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Shein ficha como lobista al excomisario europeo Günter Oettinger

Por Jaime Martinez

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Exterior del Centro de Innovación para la Fabricación de Prendas de Vestir (CIGM) de Shein. Credits: Shein.

Madrid – Desde un movimiento que vuelve a sacar a relucir y a poner en tela de juicio los cuestionables vínculos que terminan de establecerse entre el poder político y los intereses de las grandes corporaciones, desde el marketplace Shein han contratado los servicios como asesor de la compañía del excomisario europeo Günter Oettinger. Político alemán miembro del partido conservador de la CDU que llegó a desempeñarse, no sin polémicas, como miembro de la Comisión Europea desde 2010 a 2019.

Graduado en derecho y economía por la Universidad de Tubinga, Oettinger empezó a ganar peso dentro del partido conservador alemán de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), integrado dentro del Grupo del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo, como presidente del partido y miembro del consejo municipal de su localidad natal, la ciudad alemana de Ditzingen. Unas responsabilidades que empezó a compaginar con las de miembro del parlamento estatal del estado federado Baden-Württemberg, land del que terminaría siendo elegido como primer ministro en abril de 2005. Un primer cargo de responsabilidad desde el que empezó a sembrar ya la polémica con su propuesta de contemplar la venta de manuscritos e incunables de los fondos de la Biblioteca Estatal de Baden, por un valor estimado de unos 70 millones de euros, como medida desde la que poder sellar un acuerdo que pusiera fin a las reclamaciones sobre una serie de bienes que venían realizando los herederos de la casa noble alemana de los Baden. Siendo este un cargo del que terminó presentando su dimisión en febrero de 2010, pasando para entonces a incorporarse como miembro, en representación de Alemania, de la Comisión Europea, en la que le fue asignada, a propuesta de su por entonces presidente, el portugués José Manuel Barroso, la cartera de Comisario de Energía (2010-2014). Un primer cargo de responsabilidad a nivel europeo, al que le seguirían sus nombramientos como Comisario europeo de economía y sociedad digital (2014-1016), y como Comisario europeo de presupuestos y recursos humanos (2017-2019).

Sería precisamente durante esta última etapa del político alemán dentro de la “corte europea” de Bruselas, durante la que más controversias y titulares terminaría generando, a través de polémicas declaraciones y salidas de tono como las que protagonizaba a finales ya de 2016, mientras seguía pugnando por hacerse con la cartera de presupuestos. Unas fechas las de entonces en las que resultaron especialmente sonadas las palabras de Oettinger desde las que se podía escuchar al alemán refiriéndose a los miembros de una delegación china como “gente de ojos rasgados”, al tiempo que censuraba la falta de democracia del gigante chino y su ideal de pensamiento único, o que, de otra parte, censuraba las políticas sociales promovidas por la ministra de trabajo alemana, Andrea Nahles, y que exacerbaba señalado a sus pretendidas intenciones de incluso llegar a decretar el “matrimonio homosexual obligatorio”. Palabras por las que la ONG francesa SOS Racismo llegó a exigir tanto a Merkel como a Jean-Claude Juncker, por entonces ya presidente de la Comisión Europea, que lo sancionara por sus “comentarios racistas” y “rezumantes de homofobia y sexismo”, en lo que no obstante no le impediría a Oettinger terminar por ocupar la cartera de comisario europeo de presupuestos. Último cargo que el político alemán ejercería antes de pasar al sector privado, tras la remodelación de la Comisión Europea llevada a cabo en noviembre de 2019, durante cuyo desempeño volvió a ser señalado, a raíz de unas declaraciones, vertidas en 2018, desde las que señalaba a que la realidad económica italiana debía de conducir a sus ciudadanos a no votar a los partidos populistas, ni de derechas ni de izquierdas. Declaraciones por las que fue duramente acusado de tratar de influir y de no respetar la libertad de voto de los ciudadanos italianos, y palabras por las que terminó teniendo que salir a pedir disculpas.

Un comisario europeo en la corte de Shein

Dejando ya de lado la vida en el sector público del político alemán, aunque no del todo, tras abandonar la Comisión Europea, Oettinger terminó por desembarcar en un sector privado desde el que, entre otros cargos y tareas, viene desempeñándose principalmente como consultor y lobista. Tareas que ejerce desde su propia consultora, Oettinger Consulting, fundada en 2019, o como miembro del consejo asesor de la consultora Kekst CNC, contando entre sus clientes con el político, y primer ministro de Hungría, Víctor Orbán, del que es asesor desde el año 2020, y ahora también con el popular marketplace Shein. Plataforma a la que es estaría encargando de asesorar mientras siguen ultimando los preparativos para una próxima, y todavía nada más que potencial, salida a la cotización desde la Bolsa de Valores de Londres, y mientras siguen tratando de hacer frente a la nueva firmeza que las instituciones europeas, junto a diferentes gobiernos de la Unión, están tratando de mostrar frente a su constantemente puesto bajo cuestión modelo de negocio.

