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Balenciaga y la democratización de la Alta Costura

Por Jaime Martinez

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Moda
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

Cuando Cristóbal Balenciaga, maestro de maestros entre los grandes modistas de la era dorada de la Alta Costura, decidió, de manera completamente repentina, retirarse y cerrar todas sus tiendas y talleres en mayo de 1968, lo hizo empujado por un sentimiento que venía alimentando desde hacía ya largo tiempo, desde la intimidad y la la actitud callada y discreta que siempre le caracterizaron. Un sentimiento que nacía de la desconexión que sentía hacia unos nuevos tiempos, frente a los que se negaba a dar respuesta, y cuyas principales pulsiones no hacían sino levantarse para atentar directamente contra lo que había venido siendo la labor que había practicado a lo largo de toda su vida: la elevación de la moda a la consideración de obra de arte.

Responsable de alumbrar unas creaciones y diseños que a día de hoy siguen siendo reinterpretados y revisitados por una amplísima totalidad de diseñadores y de directores creativos, quienes siguen encontrando en el legado del maestro español un mundo de un sin fin de posibilidades, su decisión de retirarse completamente del mundo de la moda Balenciaga la tomó en un momento especialmente simbólico, como lo fue aquel mes de mayo del 68. Momento en el que se daban inicio desde Francia, y de manera especialmente intensa desde París, a una oleada de protestas juveniles y estudiantiles de carácter espontáneo, parte de los movimientos y de las protestas sociales del 68 que se vieron replicadas en difieres partes del mundo, como los Estados Unidos o incluso en la España tardofranqusita. Unos movimientos reivindicativos que terminaron empoderando a las nuevas generaciones, elevándolas hasta una posición que nunca antes habían gozado, y en lo que, en términos ya dentro del ámbito de la moda, significó la consagración de ese prêt-à-porter que venían auspiciando grandes ya hoy figuras de la moda como Yves Saint Laurent.

Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

Una auténtica revolución del sistema de la moda de entonces la que terminaba generándose así en torno a aquella fecha tan concreta, y que en sus términos más exactos significó la democratización de los armarios y la apertura de la moda a un camino por el que las grandes casas de entonces, como Chanel o Dior, no tardarían en aventurarse a recorrer. Un camino alfombrado de colecciones más asequibles y especialmente ideadas para esas nuevas generaciones, un publico que pasaba a colocarse de ese modo como la audiencia predilecta hacia la que empezaban a dirigirse las firmas de moda, pero que en lo que respectaba a Balenciaga representaba una suerte de traición a los elevados códigos por los que se había regido durante su extensa carrera. Un cambio de los tiempos así pues que alcanzó al modista español consagrado como el gran maestro de la Alta Costura, a cuyas revoluciones trató de dar respuesta con su colección de los uniformes de Air France de 1968 —la única colección de prêt-à-porter diseñada por Cristóbal Balenciaga—, pero frente a los que rehusó finalmente dar la batalla, decidiéndose finalmente a retirarse y a cerrar todos sus talleres y tienda. Acción que tomaba, según contaba Sonsoles Díaz de Rivera, íntima amiga y clienta del modista, movido entre otras causas para que no sucediera con su nombre lo mismo que había ocurrido con el de Christian Dior, y en lo que finalmente también con el suyo: su utilización como marca comercial.

“No quiero que ocurra como con Christian Dior”, explicaba de Rivera en una entrevista que le había llegado a confesar el propio modista, aludiendo a la continuación de su firma tras la muerta del prestigioso couturière creador del “New Look”. “Balenciaga soy yo y Balenciaga se acaba conmigo”, habría llegado a sentenciar el español, en una máxima que finalmente no se ha visto cumplida, y que lejos de suponer una muestra de ego, debe apreciarse como una defensa de Balenciaga por el que las casas de moda esgriman los nombres de aquellos diseñadores que se encargan de dar pie a los diseños. Una visión que resta fuerza al poder de las marcas, al tiempo que ensalza las figuras de los diseñadores y el valor único de sus obras.

Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

De Kim Kardashian a la aparición estrella de Nicole Kidman

Teniendo en cuenta toda esta serie de antecedentes que forman parte del bagaje y de la historia que rodean el legado de Balenciaga, modista y casa, no dejan de resultar aún más llamativas las circunstancias que han rodeado la presentación de la última colección de Alta Costura de la casa de modas francesa, de ascendencia española. Una colección que, en el marco de esta última edición ya finalizada de la Semana de la Alta Costura de París, veía la luz este pasado miércoles 6 de julio desde los históricos salones del número 10 de la Avenida George V de la capital francesa. Sede histórica de la casa Balenciaga y de sus talleres, y número en el que ahora, en un nuevo giro de los acontecimientos, la firma acaba de inaugurar su primera tienda de Alta Costura. Primer establecimiento de estas mismas características que ha abierto sus puertas en el mundo, y desde el que a partir de ahora, y llevando esa “democratización” de la moda que supuso la llegada del prêt-à-porter, la casa Balenciaga sacará de los salones reservados para poner a pie de calle, y accesible para cualquiera que la desee, su Alta Costura.

