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Zara defiende su marca: demanda en EE.UU. y reconocimiento en Europa

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: Fotografía de la campaña de Zara protagonizada por la modelo Kaia Gerber. Zara, fotografía de archivo.

El que Zara se mantenga, ya no solo como el principal buque insignia del gigante español Inditex, sino igualmente como una de las marcas de moda más populares, buscadas y reconocidas de extremo a extremo del planeta, hace el que desde su dirección se hayan decidido a mantener permanentemente en activo una firme y decisiva actitud de defensa hacia todo lo relacionado con la protección de su marca. Una postura con la que no tratan sino de proteger su integridad y valores e impedir el que estos puedan ser aprovechados por terceros interesados, en lo que en estas últimas semanas les ha conducido a, primero, recibir el apoyo de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) en sus intenciones de bloquear el registro de hasta 5 nuevas marcas comerciales, y, segundo, a la interposición de una demanda en Estados Unidos contra la firma de moda, supuestamente, de autor Thilikó, por, entre otras causas, infracción de derechos de autor, competencia desleal y fraude.

Empezando por el primero de estos dos puntos, en esa decisión por parte de las direcciones de Inditex y de Zara por tratar de garantizar el que la popular marca de moda española siga gozando de un carácter distintivo y único entre los consumidores, durante las últimas semanas de diciembre de 2022 desde la Euipo emitieron una serie de hasta 5 sentencias desde las que desde la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea denegaban la solicitud de registro de otras tantas marcas comerciales. Resoluciones que fueron emitidas entre los días del 5 al 22 de diciembre, para causas abiertas por Inditex que se remontaban hasta el año 2014, y todas ellas falladas a favor de las pretensiones de la multinacional textil española, en lo que conseguía bloquear finalmente el registro de las marcas “Zarasyl”, “Zada”, “Strazara”, “Azara” y, repetida por una segunda vez, “Zada”, todas y cada una de ellas marcas cuyo registro había sido solicitado ante la Euipo por distintos solicitantes. En los casos de Zada, primero por parte de la compañía china Shenzhen Taizhi Weiye Electronics Limited, ante lo que desde Inditex respondían presentando un escrito de oposición ante la Euipo en julio de 2015, y posteriormente por la también compañía de origen chino Tianjin Zada Jewelry, con la consecuente oposición por parte de Inditex presentada ya en enero de 2021.

En todos los casos, desde Inditex se ha esgrimido como defensa el “riesgo de confusión” en el mercado y para los consumidores que supondría la autorización de alguna de estas marcas, sacando de este modo a relucir los términos del Artículo 8, apartado 1, letra b), del Reglamento sobre la marca de la Unión Europea (RMUE). Sección de la norma en la que se recoge que “cuando, por ser idéntica o similar a la marca anterior y por ser idénticos o similares los productos o servicios que ambas marcas designan, exista riesgo de confusión por parte del público en el territorio en que esté protegida la marca anterior; el riesgo de confusión incluye el riesgo de asociación con la marca anterior”. Defendiendo de este modo en respuesta la existencia evidente de un “riesgo de confusión”, en lo que desde la Euipo han terminado dando la razón a Inditex en todos y cada uno de estos casos, condenando a los solicitantes al registro de cada una de las marcas al pago de 620 euros en concepto de costas.

Demanda contra la firma “comprometida” Thilikó

Partiendo de esta serie de antecedentes, y en lo que de otro lado resulta un caso mucho más complejo —e interesante a nivel informativo— que se sitúa más allá del registro de una mera marca comercial, desde Inditex han empezado el nuevo año saliendo igualmente a defender con uñas y dientes la integridad de su marca estrella, presentando, este pasado 4 de enero de 2023, una demanda frente al Tribunal federal del Distrito Sur de Nueva York contra la firma de moda estadounidense Thilikó y contra su propietaria Queenie Williams. Parte acusada en el procedimiento a la que desde la multinacional española hace responsable de una serie de delitos, entre los que se incluirían infracción de derechos de autor, publicidad engañosa, competencia desleal y estafa.

