido producido de manera sostenible, y respetando el medio ambiente y unas condiciones laborales justas.

Prenda de la cápsula “Circularity Project 1.0” de Blue Banana. Credits: Blue Banana.

A través de esta cápsula, “estamos tomando todas nuestras antiguas prendas de algodón orgánico y reciclándolas para conseguir un nuevo tejido, dándoles una nueva vida”, y “evitando así un impacto negativo gravísimo en el medioambiente”, defiende Nacho Rivera, cofundador y codirector ejecutivos de Blue Banana, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la misma dirección de la firma de moda. Declaraciones que ofrece con motivo de este nuevo capítulo de “Cosmos Limited Edition”, una línea de acción bajo cuyo paraguas se encargan desde Blue Banana, desde el año 2021, de llevar a cabo acciones y de contar historias sobre “diferentes realidades medioambientales del planeta”, con el fin de contribuir a la concienciación sobre esas realidades entre los consumidores; y palabras que termina de poner en su justo contexto Juan Fernández-Estrada, el también cofundador y codirector ejecutivo de Blue Banana. Quien por su parte señala el que, siguiendo con los compromisos que ya llevaron a la firma a lograr negativizar sus emisiones de carbono en 2021, “Blue Banana no va a participar en ese ciclo destructivo de generación de residuos textiles”. Un nuevo compromiso sobre el que entrarán a escalar, ahora que “tenemos un montón de esa materia prima reciclada”, materia “que seguiremos usando en diferentes colecciones en los próximos años”.

Con el documental “Wonder to Wasteland”, desde el desierto de Atacama

Acompañando a este lanzamiento de la primera colección circular de Blue Banana, y siguiendo con esa directriz por la que se rigen las acciones “comprometidas” de “Cosmos Limited Edition”, como acciones enfocadas a generar conciencia medioambiental entre los consumidores, la firma de moda ha puesto rumbo al desierto de Atacama, en Chile. Un paraje de una singular belleza natural que no obstante ha pasado a estar seriamente amenazada, después de que el desierto haya empezado a servir de vertedero de residuos textiles. Un más que censurable fin que de un tiempo a esta parte no ha dejado de poner en evidencia la problemática real que existe tras la proliferación y la mala gestión y tratamiento de los residuos textiles, problema de alcance global y que afecta y del que se hace responsable a todo el conjunto de la industria de la moda, que han querido desde Blue Banana presentar a través de “Wonder to Wasteland”. Título que finalmente ha recibido el documental realizado para Blue Banana por Nicolás Pina, protagonizado por la activista climática e influencer española Carlota Bruna, y desde el que se da voz a figuras locales que están tratando de corregir la situación que actualmente amenaza al paraje del desierto de Atacama.

“Soy una mujer indígena y creo en el cuidado de la madre tierra”, defiende Catalina Cortés, directora regional de CORFO, la agencia del Gobierno de Chile desde la que trabajan por fomentar la producción nacional y el crecimiento regional en el país. Desde esa perspectiva, y en lo que respecta a Atacama, añade, “cuando se visibilizó el tema de los basureros textiles”, que eran verdaderas “montañas de ropa, ocurrió una reacción más triste”, y es que las empresas, “la gente”, relata, “empezó a quemar los residuos textiles”, y se empezaron “a quemar porque de una u otra forma se quería borrar este tema de las grandes montañas de residuo textil”. Una nefasta solución, que evidenciaba el que, apostilla, “tenemos la responsabilidad, no solo gubernamental, sino también moral de hacernos cargo” de lo que actualmente ocurre en Atacama, y en el conjunto de la industria del textil.

Carlota Bruna y Catalina Cortés, directora regional de CORFO, frente a uno de los vertederos textiles del desierto de Atacama (Chile). Credits: Blue Banana.

“Las comunidades indígenas protegen el 80 por ciento de la biodiversidad que queda en el mundo, por eso es tan importante que se escuchen a las comunidades indígenas, porque son las verdaderas protectoras del medioambiente”, sostiene por su parte la misma Carlota Bruna. “Nuestras elecciones de consumo afectan al planeta, es un hecho”, y es que “en un mundo impulsado por la comodidad y la rapidez, olvidamos el impacto que cada compra tiene en el medioambiente y en nuestra calidad de vida”. Frente a esa silenciada realidad, defiende, “reducir nuestro consumo innecesario es el primer paso”, pero “luego debemos reutilizar y reparar lo que podamos, en lugar de desechar fácilmente”, para ya “por último reciclar correctamente” con el propósito de “dar una nueva vida a los materiales y reducir la cantidad de desechos que van a parar a los vertederos, o peor, a la naturaleza”, aconseja.

“Se estima que la industria de la moda produce más de 90 millones de toneladas de desperdicio textil al año que terminan en vertederos, como es el caso del que visitamos en el desierto de Atacama”, añade por su lado Rivera. Oponiéndose a esas maneras de actuar, este “proyecto de circularidad nos permite distanciarnos de este tipo de prácticas del mercado, muy comunes, pero profundamente destructivas y seguir construyendo nuestra marca desde un punto de vista mucho más consciente y diferenciador”, y todo ello al tiempo en el que desde Blue Banana logran “ser cada vez más sostenibles”, apostilla. Y es que, como se encarga de subrayar Fernández-Estrada, “este proyecto viene a reforzar nuestro compromiso con ‘la aventura’ a largo plazo” que supone descubrir el mundo, y vivirlo, sin que ello tenga que suponer atentar contra el medioambiente. Un fin para el que además, concluye, el poder “comunicar la campaña con Carlota Bruna es un lujo”, puesto “que es una de las voces más potentes en temas de medioambiente y sostenibilidad en el mundo”.

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