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Under Armour arranca plan de ajustes (con despidos) tras cerrar ejercicio a la baja, en ventas y beneficios

Por Jaime Martinez

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Tienda de Under Armour en Boston. Credits: Under Armour.

Madrid – El mal desempeño que había venido experimentado la compañía a lo largo de este último ejercicio fiscal de 2023/2024, y que forzó a que su fundador, Kevin Plank, tuviese que retomar sus funciones como CEO a mediados del pasado mes de marzo, se ha terminado finalmente por oficializar desde la presentación de las cuentas anuales de Under Armour. Multinacional deportiva desde la que ya han anunciado la puesta en marcha de un profundo plan de ajustes, con despidos incluidos, como medida de excepción desde la que tratar de volver a la senda del crecimiento.

Partiendo de este modo de las cuentas presentadas por la multinacional deportiva estadounidense, Under Armour alcanzó a cerrar su último ejercicio fiscal de 2023/2024, completado a fecha del pasado 31 de marzo, generando unos ingresos netos totales por valor de 5 701,87 millones de dólares. Una cantidad que supone una caída de un -3,4 por ciento frente a los 5 903 millones de dólares facturados durante el mismo periodo de hace un año, y en lo que termina dejando a la multinacional deportiva creciendo aún así un +8,25 por ciento sobre los 5 267,13 millones de dólares en ventas facturados a lo largo del ejercicio completo de 2019, el último en completarse al margen de los efectos de la pandemia por coronavirus. Un desempeño en negativo frente a los resultados de hace un año, que ha llegado propiciado por un primer trimestre con ventas por 1 317 millones de dólares (-2,37 por ciento frente al mismo periodo del año anterior); al que seguía un segundo trimestre con ingresos por 1 566,71 millones (-0,45 por ciento); un tercer trimestre con ingresos nuevamente a la baja, por 1 486 millones (-6 por ciento); y finalmente un último y cuarto trimestre con ventas de nuevo en caída, por 1 332,19 millones de dólares (-4,74 por ciento). Una especialmente agudizada caída durante la segunda mitad del ejercicio, que fue la que finalmente terminó por forzar la salida de Stephanie Linnartz como directora ejecutiva, cargo en el que se ha mantenido por escasamente poco más de un año, y el regreso de Kevin Plank, fundador de Under Armour, como nuevamente su presidente y director ejecutivo, cargo en el que vuelve a desempeñarse desde el pasado 1 de abril de 2024.

Y si mala ha sido la evolución, en términos de facturación, peor ha sido la de la compañía en términos de rentabilidad, durante un último ejercicio de 2023/2024 que Under Armour ha cerrado recogiendo un beneficio neto, eso sí en positivo, por 232 millones de dólares. Una cifra que por su parte supone una caída de un -38 por ciento frente a los 374,45 millones de beneficio recogidos hace un año; pero aún así un +151,8 por ciento más que frente al escaso beneficio neto en positivo, por únicamente 92,13 millones de dólares, que lograba recoger durante el ejercicio de 2019.

“En mitad de un entorno minorista desafiante en el año fiscal 2024, que incluyó altos inventarios y un elevado ritmo constante de promociones, demostramos un control de gastos disciplinado y obtuvimos resultados que estaban en líneas con nuestras últimas perspectivas”, defendía el mismo Kevin Plank, fundador y presidente y director ejecutivo de Under Armour, a lo largo de unas declaraciones difundidas desde la propia dirección de la multinacional estadounidense. Unas palabras de las que igualmente se servía para destacar cómo “también mantuvimos un balance sólido, cerrando el año con una sólida posición de efectivo y unos niveles saludables de inventario”.

Lastrada por Norteamérica y por las ventas en el canal mayorista

Profundizando en el desempeño seguido por la multinacional, a lo largo de todo el ejercicio, por líneas de producto, las prendas de indumentaria se mantuvieron como la principal fuente de ingresos de la compañía, con ventas por 3 789 millones de dólares (-2,12 por ciento). Una evolución en negativo que fue generalizada, con calzado reduciendo ventas hasta los 1 383,61 millones (-4,9 por ciento); y con las colecciones de complementos y de accesorios haciendo lo propio, hasta los 405,71 millones de dólares (-0,68 por ciento).

En cuanto a su evolución, por canales de venta y distribución, las ventas en el canal mayorista se mantuvieron como el principal soporte de Under Armour, con ingresos por 3 243,18 millones de dólares (-6,48 por ciento). Contando como principal dato positivo el que, en oposición, las ventas generadas a través de los canales DTC de venta directa al consumidor, sí lograron ganar mayor cuota de mercado, tras ascender su facturación a lo largo del año hasta los 2 335,15 millones de dólares (+3 por ciento).

Mientras tanto, y para terminar, por mercados, Norteamérica se mantiene ampliamente como la principal fuente de ingresos de Under Armour, con una caída en ventas hasta los 677,88 millones de dólares (-5,14 por ciento). Una bajada que es la que termina lastrando las cuentas anuales de la multinacional, que no obstante sí logra crecer en sus principales mercados internacionales, con ventas en Emea por 176,20 millones de dólares (+57 por ciento); en Asia-Pacífico por 119,65 millones (+19,32 por ciento); y en América Latina por 38,4 millones de dólares (+63,49 por ciento).

Plan de ajuste (con despidos)

En respuesta a esta evolución y a la tendencia con la que ha llegado Under Armour al cierre del ejercicio, de cara a este nuevo ejercicio fiscal de 2024/2025, desde su dirección han anunciado y presentado las directrices de un profundo plan de reestructuración. Una medida con la que confían en llegar a fortalecer sus estructuras y a optimizar sus costes, presentando así las bases para una nueva etapa de crecimiento de ventas y de mayor rentabilidad, y en lo que no obstante estiman que generará unos costes iniciales de entre 70 a 90 millones de dólares, con hasta 50 millones en efectivo en cargos a indemnizaciones, por unos 15 millones, y a inversiones en nuevas iniciativas de transformación de su modelo operacional, por unos 35 millones; y con 40 millones más en cargos no monetarios.

Teniendo todo esto en cuenta, en lo relativo ya a la evolución de su modelo de negocio, de cara a este nuevo año fiscal desde Under Armour, como perspectiva, contemplan llegar a experimentar una caída de las ventas de dos dígitos de rango bajo, incluida la de entre un -15 a un -17 por ciento en Norteamérica. Una caída de la facturación que esperan que termine por verse reflejada en unos beneficios operativos de entre 50 a 70 millones de dólares, tras incluir los costes relacionados como resultado de a implementación de este nuevo plan de ajustes.

“Debido a una confluencia de factores, incluida una menor demanda del canal mayorista y una ejecución inconsistente en todo nuestro negocio, estamos aprovechando este momento crítico para tomar decisiones proactivas con el objetivo de forzar un posicionamiento ‘premium’ para nuestra marca, cuestión que afectará a nuestros ingresos y resultados en el corto plazo”, apunta Plank. “Durante los próximos 18 meses, existe una importante oportunidad para reconstituir la fortaleza de la marca Under Armour logrando más, haciendo menos, enfocándonos para ello en nuestros objetivos fundamentales”, en lo que pasa tanto por “impulsar la demanda a través de mejores productos e historias y por ejecutar estrategias más inteligentes, como por simplificar nuestro modelo operativo y elevar nuestra experiencia para el consumidor”. Cuestiones que se llevarán a cabo bajo el paraguas de esta reestructuración, mientras “paralelamente”, apostilla Plank, “nos centramos en la gestión de costes y en implementar las estrategias necesarias para hacer crecer nuestra marca y mejorar el valor para los accionistas”.

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