Nextil dispara sus pérdidas un +32,51 por ciento
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La multinacional española Nextil Group, compañía especializada a la fabricación y la venta de toda clase de tejidos de punto de fibras naturales, artificiales y sintéticas con presencia comercial en los cinco continentes, publicaba este pasado viernes 23 de septiembre sus cuentas relativas al primer semestre de su actual ejercicio fiscal de 2022. Periodo de seis meses finalizado el pasado 30 de junio, durante el que la compañía logró ligeramente aumentar su volumen de facturación, en lo que sin embargo llegó acompañado de un considerable aumento de sus gastos operativos y de gestión. Incremento que han provocado una igualmente considerable caída de su Ebitda de para el periodo, traduciéndose en un aumento de sus pérdidas semestrales con respecto a las registradas durante el mismo primer semestre del pasado ejercicio de 2021.
Entrando a poner en negro sobre blanco las cuentas de la compañía, según refleja el informe con los Estados Financieros Consolidados que la compañía ha presentado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Nextil ha cerrado la primera mitad del ejercicio con un volumen de negocio por valor de 25,29 millones de euros. Una cifra que supone un aumento de apenas un +1,44 por ciento frente a los 24,93 millones de facturación recogidos por la compañía durante el mismo periodo de hace un año. Siendo no obstante esta una cantidad que se mantiene un -27,24 por ciento por debajo de los 34,76 millones de facturación que la compañía generaba durante el mismo periodo de 2020; así como un -48 por ciento inferior a los 48,71 millones del mismo primer semestre de 2019, el último ejercicio que llegó a completarse al margen de los efectos de la pandemia por coronavirus.
Sobre esta tendencia y sobre estos valores en términos de volumen de negocio, desde Netxil informan de un resultado consolidado para el ejercicio con unas pérdidas de -3,22 millones de euros. Unas pérdidas netas que crecen un +32,51 por ciento por encima de las pérdidas de -2,43 millones que la compañía recogía al cierre del mismo periodo de 2021; siendo no obstante un -55,59 por ciento inferiores a las de por -7,25 millones del de 2020, y un +6,27 por ciento más que frente a las de -3,03 millones en las que incurría durante el mismo periodo de 2019.
En respuesta a estos malos resultados sobre sus cuentas, que han terminado generando un Ebitda consolidado semestral de 1,77 millones de euros, frente al de por valor de 3,1 millones de hace ahora un año, desde Nextil nos explican a través de un comunicado que esto es “debido a los gastos por la puesta en marcha de la nueva fábrica en Guatemala y al incremento del coste de las materias primas, la energía y el transporte”. “Una vez entre en completo funcionamiento la nueva planta de Guatemala en 2023”, tratan de remarcar, “se optimizará la estructura de costes respecto a los centros actuales del grupo, lo cual impactará de forma positiva en la rentabilidad”.
Apuesta por Guatemala frente a España
Profundizando precisamente en el papel estratégico que está llamada a jugar dentro de las operaciones del Grupo la nueva fábrica que la multinacional española se encontraba construyendo en Guatemala, como última actualización desde Nextil avanzan que la nueva fábrica, situada en el municipio de San José Pinuela, ha iniciado ya sus operaciones este mismo mes de septiembre.
Como próximos paso, ahora se prevé el que se termine el montaje de la línea de tintura y los servicios de tratamiento de aguas para abril de 2023, estimándose que para los meses de entre mayo y julio tanto la planta de San José Pinuela como la de Fraijanes puedan encontrarse ya a pleno rendimiento, en una acción que deberá de repercutir en una mayor capacidad productiva de la compañía española. Multinacional que, llegada ya a ese punto, aspira en lograr marcar un punto de inflexión sobre sus operaciones, una vez echado ya el cierre a la fábrica de producción de tejidos que mantenía hasta ahora en El Masnau, en la provincia de Barcelona. Única fábrica con la que contaba en España, y cuyo cierre, que sitúan en respuesta a los elevados costes de producción, enmarcan como parte de una reestructuración de su modelo de negocio que dará como resultado la concentración de sus actividades en España a trabajos de gestión y de desarrollo de sus colecciones.
“El grupo ha decidido terminar la actividad de la fábrica de tejido de El Masnou (Barcelona) debido al incremento de costes en toda la cadena de valor y la dificultad de trasladarlo a los clientes europeos, así como por los problemas de calidad con algunos subcontratistas”, explican desde la multinacional española. Para acometer esta medida, “se ha planificado un cierre ordenado con el personal y los acreedores”, destacan, con el fin de sacar adelante este cese de actividad que “permite a Nextil enfocar los esfuerzos en aquellas actividades de mayor valor añadido, como el tintado sostenible con la técnica Greendyes, que ha evolucionado hacia una solución industrializable y escalable mediante licencias en todo el mundo”; hacia “la unidad de negocio de prenda” y hacia “la producción en Guatemala”. Un país en el “que ha iniciado sus operaciones en septiembre y cuya ubicación geográfica en un lugar estratégico y privilegiado permitirá a Nextil acceder al mercado de grandes producciones”, llevándola a poder competir “con los proveedores asiáticos”, así como, añaden desde la compañía española, a “rentabilizar aquellos artículos actuales que son deficitarios, obteniendo las máximas eficiencias en logística y distribución, con accesos arancelarios preferenciales”.