Empezando primeramente por las características de la última colección de Alta Costura presentada este miércoles, bautizada con el número 52 en referencia a que se trataría de la quincuagésima segunda colección que, recogiendo el legado de Cristóbal Balenciaga, ve la luz bajo la etiqueta “Balenciaga”, se trata de la segunda colección de Alta Costura diseñada para la casa por Demna. Diseñador georgiano que se mantiene como director creativo de la casa desde el pasado 2015 y quién se ha encargaba, hace ahora justamente un año, de devolverla a su “medio natural” después de 53 años.

Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

En lo que ha supuesto la apertura total de la casa a esas mismas nuevas generaciones frente a las que Cristóbal Balenciaga no encontró fuerzas para dar respuesta, el desfile terminó combinando los dos extremos sobre los que actualmente se erige la célebre casa de modas, y con los que, contando con ese espectro tan amplio, ha sabido erigirse para reposicionarse nuevamente como símbolo de la moda y de la Alta Costura. Pudiéndonos encontrar a este respecto con unas piezas que sobre la pasarela, o mejor dicho entre los salones de costura de la casa, se mostraban repletas de referencias urbanas, al street style y a lo underground, estéticas todas ellas que integran el lenguaje creativo de Demna y con las que entra a conectar con las nuevas generaciones de consumidores del lujo, mientras que figuras especialmente destacadas del panorama social y cultural, ya no solamente se agolpaban en el “front row” del desfile, sino también como modelos de pasarela.

Destacándose a este respecto la asistencia a la presentación de Anna Wintour, editora en jefe de la edición estadounidense de la revista Vogue; de François-Henri Pinault, presidente del holding internacional francés Kering, actual propietario de la casa Balenciaga; la de Kris Jenner, matriarca del clan Kardashian-Jenner, en compañía de su nieta North West; la de la drag queen Alexis Stone; la del modelo Alton Mason; o la de Cédric Charbit, director ejecutivo de Balenciaga. Unos nombres a los que se sumaron, ya desde la pasarela, los de figuras como, entre otras, Kim Kardashian, Dua Lipa, Naomi Campbell, Bella Hadid o una Nicole Kidman que se convertía por sorpresa en la modelo de excepción durante la presentación de esta colección.

Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
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Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

Entre neoprenos, pieles sintéticas y fibras recuperadas

Profundizando en el sentido de la propuesta, como bien describíamos la colección de Alta Costura volvió a ser un ejemplo de la capacidad de Demna para entrar a revisitar la obra del genio español, al tiempo que la dota de su particular lenguaje. Una acción que ya cumplió con sobrada brillantez durante su anterior y primera colección de Alta Costura para la casa, y frente a la que ahora, superado ya ese trance, parece haberse empezado ya desenvolver con una mayor libertad. Sentimiento que apreciamos especialmente en la presentación de una amplia serie de modelos con acabado efecto neopreno, como en incorporación de una mayor cantidad de prenda urbanas, como chaquetas vaqueras y sudaderas con efecto arrugado y manchado.

Sobre una paleta cromática en la que volvió a brillar el tradicional “negro Balenciaga” que ha caracterizado en sobremanera el lago de la casa, el desfile se abría con esa serie de atuendos en neopreno negro, para desde ahí dar paso a una serie de diferentes vestidos y conjuntos de pantalones vaqueros, sudaderas, cazadoras y abrigos, para terminar con unas más claras revisitaciones de algunas de las creaciones más destacadas del legado de Balenciaga. Destacándose a este respecto desde el vestido globo en verde esmeralda que se encargaba de lucir Bella Hadid; al vestido túnica metalizado de Nicole Kidman, con el que se hacía una referencia a la técnica del modelado de los diseños a partir de la propia tela que practicaba el diseñador español; o a la reinterpretación del histórico modelo infanta que se encargaba de presentar Naomi Campbell. No pudiendo terminar sin hacer mención a ese deslumbrante vestido de novia que, siguiendo la tradición de la Alta Costura, se encargaba de cerrar el desfile, una pieza en acabado joya, con falda alta hasta la cintura de cuerpo extravoluminoso, y con velo en mismos motivos con largo hasta los pies.