Fundada en el año 2021 en Los Ángeles, Thilikó se presenta como una firma de moda “comprometida” que trabaja a favor de la “circularidad”, colaborando con iniciativas a favor de la defensa de la biodiversidad como Pack4Good o Canopy Style —fundada por la propia Inditex junto a H&M y la organización Canopy Planet—, y contando entre sus proveedores con “las mejores curtidurías del mundo”, entre ellas, y como principal, con una proveedora italiana calificada como “Gold Member” por el Leather Working Group (LWG). Una suma de características de su modelo de negocio, de las que, y ya desde el aspecto del diseño, se sirven, esgrimen, para confeccionar un exclusivo guardarropa en el que se conjugan “la simplicidad escandinava” y “la elegancia francesa”, para dar paso a una serie de colecciones femeninas construidas con “la artesanía, los detalles y la tela” como elementos principales a cuidar, y desde los que terminan modelando “un guardarropas elegante y moderno”, confeccionado a través de “una producción responsable”.

Contrariamente a estas afirmaciones y a toda esta poética, que termina cobrando forma en piezas que oscilan entre los 128 y los 1.998 dólares, desde Inditex afirman en su escrito de demanda, según adelantan desde el medio de noticias estadounidense The Fashion Law, el que desde Thilikó no habrían hecho sino que construir un modelo de negocio desde el que se habrían estado encargando de hacer pasar como propios artículos y prendas procedentes de Zara, pasando a comercializarlos bajo su propia marca y etiquetas, y a un precio muy superior al que los mismos artículos se ponen a la venta a través de los canales oficiales de la popular cadena española.

Apropiación indebida de prendas y de fotografías de Zara

Llegado su “modus operandi” a ser calificado de “estafa masiva” por parte de Inditex, no limitándose ya solamente a adquirir, supuestamente, prendas de Zara y comercializarlas a un precio desorbitado, tanto a través de su página online como de distribuidores tan exclusivos como la británica Wolf&Badger, marketplace con espacios de venta físicos en Londres, Los Ángeles y Nueva York, desde la multinacional española también acusan a Thilikó de haberse apropiado indebidamente, y “de manera sistemática”, de las fotografías con las que desde Zara comercializan esas mismas prendas. Un punto para el que sostienen haber identificado hasta 32 imágenes empleadas por la firma norteamericana en su página web, y cuyo origen y propiedad intelectual estaría en manos de Inditex y de Zara. Práctica con la que ya no solamente habrían incurrido en una infracción de propiedad intelectual, al dar como propio ese material gráfico, sino igualmente en una vulneración de los términos de uso que desde Zara se reservan para el contenido que difunden y ponen al alcance de sus clientes a través de su página oficial.

Mientras tanto, y en lo que atañe a esos supuestos compromisos ambientales que desde Thilikó defienden mantener a través de su modelo productivo, desde Inditex apuntarían en su demanda a que a pesar de mostrarse como “una marca de moda socialmente ‘responsable’, “nada podría estar más lejos de la verdad”. Mostrándose en contra como una serie de “declaraciones falsas y engañosas”, cuya aseveración se agravaría al resultar las mismas en referencia “a asuntos de primaria y material importancia para los consumidores”, relacionados con “el origen, la manufactura y el responsable del diseño del producto” y con “la responsabilidad social del vendedor”.

Como consecuencia de todo ello, desde Inditex y Zara alegarían el haber “sufrido daños económicos sustanciales, así como un daño irreparable y no cuantificable a la reputación de Zara”, reclamando para ello una compensación por “daños y perjuicios” y la interposición de medidas cautelares que impidan a Thilikó “ofrecer, publicitar o promocionar cualquier producto o servicio que haga uso de representaciones o descripciones de hechos falsos o engañosas, en cualquier medio, con respecto a los productos Zara”. Unas demandas que se sumarían a las consecuentes responsabilidades a las que desde Thilikó y sus responsables legales debieran de hacer frente, para el caso de ser encontrados culpables de alguno de la serie de delitos de los que son acusados en este escrito de demanda, desde la que se les atribuyen acciones que van desde el haber incurrido en un delito de estafa a los consumidores, a la infracción de derechos de autor, de competencia desleal, falsificación, de publicidad engañosa y de prácticas comerciales fraudulentas, así como de un delito contra los derechos protegidos de una marca registrada.

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