A este respecto, ha sido un mismo representante de Shein el que se ha encargado de confirmar el fichaje de Oettinger como nuevo consultor de la compañía. Un cargo desde el que, según se han encargado de adelantar desde el medio económico Bloomberg, el político alemán, según el mismo representante de Shein, se va a encargar de brindar de sus servicios a la plataforma, con el objetivo puesto en tratar de ayudarla a sortear el complejo entorno político que se le presenta, así como a desenvolverse dentro del igualmente complejo mundo de comisiones y subcomisiones desde el que se asientan las bases de la política común. Todo ello, en mitad de un contexto en el que, a pesar del éxito que la compañía de origen chino parece estar logrando recoger entre los consumidores europeos, la plataforma se mantiene en el punto de vista de gobiernos nacionales y de las Administraciones públicas, tanto nacionales como europeas, por su aprovechamiento, ilícito defienden algunas voces, de ciertas normas reguladoras que están favoreciendo su crecimiento, así como el de otras competidoras como Temu, entre los consumidores de la Unión. Denuncia que se eleva por el aprovechamiento que desde Shein, y otras plataformas, estarían haciendo sobre la excepción al pago del importe de aduanas por las importaciones con un valor inferior a 150 euros que sigue imperando dentro de las fronteras de la UE, pero que desde la Comisión Europea ya propusieron eliminar en mayo de 2023, en una demanda que, de terminar de llevarse finalmente a cabo, terminará suponiendo un duro golpe para el actual modelo de negocio de Shein. Y subrayamos lo de actual, porque, fiel a su naturaleza altamente disruptiva, la plataforma se mantiene, y está logrando defenderse en el mercado, sobre un modelo en constante evolución, que ya han sabido hacer evolucionar de plataforma de venta de artículos propios a marketplace, para quién sabe que nuevos cambios podrán ser capaces de introducir, a medida en la que también se va a forzar a Shein a responder a todas las diferentes exigencias a las que ya se les obliga al resto de compañías que operan dentro de las fronteras de la UE.

En toda esta suma de retos es en los que confiaría en poder terminar encontrar ayuda Shein, de las manos de Oettinger. Quien, a la luz de estas informaciones, parece que pasa a ejercer de lobista de la plataforma ante las instancias y los reguladores europeos, en una condición que no podemos más que cuestionar, en la medida en la que vuelve a poner en entredicho la integridad de las instituciones europeas, sacando a relucir, una vez más, los peligrosos nexos de unión y excesivamente estrechas afinidades que terminan por darse entre las grandes corporaciones y quienes están llamados a defender los intereses generales, pero que no obstante y a la postre terminan más interesados en hacerlo de aquellos dispuestos a garantizarles una vida cómoda y colmada de lujos. Porque, después de mantenerse durante cerca de una década como un principal responsable de la política común, ¿hasta qué punto Oettinger sigue contando con influencias dentro de la UE, como para terminar de influir en las decisiones que afectan a aquellas empresas a las que dice asesorar, como es el caso ahora de Shein? Una pregunta cuya mera formulación ya cuestiona la misma neutralidad de la que debería de ser garante la Comisión, en unas dudas que no son ni mucho menos nuevas para el caso del político alemán, que ya fue duramente censurado durante su etapa en activo dentro de la misma Comisión, a raíz de una auditoría realizada por la organización Transparencia Internacional en 2015, y desde la que se señalaba a que, como Comisario, durante los primeros seis meses en los que Günter Oettinger asumió la cartera de economía y sociedad digital, el alemán solamente llegó a reunirse en dos ocasiones con los lobistas de organizaciones no gubernamentales, pero 44 con representantes de empresas y asociaciones empresariales.

Una polémica esta que, lejos de desaparecer, siguió alimentándose tras el paso de los años, después de que, para el año 2017, desde el medio alemán Spiegel publicasen que de diciembre de 2014 a abril de 2017 Oettinger alcanzó a mantener hasta 412 reuniones con lobistas, el 83 por ciento de ellas con representantes empresariales, frente al 17 por ciento mantenidas con representantes de la sociedad civil, como ONG o sindicatos. Un alarmante porcentaje que por entonces sembraba la duda sobre de hacia quién, y en favor de quién, se legislaba desde la UE, desconfianzas que, en lo que respecta al ámbito de la moda y del textil, parecían empezar a corregirse tras la decidida apuesta por la circularidad, la sostenibilidad y contra el agotamiento de los recursos naturales hacia la que se decidía embarcarse la Unión, hacia 2021, bajo la dirección de una Comisión Europea que se mantiene desde 2019 bajo la presidencia de la alemana Ursula von der Leyen.

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