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UGT demanda a Inditex

Por Jaime Martinez

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Créditos: Exterior de la tienda de Zara en la calle de Don Juan de Austria de Valencia. Inditex, fotografía de archivo.

Desde el sector de Comercio de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de la UGT, una de las tres federaciones que, junto a la FeSP y FICA, conforman la estructura organizativa de la organización sindical, han interpuesto una batería de demandas frente a los tribunales de justicia en contra del Grupo Inditex. Multinacional española y grupo líder y de referencia del sector a nivel global, desde su posición como compañía matriz de cadenas como Zara, Massimo Dutti o Bershka, a la que acusan desde la UGT de violar los términos del convenio laboral colectivo de Comercio Textil de Cantabria.

Según no han dudado en entrar a detallar desde la dirección regional del área de Comercio de la UGT, el conjunto de demandas se sostienen frente a la negativa de la dirección de la multinacional textil de seguir aplicando las diferencias salariales que quedaban recogidas en el mencionado Convenio Colectivo. Un acuerdo laboral de carácter provincial, desde el que se establecía una diferencia salarial por categorías, entre las figuras de dependienta y la de dependienta mayor. Un rango al que se accede, según queda recogido en el citado acuerdo, una vez que la trabajadora en cuestión alcanza a sumar ocho años de antigüedad dentro de las filas del Grupo textil, en un reconocimiento al que ahora se estaría negando a darles la dirección de Inditex. Multinacional desde la que se estarían defendiendo, apuntan desde la UGT, alegando que las cuantías que por antigüedad deberían recibir las dependientas de rango “mayor”, han quedado “absorbidas” dentro de los aumentos salariales acordados, a nivel nacional, entre la dirección de Inditex y los representantes de sus trabajadores, a fecha del pasado 10 de febrero de este 2013. Un extremo que rechazan desde la dirección de la organización sindical, apuntando a este respecto a cómo el mismo acuerdo estatal establecía el que quedarían fuera y no se entrarían a compensar ningunas cuantías ni pluses vinculados a la antigüedad.

“El acuerdo de mejora salaria en Inditex fue una muy buena noticia, pero consideramos que no debe perjudicar un derecho ganado a nivel local en Cantabria”, sostiene Eliseo Alonso, responsable regional de Comercio de la UGT en Cantabria. Ya “en el propio articulado de ese acuerdo estatal se reconocía que debían de quedar aparte los conceptos ligados a la antigüedad”, apunta el líder sindicalista. Una posición que rechazan desde la dirección de Inditex y sobre la que no han logrado alcanzar un punto de entendimiento desde las negociaciones que a lo largo de estas últimas semanas han mantenido sobre la mesa del Orecla, el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales.

En consecuencia, y tras valorar el que se trata esta de una decisión que termina por afectar a más de la mitad de la plantilla de la compañía en Cantabria, región en la que la multinacional de la moda española contaría con más de 300 trabajadores, repartidos por las estructuras de sus distintas cadenas, desde la UGT “recurrimos a los tribunales de justicia porque consideramos que es un derecho irrenunciable de todas las personas trabajadoras de Inditex en Cantabria”. Una postura de enfrentamiento contra la multinacional, que es la que se ha traducido en la interposición de esta “batería de demandas judiciales contra el Grupo Inditex”, para, apuntan desde la UGT, “que mantenga el acuerdo alcanzado en el convenio colectivo de Comercio Textil de Cantabria”, en el que se “fija la diferencia salarial entre la categoría profesional de dependienta y la de dependienta mayor”.

Hacia un convenio estatal

Aludiendo precisamente a ese acuerdo estatal al que apuntan ahora desde la UGT como germen de este nuevo conflicto entre trabajadores y la dirección de Inditex, ya por entonces, una vez formalizada la firma del acuerdo, nos aventurábamos a apuntar desde FashionUnited que la paz volvía a reinar en el seno de la multinacional española de la moda con el establecimiento de ese documento. Un punto que ni mucho menos ha terminado de ajustarse a la realidad, con crecientes tensiones como las vividas a finales del pasado mes de mayo por la compañía española desde su centro logístico de Madrid, Plataforma Logística Meco. Un último ejemplo de las conflictividades a las que, sumándose ahora estas demandas interpuestas en su contra en Cantabria, la multinacional ha debido de salir a hacer frente, en una permanente y constante lucha cuyos orígenes se encontrarían en la excesiva fragmentación en la que se encuentra instalada la negociación de los convenios colectivos en España. Una situación sobre la que precisamente trataban de poner el foco de atención, hace escasamente una semana, desde CCOO, otro de los principales sindicatos que actúan en representación de los trabajadores de Inditex, con la presentación de su informe “Horarios Comerciales y Tiempo de Trabajo”.

Es así pues atendiendo a esas “disonancias” sobre las que permanentemente se encuentra instalado el sector de la venta minorista de moda en España, promovidas por esa fragmentación de la negociación colectiva, donde encontramos el principal motivo que conducía a Inditex a alcanzar ese acuerdo del pasado mes de febrero. Un acuerdo desde el que apuntaban como objetivo a una clara armonización estatal de sus convenios, en lo que permitiera a la compañía poder operar con tranquilidad, y sin que sus trabajadores pudieran estar viéndose constantemente agraviados por las retribuciones que, por mismo puesto y trabajo, otros compañeros pudieran llegar a percibir en otras regiones del país.

Un ambicioso objetivo, para el que la compañía española terminaba por sumar esfuerzos junto a las otras grandes multinacionales del sector, con presencia en España, en lo que conducía a la constitución de la nueva Asociación Retail Textil España, “Arte”. Patronal que arrancaba su andadura, de manera oficial, a comienzos de este mes de enero de 2023, y desde la que actualmente se están manteniendo ya las primeras negociaciones con el conjunto de las principales organizaciones sindicales del país, en lo que se confía que termine por dar paso a la elaboración y la firma del primer convenio colectivo estatal de cadenas comerciales del sector del comercio textil y el calzado. Acuerdo que deberá de servir para fijar todos aquellos términos que permitan suprimir conflictos laborales como el que denuncian ahora desde la UGT, en el seno de todas aquellas empresas que ya forman, o formen parte de Arte, o que decidan acogerse a su futuro convenio colectivo.

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