Vaqueros sostenibles, la tendencia que abraza el nuevo "fast fashion" y el "prêt-à-porter"
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Madrid- ¿Quién no tiene varios pares de vaqueros en su armario? Los blue jeans se convirtieron en un icono de moda por derecho propio hace mucho tiempo. Pasó de formar parte de la indumentaria de trabajo de mineros y vaqueros a lucirlos celebridades como James Dean o Marlon Brandon en la gran pantalla. Década tras década su silueta, sus colores, acabados o lavados han variado, adaptándose a las tendencias y gustos del consumidor. Sin embargo, en una época en la que el cliente es conocedor de lo contaminante que es esta prenda en concreto, la industria de la moda ha decidido cambiar de estrategia.
El pasado año un estudio de la ONU ponía cifras a lo que ya sabíamos: son necesarios 7.500 litros de agua para confeccionar unos vaqueros, el equivalente de lo que bebe una persona de media en siete años. Mientras que la Agencia de Medioambiente y control de Energía de Francia (ADEME) avalaba hace unos años que en total se gastan unos 11.500 litros de agua durante todo su ciclo de vida. Es por ello que el consumo de agua ha sido la principal preocupación de muchas marcas, incluso para las consideradas fast fashion o de prêt-à-porter. Y en este aspecto, la empresa valenciana Jeanologia ha tenido mucho que ver. Actualmente más del 35% por ciento de los 5.000 millones de vaqueros producidos cada año en el mundo se realizan con sus tecnologías. Marcas como &Other Stories o Hoss Intropia del grupo Tendam se han sumado al llamado “lavado responsable” con el objetivo de ahorrar agua, energía y productos químicos. Un proceso verificado por la herramienta Jeanologia EIM (Environmental Impact Measuring).
“El 99,7% de nuestra colección de vaqueros está hecha de material reciclado y de origen sostenible”.
Sara Jivenius, Manager de Sostenibilidad en &Other Stories, nos cuenta que actualmente el 99,7 por ciento de su colección de vaqueros está hecha de material reciclado y de origen sostenible. Concretamente toda su mezclilla está confeccionada con algodón orgánico, “que se puede mezclar con algodón reciclado o TencelTM x RefibraTM”. Y a partir de la temporada primavera/verano 2021 ha eliminado el PP (permanganato de potasio) de todos sus modelos. Cortefiel, por su parte, ha lanzado su colección “Eco-friendly”, en la que se incluyen técnicas de lavado que permiten hasta un 72 por ciento de ahorro de agua en las prendas vaqueras y reducir hasta un 70 por ciento los químicos utilizados en su producción y en sus acabados. E incluso tiendas online como Asos han presentado recientemente una selección de jeans en la que se emplea un 50 por ciento menos de agua durante los procesos de lavado y acabado.
¿Cuánto cuesta que una empresa sea sostenible?
A nivel de costes, ¿supone grandes diferencias producir vaqueros sostenibles? Sara Jivenius nos responde: “el cambio a materiales más sostenibles conlleva una inversión, y su tamaño depende de cuán innovador sea el material y en qué etapa se encuentre el proyecto: piloto, prueba o ampliación. Una vez ampliado, los precios se vuelven más competitivos”. Una inversión inicial que no ha repercutido en el precio final de sus prendas. Algo parecido nos cuenta Matteo Sinigaglia, CEO de Replay, que a pesar de que “la tecnología y la investigación han costado a la marca, no costará a los clientes porque creo que nadie debería pagar por sus derechos”.
“La tecnología y la investigación en sostenibilidad han costado a la marca, pero no costará a los clientes porque creo que nadie debería pagar por sus derechos.”
Unas antes que otras, las marcas de moda se han ido subiendo al carro de la sostenibilidad. Ya sea por principios o por una tendencia global, poco a poco, el objetivo es conseguir que la segunda industria más contaminante del mundo sea más ética, sostenible y ecoeficiente. Un proceso de continuo aprendizaje como afirma Sinigaglia: “al principio, esta forma de sostenibilidad era ‘reactiva’, ya que funcionaba al revés (menos agua, menos contaminación, menos productos químicos), mientras que últimamente hemos introducido una nueva forma de sostenibilidad ‘proactiva’ presentando Hyperflex Re-used, donde la prioridad es la gestión de los recursos en función de su impacto medioambiental”. Mientras que otras firmas como Springfield han puesto el foco en la sostenibilidad como eje estratégico. La marca de casual wear creó el pasado año un proyecto de reforestación y consiguió plantar 30.000 árboles en Burgos, junto a otras iniciativas que forman parte de R[ECO]NSIDER, su etiqueta respetuosa con el medio ambiente. Estos son solo algunos de los ejemplos que muestran cómo las grandes empresas están cambiando.
Créditos: Replay, &Other Stories y Hoss Intropia.
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