La colección servía así para mostrar “una amplia gama de técnicas tanto tradicionales como poco convencionales, de soluciones sostenibles y de avances técnicos” hasta ahora pocas veces descubiertos dentro de la Alta Costura, se encargaban de detallar desde la propia Balenciaga. “Algunos looks”, como un abrigo en trampantojo de acabo efecto pelo de leopardo formado por más de 150 kilómetros de hilo tejido a mano, “han tarado miles de horas en bordarse, requiriendo del uso cientos de miles de lentejuelas y plumas o de innovadoras pieles sintéticas”. A este respecto, avanzan desde la firma de moda francesa, “más de una cuarta parte de la colección está hecha a partir de piezas vintage recicladas”, mientras que “muchos estilismos están confeccionados con un neopreno a base de piedra caliza, un tejido sostenible y nuevo dentro del vocabulario de la Alta Costura”. Cobrando igualmente dentro de la colección importancia las colaboraciones establecidas con los diseñadores del equipo de Fórmula 1 de Mercedes-AMG, responsables del diseño de las máscaras que cubrieron a buena parte de los modelos, y la firmada con Bang & Olufsen, responsables junto a Balenciaga del diseño de esos altavoces en forma de bolsos de mano que se descubrieron durante el desfile.

Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.
Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

Nueva tienda de Alta Costura, a pie de calle y sin cita previa

Una vez concluida la presentación del desfile, los invitados al mismo se convirtieron en los primeros en poder conocer de primera mano la nueva tienda de Alta Costura que, en esa apuesta por su “democratización” —dentro de sus justos términos—, se ha decidido a emprender Balenciaga. Una tienda situada en el mismo número 10 de la Avenida George V de París, desde la que por primera vez podrán adquirirse sin cita previa y a pie de calle las creaciones de su línea de Alta Costura. Todo, como parte de una experiencia de compra única que seguirá viéndose reforzada por un servicio exclusivo de ajustes a medida, para aquellas prendas que lo requieran, y por una oferta que se terminará de completar con una serie de diferentes artículos exclusivos y únicos, solamente disponibles desde esta nueva tienda.

Dividida en dos espacios, uno para mujer y otro para hombre, la tienda se presenta como el intento de Balenciaga por hacer accesible su Alta Costura a sus nuevas audiencias. Un público que, como desde la misma casa de modas reconocen, desconocía a dónde debían incluso de dirigirse para poder hacerse con alguna de las creaciones de esta relanzada línea exclusiva, y al que además desde Balenciaga se abren ahora con un ambiente para hombres. Una acción que responde al carácter “genderless” que Demna ha sabido imprimir a su lenguaje creativo, y a través de este a buena parte de las piezas que forman parte de sus colecciones, despertando un interés por el público masculino hacia sus creaciones que ha empezado así a cristalizar en forma de este avance de la Alta Costura hacia el olvidado ámbito de la moda masculina. Un cambio de guión que cabe esperar que la misma Balenciaga tratará de capitalizar en sus próximas colecciones.

“La Alta Costura de julio de 2021 fue la primera para Demna, pero la 50 para Balenciaga, y ese momento supuso un punto de inflexión para la marca”, entraba a explicar Cedric Charbit, director ejecutivo de Balenciaga, a lo largo de una entrevista concedida a comienzos de este mismo mes al medio francés de Le Figaro. “Nos definimos a nosotros mismos como una casa de costura pero por hermosa, por resplandeciente que sea nuestra herencia, si no le damos vida, la historia suena falsa”.

Photo Credits: Balenciaga, colección Alta Costura 51ST. Balenciaga, página oficial.

Profundizando en este sentido, “pocas colecciones a nivel de la historia de la moda han participado en su evolución, ya sea estéticamente, culturalmente o socialmente”, como “pocos diseñadores” son capaces también de alumbrar un cambio en “las proporciones, en el ojo, en las costumbres o en los convencionalismos” que imperan en el mundo de la moda. “Pocas marcas desafían el statu quo”, sentencia Charbit, “y eso es lo que vamos a hacer”, subraya, “abriendo dos boutiques de Alta Costura en el número 10 de ala Avenida George V, una para mujeres y otra para hombres”. Unas tiendas a las que “puedes acudir con o sin cita previa”, y en cuyo interior poder “descubrir, como en el pasado, determinados productos de alta costura”, pero que podrás “llevarte de inmediato sin tener que hacer tres pruebas y esperar semanas”.

Este cambio, añade el director ejecutivo de Balenciaga, responde al hecho de que “tenemos clientes que ya no quieren esperar para este tipo de experiencias”. No obstante, “damos gran importancia al ‘saber hacer’ de las piezas”, por lo que “La mayoría serán ‘Made in France’ y confeccionadas en nuestros talleres”. “Con este nuevo modelo de negocio, atenderemos a clientes sin límite de precio, con unos requerimientos y unas expectativas que requieren servicios los 7 días de la semana”, y público al que se atenderá desde esta tienda, según adelantaban desde la edición francesa de Vogue Business, de martes a viernes de 11h de la mañana a 19h de la tarde, sin cita previa, y únicamente con cita previa los lunes y sábados.

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